Ciudad de M¨¦xico batalla por el cubrebocas
El Gobierno de la capital vuelve a colocar en alerta m¨¢xima a 34 colonias tras el inicio de la desescalada. Las medidas de prevenci¨®n no se cumplen entre amplias capas de la poblaci¨®n
Mientras Juan L¨®pez carga la bombona de gas en su bici, la se?ora del puesto de al lado le recuerda, con cari?o, que no vivimos tiempos normales: ¡°Cu¨ªdate, que te van a comer los gusanos. ?Que no somos de hule!¡±. L¨®pez no lleva puesto el cubrebocas y no es por desd¨¦n, cansancio o despiste, como otros de sus compa?eros del mercado: ?Para qu¨¦? Si te toca te toca. Adem¨¢s, es todo un plan de los Gobiernos. Cada 100 a?os sacan una enfermedad as¨ª para reducir la poblaci¨®n¡±, dice antes de marcharse pedaleando a recargar el gas para su puesto de tacos.
El mercado Porvenir se despert¨® el fin de semana con la noticia de que est¨¢ en una de las colonias con m¨¢s concentraci¨®n de casos de la covid-19 en Ciudad de M¨¦xico. La colonia Aldana, en la delegaci¨®n de Azcapozalco, registr¨® la semana pasada 14 infectados. Al tratarse de un barrio peque?o, apenas una veintena de calles, la incidencia del virus se traduce en un tasa de 388,6 por cada 100.000 habitantes, seg¨²n los datos de la Secretar¨ªa de Salud de la capital. La mayor¨ªa de las colonias registradas en la lista oficial pertenecen a la periferia de la megal¨®polis mexicana, zonas eminentemente rurales donde la mayor¨ªa de la poblaci¨®n trabaja, muchas veces de modo informal, en el centro y que por necesidad no han podido dejar de salir de sus casas y desplazarse cada d¨ªa hasta dos horas en autob¨²s y metro, el caldo de cultivo de la transmisi¨®n del virus.
En Aldana, un barrio tambi¨¦n popular pero situado en la zona centro-norte de la ciudad, lo que hay es una mezcla de argumentos consipiranoides, como el de Juan L¨®pez, y de falacias del optimista, como en el caso de Alberto Abad, el due?o del puesto de gorditas. ¡°Si uno piensa mucho en la enfermedad, al final le va a dar a uno. Es una cosa que se arregla tambi¨¦n mentalmente¡±, cuenta con el cubrebocas holgado y colocado por debajo de la nariz. ¡°Me asfixio si lo llevo siempre apretado¡±. Este tipo de actitudes y razonamientos, reflejo en ¨²ltima instancia de la desafecci¨®n y falta de confianza ciudadana en las instituciones, est¨¢n en la diana del subsecretario de Salud L¨®pez-Gatell durante sus ¨²ltimas conferencias de prensa diarias. ¡°El riesgo -dijo este domingo- no es para m¨ª, ni para el presidente, ni para el Gobierno; el riesgo de que repunte la epidemia es para todos ustedes y la soluci¨®n depende de la contribuci¨®n corresponsable¡±.
La recomendaci¨®n de usar o no el cubrebocas ha sido uno de los laberintos por los que se ha enredado el Gobierno mexicano. A comienzos de la epidemia, solo se aconsejaba para el enfermo. El 27 de abril ¡°era de poca o nula¡± eficacia; el 29 de abril serv¨ªa para disminuir la transmisi¨®n, sobre todo para quien tiene el virus, haciendo de ¡°barrera¡±. El 25 de mayo, la mascarilla ya era ¡°una medida auxiliar para reducir la propagaci¨®n¡±. Este fin de semana, Lopez-Gatell atendi¨® su conferencia por primera vez con el cubrebocas puesto y aconsej¨® definitivamente su uso, ¡°particularmente en espacios cerrados¡±.
M¨¢s tajante ha sido la jefa del gobierno capitalino. Claudia Sheinbaum ha enfatizado la necesidad de usar el cubrebocas, ante las dudas sobre su eficiencia que plantea L¨®pez-Gatell. Sheinbaum anunci¨® la semana pasada que entre los barrios que menos usan la mascarilla est¨¢n tres de las zonas m¨¢s acomodadas de la capital: Condesa, Roma y Narvarte. Este lunes, el paisaje en el parque M¨¦xico, en el coraz¨®n de Condesa, parec¨ªa el de un lunes cualquiera antes de que hubiese estallado la pandemia. Decenas de j¨®venes sin camiseta haciendo ejercicio en las m¨¢quinas al aire libre, perros y sus due?os paseando y ni?os y sus madres jugando en los columpios. Pr¨¢cticamente nadie lleva puesto el cubrebocas. Una de las madres que observa a su hijo desde un banco del parque lo explica as¨ª: ¡°Nosotros solo vemos a gente de nuestro c¨ªrculo de confianza y cuando volvemos a casa nos lavamos bien las manos. Con eso, yo creo que es suficiente¡±.
La pandemia apenas afloja en M¨¦xico, con la capital como uno de sus puntos rojos, pese a empezar a marcar una tendencia descendente en la curva de contagio. El pa¨ªs ocupa el cuarto puesto mundial -por detr¨¢s de Estados Unidos, Brasil y Reino Unido- por n¨²mero acumulado de muertes, con m¨¢s de 35.000. Tras m¨¢s de cuatro meses, las cifras y las previsiones del subsecretario L¨®pez-Gatell han ido sufriendo severos volantazos para adecuarse a la realidad. L¨®pez-Gatell empez¨® hablando de que la curva epid¨¦mica har¨ªa una meseta, despu¨¦s una cordillera, y ahora es una ¡°loma larga¡±. El pa¨ªs ha vivido durante las ¨²ltimas fechas el pico de mayor contagio. A¨²n as¨ª, hace apenas dos semanas L¨®pez-Gatell se atrev¨ªa a declarar el fin del brote en la Ciudad de M¨¦xico, cuando pocos d¨ªas antes las cifras no paraban de crecer en el pa¨ªs. El vocero del Gobierno tuvo que reconocer a principios de este mes que el n¨²mero de muertes en la capital entre marzo y mayo fue tres veces mayor que el registrado en las ruedas de prensa diarias.
El 31 de mayo, el Gobierno federal decid¨ªa comenzar la desescalada con la entrada en funcionamiento de un nuevo sistema de control y advertencia: los sem¨¢foros. Aquel d¨ªa, L¨®pez-Gatell ense?¨® el mapa de la rep¨²blica con el color del sem¨¢foro correspondiente. 31 de los 32 estados estaban en rojo: ¡°riesgo m¨¢ximo¡±. Ciudad de M¨¦xico decidi¨® pasar a sem¨¢foro naranja -¡±riesgo alto¡±- el 29 de junio, bas¨¢ndose en que la ocupaci¨®n hospitalaria en la capital se manten¨ªa en 59% y con tendencia a la baja. Sin embargo, dos semanas despu¨¦s, han echado marcha atr¨¢s parcialmente, volviendo a colocar en alerta m¨¢xima 34 colonias, que concentran a su vez el 20% de los casos en la ciudad. El Gobierno capitalino ha anunciado que a mediados de esta semana redoblar¨¢ las acciones de prevenci¨®n -m¨¢s pruebas, control casa por casa, cierre de negocios callejeros- en estos puntos rojos.
¡°Aqu¨ª cuando empez¨® la alerta la gente s¨ª se qued¨® en casa, pero cuando cambi¨® al sem¨¢foro la gente empez¨® a salir demasiado¡±. Francisco Bocardo, 27 a?os, habla de otra de las colonias m¨¢s afectadas: Olivar del Conde, en el centro-oeste de la ciudad. Francisco trabajaba en una tienda de zapatos del barrio durante los primeros meses de la pandemia. ¡°Tuve que seguir yendo porque nos dec¨ªan que si no ¨ªbamos no cobr¨¢bamos¡±. A mediados de mayo se empez¨® a sentir mal. Tambi¨¦n su esposa y su madre, que ten¨ªa una tiendita de tortas y antojitos. Los tres tuvieron que ser internados. Su madre, 55 a?os, muri¨® a mediados de junio y Francisco, al salir de hospital, decidi¨® heredar el puesto que ella regentaba. ¡°La semana pasada me hicieron la ¨²ltima prueba para asegurar que ya no tengo el virus¡±, cuenta mientras va empanando filetes de ternera. No lleva puesto el cubrebocas. ¡°Me lo acabo de quitar -dice- por el calor¡±.
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