C¨®mo marca la vida de un ni?o que su padre o madre sea negligente emocional
La incapacidad de los progenitores de cubrir las necesidades afectivas de sus hijos es una forma de maltrato que conlleva problemas de ansiedad, hiperactividad o depresi¨®n en el menor
La negligencia emocional con los ni?os es una forma de maltrato que desampara al menor en su mundo afectivo. Consiste en la incapacidad de satisfacer sus necesidades b¨¢sicas por parte de sus tutores. ¡°La negligencia con la infancia representa el porcentaje m¨¢s alto de los casos de maltrato notificados en Espa?a, por encima del f¨ªsico, el psicol¨®gico o del abuso sexual¡±, asegura Silvia Arcas, psic¨®loga en el Centro Integral de San Lorenzo, en San Lorenzo de El Escorial (Comunidad de Madrid). En efecto, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles del Registro Unificado de Maltrato Infantil de 2021, que recoge las sospechas de violencia contra los menores, la m¨¢s frecuente es la negligencia (14.300 casos, el 42,75%) y la emocional (10.284, el 30,75%); estas suponen el 52% del total de los casos.
Las consecuencias para el ni?o que sufre este tipo de negligencia son diversas y afectan a varias ¨¢reas de su vida. ¡°Provoca hiperactividad, baja autoestima, depresi¨®n, problemas de conducta, bajo rendimiento acad¨¦mico, trastornos de aprendizaje o de conducta alimentaria, as¨ª como retraso en el desarrollo de las habilidades sociales, en el lenguaje y en el aspecto cognitivo¡±, enumera Arcas.
La negligencia con los hijos en el campo afectivo ser¨ªa lo contrario a la inteligencia emocional. ¡°Se trata de un analfabetismo, ceguera o imposibilidad de comprender las sensaciones y sentimientos propios y ajenos. Suelen ser padres que, a su vez, han tenido v¨ªnculos con sus tutores con los que no han podido aprender el lenguaje emocional¡±, explica por su parte la psic¨®loga Tristana Su¨¢rez. ¡°No saben ni identificarlas, ni nombrarlas, ni analizar las causas que las provocan, ni responder ante ellas¡±, prosigue Su¨¢rez. Estos padres no entienden afectivamente a sus hijos: ¡°No reconocen adecuadamente lo que les pasa; si sienten alegr¨ªa, tristeza o celos¡±. Para esta psic¨®loga, todo esto produce en los menores la dificultad para conocer c¨®mo se sienten y comunic¨¢rselo a sus progenitores, por lo que acaban por inhibir esa acci¨®n: ¡°Lo que les genera incapacidad para gestionar el mundo emocional, que puede derivar en situaciones como ansiedad o estr¨¦s postraum¨¢tico¡±.
La negligencia emocional tiene muchas caras. ¡°Ni?os abandonados, ignorados y rechazados en sus necesidades de apoyo, afecto, atenci¨®n y acompa?amiento, como, por ejemplo, en casos de una inadecuada alimentaci¨®n o precariedad en la vivienda¡±, retoma Arcas. ¡°Tambi¨¦n abarca situaciones de inadecuada atenci¨®n m¨¦dica o educativa, como la falta de escolarizaci¨®n por absentismo¡±, a?ade la psic¨®loga.
¡°La negligencia emocional es un fen¨®meno muy complejo, porque es multifactorial y no se puede asociar ¨²nicamente a los perfiles psicol¨®gicos de los cuidadores¡±, analiza esta especialista. Los progenitores est¨¢n sometidos a presi¨®n durante la crianza de los hijos: ¡°Ese estr¨¦s se reduce si los recursos de los que disponen para cuidarles son suficientes, como el caso de contar con medios econ¨®micos o con una buena cobertura de redes de apoyo profesional y familiar¡±.
Beb¨¦s y desatenci¨®n afectiva
El cerebro de los beb¨¦s responde a los est¨ªmulos emocionales de los padres, por lo que su negligencia les afecta. ¡°Durante los dos primeros a?os de vida el ni?o va a regular sus emociones cuando su hemisferio derecho entra en conexi¨®n con el de su cuidador a trav¨¦s de la afectividad que recibe¡±, asegura Gemma Ochando, psiquiatra de la infancia y adolescencia, pediatra y miembro de la Sociedad de Psiquiatr¨ªa Infantil de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa. El beb¨¦ debe notar que los padres est¨¢n disponibles para cubrir sus necesidades f¨ªsicas y emocionales. ¡°Resulta fundamental para el establecimiento de un apego seguro y para el desarrollo cognitivo y emocional adecuado del ni?o, porque cada vez que se comunican los hemisferios derechos del beb¨¦ y del cuidador se generan nuevas conexiones neuronales necesarias para el desarrollo cerebral¡±, aclara la psiquiatra.
Durante el primer a?o de vida, el ni?o es especialmente vulnerable a la negligencia emocional. ¡°Puede provocar una interrupci¨®n del desarrollo cerebral y modificar sus estructuras cerebrales¡±, advierte la especialista. El estudio Consecuencias del maltrato infantil para el neurodesarrollo y su impacto en la vida adulta, elaborado por Rafael Benito Moraga, psiquiatra y terapeuta familiar en el Centro de Psiquiatr¨ªa Integral de San Sebasti¨¢n, y publicado en Journal of neuroeducation, concluye: ¡°El cerebro de los menores que sufren malos tratos o abandono no puede desarrollarse bien y esto va a provocar que las ¨¢reas cerebrales que se encargan del procesamiento emocional sean mucho m¨¢s activas que las zonas encef¨¢licas que deber¨ªan controlarlas. Esto predispone al individuo a situaciones de secuestro emocional, en las que la rabia o el deseo pueden tomar el mando y producir comportamientos impulsivos, dirigidos a la satisfacci¨®n inmediata o a una conducta col¨¦rica y destructiva¡±.
El desamparo afectivo y los adolescentes
Los adolescentes que han vivido la negligencia emocional de sus progenitores son m¨¢s susceptibles a las adicciones. ¡°Tienen un 300% m¨¢s de posibilidad de consumir drogas, automutilarse o tener un comportamiento violento con otras personas¡±, se?ala Ochando. ¡°No obstante, la negligencia emocional no consiste solo en la desatenci¨®n de las necesidades del ni?o. Tambi¨¦n las situaciones de sobreprotecci¨®n pueden generar problemas en el desarrollo madurativo y generar miedo e inseguridad¡±, matiza la especialista.
Ochando explica que todo esto puede acarrear dificultad para tolerar la frustraci¨®n, una baja autoestima, la dificultad en la toma de decisiones o una baja capacidad de responsabilidad.
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