Claves para ayudar a un ni?o a gestionar sus emociones: escuchar, validar o no sobreproteger

Las emociones son la manera natural en la que los seres humanos reaccionamos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Son reacciones psicofisiol¨®gicas irracionales y universales que funcionan de manera autom¨¢tica. Algunas son muy intensas, condicionando de forma importante el estado de ¨¢nimo de la persona, y otras pasan casi desapercibidas. Son imprescindibles para sobrevivir y para sentirnos adaptados al entorno en el que vivimos.

Los ni?os lloran, r¨ªen, se enfadan y se frustran. Sienten tristeza, ilusi¨®n, rabia, miedo o satisfacci¨®n. Al igual que los adultos, experimentan emociones que condicionan su conducta, su forma de relacionarse con los dem¨¢s o de percibir un suceso. Unas emociones que, en ocasiones, les bloquean, desbordan o les hacen sentir mal porque no posen las estrategias necesarias para hacerles frente correctamente.

Frases como ¡°no llores que pareces un ni?o peque?o¡±, ¡°no sientas miedo, que t¨² ya eres mayor¡± o ¡°no est¨¦s triste, que eso es una tonter¨ªa¡±, a veces, acompa?an las emociones de los ni?os haci¨¦ndoles percibir que hay cosas que no deber¨ªan sentir. Cuando no permitimos que un ni?o comparta lo que siente, estamos poni¨¦ndole trabas al desarrollo de su inteligencia emocional. Para las familias acompa?ar las emociones negativas de sus hijos sin coartarlas o juzgarlas no es una tarea f¨¢cil. Muchos adultos han crecido en entornos donde no hab¨ªa espacio para expresar con libertad aquello que les inquietaba o preocupaba. Por esa raz¨®n, les resulta complicado validar correctamente las emociones que sus hijos expresan o necesitan compartir, especialmente si estas emociones son desagradables o afectan negativamente la conducta.

Un ni?o necesita sentir que sus adultos de referencia conectan con lo que siente, no juzgan sus estados an¨ªmicos y le ofrecen la libertad para expresar todo aquello que necesita. Crear un hogar donde todas las emociones tengan cabida ser¨¢ esencial para que el ni?o sienta seguridad, protecci¨®n y confianza, que es aceptado y querido, que puede compartir con las personas que quiere aquello que le inquieta o ilusiona. Que un ni?o aprenda a gestionar adecuadamente sus emociones es fundamental para su bienestar personal, emocional y social. Aprender a identificar, expresar y regular las emociones de forma efectiva le ayudar¨¢ a tener una buena autoestima, a afrontar situaciones complejas de forma m¨¢s adaptativa y serena y a tener relaciones positivas y nutritivas.

Un menor que haya podido desarrollar correctamente su inteligencia emocional se convertir¨¢ en un adulto valiente, capaz de solucionar sus propios problemas, de entender aquello que le sucede y hacerse responsable de sus decisiones. De superar los baches con optimismo y perseverancia. En cambio, si ha crecido en un entorno donde sus emociones siempre han sido reprimidas o silenciadas, ser¨¢ un adulto que muestre muchas dificultades para compartir aquello que le pasa, para hacer frente a la frustraci¨®n o la rabia y establecer relaciones sanas con los dem¨¢s.

Claves para ayudar a un ni?o en su gesti¨®n emocional

1. Observar y escuchar de manera activa todas las emociones por las que el ni?o transita. Ayud¨¢ndole a tomar conciencia de lo que le est¨¢ sucediendo, a significar lo que siente y desarrollar estrategias que le permitan hacerles frente para conseguir su bienestar. Que el ni?o entienda que no existen emociones buenas o malas, que todas son necesarias para la vida, ser¨¢ esencial para su desarrollo.
2. El adulto debe aprender a legitimar las emociones del ni?o, a validarlas sin hacerle sentir mal o culpable. A ofrecerle el espacio y el tiempo que necesita para hablar de ellas desde la calma y el afecto. Un ni?o que se siente escuchado y comprendido ser¨¢ una persona serena y feliz.
3. Evitar el exceso de ayuda o la sobreprotecci¨®n. El ni?o debe aprender a enfrentarse a sus emociones de forma aut¨®noma sin que mam¨¢ o pap¨¢ le den respuesta a todo. Debemos ense?arle a sentir la emoci¨®n, a situarla en el cuerpo y ponerle un nombre para que pueda encontrar la mejor manera de transitarla. A hablar de ellas sin tapujos o sentir verg¨¹enza, proporcion¨¢ndole estrategias para encontrar el equilibrio en su propia regulaci¨®n.
4. El adulto debe convertirse en el mejor modelo de conducta a la hora de gestionar sus propias emociones porque el menor aprende por observaci¨®n e imitaci¨®n. Observar¨¢ y copiar¨¢ c¨®mo el adulto reacciona al sentir miedo, enfado o alegr¨ªa. Hablar con el ni?o sobre las propias emociones le ayudar¨¢ a ponerle palabras a su propia experiencia.

Ofrecer una adecuada educaci¨®n emocional es el mejor pasaporte de futuro que le podemos regalar a un hijo. Es la clave para que aprenda a dar respuesta a todas las dificultades que le ir¨¢n surgiendo en su d¨ªa a d¨ªa, a establecer relaciones con los dem¨¢s basadas en el respeto y la empat¨ªa, a marcarse retos y trabajar por ellos. A darle sentido a lo que le pasa, a lo que hace o desea. Como dice el psic¨®logo Sergi Rufi: ¡°Sentir es lo m¨¢s valiente que hay, requiere agallas¡±.

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