La ¨²ltima oportunidad para la verdad en M¨¦xico
La comisi¨®n para esclarecer cr¨ªmenes de la guerra sucia nace pendiente de archivos secretos y resistencias del Estado. EL PA?S habla con sus integrantes
Medio en broma medio en serio, la historiadora Aleida Garc¨ªa, integrante de la reci¨¦n creada comisi¨®n de la verdad para la guerra sucia, defiende la teor¨ªa de que ¡°la burocracia mexicana impidi¨® que el pa¨ªs viviera una dictadura¡±. Suena a chiste, pero da una idea del tipo de nudos que genera el aparato del Estado, muchas veces en defensa propia. La hip¨®tesis de la acad¨¦mica viene a cuento por la posible apertura de archivos en el marco de la investigaci¨®n de la comisi¨®n, que ahora empieza. Para ella y sus compa?eros, se trata de la ¨²ltima oportunidad para alumbrar la verdad de una ¨¦poca que sigue en penumbra.
Nacida en octubre, la ¡°Comisi¨®n para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Hist¨®rico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990¡å es la ¨²ltima apuesta del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en el campo de la memoria hist¨®rica. A imagen de las comisiones que existieron en Uruguay, Argentina o Ghana, la mexicana tratar¨¢ de entender el tama?o y la densidad de la ara?a contrainsurgente, tan ubicua como escurridiza, parte del Estado que dirigi¨® el PRI durante d¨¦cadas.
Se ha escrito mucho sobre este periodo, sobre los servicios de inteligencia del Estado, la temible Direcci¨®n Federal de Seguridad, la pax priista, los movimientos sociales del M¨¦xico posrevolucionario y sus herederos, el despertar pol¨ªtico de las d¨¦cadas de 1960 y 1970, el Partido de los Pobres en el Estado de Guerrero, Lucio Caba?as, Tlatelolco y la gran y simb¨®lica represi¨®n del 2 de octubre de 1968... De algunos episodios, caso de este ¨²ltimo, se sabe bastante, como explica la historiadora Eugenia Allier, integrante de la comisi¨®n. Pero la apertura de algunos archivos hist¨®ricos, desconocidos hasta ahora, podr¨ªa completar el panorama y alumbrar situaciones ignoradas. A d¨ªa de hoy, M¨¦xico carece de una cifra oficial de personas desaparecidas, ejecutadas o torturadas por agentes al amparo del Estado.
Adem¨¢s de Garc¨ªa y Allier, el hist¨®rico activista guerrerense Abel Barrera, el polit¨®logo y experto en las relaciones entre M¨¦xico y Estados Unidos, Carlos P¨¦rez Ricart, y el exsacerdote y defensor de derechos humanos David de Jes¨²s Fern¨¢ndez integran el grupo de expertos de la comisi¨®n. Representantes de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, de Relaciones Exteriores, Hacienda y otras dependencias la completan. En las ¨²ltimas dos semanas, los cinco expertos, punta de lanza de la comisi¨®n, se han reunido varias veces para tratar de organizar los meses que vienen, cuestiones log¨ªsticas y de presupuesto, pero tambi¨¦n de divisi¨®n del trabajo.
En conversaci¨®n con EL PA?S, Garc¨ªa, Allier y P¨¦rez Ricart insisten en la idea de que es una gran oportunidad para hurgar en la memoria del estado. Aunque no es el primer intento, nunca antes las condiciones, dicen, fueron mejores. Tras d¨¦cadas de gobiernos del PRI, la victoria de Vicente Fox en 2000 y la llegada del Partido de Acci¨®n Nacional al poder abri¨® la veda. El pasado era discutible, enjuiciable, esa era al menos la idea. El problema es que el impulso inicial dur¨® poco. Fox cre¨® una fiscal¨ªa para investigar delitos de la guerra sucia, pero no se consigui¨® condena alguna. Su Gobierno ni siquiera obtuvo un informe sobre lo ocurrido en las d¨¦cadas de represi¨®n, un documento, algo a lo que agarrarse.
La idea de la comisi¨®n ahora es que sus esfuerzos se reflejen en un informe que sirva de punto de partida para posteriores esfuerzos, un kil¨®metro cero del estudio gubernamental de la represi¨®n estatal. ¡°Todav¨ªa hay v¨ªctimas y perpetradores que siguen vivos y es la ¨²ltima oportunidad para entrevistarlos¡±, se?ala P¨¦rez Ricart.
Para los comisionados, el acceso a archivos hasta ahora ocultos es clave. Cada uno por su lado se?alan uno en concreto, el del Estado Mayor Presidencial de la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional, disuelto por el actual Gobierno. ¡°Para m¨ª es el archivo m¨¢s importante¡±, dice Allier. ¡°Nos ayudar¨ªa a echar algo m¨¢s de luz sobre Tlatelolco. Si ahora tenemos el 90%, esto completar¨ªa¡±, a?ade. ¡°El archivo de la Defensa Nacional es hipernecesario por lo que puede representar en t¨¦rminos de investigaci¨®n hist¨®rica y por el poder simb¨®lico de abrirlo¡±, argumenta Garc¨ªa, ¡°aunque me parece dif¨ªcil que podamos entrar de manera irrestricta al archivo militar¡±.
Para P¨¦rez Ricart, el trabajo de la comisi¨®n es una oportunidad tambi¨¦n para insistir en la b¨²squeda del archivo de la Polic¨ªa Judicial Federal, el viejo brazo investigador de la extinta Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR). ¡°Llevo 10 a?os busc¨¢ndolo y no est¨¢ en el Archivo General de la Naci¨®n, en ning¨²n lado que haya buscado. No es p¨²blico por lo menos. ?Era el brazo operativo de la PGR y de esa estructura no existe un archivo! Lo vamos a intentar encontrar. Estoy convencido de que lo que sabemos sobre violaciones a derechos humanos en ese periodo es solo la punta del iceberg, precisamente porque no tenemos esto¡±, se?ala.
Los tres coinciden en la necesidad de dibujar los caminos de los ¡°circuitos criminales y de contrainsurgencia¡±, redes de agentes dentro de diferentes dependencias del Estado que reprim¨ªan movimientos disidentes en una o varias regiones a la vez, mediante diferentes pr¨¢cticas, como tortura o desaparici¨®n forzada, a lo largo del tiempo. ¡°Vale la pena que hagamos un trabajo de diagn¨®stico los primeros meses para identificar estos circuitos¡±, se?ala Garc¨ªa.
Todos se?alan igualmente la necesidad de trascender la idea cl¨¢sica de represi¨®n, vinculada a movimientos pol¨ªticos disidentes, sobre todo a la izquierda del Gobierno. ¡°Queremos ver otro tipo de violencias de estado, en cuesti¨®n de g¨¦nero, de sexualidad, violencias no pol¨ªticas o no evidentemente pol¨ªticas¡±, explica Allier. ¡°Foucault dir¨ªa que todo es pol¨ªtica, cualquiera lo har¨ªa. Y s¨ª, pero es verdad que hubo desapariciones, tortura sexual, ejecuciones, por motivos no estrictamente pol¨ªticos. Desaparici¨®n de presuntos delincuentes, criminales, adictos, narcos, por ejemplo. En momentos en que no hab¨ªa periodismo independiente u organizaciones de la sociedad civil, la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito desaparecieron y ejecutaron. Esta gente no tiene colectivos que les representen. Han sido anulados de ejercicios de memoria¡±, a?ade P¨¦rez Ricart.
Uno de los objetivos de la comisi¨®n es que las investigaciones de sus cinco expertos desemboquen en la reactivaci¨®n de investigaciones en la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) y en la apertura de nuevas pesquisas. Garc¨ªa cuenta que la parte institucional de la comisi¨®n debe nombrar a otros tres expertos que hagan de enlace entre ellos cinco y la FGR. ¡°Yo creo que es viable que reorganicemos las investigaciones para que tengan una l¨®gica y ayude a la investigaci¨®n. Y que se abran nuevas. En las siguientes dos semanas deber¨ªa quedar claro qui¨¦nes son los expertos¡±, dice.
P¨¦rez Ricart, que ha estudiado la presencia de agencias antinarc¨®ticos de EE UU en M¨¦xico durante el siglo XX, ha escrito que el titular de la FGR, Alejandro Gertz, coordin¨® los esfuerzos de erradicaci¨®n de cultivos il¨ªcitos del Gobierno en la d¨¦cada de 1970. Es decir, que Gertz form¨® parte de una dependencia se?alada por hospedar esos circuitos contrainsurgentes o de criminalidad de los que hablan. ?Es relevante su papel entonces en la voluntad de ayudar de la actual FGR? ¡°Es interesante esa presencia de Gertz all¨¢. Falta entender su papel. Es verdad que es juez y parte. Ser¨ªa un error hacerlo evidente porque entonces quiz¨¢ no tendr¨ªa inter¨¦s en ayudar¡±, zanja.
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