Qu¨¦ es el ¡®vamping¡¯ y c¨®mo afecta a los h¨¢bitos de sue?o de tu hijo adolescente
Si quieres que el joven tenga mejor rendimiento acad¨¦mico, ap¨¢gale el m¨®vil dos horas antes de irte a dormir, seg¨²n los expertos
Celosos de su intimidad, los adolescentes mantienen su puerta cerrada o entornada los momentos que preceden al inicio del sue?o, tanto si comparten habitaci¨®n como si no. Con la luz encendida o mejor si est¨¢ apagada, lejos de la mirada inquisidora de sus padres, aprovechan los ¨²ltimos minutos para echar un vistazo a los stories de Instagram, mirar alg¨²n v¨ªdeo divertido en Tiktok, curiosear memes, seguir lo que hacen sus streamers favoritos o alguna influencer, juegan en l¨ªnea con sus compa?eros de clase, chatean por WhatsApp con sus amigos o ven alguna serie¡ Incluso pueden repasar los apuntes o comprobar que han terminado el trabajo que hay que entregar ma?ana y dejaron para ¨²ltima hora. Es lo que se denomina vamping.
Las posibilidades son infinitas. Tanto que es dif¨ªcil no caer en la tentaci¨®n de echar esa ¨²ltima mirada (que puede ser m¨¢s o menos larga) al m¨®vil o la tablet. Al menos eso es lo que le pasa al 52% de los adolescentes, que consultan sus dispositivos electr¨®nicos siempre o casi siempre antes de irse a dormir, porcentaje que se eleva hasta el 68% entre los 15 y 17 a?os. Lo dice un estudio llevado a cabo por PiLeJe, laboratorio franc¨¦s especializado en microbiota, micronutrici¨®n y fitoterapia. Y, en realidad, lo sabe cualquiera que tenga un adolescente en casa.
Puede tratarse de una adicci¨®n
La realidad es que supone un problema mayor de lo que ellos (y nosotros) creen. Y es as¨ª por varias razones. Para empezar porque, como indica el estudio, el 22% de los chavales son ¡°incapaces¡± de no consultar el m¨®vil antes de dormir. Esa palabra sugiere dependencia o ¡°estado mental y f¨ªsico patol¨®gico en que una persona necesita un determinado est¨ªmulo para lograr una sensaci¨®n de bienestar¡±. Y as¨ª lo afirma Javier Albares, neurofisi¨®logo y especialista en sue?o: ¡°No cabe duda de que cumple las caracter¨ªsticas que definen una dependencia. Adem¨¢s, el hecho de no utilizarlo les crea una importante sensaci¨®n de malestar¡±. Y un miedo irracional a estar sin m¨®vil, lo que se ha dado en llamar nomofobia.
La consecuencia m¨¢s evidente de coger el m¨®vil antes de dormir es que se acortan las horas de sue?o. Porque adem¨¢s, y como indica el estudio de PiLeJe, el 55% de los encuestados dicen no controlar el tiempo que pasan con el m¨®vil y que siempre dedican m¨¢s tiempo del que desear¨ªan. Adem¨¢s, y como ya sabemos, ¡°estos dispositivos emiten un alto contenido de luz azul, la m¨¢s estimulante de todas, que confunde a nuestro cerebro, haci¨¦ndole pensar que es de d¨ªa. La falta de oscuridad suprime la liberaci¨®n de melatonina, la neurohormona necesaria para tener un sue?o de ¨®ptima calidad y cantidad¡±, afirma Albares.
Para colmo, las actividades que se suelen realizar con los dispositivos a esa hora, no suelen ser algo parecido a lectura relajante, sino m¨¢s bien excitantes: ¡°Suelen ser momentos de multitarea, de recibir cantidad de informaci¨®n que en lugar de permitir a nuestro cerebro prepararse para el sue?o, tienen la funci¨®n totalmente opuesta¡±, dice el neurofisi¨®logo. Y a?ade: ¡°No hay que olvidar, adem¨¢s, que en las redes sociales nosotros somos el producto. Est¨¢n dise?adas para que nos enganchemos a ellas. Con cada like liberamos dopamina, el neurotransmisor del logro, la euforia, el placer. Nuestro cerebro se acostumbra a esos niveles de dopamina y quiere m¨¢s. Ese es uno de los principales motivos por los que generan dependencia¡±.
El sue?o, esencial para el desarrollo de su cerebro
Todo ello supone un buen n¨²mero de consecuencias negativas empezando, evidentemente, por la privaci¨®n de sue?o. Al que hay que sumarle insomnio y desajustes circadianos. ¡°Los adolescentes deber¨ªan dormir nueve horas y, por desgracia, muy pocos llegan. Es una etapa de la vida en la que el sue?o es fundamental, porque existe un desarrollo cerebral muy activo y es durante el sue?o en el que se producen los fen¨®menos de neuroplasticidad, se refuerzan las conexiones neuronales que m¨¢s se usan y que m¨¢s necesarias ser¨¢n. Sin un buen sue?o, el adolescente perder¨¢ una oportunidad ¨®ptima para un buen desarrollo cerebral. A corto plazo, un adolescente mal dormido es menos creativo, menos emp¨¢tico, tiende a tener m¨¢s trastornos del estado de ¨¢nimo, mayor consumo de sustancias excitantes y t¨®xicos. Tiene mayores dificultades cognitivas y de aprendizaje, teniendo como resultado peor rendimiento y mayor riesgo de fracaso escolar¡±. Ah¨ª es nada¡
El asunto es que no solo se duerme menos, sino que se duerme peor. Es decir, disminuye la calidad del sue?o, que viene dada por su profundidad y su continuidad, es decir, si existen o no despertares nocturnos. ¡°El vamping no solo reduce la cantidad de sue?o, sino que adem¨¢s hace que sea m¨¢s superficial y con mayor n¨²mero de despertares o microdespertares. El resultado de la ecuaci¨®n es mayor cansancio y somnolencia diurna¡±, afirma Albares. Rematamos recordando que, como dice Saray Coronado Valls, psic¨®loga en UDEN Psicolog¨ªa, ¡°un sue?o ¨®ptimo previene enfermedades como infartos, ictus o depresiones.¡±
Tenemos claro, pues, que es los dispositivos electr¨®nicos antes de dormir son el enemigo. Pero¡ ?C¨®mo les convencemos de que lo dejen dos horas antes de irse a dormir? Si su hora aproximada de meterse en la cama son las 23.00¡ deber¨ªan dejarlo a las 21.00. Estamos hablando de adolescentes, rebeldes sin causa que gustan de llevar la contraria a sus padres, que se conciben a s¨ª mismos como seres invulnerables y que se relacionan con sus iguales ¡ªalgo que les define¡ª en gran medida, a trav¨¦s del m¨®vil. La soluci¨®n no pinta bien.
Dar ejemplo y otros consejos
El consejo clave est¨¢ claro para Coronado Valls: ¡°Lo primero que hay que hacer es predicar con el ejemplo. A menudo, los padres mandan mensajes contradictorios manteniendo el m¨®vil hasta tarde mientras se lo proh¨ªben a los hijos¡±. Se acab¨® lo de mirar mails de trabajo una vez finalizada la jornada laboral. Coronado tambi¨¦n sugiere ¡°dotar a los adolescentes de otras estrategias que reemplacen el mal h¨¢bito de usar el m¨®vil antes de acostarse como, por ejemplo, leer un libro, prepararse la rutina del d¨ªa siguiente, etc.¡±. Y recalca: ¡°Es necesario establecer unas normas claras mediante la regulaci¨®n de su uso¡±. Y a poder ser sin prohibir: ¡°conseguir mediante el di¨¢logo que los adolescentes entiendan las repercusiones que el vamping pueden tener en su salud¡±.
Javier Albares apunta dos estrategias m¨¢s: ¡°Una base de carga com¨²n en el sal¨®n para los dispositivos de toda la familia es una opci¨®n. En situaciones de mayor dependencia, puede llegar a ser necesario dejarlos bajo llave y no poder acceder a ellos hasta la ma?ana siguiente. La necesidad que tengamos de coger el m¨®vil al levantarnos nos puede dar una idea de la dependencia que existe. Es como el primer cigarrillo del fumador nada m¨¢s levantarse¡±.
Un problema de salud p¨²blica
Excepto la del ejemplo, estas medidas pueden suponer peque?os grandes dramas familiares. Entre otras cosas porque siempre tienen la excusa de ¡®soy el ¨²nico adolescente que no puede hablar con los amigos despu¨¦s de cenar¡¯. En ese sentido, y recalcando que tratamos de un ¡°problema de salud p¨²blica¡±, Albares apunta a la intervenci¨®n de las autoridades para que se generalicen estas medidas mediante la concienciaci¨®n: ¡°Deben tomar cartas en el asunto, dar prioridad a programas de educaci¨®n sobre la importancia del sue?o, as¨ª como sobre el riesgo del uso abusivo y la dependencia que genera la mala utilizaci¨®n de los dispositivos y redes sociales¡±. ¡°Los programas que han demostrado ser m¨¢s ¨²tiles en materia del sue?o, son aquellos que se realizan desde la escuela, introduciendo cambios desde dentro, en las actividades y rutinas del d¨ªa a d¨ªa. En ellos deben participar tanto los adolescentes como los profesores y los padres¡±, concluye el neurofisi¨®logo.
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