Margo Glantz: ¡°Las mujeres tienen que estar en pie de lucha. A lo mejor debo decir que no se mitiguen, que sigan violent¨ªsimas¡±
La escritora, que recibir¨¢ la Medalla Carlos Fuentes de la FIL, habla de feminismo, el rol de las mujeres en la literatura, de neofascismo y moda
Margo Glantz (Ciudad de M¨¦xico, 91 a?os) ofrece a las once de la ma?ana un vasito de tequila o una copa de Oporto, lo que sorprende a los periodistas. Ella r¨ªe, socarrona. Se muestra maravillosa esta ma?ana, con su cabello corto lleno de rizos y vestida elegantemente de negro, porque a Glantz le gusta la moda y, en especial, los zapatos. Esta mujer que va por la vida siempre sonriente y coqueta no se corta en una pl¨¢tica en la que habla de feminismo, el machismo en la literatura, la memoria del Holocausto y, claro, la importancia de la moda. Recibir¨¢ en noviembre la Medalla Carlos Fuentes de la FIL de Guadalajara, un nuevo reconocimiento a su vasta obra ensay¨ªstica y literaria.
Pregunta. La FIL le entrega la Medalla Carlos Fuentes. Antes, en 2010, hab¨ªa recibido el Premio de Literatura en Lenguas Romances. En esa ocasi¨®n dijo que se sent¨ªa como una Julia Roberts de la literatura, porque no son muchas las mujeres que ganan importantes reconocimientos literarios. ?Cree que desde ese momento hasta ac¨¢ se ha visibilizado m¨¢s el trabajo de las mujeres en la literatura?
Respuesta. S¨ª, el trabajo de las mujeres se ha visibilizado m¨¢s. Es decir, hay un movimiento verdaderamente avasallador en M¨¦xico, Argentina, Espa?a. Es impresionante la afluencia de escritoras j¨®venes y su presencia tan relevante en M¨¦xico. Es muy, muy importante lo que se ha hecho. Y, por lo que se refiere a mi obra, tambi¨¦n, pues he publicado muchos libros despu¨¦s del premio de la FIL.
P. Usted ha afirmado que el mundo de la literatura, el mundo editorial, est¨¢ lleno de caciques. Y mencionaba, por ejemplo, a Cela, en Espa?a o a Neruda, en Chile. ?Se est¨¢ rompiendo ese cacicazgo?
R. Creo que hay una cosa como de pulverizaci¨®n, en el sentido de que hay mucha gente que est¨¢ escribiendo al mismo tiempo. Y no hay esas grandes figuras de autoritarismo, como las que defin¨ªan una ¨¦poca, la ¨¦poca de la Argentina, por Borges; de Neruda, en Chile.
P. El siglo pasado se dec¨ªa que mujeres como Alejandra Pizarnik, Juana de Ibarbourou o Alfonsina Storni estaban creando ruptura dentro de la literatura dominada por hombres. ?Se puede decir que ellas abrieron paso a este movimiento nuevo de mujeres en la literatura?
R. Hay un antecedente muy importante, un antecedente que quiz¨¢ las j¨®venes escritoras no toman en cuenta, que piensan que est¨¢n descubriendo el mundo y ellas son las que lo definen todo, cuando ha habido una tradici¨®n de escritoras que ha roto con esa violencia del caciquismo, de la predominancia masculina en la escritura. Entonces, digo, es muy importante tener en cuenta una memoria literaria hist¨®rica para situarse, ?no?
P. Ha dicho que te tuvo que publicar por iniciativa propia su primera novela. Siempre ha sido dif¨ªcil para las mujeres abrirse campo en el mundo editorial.
R. A los 47 a?os ya ten¨ªa yo bastante material, pero la primera obra de ficci¨®n no me la quisieron publicar, porque no funcionaba dentro de los c¨¢nones de las editoriales o de las librer¨ªas y de los propios lectores por la fragmentaci¨®n excesiva, por la pluralidad y por la diseminaci¨®n de temas, todo ese tipo de cosas que ahora est¨¢n muy definidas en mi literatura. No era yo un personaje ¨²til para lo que estaba establecido, para el establishment de la escritura.
P. ?Sigue vigente aquello de tener tres guineas y un cuarto propio para las mujeres que quieren escribir?
R. Es muy vigente. Acabo de hacer al a?o pasado un pr¨®logo a una nueva versi¨®n de Una habitaci¨®n propia, de Virginia Woolf, y estuve revisando muchas cosas de lo que ella hac¨ªa y siento que este libro y Orlando son obras fundamentales. Lo que ella plantea en Una habitaci¨®n propia sigue siendo muy vigente para las mujeres, no s¨®lo en el terreno de la escritura, sino el terreno del cuerpo propio, porque sigue el problema de la violencia que hay en contra de las mujeres, cuando se cuestiona si deben tener o no hijos, si abortan o no. Estamos viendo c¨®mo hay retrocesos fundamentales en varios pa¨ªses, como en Afganist¨¢n, o en los jud¨ªos religiosos. Es muy hip¨®crita y desconcertante.
P. ?Deben tener las escritoras un compromiso con estos temas?
R. Creo que cada uno escribe lo que debe escribir seg¨²n su propia necesidad. No creo que sea program¨¢tico. Me parece que hay demasiada escritura coyuntural: la pand¨¦mica, la de las drogas, la del narcotr¨¢fico, todo ese tipo de cosas. Algunas son muy buenas y otras son puramente coyunturales. Me parece que hay que sobrepasar lo coyuntural para lograr crear una obra de arte. Por ejemplo, voy a mencionar un texto que me parece muy importante, que es Sal¨®n de belleza, de Mario Bellatin, que se ley¨® en la ¨¦poca en que se escribi¨® como una cosa oculta en relaci¨®n con el sida. Y ahora puede leerse tambi¨¦n como una especie de alegor¨ªa o met¨¢fora de la pandemia. Entonces, ese tipo de libros que sobreviven a la coyuntura me parecen los m¨¢s importantes.
P. En su caso, ?c¨®mo encuentra sus historias? ?c¨®mo llega a su cabeza esa idea que se convierte en un libro?
R. Soy excesivamente dispersa, excesivamente curiosa y voraz. Entonces es muy dif¨ªcil para m¨ª encontrar un n¨²cleo hasta que las obsesiones son las que definen ese n¨²cleo. Me interesa much¨ªsimo el cuerpo y el cuerpo femenino. Me parece muy importante la totalidad del cuerpo, pero tambi¨¦n me fijo en peque?as cosas del cuerpo que tienen una importancia muy grande. Por ejemplo, me acuerdo de algunos textos de Onetti, en los que habla de la nuca de una mujer. A m¨ª me pareci¨® bien interesante trabajar ese aspecto. O el pelo como un elemento fundamental de la historia, de la cultura, de la religi¨®n, de la masculinidad, de la feminidad. O en la moda. Todo ese tipo de cosas me han parecido muy importantes.
P. Ha mencionado la moda. Usted escribi¨® Historia de una mujer que camin¨® por la vida con zapatos de dise?ador, que de alguna manera es autobiogr¨¢fica. Y ha dicho en varias entrevistas que colecciona zapatos. ?Qu¨¦ significan los zapatos para usted?
R. Mis padres ten¨ªan una zapater¨ªa cuando yo era ni?a, era una zapater¨ªa de barrio, con modelos copiados de las zapater¨ªas del centro. Y ten¨ªa yo que estar mucho tiempo all¨ª, por lo que la obsesi¨®n con los zapatos se hizo cotidiana. Creo que estar bien calzada tambi¨¦n es un elemento muy importante de sexualidad y de feminidad. Y como la moda me interesa tanto, esta no funcionar¨ªa sin los accesorios y los zapatos son los accesorios principales. Recuerdo que de ni?a me gustaron unos zapatos de dos colores, con tac¨®n alto y con unas tiritas muy lindas en gris y rojo, gris y verde y gris y azul. Me quedaron como muy, muy, muy fijados en mi memoria. Entonces ahora me encanta comprarme zapatos, al grado de que, aunque no me quedaran los zapatos, me los compraba y eso me hizo juanetes. Esto, por cierto, es un elemento muy importante en mi escritura, el juanete, la deformaci¨®n del pie.
P. ?Hay alg¨²n dise?ador en espec¨ªfico que le atraiga?
R. Bueno, me gustaba much¨ªsimo Ferragamo, pero tuve un solo par de zapatos Ferragamo, que me regal¨® una amiga.
P. ?C¨®mo le fue con los Ferragamo?
R. Pues no son muy buenos, no son muy c¨®modos.
P. Hay mucha cr¨ªtica al tema de la moda, muchos dicen que es un tema banal.
R. Ayer [por el mi¨¦rcoles] se present¨® El Rastro, que es una novela m¨ªa que se adapt¨® al teatro y justamente uno de los elementos m¨¢s importantes de la novela es la moda. Hay un entierro y una serie de gente alrededor que va muy bien vestida. Hay gente vestida de la manera m¨¢s elemental, con huaraches, con calzones de manta, pero mujeres de Christian Dior o Armani. Entonces, la mujer que est¨¢ tratando de elaborar un duelo se distrae mirando la moda. La moda es muy importante, porque, as¨ª como el pelo define la historia de la cultura, la moda tambi¨¦n lo hace. La moda tiene un significado mucho m¨¢s profundo que la frivolidad que la rodea.
P. Hay un v¨ªnculo entre moda y literatura.
R. Para m¨ª s¨ª. Lo vemos en Proust, en el an¨¢lisis de Benjamin de los pasajes parisinos, en Thomas Mann. Ahora se piensa que las mujeres son fr¨ªvolas porque les interesa la moda, pero hay grand¨ªsimos escritores masculinos a quienes la moda les importaba mucho. La manera de vestir de la duquesa de Guermantes [personaje de En busca del tiempo perdido], por ejemplo, o la forma de vestir de las cortesanas en las obras de Proust.
P. Volvamos al tema de la industria editorial. Ha habido hace poco una controversia muy fuerte con el Premio Planeta. Se lo dieron a una escritora, Carmen Mola, que result¨® ser tres hombres. ?Qu¨¦ opina de esto?
R. Me parece muy significativo en el sentido de que se han dado cuenta de la predominancia de la escritura femenina. Creo que hay una especie de rivalidad y la necesidad de usurpar lo femenino para ganar un premio. Antes las mujeres ten¨ªan que usurpar a los hombres para poder funcionar en la literatura y ahora parecer¨ªa lo contrario. No s¨¦ si es un gesto ir¨®nico, burlesco, pero es un gesto significativo frente a esta irrupci¨®n tan fundamental de lo femenino.
P. Muchas mujeres han reaccionado indignadas.
R. Creo que tambi¨¦n el movimiento feminista exacerba ciertas cosas, se revela mucha intolerancia. Y yo detesto la intolerancia, porque la intolerancia conduce, digamos de una manera esquem¨¢tica, a los fascismos. Entiendo la reivindicaci¨®n femenina frente a ciertas cosas y la vehemencia que se tiene frente a eso, pero siento que hay que tener cuidado.
P. Pero hay tambi¨¦n mucho enojo, sobre todo de las j¨®venes, por la violencia hacia ellas, por los asesinatos, por las desigualdades que existe todav¨ªa entre hombres y mujeres. Y muchas quieren expresar esa violencia a trav¨¦s de manifestaciones que posiblemente puedan ser violentas tambi¨¦n.
R. Esas reacciones violentas me parecen totalmente comprensibles. Hay una furia acumulada a lo largo de los siglos que no se ha podido mitigar, porque las cosas, como acabo de decir, siguen siendo muy terribles. Hay una forma hip¨®crita de querer controlar siempre el cuerpo femenino, hay un control sobre las mujeres y sobre su cuerpo fundamentalmente. Eso no ha acabado. Es muy importante plantearse eso, porque es un problema que sigue afectando a las mujeres. La violencia que tienen las mujeres a veces no la acepto, pero la comprendo perfectamente.
P. Estamos en un momento de revoluci¨®n, con las mujeres exigiendo m¨¢s derecho. ?Cree que estas injusticias planteadas puedan terminar?
R. Mira, las cosas han cambiado en muchos pa¨ªses, pero hay siempre la posibilidad del retroceso. Lo vemos perfectamente, constantemente en la historia y lo estamos viendo actualmente. Mira los ejemplos que te acabo de dar, o lo que pas¨® en Bolivia, donde a una ni?a de 11 a?os la obligaron a mantener el embarazo, lo cual es una triple violaci¨®n. Este tipo de cosas siguen sucediendo, por lo que todas las mujeres tienen que estar en pie de lucha. No queda otro remedio. Y a lo mejor yo deber¨ªa decir, no s¨¦, que no se mitiguen, sino que sigan violent¨ªsimas.
P. Otro cap¨ªtulo diario de su vida tiene que ver con Twitter. Y me interesa especialmente esta postura de estar constantemente tuiteando el tema de la memoria del Holocausto y de las v¨ªctimas del Holocausto. ?Crees que se nos est¨¢ olvidando lo que pas¨®?
R. Creo que s¨ª. El problema de las migraciones, que ahora es un problema tan terrible, produce holocaustos, ?no es cierto? Y lo vemos en M¨¦xico. La manera como han tratado a los haitianos son formas de holocausto diferentes. A m¨ª, como soy jud¨ªa, me parece muy importante, porque cuando era muy joven los campos de concentraci¨®n eran totalmente vigentes. Muchos parientes m¨ªos hab¨ªan muerto en campos de concentraci¨®n. Creo definitivamente que el Holocausto se resucita de muy diversas maneras y a veces no las entendemos, no las verificamos, no nos damos cuenta. Creo que es muy importante seguir plante¨¢ndose el problema del fascismo y el neofascismo, que llev¨® al nazismo y tambi¨¦n al estalinismo.
P. ?No aprendemos de los errores? ?C¨®mo llegamos a este momento cuando hay partidos neofascistas siendo elegidos en los parlamentos de Europa, o con gente como Trump y Bolsonaro en Am¨¦rica?
R. Yo no s¨¦ bien, no s¨¦ bien, pero se llega de golpe. Y en M¨¦xico tambi¨¦n. Mira el problema de los haitianos en un pa¨ªs que se dice democr¨¢tico. Tratar as¨ª a los inmigrantes me parece aberrante, terrible. Acabo de estar en Alemania y all¨¢ la gente se queja mucho de que Angela Merkel haya permitido la entrada de dos millones de musulmanes y que dentro de poco Alemania ser¨¢ un pa¨ªs musulm¨¢n. Eso les aterraba, como les aterra en Francia. Pero creo que lo que Europa y Estados Unidos provocaron en todos los pa¨ªses del Oriente y de Centroam¨¦rica se les est¨¢ volteando, porque esa gente ya est¨¢ emigrando. Est¨¢n llegando esos inmigrantes a los pa¨ªses que eran antes predominantemente blancos, y eso es lo que produce un racismo muy violento.
P. Las im¨¢genes de los haitianos perseguidos en M¨¦xico han sido brutales, pero no se genera una indignaci¨®n dentro de la poblaci¨®n. ?Estamos anestesiados frente al horror?
R. Hay como una comodidad frente a lo que est¨¢ pasando, que no me molesten porque yo estoy bien en mi contexto. A m¨ª me indigna mucho y por eso creo que el Twitter me sirve mucho para manifestar esa indignaci¨®n.
P. ?Hay razones para el optimismo?
R. Creo que siempre hay razones para el optimismo. Yo creo que, si no las hubiese, no habr¨ªa razones para que sigamos viviendo. S¨ª hay razones para un pesimismo muy fuerte, muy violento, pero creo que tambi¨¦n hay muchos elementos importantes. Las flores en mi jard¨ªn, la propia moda, mis hijas y mis nietos, que son maravillosos. Todo eso es muy, muy importante.
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