Muere el artista pl¨¢stico Vicente Rojo
El pintor, editor y figura de la gr¨¢fica mexicana moderna fallece a los 89 a?os en Ciudad de M¨¦xico
El artista Vicente Rojo ha fallecido por complicaciones cardiacas la tarde de este mi¨¦rcoles en Ciudad de M¨¦xico, seg¨²n ha confirmado a este diario su pareja, la poeta B¨¢rbara Jacobs. Rojo (Barcelona, 1932) fue uno de los pilares de la gr¨¢fica mexicana de la segunda mitad del siglo XX y uno de los creadores m¨¢s fecundos de una generaci¨®n de artistas que someti¨® a diversas disciplinas a un di¨¢logo que dio forma a la pl¨¢stica mexicana moderna. El artista hab¨ªa cumplido este lunes 89 a?os. En un homenaje reciente que le hizo el Gobierno mexicano, a trav¨¦s de su secretar¨ªa de Hacienda, el pintor abstracto y editor dijo: ¡°Todo lo que he hecho ha sido ayudarme por la vida, ayudarme por mi vida, por mi manera de vivir. Supongo que ya a mi edad la muerte puede andar por ah¨ª, pero no me preocupa¡±.
Vicente Rojo naci¨® en Barcelona en 1932. Su padre, Francisco, miembro del Partido Socialista, inici¨® el viaje en 1939 desde Burdeos rumbo al puerto de Veracruz en el barco Ipanema, un vapor que llevaba en su vientre a otros 994 refugiados espa?oles. El futuro artista era sobrino del general Vicente Rojo, ¨²ltimo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito Republicano y quien organiz¨® la defensa de Madrid frente a las tropas franquistas, y as¨ª fue bautizado. Con siete a?os en ese entonces, se qued¨® con su madre en la Ciudad Condal para reencontrarse con su padre en M¨¦xico una d¨¦cada despu¨¦s. ¡°Lo conoc¨ª con 17 a?os, pero durante todo ese tiempo mi madre tuvo la habilidad de hacer que estuviera siempre presente en la casa. Mi madre nos hablaba de ¨¦l, le¨ªamos juntos las cartas censuradas que llegaban o yo le mandaba peque?os dibujos en la correspondencia¡±, contaba el artista en 2019 en una de sus ¨²ltimas entrevistas con EL PA?S. Rojo prepar¨® aquel a?o una muestra sobre el viaje que inici¨® la historia familiar en este continente. A su llegada, Vicente se reencontr¨® con su padre, una uni¨®n que ¨¦l calific¨® de ¡°libertad luminosa¡±.
Rojo ten¨ªa 17 a?os cuando lleg¨® a M¨¦xico. Sin tener demasiada idea del pa¨ªs que lo acog¨ªa, confes¨® a Elena Poniatowska que al llegar sinti¨® que este era su lugar. Lo hab¨ªa conquistado la luz maravillosa y el suave trato de los mexicanos. Se instal¨® con su familia en la colonia Narvarte, una c¨¦ntrica urbanizaci¨®n de clase media de Ciudad de M¨¦xico, que ya en aquellos a?os viv¨ªa un pujante boom econ¨®mico. A Rojo le llamaba la atenci¨®n la vida p¨²blica de los pintores. ¡°Opinaban de todo: pol¨ªtica, historia, educaci¨®n, deportes¡±, confes¨® a la premio Cervantes.
Rojo busc¨® entre sus conocidos a alguien que le hiciera de maestro. Lo encontr¨® en Miguel Prieto (1907-1956), quien lo introdujo en el dise?o gr¨¢fico. Con los a?os, esta iba a ser una de las huellas definitivas de Rojo en la cultura mexicana gracias al estilo que imprimi¨® en dos peri¨®dicos, La Jornada y Unom¨¢suno, a los cuales les a?adi¨® un toque personal¨ªsimo y un fuerte rechazo a la publicidad. El fogueo en la gr¨¢fica period¨ªstica, sin embargo, lo hizo como asistente en el influyente suplemento de M¨¦xico en la cultura, dirigido por Fernando Ben¨ªtez, uno de los principales intelectuales del pa¨ªs de la ¨¦poca. La industria editorial tambi¨¦n cambi¨® gracias a ERA, un sello que fund¨® en 1960 con sus amigos, los hermanos Neus, Jordi y Quico Espresate y Jos¨¦ Azor¨ªn, todos ellos exiliados espa?oles como ¨¦l.
Su educaci¨®n formal fueron seis a?os en La Esmeralda, la importante escuela de la pl¨¢stica mexicana donde fueron maestros Diego Rivera, Frida Kahlo, Jos¨¦ Ch¨¢vez Morado, Ra¨²l Anguiano y Agust¨ªn Lazo. Este ¨²ltimo, uno de los padres del surrealismo en M¨¦xico, fue una de las primeras influencias locales para Rojo, quien solo permaneci¨® seis meses en la academia. Sigui¨® pintando por su cuenta hasta que en 1958 hizo su primera exposici¨®n en una galer¨ªa independiente. Un a?o antes, en 1957, Rojo se cas¨® con la editora y promotora cultural Alba Cama, quien fue su esposa hasta que falleci¨® en 2003 tras una larga enfermedad. La hija de ambos, la matem¨¢tica y escultora Alba Rojo Cama, falleci¨® en agosto de 2016 a consecuencia de un c¨¢ncer. El a?o que enviud¨®, Rojo se hizo compa?ero de Jacobs, quien fue pareja de Tito Monterroso por tres d¨¦cadas hasta su muerte.
Con los a?os sesenta lleg¨® una ¨¦poca de rico intercambio. El artista comenzaba a encontrar su voz, que fue afinando despu¨¦s de trabar amistades con los pintores Alberto Gironella, Manuel Felgu¨¦rez y Fernando Garc¨ªa Ponce. Todos estos, protagonistas del movimiento de ruptura dentro de la pl¨¢stica mexicana, que signific¨® un corte con la pintura figurativa y una apuesta por la abstracci¨®n y el juego con las texturas y la geometr¨ªa.
Cuauht¨¦moc Medina y Amanda de la Garza, curadores de Escrito/Pintado, la ¨²ltima gran retrospectiva de Rojo, montada en M¨¦xico en 2015, llamaron al artista un triple agente de la cultural local. ¡°La sinergia de su contribuci¨®n como dise?ador gr¨¢fico, pintor y editor tuvo un peso en la vida cultural del pa¨ªs solo comparable a la de intelectuales p¨²blicos como Fernando Ben¨ªtez, Octavio Paz, Jaime Garc¨ªa Terr¨¦s, Carlos Monsiv¨¢is, Fernando Gamboa o Jos¨¦ Emilio Pacheco¡±, escribieron los comisarios.
Esa triple cualidad que rescatan los expertos puede ilustrarse con el caso de 1968. Rojo dedic¨® el a?o a tratar de sacar adelante dos colaboraciones con Octavio Paz, quien ese entonces era el embajador de M¨¦xico en la India. El artista se enter¨® de que el escritor ultimaba un ensayo, a pedido del MOMA de Nueva York y el Museo de Arte de Filadelfia, sobre Dados: 1. La Cascada, 2. El Gas de Alumbrado, obras de Marcel Duchamp. Vicente se ofreci¨® en una carta a editar el texto. De aquel intercambio epistolar se origin¨® el libro-maleta Marcel Duchamp o El castillo de la pureza (ERA, 1968), que se convirti¨® en una obra misma, con textos del vanguardista franc¨¦s traducidos por Tom¨¢s Segovia y facs¨ªmiles metidos en una caja con una cubierta en forma de tablero de ajedrez. ¡°Duchamp se va a poner muy contento¡±, escribi¨® el Nobel mexicano por carta cuando tuvo el artefacto de Rojo en las manos.
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