La otra ¡®suave patria¡¯ de L¨®pez Obrador

En su ma?anera del 13 de abril, como en muchas otras, el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador empez¨® hablando de la patria. Pero esta vez de una patria mucho m¨¢s po¨¦tica y epidemiol¨®gica que de costumbre. Empez¨® hablando de ¡°las investigaciones que se est¨¢n llevando a cabo para tener una vacuna de M¨¦xico, la vacuna Patria¡±. Al igual que Cuba con la Soberana, el presidente explicaba que un grupo de cient¨ªficos estaba trabajando para que el pa¨ªs fuera de los pocos latinoamericanos con su propia vacuna. ¡°Una vacuna con ese nombre significa que debemos siempre pensar en ser independientes¡±, a?adi¨®. Y aclar¨® que, el nombre nacionalista, lo escogi¨® ¨¦l mismo. ¡°Sobre el nombre de la vacuna, pues es la patria, acu¨¦rdense de Ram¨®n L¨®pez Velarde y Suave Patria¡±, dijo.

Ram¨®n L¨®pez Velarde, escritor y abogado de principios del siglo XX, es reconocido frecuentemente por ese poema, La Suave Patria, y este s¨¢bado 19 de junio el presidente conmemorar¨¢ 100 a?os desde su fallecimiento en 1921. Lo har¨¢ desde su lugar de nacimiento, en Jerez, Zacatecas. ¡°La patria es todo¡±, dijo el presidente en aquella ma?anera. ¡°Durante el periodo neoliberal, como quer¨ªan que nos olvid¨¢ramos de la historia, se dej¨® de hablar de patria. Se pensaba que era anacr¨®nico. Palabras, t¨¦rminos, conceptos como patria o soberan¨ªa, eran anacronismos, era sin¨®nimo de atraso. ?Para qu¨¦ hablar de la patria en un mundo globalizado? Nosotros pensamos que s¨ª tenemos que hablar y defender a la patria¡±.

El evento en honor a L¨®pez Velarde y su Suave Patria es el s¨¦ptimo de 15 eventos que presidencia organiz¨® este a?o sobre la historia de M¨¦xico, conmemoraciones en las que L¨®pez Obrador conversa con la historia del pa¨ªs ¡ªdesde la fundaci¨®n de Tenochtitlan a la independencia¡ª como si fuera un cuento entre sus amigos o sus enemigos d¨¦cadas o siglos atr¨¢s. En la ¨¦poca de revolucionarios en la que vivi¨® L¨®pez Velarde (1888-1921), L¨®pez Obrador hubiera tenido varios amigos. Pero Velarde no hubiera sido uno de ellos.

¡°L¨®pez Velarde era muy cat¨®lico, y m¨¢s bien de derecha, y si no hubiera muerto en 1921, unas d¨¦cadas despu¨¦s de pronto se hubiera unido al PAN¡¯', dice a EL PA?S el poeta David Huerta, quien estar¨¢ este s¨¢bado en un evento m¨¢s peque?o en la casa de L¨®pez Velarde en Ciudad de M¨¦xico, el lugar donde falleci¨®. ¡°El presidente L¨®pez Obrador no sabe bien qui¨¦n fue L¨®pez Velarde, no conoce su poes¨ªa¡±, considera, recordando un episodio del 2019 en el que el L¨®pez Obrador confundi¨® a Velarde con un poeta y locutor llamado Ricardo L¨®pez M¨¦ndez, atribuy¨¦ndole err¨®neamente el poema M¨¦xico, creo en ti.

¡°Lo importante con L¨®pez Velarde son sus poemas, no su relaci¨®n con la Revoluci¨®n¡±, explica Huerta. Velarde solo vivi¨® 33 a?os y en ellos dos periodos importantes de la historia de M¨¦xico: el Porfiriato y la Revoluci¨®n. Aunque expres¨® su apoyo al proyecto antiporfirista y revolucionario del presidente Francisco I. Madero (en 1911 escribi¨® que ¡°una de las satisfacciones m¨¢s hondas de mi vida ha sido estrechar la mano y cultivar la amistad de Madero¡±), en otros trabajos dej¨® claro su desd¨¦n por otros revolucionarios.

¡°Odiaba a Pancho Villa, odiaba a Emiliano Zapata, defend¨ªa a Francisco I. Madero, pero despu¨¦s de siete u ocho a?os de guerra civil ya no pintaba el maderismo¡±, explica Huerta. ¡°L¨®pez Velarde ten¨ªa muchos prejuicios contra los campesinos en armas, detestaba a los caudillos populares, y consideraba que la violencia de Pancho Villa no le hac¨ªa bien al pa¨ªs¡±.

En un texto de 1912 sobre Emiliano Zapata, Velarde se refiere a este revolucionario como una ¡°fiera¡± con ¡°garras¡±. ¡°Su tipo selv¨¢tico y sus haza?as delictuosas se destacan, como un borr¨®n sangriento, sobre la caricatura permanente de nuestros miserables sainetes pol¨ªticos¡±, escribi¨® Velarde. En otro poema, El retorno mal¨¦fico, dice que ¡°Mejor ser¨¢ no regresar al pueblo/ Al ed¨¦n subvertido que se calla/ En la mutilaci¨®n de la metralla¡±.

Y si para L¨®pez Obrador el pueblo siempre es sabio, para L¨®pez Velarde el pueblo es f¨¢cilmente manipulable. ¡°El populacho, incapaz de discurrir sobre temas especulativos, simpatiza con Zapata porque este representa el pillaje para saciar el hambre¡±, escribi¨® Velarde.

La patria de L¨®pez Velarde ¡ªque adem¨¢s de estar expl¨ªcitamente en La Suave Patria tambi¨¦n est¨¢ en otro texto llamado Novedad de la patria¡ª poco habla de independencia y mucho menos de neoliberalismo. Hay all¨ª, m¨¢s bien, cierto romanticismo al hablar de la provincia como el lugar de la virtud y amenazada tanto por los centros urbanos como por la revoluci¨®n armada. Su ¨²nica referencia a un h¨¦roe no es a los l¨ªderes de la Revoluci¨®n sino una breve aparici¨®n de Cuauht¨¦moc y la violencia de la colonia (¡°todo lo que sufriste: la piragua prisionera, al azoro de tus cr¨ªas, el sollozar de tus mitolog¨ªas¡±).

¡°A L¨®pez Velarde le gustaba fantasear una patria modesta, inm¨®vil, paralizada en una ficci¨®n agr¨ªcola id¨ªlica y religiosa, gobernada por las ideas sociales de Le¨®n XIII¡±, dice a EL PA?S Guillermo Sheridan, bi¨®grafo del poeta en un libro llamado Un Coraz¨®n Adicto (1989). ¡°Lo que en un poeta de 1921 es la elecci¨®n po¨¦tica de un mito social, en un jefe de Estado de 2021 es un disparate¡±, a?ade con respecto a L¨®pez Obrador.

La Suave Patria es la patria que alimenta a su gente de compotas, el lugar que tiene ¡°la m¨¢s honda m¨²sica de selva¡±, o ¡°p¨¢jaros de oficio carpintero¡±, el que puede ver una superficie de ma¨ªz donde rompe ¡°el rel¨¢mpago verde de los loros¡±. La patria de L¨®pez Velarde es una vendedora de ch¨ªa, o es una ni?a asomada en una reja. ¡°Suave Patria: te amo no cual mito, sino por tu verdad de pan bendito¡±, escribi¨®. M¨¢s que una realidad hist¨®rica, la patria es en el poema un evento ¨ªntimo.

¡°L¨®pez Velarde es solo un poeta. Ni nacional ni revolucionario ni forjador de la conciencia patria, encomienda t¨ªpica de una cultura insegura¡±, a?ade Sheridan. ¡°Es solo un poeta, rar¨ªsimo, como todos los buenos poetas. Tan raro es que ilustra su patriotismo con la imagen de unos esqueletos cogiendo en sus tumbas cuando hay tormenta el¨¦ctrica¡±. (¡°Trueno del temporal: oigo en tus quejas crujir los esqueletos en parejas,¡± escribe L¨®pez Velarde en La Suave Patria).

M¨¢s all¨¢ de su historial pol¨ªtico y c¨®mo se ve en su obra, L¨®pez Velarde es un pilar fundamental de la poes¨ªa latinoamericana. ¡°Modific¨® el lenguaje po¨¦tico de su tiempo, introdujo novedades y modos ins¨®litos¡±, dice Huerta, recordando la adjetivaci¨®n particular de L¨®pez Velarde cuando hablaba de ¡°p¨¢rpados narc¨®ticos¡± o de ¡°voluptuosa melancol¨ªa¡±, o sus frases sobre el amor (¡°el amor amoroso de las parejas pares¡±) o de la paternidad (¡°el hijo que no he tenido es mi verdadera obra maestra¡±).

La Suave Patria es una obra que, vista desde un punto de vista m¨¢s po¨¦tico que nacionalista, encant¨® a los mejores escritores del continente: Octavio Paz, Pablo Neruda o Jorge Luis Borges. ¡°El momento en que conoc¨ª La suave patria fue uno de los de mayor exultaci¨®n literaria de mi vida¡±, escribe en una entrada de diario el argentino Adolfo Bioy Casares, en 1957. ¡°Lo m¨¢s admirable de L¨®pez Velarde es haber logrado, en La suave patria, con su modernismo tan barroco y metaf¨®rico, una poes¨ªa intensa y fluida¡±, dice en otra entrada de 1962.

Caceres recuerda en su diario estar un d¨ªa en su casa junto a Jorge Luis Borges y que este ¨²ltimo empez¨® a recitar, de memoria, sus versos favoritos de La Suave Patria. ¡°Vos recitaste las estrofas del para¨ªso de compotas y de quiero raptarte en la cuaresma opaca. Me pareci¨® un poema tan variado que tard¨¦ en advertir que todos los versos eran endecas¨ªlabos¡±, recuerda Bioy Casares.

¡°?C¨®mo lo juzgar¨¢n en M¨¦xico a L¨®pez Velarde?¡±, le pregunt¨® Borges a su amigo, en 1962. Para ¨¦l y otros autores, no exist¨ªa duda que L¨®pez Velarde es de los mejores poetas mexicanos de principios del siglo XX y que con sus versos transformaba la historia de la literatura de Am¨¦rica Latina. Solo que quiz¨¢s, no exactamente en la forma patri¨®tica que L¨®pez Obrador hubiera querido.

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