El exilio heredado de Ana Negri
La autora, nacida en M¨¦xico, hija de argentinos represaliados por la dictadura, publica ¡®Los eufemismos¡¯, una reflexi¨®n sobre el destierro y las cargas familiares
De sus padres, Ana Negri hered¨® el exilio. El sentimiento de desarraigo y un acento extra?o, que a fuerza de crecer lejos de la tierra familiar, se convirti¨® en una lengua mestiza, ap¨¢trida, fronteriza. Sus padres tuvieron que huir de Argentina en 1975, perseguidos por los militares que un a?o despu¨¦s impondr¨ªan la dictadura de Jorge Rafael Videla. Y ella se crio en dos mundos, el de su casa y el del exterior. En u...
De sus padres, Ana Negri hered¨® el exilio. El sentimiento de desarraigo y un acento extra?o, que a fuerza de crecer lejos de la tierra familiar, se convirti¨® en una lengua mestiza, ap¨¢trida, fronteriza. Sus padres tuvieron que huir de Argentina en 1975, perseguidos por los militares que un a?o despu¨¦s impondr¨ªan la dictadura de Jorge Rafael Videla. Y ella se crio en dos mundos, el de su casa y el del exterior. En un hogar en Ciudad de M¨¦xico que era un reducto porte?o. Que sonaba a tango y sab¨ªa a ?oquis y dulce de leche. Un colegio al que acud¨ªan otros hijos de exiliados. Y la calle, el mundo de afuera, donde no era argentina ni mexicana.
De ni?a intent¨® obviar la carga familiar que supone el destierro, pero ese elemento, que marc¨® para siempre la vida de sus progenitores, acab¨® instal¨¢ndose tambi¨¦n en su ADN. Este a?o, la autora ha publicado Los eufemismos (Ediciones Ant¨ªlope, 2021), su primera novela, en la que se adentra en esas sensaciones a trav¨¦s de la relaci¨®n entre una madre y una hija con una historia casi id¨¦ntica a la de su propia familia.
Una tarde de diciembre en Ciudad de M¨¦xico, Negri (38 a?os) llega a la cita en una librer¨ªa-cafeter¨ªa con luces c¨¢lidas, madera y paredes de ladrillo. Viste sencilla, con vaqueros y un jersey negro sobre el que cae el pelo del mismo color. A menudo hace largas pausas entre preguntas, como si se bloqueara por un instante, pero de inmediato r¨ªe y las palabras vuelven a salir como un torrente. Su vida se habla y se vive en dos latitudes; dos acentos; dos gastronom¨ªas; dos maneras de entender el mundo; dos pa¨ªses de origen. En uno de ellos creci¨®, llamando ¡°t¨ªos¡± a compa?eros del exilio de sus padres, rodeada de una familia pol¨ªtica, porque la de sangre estaba a miles de kil¨®metros. El otro es una naci¨®n que, hasta que fue adulta, solo conoci¨® a trav¨¦s de los relatos y las cicatrices de sus padres.
En el libro, ¡ªpublicado por primera vez con la editorial chilena Los libros de la mujer rota (2020)¡ª, Negri ficcionaliza su propia realidad a trav¨¦s de la historia de Clara, una especie de ¨¢lter ego de la autora, tambi¨¦n hija de exiliados argentinos, que tiene que pasar por a?os de procesos burocr¨¢ticos trabados e imposibles para conseguir el juicio de reparaci¨®n de su madre, una medida que se empez¨® a promover en los 90 en Argentina para intentar indemnizar a los represaliados de la dictadura. Pero la madre de Clara empieza a desarrollar problemas psicol¨®gicos fruto de los a?os de persecuci¨®n pol¨ªtica ¡ªcomo tambi¨¦n le sucede desde hace 15 a?os a la madre de la autora¡ª, una paranoia epis¨®dica por la que siente que est¨¢ siendo vigilada, que en cualquier momento un comando armado va a aparecer para detenerla.
A trav¨¦s de la relaci¨®n entre ambas, Negri ilustra la idea de, c¨®mo a pesar de no haber sufrido directamente en sus carnes la dictadura, ni de haber vivido nunca en Argentina, carga tambi¨¦n consigo el peso del destierro que arrastraron sus padres en su huida. ¡°Al principio de mi vida yo dec¨ªa ¡®tengo que ser mexicana porque ac¨¢ vivo¡¯. De alguna manera rechazaba la posibilidad de vincularme con Argentina. Era la historia de mis pap¨¢s. Pero 30 a?os despu¨¦s resulta que me estoy haciendo cargo de mi mam¨¢, que no puede trabajar desde hace 15 a?os por una afectaci¨®n psicol¨®gica que tiene que ver con sus a?os de la dictadura. Entonces tampoco es la historia de mis pap¨¢s, tambi¨¦n es m¨ªa¡±, expone.
Viejos diarios
En la actualidad, Negri trabaja en una escuela, aunque tambi¨¦n se desempe?a como editora freelance ¡ªha editado, entre otras, a autoras como Margo Glantz¡ªy escribe art¨ªculos para publicaciones culturales. Se gradu¨® por la UNAM y es doctora en Estudios Hisp¨¢nicos por la Universidad McGill de Montreal (Canad¨¢). El origen del libro lo encontr¨® buceando en sus diarios de la infancia: ¡°En alg¨²n momento hice una especie de lectura nost¨¢lgica de mis cuadernos viejos. Ah¨ª empec¨¦ a ver que hab¨ªa una l¨ªnea que se manten¨ªa a lo largo de los a?os, toda esta cuesti¨®n alrededor del exilio, la pertenencia, la patria. Ac¨¢ [en M¨¦xico] de alguna manera siempre me he sentido un poco fuera de tono. No hab¨ªa ni un lugar que tuviera valor afectivo. Hay una parte que definitivamente encuentro m¨¢s cercana o a lo mejor directamente m¨¢s familiar con lo que pasa all¨¢ [Argentina]¡±.
Libro Los eufemismos de Ana Negri
Cuando Negri empez¨® a ayudar a su madre con los procesos legales de los juicios de reparaci¨®n, comenz¨® a ver y entender Argentina de forma diferente. ¡°Al revisar los tr¨¢mites pens¨¦ que yo tambi¨¦n tengo derecho a una reparaci¨®n. Tambi¨¦n nac¨ª en periodo de dictadura y crec¨ª en el exilio de mis padres. De alguna manera a m¨ª tambi¨¦n me arrancaron mi historia¡±. El proceso, explica, es traum¨¢tico, lleno de baches burocr¨¢ticos, una revictimizaci¨®n constante que se alarga a?os, que muchas personas no son capaces de acabar. Su madre y ella, en concreto, llevan m¨¢s de 20 a?os de tr¨¢mites que a¨²n no han terminado.
Hasta su enfermedad, su madre estudi¨® medicina y trabajo como terapeuta. En Argentina, vivi¨® en la clandestinidad, estando embarazada de la hermana de Negri, y sali¨® del pa¨ªs cuando el beb¨¦ ten¨ªa tres meses. Su padre es actor de teatro, y en los setenta militaba en grupos pol¨ªticos. Han vuelto de visita al pa¨ªs desde que acab¨® la dictadura, pero nunca han querido vivir de nuevo all¨ª. El miedo y los malos recuerdos pesan demasiado, cuenta la autora. ¡°La dictadura no se acaba cuando el gobierno dice, ¡®bueno, volvemos a democracia¡¯, y mucho menos las violencias que ah¨ª tuvieron lugar, eso se perpet¨²a por generaciones, y no es tan visible¡±, sostiene.
Locura
El libro tambi¨¦n explora la enfermedad de su madre y el rol de cuidadora que el personaje de Clara, la hija, se ve obligada a asumir. La personalidad excesiva de la madre le saca de quicio. A menudo explota contra ella, no aguanta sus desvar¨ªos. ¡°Mi intenci¨®n era provocar. Muchos de los comentarios negativos que he le¨ªdo sobre la novela van por ah¨ª, dicen que Clara es insoportable y profundamente violenta con su madre. Y yo digo ¡®ya vale, te quiero ver ah¨ª¡¯. La locura de alguien enloquece todo el entorno, es imposible ser cordial y mantenerse sensato¡±.
La primera vez que viaj¨® a Argentina Negri ten¨ªa 11 a?os. Fue sola, sin sus padres, a encontrarse con esa otra parte de la familia a la que nunca hab¨ªa conocido. El choque cultural fue enorme. De entender un pa¨ªs a partir de la perspectiva de sus progenitores, a chocarse de lleno con una realidad completamente distinta y extra?a. En ese momento la aterroriz¨®. Ahora, m¨¢s de veinte a?os despu¨¦s, espera poder pasar all¨ª una temporada larga. Reconectar con sus ra¨ªces. Vivir de primera mano ese pa¨ªs que siempre ha vivido en ella.
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