Por qu¨¦ no hay que sentirse culpable si se tiene un hijo favorito
M¨¢s que de favoritismos, hay que hablar de compatibilidades. Tener predilecci¨®n por uno de los v¨¢stagos es algo normal, aunque es importante criar en el equilibrio para evitar comparaciones y perjuicios entre hermanos
Si se pregunta a cualquier ni?o y, m¨¢s a¨²n, a un adolescente si sus padres tienen un hijo favorito, hay muchas posibilidades de que su respuesta sea afirmativa y que no se se?ale a s¨ª mismo, sino a otro hermano como el elegido. Hacer la prueba es sencillo. Y los resultados son casi siempre los mismos. Cristina Prestel (50 a?os, dos hijos de 18 y 13 a?os) estaba segura de que el resultado ser¨ªa que cada uno de sus dos hijos se?alara al otro. Y as¨ª fue. Eva Carmona (45 a?os, dos hijos de 14 y 12 a?os) no lo ha preguntado, pero est¨¢ convencida de que la respuesta ser¨ªa la misma.
De hecho, un estudio publicado en 2020 por la empresa brit¨¢nica de estudios de mercados YouGov afirma que m¨¢s de un tercio de las personas ha percibido que sus padres ten¨ªan hijos favoritos, y la mayor¨ªa insiste en que no eran ellos. Esa misma investigaci¨®n asegura que hasta el 10% de los progenitores ha reconocido tener un hijo favorito. En este punto es importante entender que eso no significa que se le quiera m¨¢s. Estas emociones van en otra direcci¨®n. Lo afirma Natalia Ortega, psic¨®loga sanitaria y directora de Activa Psicolog¨ªa y Formaci¨®n: ¡°Creo que habr¨ªa que hablar de aquel hijo con el que encajamos m¨¢s por car¨¢cter, lo que hace que el nivel de empat¨ªa sea mayor, que la comunicaci¨®n fluya con mayor facilidad y, por tanto, que los choques sean menores; que entendamos mejor sus conductas, emociones y deseos que las de otro hijo. Por lo tanto, no lo enfocar¨ªa como el hijo favorito, sino con aquel con el que somos m¨¢s compatibles¡±.
Silvia ?lava, doctora en Psicolog¨ªa y experta en salud y educaci¨®n, es categ¨®rica en ese sentido: ¡°Querer, querer, se quiere igual a todos los hijos¡±. ¡°En algunos momentos, por la situaci¨®n vital en la que nos encontramos, con una problem¨¢tica en concreto, como puede ser una enfermedad, y teniendo en cuenta rasgos de nuestra personalidad, se puede tener una mayor afinidad con un hijo que con otro. Aun as¨ª, no podemos generalizar¡±, matiza. Eva Carmona reconoce tener la suerte de que con cada uno de sus reto?os siente afinidad en un campo: ¡°Con mi hijo, en el amor por los deportes; con mi hija, en el car¨¢cter y la sensibilidad¡±. A pesar de ello, est¨¢ convencida de que cada uno de ellos cree que mima m¨¢s al otro.
Todas estas emociones cambian con el tiempo. ¡°Las relaciones entre padres e hijos no son est¨¢ticas¡±, prosigue ?lava, ¡°van variando a lo largo de la vida y en funci¨®n de la edad de los padres, de los ni?os, de las circunstancias vitales, pero sobre todo de c¨®mo interaccionan entre ellos¡±. ¡°Nuestro comportamiento genera emociones en los dem¨¢s, que se van a comportar conmigo en funci¨®n de esas emociones. Y es algo que los hijos deben aprender, porque tambi¨¦n les va a pasar a ellos. Tienen que entender que su conducta va a afectar en los dem¨¢s¡±, a?ade la psic¨®loga. Para ?lava, la conducta de los hijos puede hacer que sus padres est¨¦n bien, alegres, orgullosos, satisfechos, pero tambi¨¦n lo contrario: ¡°Que se sientan mal, est¨¦n tristes, disgustados. Y aunque es algo que nos cuesta mucho asumir, es importante saber que la relaci¨®n entre padres e hijos se va a ver mediatizada por las emociones que se generan. Y esto va en ambas direcciones: de padres a hijos y viceversa¡±.
El orden de nacimiento y el g¨¦nero pueden influir
La similitud en el temperamento y las aficiones no son lo ¨²nico que influye en tener un hijo favorito. ¡°Seg¨²n diversos estudios, como uno publicado en el Journal of Family Psychology en 2016, titulado Reciprocal links among differential parenting, perceived partiality, and self-worth: a three-wave longitudinal study [V¨ªnculos rec¨ªprocos entre crianza diferencial, parcialidad percibida y autoestima: un estudio longitudinal de tres ondas, en espa?ol], el primog¨¦nito puede ocupar el lugar de favorito por ser el primer hijo deseado, por depositar en ¨¦l mayores responsabilidades y porque puede existir m¨¢s complicidad por haber menor diferencia de edad con los padres. Aunque otros concluyen que es el menor por la tendencia a sobreprotegerle. No hay una conclusi¨®n firme¡±, explica la psic¨®loga Natalia Ortega. Respecto al g¨¦nero, por ejemplo, ¡°las madres a menudo sienten m¨¢s predilecci¨®n por el var¨®n y los padres por la mujer, quiz¨¢s por la atracci¨®n que supone el desconocimiento del otro sexo¡±, incide Ortega.
En cualquier caso, los padres y madres no deben sentirse culpables por tener predilecci¨®n por un hijo. ¡°Hay que tratar de normalizar estos pensamientos y emociones como progenitores porque, cuanto m¨¢s aceptado est¨¦ y m¨¢s conscientes seamos, m¨¢s f¨¢cil resultar¨¢ no relegar a un segundo plano al otro hijo, sino tratar de equilibrar la atenci¨®n a todos por igual¡±, asegura Ortega. En efecto, esta situaci¨®n podr¨ªa ser perjudicial tanto para ese hijo como para los dem¨¢s, seg¨²n retoma ?lava. En concreto, podr¨ªa afectar en la autoestima de quien se siente relegado. En este sentido, esta ¨²ltima experta afirma que este podr¨ªa sentir que su hermano vale m¨¢s o hace las cosas mejor. ¡°Adem¨¢s, podr¨ªa crecer con mayores inseguridades y m¨¢s inhibido en sus respuestas y con dificultades en su asertividad¡±, a?ade Ortega. Por otro lado, para ?lava tambi¨¦n podr¨ªa afectar a la relaci¨®n entre hermanos cuando son ni?os, m¨¢s a¨²n cuando son adolescentes, llegando a ser grave cuando son adultos.
Consejos para criar en el equilibrio hacia todos los hijos
Es habitual que cada hijo piense que el favorito es el otro. "Tendemos a fijarnos más en lo que tienen los demás que en lo que tenemos nosotros. Además, cuando mi papá está con mi hermano, el tiempo pasa muy despacio. Pero cuando está conmigo, pasa mucho más deprisa, por lo que la percepción no tiene que ver con la realidad", asegura la psicóloga Silvia Álava.
A pesar de ello, es importante tratar de criar a los hijos sin favoritismos. Según Álava y Natalia Ortega, psicóloga también, es posible si se siguen algunos consejos como estos:
- No hacer comparaciones entre los hermanos porque favorece su rivalidad y fomenta los celos.
- Mostrar afecto incondicional hacia todos.
- También es relevante potenciar la autoconfianza y autoestima de cada uno de ellos, validando su individualidad y sus emociones.
- Establecer normas similares para todos los hijos por igual, incluyendo a los padres, aunque teniendo en cuenta las circunstancias de cada uno de ellos.
- Es fundamental también dar un espacio y un tiempo a cada hijo.
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