Ricardo Anaya busca el liderazgo de una derecha fracturada que coquetea con los ultraconservadores
El excandidato presidencial regresa a la primera l¨ªnea de un partido conservador que desea capitalizar el descontento m¨¢s radical contra L¨®pez Obrador
Cuando Ricardo Anaya decidi¨® desaparecer de las fotos tras la debacle electoral en julio de 2018, en el horizonte del PAN se dibujaba una larga traves¨ªa por el desierto. A treinta puntos de la aplastante victoria de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el candidato panista obtuvo el porcentaje de votos m¨¢s bajo en la historia del partido. Dos a?os despu¨¦s, Anaya regresa a la contienda pol¨ªtica en un escenario a¨²n m¨¢s incierto y dividido para la derecha. El PAN, como el resto de la oposici¨®n, no ha logrado un liderazgo nuevo y fuerte, mientras que por su flanco derecho van apareciendo cada vez m¨¢s actores, desde el proyecto electoral del expresidente Felipe Calder¨®n y su esposa Margarita Zavala, a las recientes movilizaciones ciudadanas, el llamado Frente Nacional AntiAMLO (Frena), que coquetea con la vertiente m¨¢s ultra.
La divisi¨®n actual es en gran medida herencia del propio Anaya, pol¨ªtico meteorito de 41 a?os que ha ido asaltando en tiempo r¨¦cord todas las esferas de poder dentro del partido, dejando en la orilla un reguero de enemigos y escisiones. El objetivo fallido de alcanzar la silla presidencial con Por M¨¦xico al Frente, la improbable coalici¨®n del PAN y dos fuerzas tradicionales de izquierda -el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) y Movimiento Ciudadano-, fraguada por el propio Anaya, encerr¨® a la derecha mexicana en un laberinto del que a¨²n andan buscando la salida.
Ante el rodillo morenista, mayor¨ªa en ambas c¨¢maras y due?o casi absoluto del debate p¨²blico, el partido de la derecha tradicional reconoce que tras los comicios han pasado una etapa larga de aturdimiento. ¡°No nos preparamos para estos tiempos. Tenemos que recuperar la firmeza porque con este Gobierno tienes que enfrentarte. No se pueden guardar las formas. Ya no cabe la oposici¨®n responsable¡±, dice la diputada federal Adriana D¨¢vila. ¡°Nos han faltado m¨¢s voces y figuras importantes que sepan colocar nuestro mensaje y puedan replicar las cosas que se est¨¢n haciendo mal en el Gobierno federal, tanto en materia de seguridad, econom¨ªa o salud¡±, recalca Antonio Mart¨ªn del Campo, senador por Aguascalientes, que considera que el regreso de Anaya a la primera l¨ªnea ¡°ya hac¨ªa falta¡±.
Tambi¨¦n le han dado la bienvenida p¨²blicamente el presidente del partido, Marko Cort¨¦s, parte del equipo de Anaya antes de su retirada de los focos; el expresidente Vicente Fox y hasta el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, uno de los cuadros con m¨¢s visibilidad dentro el partido y con el que acumula fuertes encontronazos en el pasado.
En su nueva aventura por conquistar el cetro del PAN, primero deber¨¢ garantizar su candidatura como diputado plurinominal, los dirigentes que cada partido designa sin necesidad de ser votados. Desde esa lanzadera buscar¨¢ liderar la oposici¨®n panista desde el Congreso a partir de las intermedias de 2021, donde el PAN espera aumentar de 78 diputados actuales a 100. La campa?a del excandidato presidencial tendr¨¢ que lidiar tambi¨¦n con la denuncia que lo implica en los casos de corrupci¨®n relacionados al caso Odebrecht. El exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, lo ha se?alado en sus declaraciones ante el juez y la Unidad Inteligencia Financiera de la Secretaria de Hacienda confirm¨® el martes que ha abierto una investigaci¨®n espec¨ªfica al respecto.
Nuevas alianzas electorales
M¨¢s all¨¢ de que Anaya recupere el liderazgo interno, el partido enfila ya la estrategia electoral bas¨¢ndose de nuevo en alianzas con diferentes formaciones. ¡°Deben estar todos. De hecho, nuestro nuevo liderazgo pasar¨¢ por ser capaces de unir y no de dividir¡±, apunta D¨¢vila. ¡°El PAN debe colocarse en el centro para aglutinar a todos en un solo frente. Si nos dividimos le estar¨ªamos haciendo el juego a Morena¡±, a?ade Ra¨²l Tortolero, exsecretario de Comunicaci¨®n del Comit¨¦ Ejecutivo del partido. Pese a la mala experiencia de hace dos a?os, consideran que los acuerdos fraguados hasta ahora -con Movimiento Ciudadano, fundado por un expriista que despu¨¦s acompa?¨® en varias elecciones a L¨®pez Obrador, y las ruinas del izquierdista PRD- les han dado resultados en Estados y alcald¨ªas.
Para los nuevos pactos no descartan pr¨¢cticamente a nadie con tal de sumar votos y apoyos contra Morena. Incluido el calderonismo, lanzado otra vez al monte en forma de un nuevo partido que, de momento, no cuenta con el refrendo de Instituto Nacional Electoral. Aceptar¨ªan tambi¨¦n un acuerdo con el PRI en el Congreso con tal de lograr la mayor¨ªa. Y tampoco descartan, desde luego, acercamientos al Frena, a quienes reconocen un interesante poder de seducci¨®n entre su potencial electorado. ¡°Tenemos que volver", a?ade D¨¢vila, "al panista dormido, desilusionado. El vac¨ªo de los partidos pol¨ªticos lo est¨¢n ocupando estos otros movimientos¡±.
Aquella primera alianza, y las denuncias de un control interno cada vez m¨¢s f¨¦rreo por parte del equipo de Anaya, provocaron las tensiones y los cismas que hoy d¨ªa a¨²n configuran el mapa de las distintas familias del PAN. Por un lado, la rama de Gustavo Madero, antiguo padrino de Anaya, y representante de la democracia cristiana cl¨¢sica. Por otro, los nueve gobernadores panistas, pragm¨¢ticos y cercanos a la patronal. Recientemente han roto con la mesa de negociaci¨®n federal y suponen cada vez m¨¢s un polo de oposici¨®n de facto. Y por ¨²ltimo, el calderonismo, a¨²n con fieles dentro del partido. Todas estas facciones, en mayor o menor medida, est¨¢n o estuvieron enfrentadas con Anaya, que tendr¨¢ el reto de volver a tejer lo descosido durante su mandato.
Para la profesora del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de M¨¦xico, Soledad Loaeza, ¡°no es descabellado una negociaci¨®n con el nuevo partido del expresidente. El PAN est¨¢ ante una gran oportunidad de reconciliar a todas las derechas en un nuevo frente. Adem¨¢s, vamos irremediablemente hacia una radicalizaci¨®n de la derecha mexicana¡±. La acad¨¦mica considera adem¨¢s que a pesar de que los frentes amplios no han sido nunca del gusto del PAN, que ¡°suelen querer ser los protagonistas¡±, y pese a que la figura de Anaya sea vista con desconfianza por amplios sectores del partido, ¡°muchos panistas est¨¢n decididos a tragarse los sapos con la promesa de conseguir una movilizaci¨®n importante y el regreso a la C¨¢mara¡±.
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