Cuatro claves del ¡®caso Ayotzinapa¡¯ a seis a?os del ataque contra los 43
Las detenciones efectuadas y las pendientes, los nuevos hallazgos y la ausencia de una narrativa que hile los sucesos de Iguala moldean el estado de la investigaci¨®n
El ataque contra los estudiantes normalistas de Ayotzinapa cumple este s¨¢bado seis a?os. La mayor¨ªa de interrogantes siguen abiertos, sobre todo los que hospedan preguntas importantes: ?Qu¨¦ pas¨® con los 43 normalistas desaparecidos? ?Por qu¨¦ les atacaron? La noche de Iguala sigue siendo un misterio y no por falta de informaci¨®n.
Las investigaciones sobre el caso de la fiscal¨ªa mexicana, del grupo de expertos independientes auspiciado por la OEA, de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos y del equipo de forenses argentinos, adem¨¢s de las publicaciones de periodistas, acad¨¦micos y activistas conforman ya una tradici¨®n literaria, un campo tan profundo y extenso como ca¨®tico e inasible.
Es dif¨ªcil saber qu¨¦ ocurri¨®, porque es casi imposible saber qu¨¦ es cierto y qu¨¦ no. La primera parte de la investigaci¨®n estuvo plagada de irregularidades. Los expertos independientes trataron de alumbrar la manipulaci¨®n de sus pares oficiales y apuntaron la l¨ªnea a seguir. Hasta hoy se sabe que un grupo creciente de autoridades -municipales, pero tambi¨¦n de otros ¨¢mbitos- colaboraron con una red criminal, Guerreros Unidos, para atacar a los estudiantes. Este contubernio mafioso desapareci¨® a 43 normalistas. Solo han aparecido los restos de dos, fragmentos ¨®seos peque?os, sobre todo en el caso de Christian Rodr¨ªguez: las autoridades identificaron un trocito de su pie este a?o.
El motivo del ataque permanece en el campo de la rumorolog¨ªa. Los actuales fiscales tratan de poner orden dentro del caos, pero el reto es formidable y el nivel de exigencia no es menos intenso. Cansadas de buenas intenciones, las familias quieren respuestas y rechazan cualquier nueva narrativa que no est¨¦ basada en hechos concretos y probados. El hueso identificado este a?o les anim¨® -y a la vez les hundi¨®- pero la pregunta es c¨®mo lleg¨® ese hueso al lugar donde lo encontraron. Y qu¨¦ ha pasado con ese y los dem¨¢s estudiantes.
A continuaci¨®n, varios puntos para tratar de poner algo de orden sobre el momento del caso:
Detenciones. Una de las principales exigencias de los abogados de los 43 es que se avance en las detenciones de personas implicadas en el ataque y de funcionarios que hicieron mal su trabajo. En el primer rubro, las autoridades capturaron en junio a uno de los presuntos l¨ªderes de Guerreros Unidos, Jos¨¦ ?ngel Casarrubias, alias El Mochomo. Seg¨²n testimonios de otros detenidos, El Mochomo estar¨ªa detr¨¢s de la parte log¨ªstica del ataque contra los 43. Su caso ha tra¨ªdo de cabeza a las autoridades, que han conseguido mantenerlo en prisi¨®n con una acusaci¨®n ajena al caso Ayotzinapa. En cualquier caso, su testimonio es fundamental para mejorar el entendimiento de la noche de Iguala. En el caso de los funcionarios, las autoridades detuvieron recientemente a Carlos G¨®mez Arrieta, jefe de la Polic¨ªa Federal Ministerial, brazo ejecutor de la fiscal¨ªa. Arrieta aparece en un v¨ªdeo que trascendi¨® el a?o pasado, torturando a uno de los detenidos, Carlos Canto, entre finales de 2014 y principios de 2015. El v¨ªdeo constata las denuncias sobre tortura que hab¨ªa hecho la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas por los Derechos Humanos en M¨¦xico. Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n que prefieren no identificarse, Arrieta se entreg¨® a los funcionarios de la Comisi¨®n Presidencial para el esclarecimiento del caso Ayotzinapa, con sede en la colonia Roma de la capital. Menos conocida que Arrieta, la fiscal¨ªa ha detenido tambi¨¦n a Blanca Castillo, ministerio p¨²blico de la unidad de secuestros de la SEIDO, la fiscal¨ªa de delincuencia organizada, encargada de las pesquisas del caso Ayotzinapa durante el primer a?o. Castillo dio forma legal a las investigaciones lideradas por el director de la Agencia de Investigaci¨®n Criminal, Tom¨¢s Zer¨®n y Gualberto Ram¨ªrez, jefe de la unidad de secuestros de SEIDO. La esperanza de los investigadores es que Castillo les ayude a llegar a Ram¨ªrez.
Tom¨¢s Zer¨®n. El nombre m¨¢s grande sobre la mesa es el de Tom¨¢s Zer¨®n. L¨ªder de los investigadores sobre el terreno, Zer¨®n es el responsable de la famosa verdad hist¨®rica. Se trata de la versi¨®n del ataque y el destino de los 43 que dio el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018). De acuerdo a esa versi¨®n, el contubernio mafioso asesin¨® a los muchachos, quem¨® sus cuerpos en el basurero de Cocula y arroj¨® los restos a un r¨ªo. Negada por las investigaciones de los expertos independientes, la versi¨®n de Zer¨®n y compa?¨ªa acab¨® finalmente sepultada este a?o, con el hallazgo de los restos de Rodr¨ªguez, en un paraje a casi un kil¨®metro del basurero. La fiscal¨ªa busca a Zer¨®n por delitos contra la administraci¨®n y procuraci¨®n de justicia. Zer¨®n habr¨ªa manipulado evidencia, que ayud¨® a construir su versi¨®n de los hechos. Seg¨²n las mismas fuentes de la fiscal¨ªa, Zer¨®n vol¨® a Canad¨¢ a mediados de agosto del a?o pasado. Antes de que acabara el mes, viaj¨® a Israel. Hace unas semanas, L¨®pez Obrador pidi¨® colaboraci¨®n a las autoridades de aquel pa¨ªs para su entrega.
?rdenes de detenci¨®n pendientes. Durante estos d¨ªas se ha especulado con la posibilidad de que la fiscal¨ªa ordene, por primera vez, la aprehensi¨®n de militares vinculados al caso. Durante la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, la fuerza de reacci¨®n del 27 Batall¨®n de Infanter¨ªa, con sede en Iguala, patrull¨® por el municipio, cerca de Juan N. ?lvarez y Perif¨¦rico, uno de los dos escenarios de los ataques. Hasta ahora, la CNDH y el grupo de expertos de la OEA hab¨ªan probado que los militares llegaron pasada la medianoche a un hospital cerca de Juan N. ?lvarez, donde un grupo de 25 estudiantes se refugi¨®, despu¨¦s de un segundo ataque registrado en ese escenario. Los estudiantes estaban all¨ª con un compa?ero, Edgar Andr¨¦s, con una herida grave de bala en la cara. Lejos de auxiliarles, los estudiantes dicen que los militares les rega?aron, les amenazaron y no dejaron de apuntarles con las armas. Les dec¨ªan cosas como ¡°si se mueven les disparamos¡±, ¡°sigan secuestrando autobuses¡±, ¡°tengan los huevos suficientes para afrontar las cosas¡±. Luego les hicieron fotos, les tomaron los nombres y se fueron. El responsable de la Fuerza de Reacci¨®n esa noche era el capit¨¢n Jos¨¦ Mart¨ªnez Crespo. Si se confirma que la fiscal¨ªa busca capturar a militares vinculados al caso, Crespo podr¨ªa ser uno de ellos. Aunque el caso podr¨ªa escalar m¨¢s. Recientemente, la revista Proceso public¨® parte de la declaraci¨®n de un viejo detenido, presunto integrante de Guerreros Unidos, que se ha acercado recientemente a la fiscal¨ªa a aportar informaci¨®n. La fiscal¨ªa lo llama Juan. Seg¨²n su versi¨®n, los militares tuvieron un papel activo en la desaparici¨®n de los muchachos y su entrega a criminales de Guerreros Unidos durante el ataque.
La verdad hist¨®rica. El hallazgo de un hueso de Christian Rodr¨ªguez en la barranca de La Carnicer¨ªa, a un kil¨®metro del basurero de Cocula, ha generado cantidad de especulaciones en torno al caso. Pero lo cierto es que ya hace a?os que nadie defiende que los 43 fueron quemados en el basurero. Primero el grupo de expertos independientes y luego el equipo de forenses argentinos negaron esa posibilidad, despu¨¦s de sus peritajes en el basurero. Desde entonces, el entorno de Zer¨®n y de su superior en la ¨¦poca, el procurador Jes¨²s Murillo Karam, han planteado que igual el grupo que fue quemado en el basurero fue menor a 43. La rectificaci¨®n no oficial de la fiscal¨ªa ha ocurrido sin argumentos o pruebas. Los peritajes independientes en el basurero plantean que es dif¨ªcil que se diera un fuego en el basurero de las dimensiones necesarias para deshacer a un grupo grande de personas. En todo caso, asumiendo la teor¨ªa de que un grupo menor de estudiantes acab¨® en el basurero, ?qu¨¦ fue del resto? El testigo Juan se?ala que los estudiantes fueron asesinados en diferentes lugares y sus restos repartidos en diferentes sitios. La veracidad del testigo sin embargo est¨¢ en duda, dado su pasado criminal.
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