Las heridas que la pandemia profundizar¨¢ en el f¨²tbol femenino de M¨¦xico
Este jueves reinicia el campeonato, el primero en volver en Am¨¦rica Latina, tras la par¨¢lisis provocada por la crisis de la covid-19 con una lista de pendientes: la brecha salarial y la desigualdad de trato
Para Karla Jim¨¦nez, la incertidumbre se llamaba Monarcas Morelia. En plena escalada de casos de la covid-19, en mayo, el equipo con el que jugaba en la Liga de f¨²tbol femenina de M¨¦xico estaba por desaparecer. Lo sab¨ªa porque lo le¨ªa en las noticias y no por sus jefes. Al caldero de intranquilidad se le sumaba que el 31 de ese mes venc¨ªa su contrato anual con el club y terminar¨ªa engrosando las cifras de desempleo. El 2 de junio los due?os de Monarcas anunciaron que mudaban la franquicia al puerto tur¨ªstico de Mazatl¨¢n (Sinaloa). Jim¨¦nez y sus compa?eras fueron notificadas oficialmente media hora antes del anuncio oficial. La mayor¨ªa se opuso a continuar.
A Jim¨¦nez, futbolista de 26 a?os, le hab¨ªan ofrecido mudarse con un sueldo de 9.000 pesos (400 d¨®lares) mensuales. Eso significaba que tendr¨ªa que compartir casa entre muchas compa?eras porque las rentas estaban en 15.000 pesos (667 d¨®lares). ¡°No lo vi viable. S¨ª es mucho el inter¨¦s y el compromiso por el f¨²tbol, pero tambi¨¦n debo ver qu¨¦ voy a obtener¡±, cuenta la jugadora a EL PA?S. ¡°Me llamaban otros equipos para ficharme y me dec¨ªan: ¡®No te puedo ofrecer m¨¢s porque la verdad no tenemos m¨¢s recursos, la pandemia nos ha dejado desgastados¡±, agrega.
La Liga femenina de M¨¦xico volver¨¢ a la actividad este jueves tras el s¨²bito par¨®n por la emergencia sanitaria. La competencia, que hace unas semanas cumpli¨® tres a?os de existencia, reiniciar¨¢ cuando en M¨¦xico los casos de la covid-19 suman m¨¢s de 480.000 y hay m¨¢s de 53.000 fallecidos. El torneo iba a comenzar el 24 de julio, pero los dirigentes pospusieron la fecha por la crisis sanitaria. La decisi¨®n, sin embargo, no afect¨® a la Liga masculina que arranc¨® sin problemas y con infectados en los principales clubes. ¡°En la Liga femenina no estaba tanto en juego la reactivaci¨®n econ¨®mica de patrocinios como s¨ª lo era en la masculina. Es una decisi¨®n que muestra cierto grado de responsabilidad ante la contingencia y, por el otro, muestra el orden de prioridades de la Federaci¨®n Mexicana de F¨²tbol: por m¨¢s que est¨¦n comprometidos con el f¨²tbol de las mujeres, el negocio est¨¢ por encima del desarrollo de cualquier otra ¨¢rea¡±, explica Claudia Pedraza, doctora en Ciencias Pol¨ªticas y Sociales, especializada en g¨¦nero y deporte.
Antes de 2017, el f¨²tbol femenino profesional era un espejismo. Las mujeres que quer¨ªan triunfar en este deporte ten¨ªan que viajar al extranjero para encontrar un lugar o jugar en circuitos semiprofesionales. As¨ª se forj¨® Karla Jim¨¦nez, quien jugaba en Morelia (Michoac¨¢n) como un pasatiempo porque su apuesta era ser una ingeniera civil. Y lo logr¨®. Tambi¨¦n logr¨® ser parte de la primera generaci¨®n de j¨®venes que participaron en la naciente Liga femenina de M¨¦xico. Su primer sueldo era de 2.500 pesos (111 d¨®lares), despu¨¦s aument¨® a 5.500 (244 d¨®lares), nada comparable con lo que ganaba como profesora de bachillerato en un horario de medio tiempo. ¡°No se les ve¨ªa el inter¨¦s por subir los sueldos. Acept¨¢bamos eso por querer sobresalir, pero las condiciones no eran las ¨®ptimas¡±, cuenta Jim¨¦nez. Su ¨²ltimo sueldo fue de 7.000 (311 d¨®lares). En el otro extremo del horizonte, el futbolista mejor pagado de la Liga masculina, el franc¨¦s Andr¨¦-Pierre Gignac (Tigres), gana al a?o 4,6 millones de d¨®lares al a?o, seg¨²n una estimaci¨®n de Forbes.
¡°Tenemos que hacer doble esfuerzo de salario: jugamos f¨²tbol y un trabajo alterno. La carrera futbol¨ªstica es corta, a los 35 a?os ya se piensa en el retiro. Ah¨ª te das cuenta de que el salario es poco porque ser profesional te demanda tiempo completo a pesar de que sea un doble esfuerzo... Los trabajos, fuera de la cancha, a los que podemos aspirar ahora mismo son de medio tiempo. Dime, ?qui¨¦n va a contratar a alguien que entrena diario y que a veces puede ser dos veces al d¨ªa? ?A alguien que viaja para ir a jugar?¡±, se cuestiona Paola L¨®pez Yrigoyen, jugadora de Pachuca.
¡°Hab¨ªa miedo a quedarnos desempleadas en el f¨²tbol y miedo a quedar desempleadas en nuestros otros trabajos por la pandemia¡±, explica Jim¨¦nez que, durante la crisis del coronavirus, se mantuvo de su sueldo como profesora y est¨¢ pr¨®xima a jugar de nuevo en la Liga con otro club que le ha ofrecido un mejor salario. El tema de los sueldos ha sido blanco de debate, sobre todo en un momento en el que los clubes han decidido acortar la n¨®mina para resistir al impacto de la crisis. ¡°No tengo tranquilidad, no tanto porque me falte ahora mismo sino porque s¨¦ que en el futuro me dir¨¦: ¡®Est¨¢s jugando en vez de estar trabajando¡¯. El detalle es cuando salgamos del f¨²tbol. ?Qu¨¦ vamos a hacer?¡±, reflexiona L¨®pez Yrigoyen.
La pandemia va a ralentizar el desarrollo del f¨²tbol femenino porque, seg¨²n considera Claudia Pedraza, ha provocado un golpe en las finanzas del deporte mundial y esto repercutir¨¢ en una disminuci¨®n en la inversi¨®n al f¨²tbol de las mujeres. La FIFA, ante esta situaci¨®n, otorg¨® a cada pa¨ªs socio 1,5 millones de d¨®lares para paliar los efectos de la crisis, de los cuales 500.000 deben ser destinados al f¨²tbol femenino.
Las futbolistas m¨¢s desfavorecidas, como las que tienen contratos anuales, salarios menores a 10.000 pesos y las que no viven en las instalaciones de los clubes, estar¨¢n frente a una doble precarizaci¨®n por la brecha salarial que ya exist¨ªa antes de la pandemia y con las nuevas condiciones tras la pandemia. ¡°Las futbolistas se necesitan desplazar y no todos los centros deportivos est¨¢n dentro de los centros urbanos. A veces ellas no tienen los recursos para viajar en transporte privado y viajar en transporte p¨²blico resulta un riesgo¡±, considera Pedraza.
En el torneo del a?o pasado, la afluencia en los estadios para ver jugar el f¨²tbol femenino fue de un promedio de 20.056 aficionados por cada jornada. Una de sus mejores marcas fue un lleno de 41.615 hinchas durante un partido entre Tigres y Rayadas. Hab¨ªan ganado espacios en las grandes televisoras para la retransmisi¨®n de sus partidos e incluso hab¨ªa clubes que ya ten¨ªan patrocinios exclusivos para la categor¨ªa de mujeres. ¡°Uno de los indicadores que mostraba el avance de este deporte era su mayor presencia en espacios medi¨¢ticos, entre los aficionados en los estadios y la crisis le quitar¨¢ visibilidad¡±, ahonda Pedraza. El reto ahora ser¨¢ ganar terreno en la televisi¨®n.
Antes del inicio de la pandemia en M¨¦xico, las futbolistas firmaron un poderoso manifiesto llamado Cuando todas juegan en el que expusieron las desigualdades que afrontaban al querer dedicarse al f¨²tbol y un llamado a luchar por sus derechos. Era una in¨¦dita carta que encontr¨® eco durante la masiva manifestaci¨®n de mujeres del 8-M. ¡°La pandemia le ha quitado impulso que tra¨ªa el movimiento. Incluso hab¨ªa surgido la primera barra feminista para apoyar a las jugadoras¡±, menciona Pedraza.
Otra de las diferencias que inquietan a las futbolistas es el tema de los traslados. No todos los equipos viajan por avi¨®n, como lo hacen los equipos masculinos. Karla Jim¨¦nez a¨²n recuerda cuando deb¨ªan viajar rumbo a Monterrey, a m¨¢s de 800 kil¨®metros. El autob¨²s se descompuso a las 3.00 de la madrugada. ¡°?ramos casi todas mujeres a la mitad de la noche, en una carretera y solas¡±, recuerda. La situaci¨®n que vivieron las j¨®venes en Monarcas se replica en los otros clubes. Pero el f¨²tbol femenino, pese ante la desigualdad y la pandemia, no quiere perder su llama.
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