El pez tequila ya mueve su cola anaranjada por las aguas del Teuchitl¨¢n
Cient¨ªficos de la Universidad Michoacana han logrado reintroducir en su h¨¢bitat esta valiosa especie extinta desde hace d¨¦cadas
El pez tequila nada de nuevo por las aguas del r¨ªo de Teuchitl¨¢n, en Jalisco, gracias a un proceso de rescate y reintroducci¨®n de la especie, una noticia que ha alegrado el fin de a?o a bi¨®logos de medio mundo. Apenas mide ocho cent¨ªmetros y pesa 15 gramos, pero el picote tequila, que tambi¨¦n se llama, as¨ª como otros de su misma familia, los goodeidae, son valiosos para los bi¨®logos conductuales y evolutivos por su condici¨®n de viv¨ªparos, es decir, las hembras son fecundadas y pasan un embarazo de 45 d¨ªas. Pero antes habr¨¢n elegido pareja, lo que obliga a los machos a bailar como es de...
El pez tequila nada de nuevo por las aguas del r¨ªo de Teuchitl¨¢n, en Jalisco, gracias a un proceso de rescate y reintroducci¨®n de la especie, una noticia que ha alegrado el fin de a?o a bi¨®logos de medio mundo. Apenas mide ocho cent¨ªmetros y pesa 15 gramos, pero el picote tequila, que tambi¨¦n se llama, as¨ª como otros de su misma familia, los goodeidae, son valiosos para los bi¨®logos conductuales y evolutivos por su condici¨®n de viv¨ªparos, es decir, las hembras son fecundadas y pasan un embarazo de 45 d¨ªas. Pero antes habr¨¢n elegido pareja, lo que obliga a los machos a bailar como es debido y a mostrar el mejor color en la cola o las aletas. Un intenso tono anaranjado le dir¨¢ a la hembra que ese ejemplar ha sobrevivido, a pesar de su atrayente aspecto, a la depredaci¨®n de otros seres acu¨¢ticos. Y lo considerar¨¢ apto. Pero el avance industrial y agr¨ªcola ha ido depositando contaminantes en los r¨ªos mexicanos afectando gravemente la reproducci¨®n de los goodeidae. Ya no lucen tan lindos colores y nacen con alteraciones neurol¨®gicas que dificultan las danzas que atra¨ªan a las hembras. En definitiva, ya no hay machos como los de antes: los goodeidae est¨¢n en peligro de extinci¨®n.
M¨¦xico es, junto con Asia, el ¨²nico lugar donde se cr¨ªan estos pececillos. Pero M¨¦xico es tambi¨¦n un pa¨ªs con el 70% de sus r¨ªos contaminados. Mal asunto. El pez tequila o gallito solo exist¨ªa ya en el r¨ªo de Teuchitl¨¢n, en Jalisco. Y su presencia se perdi¨® a partir de 1992. En a?os posteriores aparec¨ªa alg¨²n ejemplar o varios, pero se daban por extinguidos al poco tiempo. En 2003 se perdi¨® su pista definitivamente. Los esfuerzos de varios departamentos de la Universidad Michoacana de San Nicol¨¢s de Hidalgo, con el cient¨ªfico Omar Dom¨ªnguez Dom¨ªnguez a la cabeza, han logrado devolverlo ahora a sus aguas originales. Por suerte, en algunos centros de investigaci¨®n del Reino Unido y Estados Unidos se estudia esta especie en cautiverio y alg¨²n zool¨®gico, como el de Chester, los conserva, lo que ha permitido criarla y reintroducirla en su h¨¢bitat. Ha sido el primer intento en toda Am¨¦rica Latina de repoblar un pez viv¨ªparo, cuentan los cient¨ªficos de Michoac¨¢n en su p¨¢gina web. Y lo han logrado. Por tel¨¦fono, Dom¨ªnguez Dom¨ªnguez, profesor investigador del Laboratorio de Biolog¨ªa Acu¨¢tica de la Universidad Michoacana, explica que la especie comenz¨® a reintroducirse en 2014 pero ahora ya se puede hablar de ¡°una poblaci¨®n de tequila estable y que est¨¢ colonizando otras partes del r¨ªo¡±.
El ser humano no se come al picote tequila, pero las especies invasoras, como la tilapia o la carpa se dan un buen banquete con ellos. El manantial de Teuchitl¨¢n ha sufrido tambi¨¦n construcciones como presas o balnearios que han fragmentado el ecosistema donde se desenvolv¨ªa el pescadillo. Adem¨¢s, el ganado abreva en el ¨²nico refugio del tequila, que est¨¢, justamente, en la ruta del tequila, por tierras jaliscienses.
La selecci¨®n natural de Darwin explica la evoluci¨®n de las especies, pero el naturalista no alcanzaba a explicarse por qu¨¦ los animales que pueblan el mundo son tan diversos en sus formas y en sus colores. Todo eso para qu¨¦. Para la selecci¨®n sexual, que es la otra forma de evolucionar. En esta segunda se enmarcan los goodeidae, que ya han perdido varias de sus especies por la contaminaci¨®n, incluido el tequila, felizmente devuelto a la vida. La cola rematada en un intenso tono naranja no es la ¨²nica gracia de los gallitos de Teuchitl¨¢n: hay que moverla con arte. ¡°Los machos hacen un cortejo muy especial, mueven las aletas y algunas hembras se acercan relami¨¦ndose porque piensan que han descubierto una larva de lib¨¦lula. Acuden al enga?o y es entonces cuando el macho aprovecha para la c¨®pula¡±. Esta trampa sensorial la explica Omar Arellano, bi¨®logo de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), que dedic¨® seis a?os de doctorado al girardinihthys multiradiatus, otro goodeidae. ¡°El color lo adquieren mediante la alimentaci¨®n, comen pulgas de agua, larvas de lib¨¦lula, gusanitos rojos¡±, prosigue. Al cabo de los 45 d¨ªas, el parto dejar¨¢ los embrioncitos en las orillas del r¨ªo, donde la temperatura y el alimento es m¨¢s favorable. Justo donde la corriente deposita los productos industriales y los plaguicidas. Nacen en una casa contaminada y sus peque?as anatom¨ªas ya llevan el veneno en el cuerpo, explica el bi¨®logo.
Los alevines no ser¨¢n nunca hermosos adultos y las dificultades de reproducci¨®n ir¨¢n destruyendo las distintas especies. ¡°Ya hemos perdido varias de esta familia, incluido el tequila. Se dan sobre todo en los r¨ªos del centro del pa¨ªs, el Lerma, el P¨¢nuco y el Balsas y en lagos, como el de P¨¢zcuaro o el Cuitzeo, que se est¨¢ desecando¡±, lamenta Arellano, experto en riesgo ecol¨®gico y ecotoxicolog¨ªa. Tambi¨¦n los hay en el bosque de Chapultepec, el Central Park de la capital mexicana. Y los hubo en el antiguo lago de Texcoco, donde vivi¨® la gran civilizaci¨®n de los mexica antes de que los espa?oles con Hern¨¢n Cort¨¦s al frente desecaran todo aquello. ¡°Los aztecas los pon¨ªan en su mesa y algunas de las especies se comen hoy en tamal, el tequila no¡±, contin¨²a el investigador de la UNAM. ¡°Es una gran noticia de fin de a?o que los compa?eros de Michoac¨¢n hayan logrado reintroducir esta especie en su h¨¢bitat¡±, se alegra.
M¨¦xico tiene una enorme asignatura pendiente con la protecci¨®n de su naturaleza. Muchas especies se dan solo en este pa¨ªs de gran riqueza medioambiental, como el ajolote, que es capaz de reconstruir sus miembros amputados en muy poco tiempo. Ese milagro est¨¢ en la mira de prestigiosos laboratorios de todo el planeta, pero el ajolote est¨¢ en grave peligro de extinci¨®n por problemas similares a los del picote tequila. ¡°El tratado de libre comercio firmado con Estados Unidos y Canad¨¢ en los noventa desarroll¨® fuertemente la industria, pero no se adoptaron leyes para salvaguardar los destrozos asociados a ella. El nuevo tratado, el TMEC, incluye compromisos ambientales que pueden contener ese problema. A ver si se aplican¡±, desconf¨ªa Arellano.
Los bi¨®logos y otros colegas se afanan por devolver a la naturaleza lo que el ser humano se empe?a en quitarla. No es f¨¢cil, se tardan a?os y el proceso a veces concluye sin ¨¦xito. En este caso, el proyecto ha ido acompa?ado de planes de educaci¨®n ambiental entre la poblaci¨®n de la zona. ¡°Se han consolidado grupos que se encargan de monitorear al tequila, de limpiar las aguas, de educar a los ni?os. Hay Guardianes del R¨ªo¡±, dice Dom¨ªnguez Dom¨ªnguez. Una gran ayuda para estos cient¨ªficos, que ya pueden dedicarse a otras cosas. Y en ello est¨¢n, en la reintroducci¨®n de nuevas especies de la misma familia que tambi¨¦n est¨¢n en extinci¨®n o en grave peligro. As¨ª pues, quienes han participado en el proyecto michoacano pueden brindar a gusto este fin de a?o. El gallito ya mueve su cola anaranjada por las aguas del Teuchitl¨¢n.
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