El despido de un limpiador desvela las carencias de protecci¨®n en los hospitales que atienden la pandemia
La situaci¨®n de Jorge P¨¦rez, que trabajaba para una empresa subcontratada por el ISSSTE en Ciudad de M¨¦xico, desata una campa?a por los derechos del personal de limpieza de hospitales covid
A sus 70 a?os Jorge P¨¦rez qued¨® desempleado por exigir equipo de protecci¨®n contra la covid-19. ?l trabajaba para una empresa subcontratada por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y hab¨ªa sido ubicado en el Hospital 20 de noviembre de Ciudad de M¨¦xico, uno de los centros con mayor saturaci¨®n de pacientes de covid. Alarmado por el aumento de casos y muertes que llegaban al hospital, P¨¦rez exigi¨® que a ¨¦l y sus compa?eros se les entregara equipo adecuado para protegerse durante su trabajo como limpiadores, pero no hubo una respuesta. Habl¨® su caso en una entrevista que dio a un reportero de la televisi¨®n local y el 22 de junio de 2020 su empleador lo despidi¨® sin justificaci¨®n, argumentando que no debi¨® hablar con la prensa. Ahora Jorge batalla por lograr una indemnizaci¨®n. Pero ni su antigua empresa ni el ISSSTE le han hecho caso. Su historia ha llevado a Amnist¨ªa Internacional a iniciar una campa?a por los derechos de las personas trabajadoras de la limpieza de hospitales que atienden la pandemia.
¡°No nos daban nada de equipo. Nos daban unos guantes usados o unas franelas que eran puros pedazos¡±, relata Jorge a EL PA?S en entrevista telef¨®nica. ¡°Todos mis compa?eros siguen careciendo de eso. Somos bastantes, m¨¢s de 300, por turnos de ma?ana, medio d¨ªa y noche¡±, agrega. P¨¦rez trabajaba de seis de la ma?ana a dos de la tarde, por un salario de 3.800 pesos mensuales (unos 190 d¨®lares). Al terminar, dice, pon¨ªan a los trabajadores desprotegidos a esperar la supervisi¨®n ¡°donde sal¨ªan los cad¨¢veres¡± de quienes fallecieron por covid. Confiesa que el trabajo era extenuante y recib¨ªa mucha presi¨®n de parte de sus jefes: ¡°Parec¨ªan capataces detr¨¢s de uno¡±. Incluso lleg¨® a buscar apoyo sindical, pero al enterarse sus superiores amenazaron con echarlo. Ahora el anciano, desempleado, depende de lo que gana su esposa, Concepci¨®n Hern¨¢ndez (61 a?os) limpiando casas y planchando. ¡°Ella sostiene la casa¡±, dice. ¡°Me siento mal, me desespero, no s¨¦ qu¨¦ hacer, a qui¨¦n acudir¡±, lamenta Jorge.
Amnist¨ªa Internacional lanz¨® la compa?a #JorgitoCuenta, con la que exige al director del ISSSTE, Luis Antonio Ram¨ªrez, que se pague la indemnizaci¨®n a P¨¦rez y que se garantice equipo de protecci¨®n para los trabajadores sanitarios que est¨¢n expuestos a la covid-19 en los hospitales del sistema de seguridad social mexicano. Tambi¨¦n exigen al secretario de Salud, Jorge Alcocer, y al subsecretario de prevenci¨®n y promoci¨®n de la salud, Hugo L¨®pez-Gatell, ¡°transparentar la informaci¨®n sobre las personas trabajadoras de la salud vacunadas, que incluya a las personas trabajadoras de la limpieza de hospitales que atienden a personas enfermas por covid-19¡å. La investigaci¨®n de la organizaci¨®n ha documentado que 3.100 personas trabajan en la limpieza en nueve hospitales del ISSSTE en la capital del pa¨ªs y que el Hospital 20 de noviembre es el que cuenta con m¨¢s personal, m¨¢s de 300 trabajadores. ¡°Son invisibles¡±, dice Tania Reneaum Panszi, directora ejecutiva de la ONG en M¨¦xico. ¡°Estas personas limpian ba?os, lavan batas de enfermos, pero nadie las ve y lo que queremos es poner el foco en ellas. M¨¦xico es un pa¨ªs que casi nunca ve a la gente que provee determinados servicios. Venimos de una sociedad que no ve al otro¡±, agrega.
Reneaum Panszi explica en entrevista telef¨®nica por qu¨¦ la organizaci¨®n han tomado el caso de Jorge P¨¦rez como bandera. ¡°El Estado mexicano, en este caso el ISSSTE, subcontrata servicios de limpieza y le da la espalda a las condiciones contractuales de los trabajadores, con el entendido de que es la empresa la que se tiene que hacer cargo. El Estado incumple la ley federal del trabajo, que establece que hay una obligaci¨®n solidaria en este tipo de contrataciones y reproduce condiciones labores adversas, desiguales y precarias, cuando deber¨ªa tener una infraestructura para evitar la precariedad laboral¡±. Amnist¨ªa Internacional ya hab¨ªa denunciado que M¨¦xico registra la tasa de mortalidad m¨¢s alta del mundo entre personal m¨¦dico a causa de la covid-19, con 1.320 m¨¦dicos y enfermeras fallecidos debido al deficiente material sanitario utilizado y la ausencia de protocolos de protecci¨®n.
El caso de Jorge se hace p¨²blico meses despu¨¦s de que el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador emprendiera una cruzada contra ¡®outsourcing¡¯. El mandatario envi¨® a finales de noviembre al Congreso una iniciativa de ley que propone poner fin a la pr¨¢ctica abusiva de subcontrataci¨®n en M¨¦xico, un pa¨ªs donde seg¨²n datos de la Secretar¨ªa del Trabajo y Previsi¨®n Social hay m¨¢s de cuatro millones y medio de personas subcontratadas y que, como Jorge, no cuentan con seguridad social. Aunque a inicios de diciembre el Gobierno mexicano y los empresarios pactaron una tregua para discutir los esquemas de subcontrataci¨®n del empleo, se ha abierto un debate sobre la precariedad laboral en M¨¦xico. ¡°El problema no son las empresas de ¡®outsourcing¡¯, sino la tolerancia del Estado a esas pr¨¢cticas empresariales¡±, explica Reneaum Panszi. ¡°El Gobierno es uno de los grandes generadores de ¡®outsourcing¡¯ del pa¨ªs. Lo que est¨¢ mal es el uso abusivo que se da para disminuir costos de operaciones de empresas e instituciones del Estado¡±, a?ade.
La ONG ha solicitado reuniones con funcionarios de la Secretar¨ªa de Trabajo y la de Salud, pero hasta ahora no han tenido respuesta. Reneaum Panszi dice que el mi¨¦rcoles pasado se reunieron con autoridades administrativas del ISSSTE, que les dijeron que ¡°no entend¨ªan la dimensi¨®n¡± que el organismo estaba dando a la historia de Jorge P¨¦rez, quien sigue sin recibir su indemnizaci¨®n. ¡°Quiero que nos hagan caso¡±, exige el anciano. ¡°No quiero que haya anomal¨ªas para mis compa?eros que est¨¢n ah¨ª, que padecen lo mismo que padec¨ª yo, pero que sus historias no salen a luz p¨²blica porque tiene miedo¡±. Un miedo que Jorge venci¨® y le cost¨® su empleo.
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