Jos¨¦ Carlos Ruiz: ¡°Hay que poner en valor la atenci¨®n plena a nuestros hijos porque la atenci¨®n es el nuevo dorado¡±
Este doctor en Filosof¨ªa publica ¡®Cocola y las gafas asombrosas¡¯, un ¨¢lbum ilustrado por Evelynb Daviddi con el que convierte en cuento su pedagog¨ªa del protopensamiento
Cuenta Jos¨¦ Carlos Ruiz, doctor en Filosof¨ªa por la Universidad de C¨®rdoba y fil¨®sofo de cabecera de Carles Francino en la secci¨®n M¨¢s Plat¨®n y menos WhatsApp de La Ventana de la Cadena Ser, que cuando sus hijos ten¨ªan siete y cinco a?os aproximadamente (hoy cuentan 16 y 14) se dio cuenta de que no hab¨ªa libros infantiles para trabajar el pensamiento cr¨ªtico: ¡°Hab¨ªa una pedagog¨ªa de las emociones muy bien hecha y muy bien trabajada, hab¨ªa incluso cuentos sobre la figura de determinados fil¨®sofos, pero no hab¨ªa apenas cuentos que tuviesen los elementos del pensamiento cr¨ªtico bien definidos¡±.
De esa ausencia, y del trabajo posterior con maestros y alumnos de escuelas de C¨®rdoba, que le permiti¨® desarrollar el proyecto pedag¨®gico El arte de pensar para ni?os, llega ahora a librer¨ªas Cocola y las gafas asombrosas (Harper Kids), un ¨¢lbum ilustrado por Evelynb Daviddi con el que convierte en cuento su pedagog¨ªa del protopensamiento, basada en tres elementos (asombro, curiosidad y cuestionamiento) cuya activaci¨®n es fundamental para el desarrollo del pensamiento cr¨ªtico. Protagonizado por una ni?a, Cocola, a la que su abuelo empuja hacia el asombro para, a partir de ah¨ª, despertar su curiosidad y hacerle cuestionarse las cosas, el libro, asegura Jos¨¦ Carlos Ruiz, es una reivindicaci¨®n del valor de lo cotidiano: ¡°Es f¨¢cil asombrarse de lo excepcional, pero recuperar el asombro por lo cotidiano es m¨¢s dif¨ªcil¡±.
Pregunta. ?Es cosa m¨ªa o todo ni?o lleva un fil¨®sofo dentro?
Respuesta. Yo utilizo mucho la frase del fil¨®sofo franc¨¦s Michel Onfray, que dice que todos nacemos fil¨®sofos, pero solo algunos tenemos la suerte de seguir si¨¦ndolo con el paso de los a?os.
P. ?Cu¨¢ndo y por qu¨¦ perdemos por el camino a ese fil¨®sofo interior?
R. Te dir¨ªa que cada vez se pierde antes, ya en la etapa infantil. El modelo de entretenimiento actual est¨¢ configurado de tal manera que los ni?os y ni?as se entretienen pasando de una aplicaci¨®n a otra o de un contenido a otro que ya vienen fabricados ex profeso para entretenerlos, pero, sin embargo, eso no les permite fabricar su propio entretenimiento, con lo que el asombro, la curiosidad o la creatividad para fabricar sus propios entretenimientos est¨¢ desapareciendo. En el cuento trato de recuperar esos tres elementos que yo percibo que se est¨¢n perdiendo. La muestra es que los ni?os y las ni?as cada vez preguntan menos. La etapa del por qu¨¦ cada vez es m¨¢s corta y muchas veces se limita a un por qu¨¦. No hay un cu¨¢ndo, un c¨®mo, una curiosidad activa.
P. Cocola, la protagonista del cuento, ha perdido esos tres elementos del protopensamiento (asombro, curiosidad y cuestionamiento) que son la base del pensamiento cr¨ªtico.
R. Exacto. Y tiene que ser estimulada por su abuelo para darse cuenta de que est¨¢ rodeada de cosas asombrosas, que solo necesita cambiar la configuraci¨®n visual de su mundo, cambiar la mirada sobre lo que le rodea. Creo que esa puesta en valor de lo cotidiano est¨¢ en desuso y es una de las reivindicaciones del libro. Al final, es f¨¢cil asombrarse de lo excepcional, pero recuperar el asombro por lo cotidiano es m¨¢s dif¨ªcil. Padres, madres y docentes debemos poner en valor la cotidianidad del ni?o, la experiencia vivencial con el entorno, porque a partir de ah¨ª se recupera el asombro. Y luego, si dirigimos bien ese asombro, se genera una curiosidad que va m¨¢s all¨¢ de la fascinaci¨®n pura y que llega al cuestionamiento.
P. Al final, aunque est¨¦ dormida, los ni?os van servidos de forma innata de capacidad de asombro, curiosidad y cuestionamiento. No tengo tan claro que los adultos seamos capaces de acompa?arlos como hace Bartolo, el abuelo de Cocola.
R. Tengo la impresi¨®n de que la vor¨¢gine de la vida ha provocado que sustituyamos muchas veces nuestro deber de educar por el proceso de entretener. Es decir, que en ese proceso de acompa?amiento que implica conducir o guiar a nuestros hijos, en muchas ocasiones acabamos delegando nuestra responsabilidad en el entretenimiento. Seguramente mucho de esto tiene que ver con ese ritmo fren¨¦tico del que hablamos, que provoca que cuando llegas a casa lo hagas con un agotamiento de energ¨ªa que hace dif¨ªcil esa tarea educadora. Pero esto no es justificaci¨®n, no se nos puede olvidar que tenemos un deber en esos procesos educativos y que ese deber no se puede medir en funci¨®n del cansancio.
P. Cansancio y tecnolog¨ªa full time. Mala combinaci¨®n.
R. Tenemos que recuperar el concepto de ¡°atenci¨®n hacia¡±. El elemento m¨¢s importante que tienen nuestros hijos e hijas para configurar su identidad es la atenci¨®n. Deber¨ªamos ser conscientes de que cuando prestamos atenci¨®n a nuestros hijos -como el abuelo de Cocola hace con ella- ellos se dan cuenta y a partir de ah¨ª se sienten m¨¢s relevantes, m¨¢s empoderados. Hay que poner en valor esa atenci¨®n plena a nuestros hijos e hijas, porque la atenci¨®n es el nuevo dorado del siglo XXI. Las nuevas tecnolog¨ªas, de hecho, est¨¢n intentando secuestrar esa atenci¨®n y estamos viendo las consecuencias catastr¨®ficas que esto puede tener cuando uno pierde el control de la atenci¨®n y la deja sometida a los vaivenes de la narrativa tecnol¨®gica.
P. Adem¨¢s de poner en valor la cotidianidad y la atenci¨®n, ?qu¨¦ otro consejo dar¨ªas a madres y padres para acompa?ar a sus hijos en el desarrollo de esos tres elementos del protopensamiento?
R. La ejemplaridad. Nuestros hijos aprenden muchas veces por imitaci¨®n, as¨ª que si nosotros queremos que nuestros hijos activen el asombro en lo cotidiano, tenemos que ser un ejemplo al respecto. Y eso empieza por fijarnos, por ejemplo, en cosas como que al girar el grifo del agua hacia un lado salga fr¨ªa y hacia el otro caliente. O simplemente en el hecho de que salga agua del grifo. No podemos dar por hecho que todo lo que nos rodea en lo cotidiano es sencillo u obvio, porque esa obviedad no existe cuando profundizas en cada elemento. As¨ª que lo primero es tomar conciencia desde nuestra condici¨®n de padres de la importancia de recuperar el asombro. Pi¨¦nsalo, no nos asombramos, por ejemplo, de poder hacer una videoconferencia con alguien que vive en Nueva York, pero a poco que lo pienses, que tu imagen y tu voz lleguen a Nueva York en el momento presente es asombroso. Las madres y padres que acompa?en a sus hijos en la lectura del libro se van a dar cuenta de que el est¨ªmulo de la curiosidad y del asombro no es muy dif¨ªcil de activar para que el pensamiento cr¨ªtico empiece a funcionar.
P. ?Se puede desarrollar un pensamiento cr¨ªtico con el ritmo fren¨¦tico de trabajo que llevamos hoy en d¨ªa? Ritmo de locos en el que tambi¨¦n hemos metido a los ni?os, por cierto.
R. Es muy dif¨ªcil porque el pensamiento cr¨ªtico requiere tiempo y distancia, de lo que andamos escasos. Y tambi¨¦n porque la capacidad de est¨ªmulo de lo contempor¨¢neo es tan alta que el individuo prefiere el papel de receptor de contenidos a tener que esforzarse en analizar esos contenidos. La comodidad como mecanismo que configura la identidad del sujeto est¨¢ muy por encima del an¨¢lisis del pensamiento que demanda la filosof¨ªa.
P. ?Es m¨¢s importante si cabe ese pensamiento cr¨ªtico para las nuevas generaciones dado el contexto al que se enfrentan (sobreinformaci¨®n, desinformaci¨®n, fake news, auge de la extrema derecha, etc.)?
R. No sabr¨ªa decirte, porque sospecho que si hici¨¦semos un recorrido hist¨®rico ver¨ªamos que siempre ha sido valioso tener pensamiento cr¨ªtico, pero ahora nos parece mucho m¨¢s relevante porque por primera vez en la historia el mundo de lo virtual empieza a hibridarse con el mundo de lo real y esa hibridaci¨®n puede generar confusiones.
P. ?Tambi¨¦n en la construcci¨®n de la identidad?
R. Para los ni?os y adolescentes tener pensamiento cr¨ªtico es esencial en la construcci¨®n de su identidad. Antes la identidad ven¨ªa preconfigurada por el entorno cercano. Hoy, sin embargo, la identidad se tiene que construir y no tenemos tanto tiempo de cuidado de lo cercano, con lo que a veces los elementos que se utilizan para configurar la identidad vienen del exterior, y ese es un problema al que se enfrentan los ni?os y las ni?as de hoy en d¨ªa. As¨ª que mientras m¨¢s desarrollen el pensamiento cr¨ªtico, mejor.
P. Tus hijos deben ir sobrados de pensamiento cr¨ªtico¡ ?O en casa de herrero cuchillo de palo?
R. (Risas) Eso no te lo puedo decir yo. Desde luego, educarles ha sido la cosa m¨¢s complicada que hemos hecho mi pareja y yo. Nuestra obsesi¨®n ha sido siempre que sean buenas personas. Luego, por fortuna o por desgracia, han ca¨ªdo entre dos padres docentes a los que, adem¨¢s, les gusta mucho analizar el ejercicio de la pedagog¨ªa, as¨ª que inevitablemente hemos intentado sedimentar en ellos el an¨¢lisis cr¨ªtico.
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