C¨®mo educar a tu hijo adolescente en el consentimiento
En un momento en el que el porno es el principal manual de educaci¨®n sexual de los menores, los expertos aconsejan reforzar desde casa mensajes sobre la importancia de mantener relaciones consensuadas y hablar sobre el deseo, el derecho a decir ¡°no¡± y la reciprocidad
Uno de los asuntos clave en la educaci¨®n sexual de los adolescentes es el concepto del consentimiento. A pesar de estar presente en conversaciones y medios de comunicaci¨®n, no parece que los j¨®venes tengan claro en qu¨¦ consiste, a juzgar por los datos que por ejemplo recoge un reciente informe de la Fundaci¨®n Anar, en el que se refiere un aumento del 55% en las cifras de violencia sexual entre adolescentes en los ¨²ltimos cinco a?os. Para Alejandro Villena Moya, psic¨®logo y sex¨®logo cl¨ªnico, coordinador t¨¦cnico del proyecto Hablemos de Sexualidad del Colegio Oficial de Psicolog¨ªa de Madrid ¡ªque busca, entre otras cosas, acabar con los estigmas que rodean a la sexualidad¡ª, este incremento tiene que ver con que ¡°la pornograf¨ªa es la profesora de sexualidad, que va construyendo un manual de destrucci¨®n: un sexo pornificado¡±.
¡°Los adolescentes que aprenden de la pornograf¨ªa incorporan un concepto de consentimiento bastante ambivalente, lo que genera una gran distorsi¨®n sobre lo que es deseable para el otro. En este manual de instrucciones se observa la falta de consentimiento, deseo y reciprocidad como motor de una sexualidad con jerarqu¨ªa entre los sexos¡±, explica Villena Moya. Este experto no habla solo de consentimiento. ¡°Aunque me parece necesario, es insuficiente porque puede dar lugar a equ¨ªvocos. Prefiero hablar de consenso, equidad y reciprocidad. El consentimiento es simplemente el primer escal¨®n. Claro que se requiere un acuerdo para querer compartir de forma libre ese espacio de intimidad f¨ªsica y emocional, pero la palabra consentir suena a dar derecho de uno a otro, pero no de otro a uno. Parece un acuerdo asim¨¦trico, casi forzado¡±, destaca.
La psic¨®loga especializada en terapia de pareja y sex¨®loga Elena Crespi Asensio, tambi¨¦n autora de libros como ?Hola, sexo! (Liana Editorial, 2023), est¨¢ de acuerdo con este planteamiento: ¡°La palabra consentimiento suscita dudas porque implica cierta sumisi¨®n e incluso pueden creer que supone pedir permiso continuamente, cuando no se refiere a eso. Me gusta m¨¢s la palabra consenso, aunque tampoco saben qu¨¦ significa tener una relaci¨®n consensuada¡±. A veces, ¡°los adolescentes no entienden que es necesario que la otra persona tambi¨¦n desee¡±, prosigue Crespi, ¡°porque se ha construido una sexualidad en la que se prioriza la voluntad masculina y se dan por supuestas muchas cosas sin plantearse qu¨¦ es lo que las otras personas realmente quieren¡±.
Por todo esto es tan importante educar a los adolescentes en ese consenso desde casa. ¡°Si no tienen claro que se puede parar en cualquier momento, se pueden tener relaciones perjudiciales tanto para ellos como para la otra persona. Sin quererlo, aunque no sea su intenci¨®n, los adolescentes pueden estar ejerciendo cierto poder sobre el otro¡±, continua Crespi. Los menores deben recibir informaci¨®n de sus progenitores que les deje claro que ¡°tiene que haber un deseo com¨²n, ¡®importo yo, importas t¨², importamos nosotros¡¯. Un placer compartido. Hay un deseo sexual mutuo que nos motiva a compartir esa experiencia¡±, a?ade Villena Moya. Para este psic¨®logo y sex¨®logo, el planteamiento que los progenitores tienen que conseguir transmitirles deber¨ªa ser este: ¡°No me acuesto con tu cuerpo, nos acostamos juntos, elegimos y compartimos en libertad. Pero necesito hacerme cargo de tu estado emocional, interno y de tus necesidades, adem¨¢s de tus gustos y preferencias sexuales. As¨ª, disfrutar ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil¡±.
Para los adolescentes, puede ser tan dif¨ªcil pedir consentimiento como negarlo, tanto si se lo solicitan como si no. Por eso conviene hablarles de ambas posibilidades, reforzar conversaciones en este sentido desde casa y hacerlo con naturalidad. ¡°La otra persona no tiene que estar disponible y accesible para el placer, aunque as¨ª se sobreentienda del porno, que distorsiona la realidad. Pero tambi¨¦n tienen que aprender que el deseo no solo debe estar presente al iniciarse la relaci¨®n sexual, sino durante todo el encuentro, de principio a fin¡±, afirma Villena Moya. El experto plantea una forma sencilla de explic¨¢rselo: ¡°Hay que ense?arles que el sexo es una experiencia similar a cuando te sientas a la mesa con alguien en un restaurante. Aunque ya est¨¦s sentado con esa persona, hay que elegir el men¨² y negociarlo. Durante la comida hay que preguntar al otro: ¡®?Te sirvo m¨¢s? ?Has terminado? ?Qu¨¦ te parece? ?Te gusta?¡¯. Tambi¨¦n hay que esforzarse porque la conversaci¨®n sea amena y se genere un buen clima¡±.
Esa educaci¨®n tambi¨¦n tiene que ir en otro sentido. ¡°Aprender a decir que no sin sentirse culpable, atreverse a pedir al otro que pare si no le est¨¢ gustando o le est¨¢ doliendo¡±, prosigue Villena Moya, ¡°porque es frecuente que, aunque saben que tienen derecho a arrepentirse, sienten miedo a ser abandonadas, etiquetadas, rechazadas, y lo digo en femenino porque suele ser m¨¢s dif¨ªcil para las mujeres¡±. Lo ideal, seg¨²n explica, ser¨ªa que el otro tambi¨¦n se hiciera cargo de esta incomodidad.
Esto se complica a¨²n m¨¢s por el momento vital que est¨¢n atravesando. ¡°Los adolescentes se centran m¨¢s en el placer y los beneficios f¨ªsicos que en la salud emocional o relacional. Todav¨ªa les cuesta ver m¨¢s all¨¢ del propio yo¡±, asegura el psic¨®logo. ¡°Querer encajar en el grupo social en el que se est¨¢ integrado hace que en muchos momentos se acceda a cosas o se propongan cosas sin que sean las que realmente se quieren hacer o proponer¡±, agrega por su parte Crespi.
Para Villena Mora, los padres deben esforzarse para ofrecer a sus hijos una educaci¨®n en la que se desmonten los estereotipos de ambos g¨¦neros con el ejemplo en la familia: ¡°Con las adolescentes, adem¨¢s, es importante trabajar las fortalezas, desarrollar una autoestima sana para que no tomen decisiones por miedo al abandono o al rechazo; desarrollar habilidades para poner l¨ªmites y decir que no; sentirse seguras para tomar decisiones; y reconocer se?ales de violencia y maltrato en una relaci¨®n¡±. En lo que respecta a los adolescentes varones, Crespi sostiene que hay que educarles para que entiendan que el autorrespeto pasa por respetar a las dem¨¢s personas; que es importante comunicarse y explicar qu¨¦ se quiere y que no pasa nada porque en alg¨²n momento les digan que no.