Carreter¨ªa, la calle de M¨¢laga que en 550 metros simboliza el cambio de la vivienda en Espa?a
La tradicional v¨ªa del centro hist¨®rico de la capital de la Costa del Sol ya tiene al menos 300 pisos tur¨ªsticos registrados, ha sido peatonalizada y se ha llenado de comercios enfocados al turista
La calle Carreter¨ªa, en el centro hist¨®rico de M¨¢laga, es el paradigma de los bienes y los males de la turistificaci¨®n en Espa?a. La vieja v¨ªa ha pasado en pocos a?os de ser la ¡°tribuna de los pobres¡±, en la que se reun¨ªa la clase obrera a ver las procesiones de Semana Santa, con drogas y prostituci¨®n por las noches, a convertirse en un s¨ªmbolo de la transformaci¨®n urbana de una ciudad volcada en la industria del turismo. En apenas 550 metros de calle hay al menos 300 viviendas vacacionales, la mayor¨ªa de corta estancia, donde pueden alojarse m¨¢s de 1.200 turistas, seg¨²n los datos de la Junta de Andaluc¨ªa.
Esta calle, que una semana al a?o se llena de sillas en las aceras para ver las im¨¢genes de Semana Santa, el resto de d¨ªas se convierte en una procesi¨®n de maletas entre el barullo de voces inglesas, italianas o francesas. La v¨ªa ha cambiado y se ha encarecido. Se ha llenado de vida, pero expulsa al vecino tradicional. M¨¢laga, de 586.384 habitantes, est¨¢ inmersa en el mismo debate que las capitales europeas del turismo: si pisar el acelerador de una industria que atrajo a 14 millones de turistas a la provincia en 2023 (en la que la capital es, junto a Marbella o Torremolinos, la principal receptora impulsada por los cruceros) o levantar el pedal hacia la sostenibilidad para no gentrificar toda la ciudad. El debate, social y pol¨ªtico, es c¨®mo sostener la principal industria local, el turismo, sin expulsar a los malague?os de toda la vida que tienen que atenderlos.
El turista es esencial para la ciudad, pero ha tenido un gran coste para la vivienda, convertida en la principal preocupaci¨®n de los ciudadanos, seg¨²n la ¨²ltima Encuesta Social Malague?a, impulsada por la Universidad de M¨¢laga. Sin embargo, el alcalde, Francisco de la Torre (PP), relativiza esta preocupaci¨®n. ¡°Si hay una buena movilidad, con un buen transporte p¨²blico y con buenas carreteras, ese hecho de no vivir en M¨¢laga tiene una importancia relativa¡±, dijo en una entrevista con Diario Sur, el pasado 20 de julio. Es la visi¨®n contraria a la que hab¨ªa expresado un d¨ªa antes la ministra de Vivienda, Isabel Rodr¨ªguez (PSOE). ¡°Si los malague?os no tienen un lugar en el que vivir, qui¨¦n va a atender a esos turistas, ?d¨®nde se van a alojar los camareros que despu¨¦s nos sirven un vino y un espeto?¡±, dijo el pasado 19 de julio en el Encuentro SER M¨¢laga.
Las visitas de extranjeros han encarecido todo en la zona de Carreter¨ªa (en el barrio de la Goleta), ya que cada vez m¨¢s inmobiliarias buscan comprar pisos que se promocionan con licencia tur¨ªstica para convertirlos en habitaciones para extranjeros. M¨¢laga es la provincia espa?ola de mayor n¨²mero de viviendas tur¨ªsticas, con 41.038, seg¨²n los datos del INE de febrero. En febrero de 2022 hab¨ªa 30.659, frente a 35.360 en 2023. Tambi¨¦n es la segunda provincia con mayor porcentaje de viviendas tur¨ªsticas sobre el total del parque inmobiliario, con un 4,24%. Solo la supera Las Palmas de Gran Canaria, con un 4,55%.
Los vecinos de siempre de Carreter¨ªa han experimentado el aumento del precio de los alquileres y el intenso movimiento de la calle, lo que ha llevado a muchos a abandonar sus casas. Actualmente, el precio medio del alquiler en el portal Idealista se sit¨²a en 14,5 euros el metro cuadrado en M¨¢laga (un 113% m¨¢s caro que hace 10 a?os), mientras que la media nacional es de 13,4 euros y la andaluza, 11,5 euros.
Hay un caso que nada a contracorriente en esta v¨ªa ahora peatonalizada. Los vecinos del n¨²mero 61 ¨Dun edificio con vistas a un resto de la muralla isl¨¢mica de M¨¢laga¨D, en su mayor¨ªa propietarios, se han organizado para prohibir la creaci¨®n de habitaciones vacacionales. Los residentes de los 15 pisos del bloque se han resistido a irse. ¡°No hay derecho que en una comunidad de vecinos haya pisos tur¨ªsticos donde est¨¢n manchando todo, emborrach¨¢ndose y molestando. La gente que est¨¢ buscando un piso para vivir no encuentra por culpa de esto¡±, asegura una de las vecinas, de 70 a?os.
La eclosi¨®n de nuevos alojamientos de vacaciones ha llevado al Ayuntamiento a endurecer la normativa, que limita las nuevas licencias a aquellos inmuebles que dispongan de una entrada independiente. ¡°Reconocemos el papel que han tenido y tienen en la recuperaci¨®n de ciertas zonas de la ciudad, pero no queremos que se pase de unos n¨²meros que pueden ser muy altos¡±, reconoci¨® el alcalde. La norma no afecta de manera retroactiva a las viviendas vacacionales ya existentes e inscritas en el registro de la Junta de Andaluc¨ªa. El pasado 24 de julio el Ayuntamiento inform¨® que, desde que se puso en marcha el decreto en la ciudad, ya hab¨ªan rechazado 1.120 solicitudes de licencias y aprobado 200.
Entre las calles del centro de M¨¢laga, Carreter¨ªa se ha convertido en una de las m¨¢s demandadas por los turistas. Un grupo de cuatro chicas y un chico llegados desde Alcoy (Valencia) con varias maletas y mochilas eligieron la capital malague?a para pasar cinco d¨ªas de vacaciones. ¡°Quer¨ªamos algo en el centro, pero que no fuera tan caro. Nos pareci¨® bien la ubicaci¨®n y el precio en esta calle¡±, cuenta Laura P¨¦rez, de 20 a?os.
En la calle Gigantes, que desemboca en Carreter¨ªa, la gestora de inversi¨®n inmobiliaria sueca Lagoom Living compr¨® una parcela para la construcci¨®n de 57 viviendas de alquiler asequible. El CEO de la empresa, Javier Braza, explica que el proyecto cuenta con una colaboraci¨®n p¨²blico-privada con la UE y los fondos Next Generation. ¡°El mercado de la vivienda en M¨¢laga es de los m¨¢s tensionados en Espa?a y pretendemos que conviva con el mercado de uso tur¨ªstico¡±, afirma Braza. ¡°El alojamiento tur¨ªstico tiene que estar mejor regulado y esta construcci¨®n ayudar¨¢ a combatir la gentrificaci¨®n¡±.
De lo tradicional a lo moderno
Los comercios tradicionales tambi¨¦n han desaparecido poco a poco y ya solo quedan nueve. Es el caso de la tienda de Mar¨ªa del Mar Ortega, de 60 a?os, que vende trajes de flamenca desde 1929. Ella es la tercera generaci¨®n que regenta el negocio y ha vivido de primera mano la evoluci¨®n de la calle. Una obra para hacer la calle semipeatonal, que dur¨® m¨¢s de dos a?os, ha limitado el tr¨¢fico a los residentes, el transporte p¨²blico y los veh¨ªculos de mercanc¨ªas. ¡°La calle est¨¢ m¨¢s bonita, pero la modificaci¨®n ha hecho que no se pueda entrar, ni aparcar. Todo son impedimentos para el peque?o negocio y hacen que los clientes se vayan a las grandes superficies¡±, asegura Ortega.
Esta situaci¨®n tambi¨¦n la ha vivido Francisco Aguirre (64 a?os), que tiene una tienda de armas al inicio de la calle, justo al pie de la ¡°tribuna de los pobres¡±. La Armer¨ªa Aguirre lleva 140 a?os en la calle y su actual due?o es el bisnieto del fundador. ¡°La clientela ha bajado, se est¨¢n cargando los negocios del centro¡±, afirma. ¡°Las ciudades no se pueden enfocar solo en el turismo. Es importante, pero no puedes abandonar a los tuyos (...) ya no hay ferreter¨ªas en el centro, hay que ir como 10 kil¨®metros fuera para encontrar una¡±.
Un ejemplo de abandono de la calle es el del bar Jamones, que abri¨® en 2017 y se traslad¨® en enero de 2024 a las afueras. Su due?o, Ra¨²l Lozano, explica que uno de los principales motivos del cambio fue la semipeatonalizaci¨®n y que le subieron el alquiler del local. ¡°En mi contrato aparec¨ªa que cuando terminara la obra el valor del alquiler subir¨ªa entre 400 y 500 euros¡±, detalla. Tambi¨¦n a?ade que la turistificaci¨®n afect¨® mucho a su negocio: ¡°Hay mucho movimiento tur¨ªstico, pero realmente a muchos negocios no les da ning¨²n beneficio. Es gente muy joven que alquila un apartamento, pasa el d¨ªa en la playa, va al supermercado a comprar y por las noches sale de fiesta¡±.
Sin embargo, hay otros comercios que celebran el cambio. Antonio Navarro (Almer¨ªa, 79 a?os) tiene una tienda de motos, bicicletas y recambios desde hace 60 a?os. ¡°Hace mucho que aqu¨ª no hay jaleo. Antes hab¨ªa mucha prostituci¨®n y ahora esto se ha quitado¡±, afirma. En esto coincide con Annette L¨®pez (Madrid), quien abri¨® un local de s¨¢ndwiches estadounidenses el pasado septiembre. ¡°Creo que es una hipocres¨ªa que los malague?os digan que no quieren a los turistas porque realmente viven de eso¡±, asegura. Aunque s¨ª entiende que los ciudadanos locales se quejen de la alta subida en los precios de la vivienda.
Este cambio abrupto de la calle en menos de cinco a?os ha alterado por completo su d¨ªa a d¨ªa, para bien o para mal. Pero el caso de Carreter¨ªa es particular. Su reforma ha implicado la llegada de m¨¢s turistas de los que puede soportar la calle, pero tambi¨¦n la ha librado del abandono y la ruina que la acechaba por la presencia de la prostituci¨®n o el tr¨¢fico de drogas de un lugar que, de no ser por ello, solo existir¨ªa para muchos malague?os una vez al a?o: la semana en que sus escaleras se convierten en tribuna gratuita para ver las procesiones de Semana Santa.
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