M¨¦xico acusa a Levi¡¯s de utilizar sin permiso dise?os de artesanas ind¨ªgenas oaxaque?as

M¨¦xico ha iniciado un nuevo asalto en la lucha contra la apropiaci¨®n cultural para defender su patrimonio, despu¨¦s de las pol¨¦micas con marcas como Zara o Carolina Herrera. La Secretar¨ªa de Cultura ha enviado una carta a la empresa estadounidense Levi¡¯s, famosa por sus pantalones vaqueros, donde la acusa de ¡°comercializar y privatizar una propiedad colectiva haciendo uso de elementos culturales cuyo origen est¨¢ plenamente documentado¡±. El organismo considera que la colecci¨®n Levi¡¯s Premium, Original Trucker Jacket contiene ¡°elementos bordados pertenecientes a la cultura mazateca del estado de Oaxaca, sin contar con el mecanismo adecuado para obtener el permiso de dicha comunidad¡±, seg¨²n reza el comunicado difundido este domingo.

Cultura exige en la misiva a Levi¡¯s y al colectivo Dracco Textil, sus socios en la confecci¨®n de las prendas que han resucitado la pol¨¦mica, que retribuya econ¨®micamente a la comunidad mazateca, a la que considera propietaria intelectual de los dise?os. La instituci¨®n se respalda, adem¨¢s de en varias declaraciones internacionales que protegen los derechos de los pueblos ind¨ªgenas, en la Ley Federal de Derechos de Autor, que establece que ¡°el Estado mexicano otorga protecci¨®n a las obras literarias, art¨ªsticas y artesanales de las culturas populares¡±, gracias a una reforma que se aprob¨® por unanimidad en abril de este a?o en la C¨¢mara de Diputados. Adem¨¢s, se?ala que la multinacional deber¨ªa haber pedido permiso al usar los bordados, y no ¡°deformar la obra¡± original.

El 13 de noviembre, la marca de ropa anunci¨® en un v¨ªdeo su aterrizaje en la regi¨®n, adem¨¢s de futuras colaboraciones con creadores locales: ¡°Llegamos a Oaxaca y queremos celebrar con el arte que lo caracteriza, Levi¡¯s Oaxaca ser¨¢ sede y testigo de la riqueza cultural que alberga esta ciudad¡±. Sin embargo, un grupo de artesanas mazatecas, agrupadas bajo el nombre de ¡°Las mujeres de texturas de Oaxaca¡±, denunci¨® en un comunicado el pasado jueves que ¡°esta ¡®colaboraci¨®n¡¯ de Levi¡¯s con ¡®artesanos representativos¡¯ nos parece otro ejercicio de apropiaci¨®n cultural y de invisibilizaci¨®n de las personas y comunidades que estamos detr¨¢s de las piezas bordadas¡±.

¡°Se nombran a las empresas y a los artistas visuales detr¨¢s del proyecto y se omite el nombre de las artesanas o artesanos que realizan la labor de bordado¡±, contin¨²a la denuncia. La Secretar¨ªa de Cultura recogi¨® el testigo y se sum¨® a la reivindicaci¨®n. Alejandra Fraustro, la titular del organismo, ha defendido en la misiva que ¡°se trata de un principio de consideraci¨®n ¨¦tica que, local y globalmente, nos obliga a hacer un llamado de atenci¨®n y poner en la mesa de la discusi¨®n p¨²blica un tema impostergable: proteger los derechos de los pueblos originarios que hist¨®ricamente han sido invisibilizados¡±.

¡°Le invitamos a desarrollar un trabajo respetuoso con las comunidades ind¨ªgenas dentro de un marco ¨¦tico que no socave la identidad y la econom¨ªa de los pueblos y apegado siempre a un comercio justo que coloque en un plano de igualdad a los creadores ind¨ªgenas, empresarios y dise?adores¡±, prosegu¨ªa la carta.

La pol¨¦mica tambi¨¦n se ha instalado entre las artesanas y la propia Secretar¨ªa de Cultura. La instituci¨®n, en la misiva, ha se?alado la iniciativa Original, ¡°un espacio de encuentro entre las y los maestros del arte tradicional, artistas y dise?adores con empresas internacionales para exhibir, promover y entablar negocios de manera ¨¦tica¡±, como ejemplo de pr¨¢ctica de comercio justo para con las comunidades ind¨ªgenas. Algo de lo que discrepan ¡°Las mujeres de texturas de Oaxaca¡±, que en el mismo comunicado en el que denunciaban el plagio de Levi?s, acusan al organismo de haberlas dejado fuera de la convocatoria, que se celebr¨® del 18 al 21 de noviembre.

No es la primera vez que el Gobierno mexicano se ve envuelto en una pol¨¦mica con el debate sobre la apropiaci¨®n cultural de fondo. La ¨²ltima ocasi¨®n fue el pasado mayo, cuando la Secretar¨ªa de Cultura tambi¨¦n envi¨® una misiva a la empresa espa?ola Zara. El motivo: un vestido que la marca europea hab¨ªa presentado, que recordaba al estilo de los huipiles bordados a mano por artesanas ind¨ªgenas. Antes, le toc¨® el turno a la dise?adora venezolana Carolina Herrera, a la firma francesa Louis Vuitton o a la modista del mismo pa¨ªs Isabel Marant.

Mientras que las confecciones de creadores ind¨ªgenas se venden por entre 500 y 3.000 pesos (entre 25 y 150 d¨®lares), una gran firma internacional puede comercializar una pieza casi id¨¦ntica por entre 1.000 y 4.000 d¨®lares. Un expolio que mueve para las grandes marcas millones de euros, y que ha dado lugar a un debate plagado de aristas y matices, donde los argumentos en defensa de la fusi¨®n o el enriquecimiento art¨ªstico mediante el contacto entre culturas se enfrentan a las cr¨ªticas de plagio y apropiaci¨®n indebida de la propiedad intelectual de minor¨ªas hist¨®ricamente marginadas.

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