El pensamiento cr¨ªtico: estos son los beneficios de ense?ar filosof¨ªa a los ni?os
Su aprendizaje favorece la apertura de esp¨ªritu, la responsabilidad c¨ªvica, la comprensi¨®n y la tolerancia entre los individuos y los grupos
La filosof¨ªa est¨¢ presente en cada rinc¨®n de nuestro d¨ªa a d¨ªa: dudamos, nos interrogamos, construimos el mundo a base de preguntas. La b¨²squeda de respuestas es como el camino a Itaca, m¨¢s importante plant¨¢rselas y recorrer camino que las respuestas e Itaca en s¨ª. Existo porque dudo, pienso luego existo. La filosof¨ªa deber¨ªa tener un espacio importante en la educaci¨®n, ya que fomenta razonar e interpretar el mundo. La UNESCO reconoce que ¡°la educaci¨®n filos¨®fica favorece la apertura de esp¨ªritu, la responsabilidad c¨ªvica, la comprensi¨®n y la tolerancia entre los individuos y los grupos¡± y que ¡°contribuye de manera importante a la formaci¨®n de ciudadanos al ejercitar su capacidad de juicio, elemento fundamental de toda democracia¡±.
Lo primero que hacen nuestros ni?os y ni?as es filosofar. Marina Garc¨¦s es doctora en filosof¨ªa y profesora de universidad. Acaba de publicar Escuela de aprendices, donde reflexiona sobre la educaci¨®n y, c¨®mo no, plantea preguntas: ?De qu¨¦ sirve saber cuando no sabemos c¨®mo vivir?, ?para qu¨¦ aprender cuando no podemos imaginar el futuro? Estas preguntas son el espejo donde no nos queremos mirar. Nos da verg¨¹enza no tener respuestas y resulta m¨¢s f¨¢cil disparar contra maestros y educadores. ?C¨®mo queremos ser educados? Marina Garc¨¦s afirma: ¡°Los neur¨®logos como David Bueno dicen que incluso en las primeras fases de la infancia el beb¨¦ ya filosofa, en el sentido de que procesa aprendizajes de forma argumentativa. Luego lo vemos a trav¨¦s del lenguaje y de la actitud expresiva, y todos sabemos, aunque nos incomode reconocerlo, que los ni?os y ni?as no se espantan ante las preguntas m¨¢s dif¨ªciles y m¨¢s profundas¡±.
Para la fil¨®sofa Marina Garc¨¦s la principal herramienta que podemos brindarles los padres y padres a los ni?os es la atenci¨®n. ¡°Es decir, que prestarles atenci¨®n, escucha y tiempo es la mejor manera de que sus preguntas crezcan y les permitan moverse, investigar, aprender y descubrir. A partir de aqu¨ª, por supuesto, buenas palabras y buenas lecturas¡±. Pero, ?tenemos los adultos capacidad de gestionar las preguntas y primeros pasos en la filosof¨ªa de nuestros hijos? ¡°El gran problema de los adultos hoy es la falta de tiempo y la propia desorientaci¨®n. Esto hace que no acojamos las preguntas de los m¨¢s peque?os, a¨²n menos de los inc¨®modos j¨®venes, y les cortemos las alas. Lo m¨¢s importante es que los adultos ganemos tiempo y perdamos miedo¡±, afirma Garc¨¦s.
Myriam Garc¨ªa es la presidenta de la Asociaci¨®n Filonenos de Asturias y miembro del Centro de Filosof¨ªa para Ni?os de Espa?a: ¡°Filosof¨ªa para Ni?os es una propuesta educativa que busca despertar el pensamiento filos¨®fico desde los primeros a?os de la infancia. Pero de lo que se trata es de llevar un tipo particular de filosof¨ªa. ?Te imaginas aprender a nadar sin meterte nunca en el agua?, ?tan solo leyendo un manual de t¨¦cnicas de nataci¨®n? No parece que sea una estrategia muy efectiva ?verdad? Y lo mismo ocurre si pensamos en otras disciplinas que se imparten en las escuelas, como la m¨²sica, la gimnasia o los idiomas. Son materias eminentemente pr¨¢cticas y se aprenden mediante la pr¨¢ctica. Pues bien, lo mismo ocurre con la filosof¨ªa. No se aprende memorizando textos y autores cl¨¢sicos, sino en la pr¨¢ctica, filosofando. Es decir, adoptando una actitud investigadora que busca interpretar y solucionar los problemas m¨¢s inmediatos de la vida cotidiana. Haciendo nuestra la reflexi¨®n kantiana: no se puede aprender filosof¨ªa, sino aprender a filosofar¡±.
La doctora en filosof¨ªa Myriam Garc¨ªa afirma que los ni?os peque?os pueden razonar. ¡°El problema es que tienen muy poca informaci¨®n y experiencia. Mientras no conocemos el contexto de un evento puede parecernos algo confuso, y solo cuando descubrimos las conexiones le encontramos sentido. Lo mismo ocurre con las experiencias de la vida. El ni?o aprender¨¢ a desarrollar las habilidades de pensamiento que posee cuando se conecten con sus propias experiencias concretas y no desde el mundo adulto, que tiene poco o nulo significado para ¨¦l. Por eso es importante partir de sus propios intereses y elegir recursos y actividades que se planteen en un lenguaje pr¨®ximo al suyo, que conecte con sus ideas, creencias, sentimientos y perspectivas¡±.
La mejor estrategia para conseguir el perfeccionamiento de nuestras destrezas de pensamiento es aquella que S¨®crates nos leg¨®: el di¨¢logo entre la pregunta y la respuesta. Myriam Garc¨ªa nos cuenta: ¡°La filosof¨ªa nace del asombro y los ni?os viven permanentemente en ese estado. Con el tiempo, los adultos hemos aprendido a aceptar los enigmas que acompa?an nuestra experiencia cotidiana y dejamos de preguntarnos por qu¨¦ las cosas. La vida de un ni?o, en cambio, est¨¢ llena de asombro y b¨²squeda de respuestas. A cada momento de su vida se encuentra antes sucesos nuevos y extra?os que despiertan constantemente su anhelo innato de preguntar. Es entonces cuando los ni?os comienzan a formular preguntas que se pueden considerar filos¨®ficas. Quieren saber el porqu¨¦ de esto o aquello, as¨ª que lo preguntan: ?Por qu¨¦ las cosas tienen nombres?, ?qu¨¦ pasa cuando te mueres?, ?para qu¨¦ existimos?, ?est¨¢ bien mentir?¡±
Myriam recomienda a los padres y madres lo que Plat¨®n denominaba el m¨¦todo corto frente al m¨¦todo largo: ¡°Donde el primero consiste simplemente en transmitir conocimientos, mientras el segundo, tambi¨¦n denominado may¨¦utica, busca que surja el pensamiento a partir de preguntas. Este tipo de ense?anza requiere que los adultos reprimamos nuestra tendencia natural paternalista e invitemos a nuestros hijos a desarrollar sus propias destrezas mentales para pensar, razonar, tomar decisiones y juzgar¡±.
Las excursiones o salidas familiares, como visitar un museo o acudir a un concierto infantil, pueden ser una excelente oportunidad para experiencias filos¨®ficas nuevas. As¨ª, por ejemplo, ante una misma obra de arte, podemos preguntar a nuestros hijos qu¨¦ es lo que ven, incorporando preguntas de menor a mayor complejidad en funci¨®n de su edad: ?Cu¨¢ntos colores hay?, ?c¨®mo son las pinceladas?, hay personas?, ?qui¨¦nes son?, ?d¨®nde est¨¢n?, ?qu¨¦ hacen?, ?qu¨¦ representa esa escena?, ?qu¨¦ puede ser?, ?nos gusta? De este modo, aprendemos a compartir nuestras impresiones con los otros y darnos cuenta de la diversidad de perspectivas y opiniones que se pueden mantener respecto al mismo tema.
¡°Siguiendo este mismo esp¨ªritu investigador, cada cuento, cada dibujo o juego infantil que compartamos con nuestros hijos puede servir como recurso disparador para iniciar un di¨¢logo en torno a lo que percibimos, sentimos o pensamos acerca de una gran variedad de temas de su inter¨¦s. Novelas, cuentos, cuadros, pel¨ªculas, poemas, canciones, objetos o situaciones. Todo puede despertar el pensamiento¡±, afirma Myriam Garc¨ªa.
Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.