Las ni?as madres de Veracruz fueron violadas
Las trabas morales en la sanidad p¨²blica de este Estado mexicano fuerzan a menores a dar a luz tras haber sufrido abuso sexual
Atravesar las puertas del albergue Tepeyac es viajar al M¨¦xico m¨¢s conservador. En este refugio para embarazadas espera do?a Amanda, la encargada, con un folleto en la mano que reza ¡°Ay¨²dame a vivir¡± junto a la imagen de una gestante. Esta vieja casona cat¨®lica en el centro de Xalapa, en Veracruz, ha visto pasar en los ¨²ltimos a?os decenas de j¨®venes embarazadas. ¡°Algunas llegan ac¨¢ con esas ideas¡ abortivas¡±, dice Amanda Mart¨ªnez con el ce?o fruncido al referirse a las residentes, entre ellas ni?as de apenas de 10 o 12 a?os. ¡°Pero con el tiempo se les pasa¡±, relaja el ce?o.
A Tepeyac algunas chicas llegan por iniciativa propia. Otras, las menores de edad sobre todo, las env¨ªa la Secretar¨ªa de Salud de Veracruz, cuenta Mart¨ªnez. ¡°El DIF [Sistema de Desarrollo Integral de la Familia] y los hospitales ya saben de nosotros, entonces las traen directamente¡±, explica rodeada de im¨¢genes de la virgen y el papa Francisco. All¨ª pasan los meses de pre?ez encerradas, solo salen a consulta m¨¦dica y a misa. Unos 40 d¨ªas despu¨¦s de parir, el albergue las devuelve al sistema de salud p¨²blico, que a su vez, las manda a casa.
Parir no es la ¨²nica opci¨®n que tienen esas ni?as. La ley mexicana establece que todas las mujeres tienen derecho a abortar en caso de violaci¨®n. Una norma ratificada en agosto por la Corte Suprema, que ha ordenado la obligaci¨®n de los hospitales de brindar esa posibilidad a quienes lo soliciten. En el caso de las menores de 15 a?os, todos los embarazos deben entenderse como producto de un abuso sexual, ya que hasta esa edad no cabe el consentimiento de la relaci¨®n sexual, seg¨²n la legislaci¨®n federal. Pero las menores que piden interrumpir su embarazo en Veracruz enfrentan un sinf¨ªn de dificultades.
Paula (nombre ficticio), de 13 a?os, es un ejemplo de lo que sucede en este Estado. Tras sufrir dos desmayos en el colegio, sus padres la llevaron el pasado 1 de marzo a un centro m¨¦dico a las afueras de Xalapa. Estaba embarazada. Hab¨ªa sido violada por un hombre de la familia y llevaba unas 13 semanas de gestaci¨®n. Sus padres denunciaron el abuso ante la Fiscal¨ªa y solicitaron un aborto, pero el hospital se neg¨®. ¡°El director les dijo que ten¨ªan instrucci¨®n de preservar la vida, no de acabar con ella¡±, cuenta Araceli Gonz¨¢lez, de Equifon¨ªa, organizaci¨®n feminista que acompa?¨® el caso.
El director del centro m¨¦dico se deslig¨® de la situaci¨®n y orden¨® ese mismo d¨ªa el traslado de la menor al Centro de Atenci¨®n Especializada de Xalapa (CAE). Ese segundo hospital, uno de los m¨¢s importantes del Estado, se neg¨® a interrumpir el embarazo porque la ley estatal establece una fecha l¨ªmite de 12 semanas en caso de violaci¨®n, y la ni?a ten¨ªa un estimado de 13. La familia solicit¨® entonces una intervenci¨®n por riesgo de muerte, otra de las causales autorizadas en esa entidad. Los peligros de un embarazo en menores de 15 a?os son cuatro veces mayores que en adultas, seg¨²n el Comit¨¦ para una Maternidad Segura en M¨¦xico.?
¡°Aqu¨ª no matamos a nadie¡±, se enoja una enfermera del CAE que prefiere no dar su nombre. En la sala de espera donde trabaja, otras tres menores de edad embarazadas aguardan su turno. La jefa de trabajo social del hospital asegura que las decisiones que se toman en tribunales de la capital est¨¢ muy lejos de lo que pasa en el interior del pa¨ªs. ¡°Hay que estar en estas trincheras¡±, justifica.
¡°?Qu¨¦ tan dif¨ªcil les resultaba brindar la atenci¨®n a la que est¨¢n obligados?¡±, cuestiona Araceli Gonz¨¢lez. En lugar de eso, el CAE orden¨® al Comit¨¦ de Bio¨¦tica, un ¨®rgano interno compuesto de personal propio, que dictaminara si hab¨ªa riesgo de muerte. ¡°Determinaron que no era inminente, pero el C¨®digo Penal no habla de riesgo de muerte inminente¡±, afirma. ¡°Es un argumento m¨¢s para seguir negando la interrupci¨®n del embarazo y forzar a las ni?as a ser madres¡±. Veracruz va a la cabeza en embarazos infantiles en M¨¦xico y, hasta agosto se hab¨ªan registrado este a?o 17 partos de ni?as entre 10 y 12 a?os. En 2018 otras 39 de esas edades fueron madres en Veracruz.
¡°Aqu¨ª se protege la vida¡±
Paula pudo poner fin a su pesadilla. Lo hizo con fondos de la organizaci¨®n Equifon¨ªa, en una cl¨ªnica privada en Ciudad de M¨¦xico, donde la interrupci¨®n del embarazo es legal desde hace 12 a?os. Pero muchas ni?as que pasan por su situaci¨®n en los hospitales de Veracruz no tienen esa posibilidad. A las que no conocen el derecho al aborto, no se les informa, asegura Gonz¨¢lez. Y a las que lo solicitan, dice, se lo niegan bajo el lema de ¡°aqu¨ª se protege la vida¡±. Ninguno de los hospitales p¨²blicos del Estado tiene en la actualidad protocolos de atenci¨®n ante embarazos infantiles ni de acceso a la Interrupci¨®n Legal del Embarazo (ILE), seg¨²n datos del Gobierno estatal.
Si, pese a las trabas, la familia insiste en acceder al aborto, la opci¨®n que los centros m¨¦dicos recomiendan es viajar 300 kil¨®metros, hasta la capital. Pero muchas no cuentan con los recursos econ¨®micos para trasladarse hasta all¨ª. La opci¨®n m¨¢s f¨¢cil ante tantas dificultades es que los padres desistan del aborto. En ese caso suelen ser los propios hospitales quienes contactan a la Secretar¨ªa de Salud para que ofrezcan a la familia recibir a la ni?a en alguno de sus albergues, donde pasar¨¢ los meses de pre?ez encerrada.
Mercy P¨¦rez, directora de la oficina local del Sistema Nacional de Protecci¨®n de Ni?as, Ni?os y Adolescentes, admite que el acceso al aborto en Xalapa depende de lo que dicte la moral del m¨¦dico de turno. ¡°La no aplicaci¨®n de la norma tiene que ver con las ideas de algunos doctores que son objetores, que confunden su responsabilidad con una visi¨®n moral¡±. La encargada de la defensor¨ªa de los ni?os reconoce adem¨¢s la perversi¨®n del sistema que empuja a las ni?as embarazadas a refugios cat¨®licos. ¡°Es necesario revisar los convenios que hace la Secretar¨ªa de Salud con esos albergues, porque nunca ha habido un control¡±.
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