L¨®pez Obrador y su Gobierno evitan legislar sobre el aborto
La llegada al poder de un Ejecutivo que se considera de izquierdas no ha tra¨ªdo ning¨²n avance en la interrupci¨®n voluntaria del embarazo
El sistema pol¨ªtico federal de M¨¦xico hace muy dif¨ªcil, casi imposible, que en este pa¨ªs se viva una situaci¨®n como la argentina, donde se ha legislado sobre el aborto con los mismos criterios para toda la naci¨®n. Muy al contrario, las mujeres mexicanas no tienen los mismos derechos en funci¨®n del Estado en que residan. Solo dos, Ciudad de M¨¦xico y Oaxaca, cuentan con servicios de aborto libre y gratuito hasta la semana 12 de gestaci¨®n, es decir, una ley de plazos donde no hay que se?alar motivo alguno para solicitar la intervenci¨®n. La capital lo aprob¨® en 2007 y Oaxaca, el a?o pasado. La Ciudad de M¨¦xico ya tiene estad¨ªsticas para interpretar los deseos de las mujeres a este respecto, puesto que desde aquel a?o se han producido alrededor de 210.000 abortos en sus centros m¨¦dicos. Y una cosa queda clara: desde los Estados colindantes viajan a la capital para someterse a esta intervenci¨®n y tambi¨¦n decenas de mujeres, violadas o no, se desplazan desde Veracruz, por ejemplo, para interrumpir su embarazo en la Ciudad de M¨¦xico. Los pa?uelos verdes siguen ondeando en M¨¦xico.
La llegada al poder en 2018 de un Gobierno que se considera de izquierdas, el de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, no ha significado gran cosa en este asunto. El presidente no suele tocar ese tema, pero se ha pronunciado en alguna ocasi¨®n a demanda de los periodistas sobre la despenalizaci¨®n del aborto: ¡°Que no hable de ello no quiere decir que nos opongamos a que se manifiesten quienes est¨¢n a favor de estos cambios que ocurrir¨¢n cuando haya condiciones en la sociedad¡±, dijo a finales del a?o pasado. Pero es un tema que no quiere abordar para ¡°no provocar enfrentamientos¡± porque, seg¨²n el presidente, ya hay otras reformas que est¨¢n siendo pol¨¦micas. Considera que las feministas tienen en esto una postura ¡°avanzada, progresista que respeta¡±. Hasta ah¨ª. Mucho habr¨ªa de cambiar el presidente para que durante su mandato se abordara este asunto. Tampoco su secretaria de Gobernaci¨®n, la feminista Olga S¨¢nchez Cordero, se ha manifestado en pro del aborto. ¡°Yo no estoy a favor del aborto, pero lo que no quiero y va mi vida de por medio, es que a las mujeres se las penalice con 30 a?os de c¨¢rcel¡±, ha dicho en alg¨²n video.
En todos los c¨®digos penales de los Estados mexicanos se tolera el aborto en caso de violaci¨®n. Y adem¨¢s, cada entidad a?ade otros supuestos, como el peligro para la salud o la vida de la madre, malformaciones fetales, etc¨¦tera. Pero en la pr¨¢ctica, abortar en muchas zonas de M¨¦xico no es f¨¢cil y algunas mujeres son obligadas en los centros m¨¦dicos a confesar que se provocaron un aborto e incluso son denunciadas, luego revictimizadas. M¨¦xico est¨¢ a la cabeza de la OCDE en embarazos adolescentes con 77 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 a?os. El Gobierno tiene en marcha una Estrategia Nacional para la Prevenci¨®n del Embarazo en Adolescentes, que trata de reducir los 340.000 nacimientos anuales entre menores de 19 a?os. La secretaria de Gobernaci¨®n, Olga S¨¢nchez Cordero, ha afirmado en varias ocasiones que los embarazos de ni?as deben ser considerados violaci¨®n.
A falta de una regulaci¨®n nacional, M¨¦xico va remendando como puede un derecho que es dispar en su territorio. Cuentan para ello con la Ley General de V¨ªctimas, nacional, que garantiza la interrupci¨®n del embarazo cuando ha sido fruto de un delito, y para demostrarlo le basta la palabra de la mujer. En algunos Estados les obligan a presentar una denuncia de la violaci¨®n, por ejemplo, un terreno espinoso en M¨¦xico, donde las denuncias no son sencillas. Tambi¨¦n se recurre a la Norma Oficial Mexicana conocida popularmente como NOM 046. Y a la Ley General de Salud, tambi¨¦n nacional, que aporta seguridad ante los abortos porque garantiza su prestaci¨®n si est¨¢ en riesgo la salud de la madre, tanto f¨ªsica como emocional y social, de acuerdo con la OMS. Las sentencias de la Corte Suprema han avalado la prevalencia de estas normas sobre las restricciones estatales, lo que ha ido proporcionando jurisprudencia a favor del derecho al aborto.
En 2007, cuando la capital aprob¨® su ley de plazos, muchos Estados reaccionaron en contra e incluyeron salvaguardas en sus Constituciones en las que se garantizaba la vida desde el momento de la concepci¨®n. ¡°No hay por qu¨¦ entender eso como una prohibici¨®n del aborto, que en los c¨®digos penales sigue permitido¡±, dice Rebeca Ramos, directora de la organizaci¨®n mexicana Gire, que defiende el derecho a la libre interrupci¨®n del embarazo. Pero lo cierto es que muchos lo interpretaron as¨ª y el miedo, o al menos el rechazo, cundi¨® entre el personal m¨¦dico, que en algunos Estados se declaraban objetores de conciencia sin fisuras, como en Aguascalientes. Esto tambi¨¦n dio lugar a una sentencia de la Corte que obligaba a proveer este servicio por encima de la voluntad de los m¨¦dicos. Pero para que eso ocurra, finalmente, miles de mujeres, las que pueden, son impelidas a viajar hasta la capital. La objeci¨®n de conciencia est¨¢ regulada en M¨¦xico y es un derecho que solo asiste al que practica el aborto, los camilleros, por ejemplo, no pueden acogerse a ¨¦l.
¡°Muchos m¨¦dicos exigen que una autoridad les d¨¦ permiso antes de practicar un aborto. Desde Gire hemos acompa?ado varios casos donde hemos constatado c¨®mo los servicios de salud se niegan a interrumpir el embarazo aunque est¨¦ permitido por ley¡±, asegura Ramos. En todo el proceso tambi¨¦n interfieren otros elementos de corte religioso que trasladan a las j¨®venes embarazadas a centros donde finalmente no se les permitir¨¢ interrumpir la gestaci¨®n. ¡°El acceso est¨¢ regulado en M¨¦xico, pero hay muchos pendientes todav¨ªa, sobre todo con los servicios de salud. En Oaxaca, por ejemplo, que ya est¨¢ aprobada una ley de plazos a¨²n no ha empezado a aplicarse¡±, se queja Ramos.
Entre un 4,7% y un 13,2% de la mortalidad materna en el mundo puede atribuirse a los abortos inseguros, una pr¨¢ctica com¨²n en Latinoam¨¦rica. M¨¦xico no es una excepci¨®n. Los abortos inseguros son los que se producen sin las m¨ªnimas garant¨ªas sanitarias, lo que pone en peligro la vida de la embarazada. En ?frica y Latinoam¨¦rica, tres de cada cuatro interrupciones de la gestaci¨®n son inseguras y millones de mujeres en todo el mundo llegan desangradas a los hospitales, donde pueden sumar a su desgracia una denuncia, que en muchos pa¨ªses acaba en tremendas penas de c¨¢rcel.
Hoy, cuando las feministas argentinas han puesto a circular antiguas fotos de 1984, apenas recuperada la democracia en aquel pa¨ªs, cabe recordar que en M¨¦xico, el debate sobre la despenalizaci¨®n del aborto comenz¨® en 1936. Y 84 a?os despu¨¦s, no puede decirse que la Rep¨²blica cuente con leyes que garanticen los mismos derechos para todas las mujeres. Todav¨ªa se encuentran diferencias en funci¨®n de d¨®nde viven, de su cultura y su econom¨ªa. Hay abortos clandestinos, pero no todos son inseguros, quien tiene dinero salva las restricciones con un equipo sanitario apropiado. Las que no, ponen en peligro sus vidas.
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