Gabriel Garc¨ªa de Oro: ¡°Los ni?os son grandes fil¨®sofos porque se lo cuestionan todo. Se asombran por todo¡±
Este fil¨®sofo, creativo publicitario, ahora quiere, a trav¨¦s de un proyecto llamado Fant¨¢stica School ayudar a los adultos el arte de narrar historias para poder conectarse con su ni?o interior, para poder entender qu¨¦ somos y hacia d¨®nde vamos.
Gabriel Garc¨ªa de Oro es fil¨®sofo, creativo publicitario, autor de StoryCoaching - el poder de las historias al servicio de tu crecimiento personal y ahora quiere, a trav¨¦s de un proyecto llamado Fant¨¢stica School ayudar a los adultos el arte de narrar historias para poder conectarse con su ni?o interior, para poder entender qu¨¦ somos y hacia d¨®nde vamos.
PREGUNTA. Es usted fil¨®sofo, creativo publicitario y autor de m¨¢s de cuarenta libros, muchos de ellos destinados al p¨²blico m¨¢s exigente: los ni?os. ?Por qu¨¦ tienen ese nivel de exigencia?
RESPUESTA. El p¨²blico infantil no miente, no disimula ni suele decir una cosa por otra. De eso da buen testimonio la sabidur¨ªa popular, que nos viene a decir que, para tener la sinceridad de un ni?o, un adulto necesita estar ebrio¡ No es poca cosa. Sea como sea, a esa edad, si no consigues conectar, simplemente desconectan. Sin piedad. Sin tener en cuenta tus sentimientos. Bromas al margen, existe otra raz¨®n poderosa en el hecho de dirigirse a ese p¨²blico: la obligaci¨®n de tener que conectar con tu ni?o interior. Eso es tan exigente, o m¨¢s, que lo otro de lo que habl¨¢bamos. Un reto constante, s¨ª, pero tambi¨¦n una fuente de crecimiento personal y de descubrimientos infinitos. Por cierto, no hace falta escribir para ni?os para conectar con nuestra infancia, basta con leer literatura infantil¡ que s¨ª, que va dirigida a los ni?os, pero est¨¢ hecha por mayores que han conseguido reconectarse. Me viene a la cabeza esa maravillosa frase del maravilloso Hans Christian Andersen: ¡°Los cuentos infantiles sirven para dormir a los ni?os y para despertar a los mayores¡±.
P. En uno de sus libros, el de las 101 emociones plantea la posibilidad de leer un relato cada d¨ªa con los hijos para que estos puedan, a trav¨¦s de la narraci¨®n de los protagonistas comprender qu¨¦ es la rabia, la pereza, la envidia, el amor, la empat¨ªa, la amistad¡?Son las emociones las grandes olvidadas por padres y profesores?
R. Creo que esto era antes. Por fortuna, hoy, se est¨¢ poniendo, cada vez m¨¢s, el foco en las emociones, sobre todo en las escuelas¡ Y trabajan mucho y muy bien en entenderlas, en vivirlas, en transitarlas y conseguir eso tan poderoso de ser capaces de hablar de nuestras emociones m¨¢s que dejar que ellas hablen por nosotros... Parece como si, por fin, estemos superando el dualismo racionalista en el que la humanidad llevaba anclada desde que Descartes dijera eso de pienso luego existo. ?Qu¨¦ ocurri¨®? El pensamiento, l¨®gico, fr¨ªo, se convirti¨® en el ¨²nico rey y nos desconectamos del cuerpo y de las emociones¡ de todo lo que no fuese pensamiento. En este esquema, claro, las emociones resultaban molestas, un obst¨¢culo, un impedimento para que la raz¨®n alcanzase su plenitud. Hoy ya sabemos que esto no es as¨ª. ?Las emociones nos ayudan a tomar buenas decisiones! As¨ª que creo, espero y conf¨ªo, que los ni?os, con esa nueva educaci¨®n centrada en las emociones, tomen mejores decisiones que nosotros¡ Y algo est¨¢ ocurriendo, ?verdad? ?Acaso no son ellos los que m¨¢s consciencia ecol¨®gica tienen? Y este solo es un ejemplo¡
P. Tiene a punto de caramelo un nuevo proyecto llamado ¡°Fant¨¢stica¡± d¨®nde los mayores (padres) podremos aprender a narrar, pero no para poder escribir bien sino para, a trav¨¦s de nuestro relato, conocernos mejor a nosotros mismos. ?Quiz¨¢s est¨¢ de alguna manera quit¨¢ndole un poco de peso al mundo de la psicolog¨ªa?
R. Fant¨¢stica School nace de una frase y de dos grandes autores. Empiezo por el gran Gianni Rodari que en su Gram¨¢tica de la Fantas¨ªa cita a otro grande, al poeta alem¨¢n Novalis que dijo: ?Si dispusi¨¦ramos de una Fant¨¢stica, como disponemos de una L¨®gica, se habr¨ªa descubierto el arte de inventar?. Esto le permite a Rodari escribir uno de los libros m¨¢s inspiradores y ¨²tiles que he le¨ªdo: La Gram¨¢tica de la Fantas¨ªa, donde se propone desarrollar ese arte de inventar mundos con palabras usando nuestra imaginaci¨®n, nuestra fantas¨ªa. Pero cuidado, no como una sustituci¨®n de la realidad, sino como un acercamiento a ella. Es desde ah¨ª que nace Fant¨¢stica School, una escuela que apuesta no solo por la formaci¨®n sino tambi¨¦n por la transformaci¨®n a trav¨¦s de las historias. Ya ves que esto tiene, por supuesto, una clara aplicaci¨®n a nivel individual, pero tambi¨¦n empresarialmente. Qu¨¦ contamos a nuestros clientes, qu¨¦ debemos contarles (y c¨®mo) para ser relevantes para ellos. Qu¨¦ debemos contar, tambi¨¦n, a nuestros empleados, entre compa?eros¡ Ya ves, somos lo que contamos y nos relacionamos con la vida desde ah¨ª. Storytelling y persuasi¨®n. Relato y prop¨®sito. Storytelling y el viaje del h¨¦roe. Narrativa transmedia¡ son solamente algunos de los cursos que vamos a ofrecer para dominar ese arte de inventar, de crear, de crearnos y, claro, re-crearnos. ?El formato? Pues muy actual. En l¨ªnea, con entrenamientos en directo y c¨¢psulas grabadas para que los nuevos fant¨¢sticos y fant¨¢sticas que formen y se transformen en esta comunidad puedan acceder a este conocimiento de una manera pr¨¢ctica y actual. Y, sobre todo, que sea ¨²til. Si alguien est¨¢ interesado, en www.fantastica.com podr¨¢ estar al d¨ªa de todas las novedades y del inminente curso que se acerca.
P. La pregunta es inevitable: ?Para qu¨¦ sirve la filosof¨ªa y c¨®mo la podemos aplicar los adultos sirvi¨¦ndonos de los ni?os? ?Ellos son fil¨®sofos natos hasta que se estropean?
R. La filosof¨ªa no sirve para nada. Ese es su gran valor. Me explico, va. En un mundo en el que todo se cuenta pero que contamos poco¡ en una sociedad en la que no tiene un beneficio tangible e inmediato es tachado como in¨²til, como una p¨¦rdida de tiempo¡ en un panorama as¨ª, es imprescindible la filosof¨ªa. M¨¢s que nunca. Porque los desaf¨ªos a los que nos enfrentamos, el progreso social y espiritual al que debemos dirigirnos, requiere de buenas dosis de filosof¨ªa, de introspecci¨®n. Adem¨¢s, todos somos fil¨®sofos al igual que todos sabemos contar historias. ?Qui¨¦n no ha contado algo que interese a alguien ni que sea una vez? ?Qui¨¦n no se ha planteado cuestiones existenciales y cosmog¨®nicas? ?Todos! Otra cosa es que, al estar en contacto con grandes pensadores seamos capaces de alimentar nuestra cabeza y nuestro coraz¨®n con otros puntos de vista, con otras formas de entender la realidad, con otras maneras de entender e interpretar. Ah¨ª, la filosof¨ªa es muy poderosa. Y, claro, por supuesto, los ni?os son grandes fil¨®sofos. Porque se lo cuestionan todo. Preguntan el por qu¨¦ de todo. ?Se asombran por todo! Entonces, no nos deber¨ªa extra?ar que, para Arist¨®teles, el asombro (que significa etimol¨®gicamente sacar de las sombras) sea uno de los primeros motores del acto de filosofar. Al final siempre recurro a esa frase de Alejandro Jodorowsky cuando alguien le pregunt¨® c¨®mo pod¨ªa educar a su hijo y ¨¦l respondi¨®: Deja que tu hijo te eduque a ti.
Retirar la filosof¨ªa de los planes de estudio es¡.
¡propio de una sociedad que necesita urgentemente que la filosof¨ªa entre en los planes de estudio.
P. La pandemia ha revelado muchas cosas, por ejemplo, que somos una manada. En febrero del 2018 public¨® usted en este diario un art¨ªculo llamado Las noticias me estresan que hoy d¨ªa cobra mucho m¨¢s sentido. Ya hemos visto c¨®mo se ha dividido la sociedad frente a esta locura inesperada, pero ?y los ni?os? ?C¨®mo han vivido los ni?os la pandemia, el estar en clase con la mascarilla siempre? ?Qu¨¦ ense?anzas nos han dejado?
R. Siempre es complicado hacer generalizaciones, sobre todo en un tema que tanto dolor est¨¢ causando a¨²n, como es esta pandemia. Sin embargo, quiero creer (y he detectado a mi alrededor) que los ni?os tienen una enorme capacidad de adaptaci¨®n. De resistencia. ?Son poderosos! No s¨¦¡ porque es una pregunta en la que f¨¢cilmente uno puede pisar un charco, pero sospecho que los m¨¢s peque?os tendr¨ªan muchos m¨¢s problemas con una epidemia de falta de amor, de cari?o, de cuidados y de atenci¨®n. Ellos viven de eso. Y nosotros deber¨ªamos aprender a vivir con eso¡ y saber darlo, tambi¨¦n. Tal vez podamos aprender eso, de esta pandemia.
P. Dice usted que no hay que dar nada por sentado. ?Eso es m¨¢s o menos lo mismo que asumir que vamos a vivir siempre en una permanente incertidumbre a lo largo de nuestras vidas? Y eso, ?c¨®mo se le cuenta a un hijo?
R. Bueno, cuando te sientas no te mueves y cuando das algo por sentado pues¡ eso, hay quietud. El preguntarse, el cuestionar y cuestionarse nos permite movernos y alcanzar otros lugares. Podemos quedarnos en ellos o seguir avanzando. A eso me refiero con lo no dar nada por sentado. Igualmente, y en paralelo a estas consideraciones, debemos aprender a navegar en la incertidumbre. La vida es incierta, nadie sabe qu¨¦ le depara el futuro. Lo que debemos hacer es armarnos con nuestras propias herramientasy recursos y una buena dosis de confianza, es decir, de creer en nosotros mismos de tal manera que sepamos que disponemos de todo lo necesario como para afrontar ese futuro incierto. Y si pensamos que no¡ que esto o lo otro no lo voy a poder manejar, pues prepar¨¦monos, llenemos ese ba¨²l y, sobre todo, creamos en nosotros. Somos m¨¢s capaces de lo que pensamos, eso seguro.
P. El d¨ªa 2 de octubre es el d¨ªa de la no violencia. Estamos viendo constantemente casos de ni?os y adolescentes violentos pero esto no es un fen¨®meno nuevo, lo que es nuevo es que ahora no se normaliza y se combate la violencia en las aulas (el bullying). ?Alguna receta m¨¢gica para evitar esto?
R. Bueno¡ seguro que hay personas que saben mucho m¨¢s que yo de este tema. Lo que s¨¦ es que me niego a pensar que haya ni?os y adolescentes violentos. Otra cosa es que sus actos lo sean. Me explico. Si defino su ser, su esencia, de esa manera, es como decir que no pueden dejar de serlo. Son as¨ª y as¨ª ser¨¢n siempre. Me inclino m¨¢s por pensar que ah¨ª hay algo, un problema, una incomprensi¨®n. La violencia es el s¨ªntoma, el grito de alg¨²n dolor profundo. Como sociedad debemos indagar, averiguar qu¨¦ est¨¢ produciendo ese dolor y comunicarnos con esos ni?os y adolescentes que se expresan a trav¨¦s de esos actos violentos. Si sirve para algo, recomendar¨ªa la lectura de Comunicaci¨®n no violenta, de Marshall Rosenberg. Este libro, confieso, me abri¨® los ojos¡ y el coraz¨®n. Porque en ¨¦l se nos da la clave para expresarnos y escuchar de forma compasiva, entendiendo profundamente al otro y sus motivaciones y, ante todo, legitim¨¢ndolo como ser humano. No es de extra?ar que Rosenberg y su m¨¦todo hayan servido tanto en la resoluci¨®n de conflictos que parec¨ªan irresolubles, enquistados por la violencia y el dolor¡ Sirva como pincelada para aquellos interesados. Yo siempre he dicho que deber¨ªa ser de lectura y trabajo obligado en los colegios¡ y no solo en los colegios.
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