La cara b de los conciertos
El ¡®streaming¡¯ se hace hueco en la industria musical como soluci¨®n a la reducci¨®n de aforos
La tarta de los beneficios de los conciertos se divid¨ªa, tradicionalmente, entre la sala y el artista. Y lleg¨® el coronavirus. Ahora la receta es m¨¢s compleja y el streaming ¨Cla emisi¨®n en directo del concierto por Internet¨C se ha sentado a la mesa. Este modelo ayuda a cicatrizar el batacazo econ¨®mico del sector que ha encontrado un plan b, una nueva oportunidad: sin fronteras ni aforos limitados, los conciertos se abren a un p¨²blico nuevo, que tiene usuario y contrase?a, y que paga un menor precio por las entradas.
Los v¨ªdeos en directo de los cantantes que actuaban desde sus casas durante el confinamiento han mutado. Germ¨¢n Ormaechea es pinchadiscos y hac¨ªa sesiones en directo por Internet desde casa con tres compa?eros: ¡°Captamos la atenci¨®n de la gente y se convirti¨® en algo m¨¢s grande¡±. Fue el impulso para Digitalfep, una plataforma que rompe las barreras f¨ªsicas y num¨¦ricas de los conciertos a trav¨¦s de la producci¨®n y emisi¨®n por la Red.
La situaci¨®n era cr¨ªtica para las salas. El miedo a no sobrevivir hizo que Carolina Pasero, programadora art¨ªstica de Moby Dick, reabriera en Madrid con conciertos h¨ªbridos ¨Cen streaming y presencial con aforo¨C. ¡°Era arriesgado abrir con 30 personas sin que pudieran consumir, pero no ten¨ªamos nada que perder¡±. Y los conciertos empezaron antes que las cervezas. El grupo Indigo Drone estren¨® el formato el 28 de mayo, con una venta de, al menos, 60 entradas para Internet. Los Punsetes, al d¨ªa siguiente, tuvieron m¨¢s de 1.500 espectadores conectados desde m¨¢s de 15 pa¨ªses.
Fue la luz al final del t¨²nel. Pero esta idea no tiene nada que ver con los v¨ªdeos caseros en directo y el plano fijo. Hasta el momento, han sido ocho los conciertos h¨ªbridos en Moby Dick. La cara b ha echado ra¨ªces en la sala, que est¨¢ remodelando su mobiliario para optimizar el espacio y estrenar¨¢ en oto?o una instalaci¨®n permanente para retransmitir todos sus espect¨¢culos.
Otros negocios tambi¨¦n se han reorientado para aprovechar el nicho de mercado con esta f¨®rmula, que parece funcionar entre los espectadores. La empresa de comunicaci¨®n Grupo Vuvuzela ha ampliado sus cibertransmisiones deportivas al sector de la cultura y el ocio. Su director, Enrique ?lvarez, ha creado la plataforma livevuvuzela, que ofrece el paquete completo: sala ¨Ccon su propio plat¨®¨C producci¨®n y emisi¨®n.
La empresa de ciberventa de entradas Wegow se ha sumado al fest¨ªn. Pone a disposici¨®n una plataforma tecnol¨®gica para la emisi¨®n y la producci¨®n del v¨ªdeo. Han retransmitido 24 conciertos entre Espa?a y M¨¦xico, con un pico de ventas de 2.000 boletos. Tienen cerrados ya 20 conciertos h¨ªbridos este verano y calculan que, hasta final de a?o, sumar¨¢n unos 60, entre Latinoam¨¦rica y Espa?a.
Ginebras fue una de las bandas que ofreci¨® el h¨ªbrido con Wegow: ¡°Est¨¢bamos asustadas, quer¨ªamos integrar a la gente de casa¡±. M¨¢s de 200 personas conectadas desde M¨¦xico, Italia y Espa?a. ¡°Hicimos un sorteo para todos. No nos olvidamos de que est¨¢n ah¨ª, nos dirigimos a ellos: ¡®?Eh! Los de casa, ?c¨®mo vais?¡±.
El precio de las entradas para Internet est¨¢ lejos de las presenciales. Su coste no puede ser desorbitado, as¨ª que oscila entre cinco y diez euros. ¡°Al final est¨¢s en tu casa con el ordenador¡±, asume Ormaechea. Pero hay entradas especiales que ampl¨ªan el abanico de precios al ofrecer un servicio a?adido. En este caso, es una adaptaci¨®n del meet and greet (en ingl¨¦s, dar la bienvenida), que consiste en conocer al artista mediante una aplicaci¨®n de videollamadas. ¡°Lo limitamos a 30 personas que pagan extra por conectarse con la banda alrededor de media hora¡±, explican desde Digitalfep. Esta modalidad de entrada se vende, normalmente, al mismo precio que la de sala.
El objetivo consiste en que ninguna de las partes pierda. El reparto de beneficios depende de si se estipula una cantidad fija para la plataforma independientemente del n¨²mero de ventas, o se aplican porcentajes variables. La ¨²ltima opci¨®n es la m¨¢s com¨²n. Normalmente la banda se lleva el 50%, mientras que la sala y la plataforma se reparten el resto. Esto provoca que las plataformas se aseguren un m¨ªnimo de ventas para generar beneficios. Digitalfep ha renunciado a hacer streaming con bandas que no tengan algo de popularidad en redes sociales: ¡°No lo hacemos porque ya sabemos que no funciona. O se conectan entre 300 y 500 personas o no salen las cuentas¡±. La realidad demuestra que paga uno, pero lo disfrutan varios.
¡°Este modelo ha llegado para quedarse. Es lo que tiene sentido¡±
Los comienzos exigen confianza y paciencia frente a la incertidumbre de un mercado novedoso. El concepto de streaming se ha distorsionado como consecuencia de los v¨ªdeos caseros en directo que han ocupado la rutina durante la cuarentena. Wegow asegura que est¨¢ recibiendo peticiones suficientes para promover el sector. ¡°Este modelo ha llegado para quedarse. Es lo que tiene sentido¡±, asegura Victoria Kornilova, responsable de comunicaci¨®n de Wegow. Ahora, el negocio tiene que demostrar que se ha profesionalizado: que ha alcanzado una calidad de imagen y sonido capaz de hacer disfrutar al espectador como si estuviera en un concierto en directo. Siempre y cuando tenga una pantalla apropiada.
Los g¨¦neros que atraen al streaming
El directo por Internet es selectivo. Cuanto m¨¢s digital sea el p¨²blico del g¨¦nero musical al que pertenece el artista, existen m¨¢s probabilidades de ¨¦xito en la venta de ciberentradas. Esta caracter¨ªstica, por lo general, se da la mano con la edad de los espectadores. ¡°El p¨²blico de grupos de trap o rap es mucho m¨¢s digital, y est¨¢ m¨¢s interesado en conectarse, y hace que con el mismo n¨²mero de seguidores, estos g¨¦neros tengan m¨¢s conexiones¡±.
Digitalfep empez¨® trabajando ¨²nicamente con grupos indie, pero pronto se dio cuenta de que ten¨ªa que abrirse a m¨¢s g¨¦neros. Despu¨¦s de emitir el streaming ¨Caunque de forma gratuita¨C del concierto de la Coral de C¨¢mara de Pamplona en Sanferm¨ªn, Ormaechea apost¨® por una nueva rama dentro de la plataforma dedicada a la m¨²sica cl¨¢sica: Digitalfep classics. Los 1.300 espectadores que tuvo el coro hacen que su director art¨ªstico, David G¨¢lvez, quiera repetir en noviembre, esta vez vendiendo entradas.
La m¨²sica cl¨¢sica tiene una edad promedio de 45,5 a?os entre sus seguidores, seg¨²n los resultados de 2018 de MIDia Research, la compa?¨ªa de an¨¢lisis de datos. Su menor familiarizaci¨®n con la tecnolog¨ªa puede suponer una traba en el alcance del streaming: ¡°El consumo de m¨²sica cl¨¢sica no est¨¢ tan relacionado con lo audiovisual¡±, asegura G¨¢lvez. El v¨ªdeo puso a disposici¨®n del p¨²blico subt¨ªtulos y una traducci¨®n en lenguaje de signos, de forma que lleg¨® a personas con discapacidades auditivas o cognitivas que habitualmente no puede acceder a la cultura. ¡°Y esto¡±, concluye el director del coro ¡°nos permite ser much¨ªsimo m¨¢s accesibles¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.