No hay paz para Irinea Buend¨ªa, s¨ªmbolo de la lucha contra los feminicidios en M¨¦xico
La madre que cambi¨® el modo de investigar estos cr¨ªmenes lleva casi 12 a?os esperando una sentencia contra el presunto asesino de su hija Mariana Lima
Han pasado 12 a?os desde que Irinea Buend¨ªa vio el cad¨¢ver de su hija todav¨ªa tibio y decidi¨® que aquello no iba a quedar as¨ª. En 2010 los asesinatos a mujeres supon¨ªan un muerto m¨¢s en el rosario de homicidios que cada d¨ªa azotaba M¨¦xico, enfrascado en la fallida guerra del Gobierno de Felipe Calder¨®n contra el narco (de 2006 a 2010). Las autoridades concluyeron r¨¢pido y sin apenas investigaci¨®n que Mariana Lima se hab¨ªa suicidado. Carpetazo. Pero Buend¨ªa era consciente del maltrato f¨ªsico y psicol¨®gico que sufr¨ªa Lima desde que se cas¨® con un comandante de la polic¨ªa del Estado de M¨¦xico. Un tipo poderoso a nivel local contra el que emprendi¨® una cruzada legal que la convirti¨® en un s¨ªmbolo contra los feminicidios en el pa¨ªs. Es imposible entender el c¨®digo penal de cualquier Estado mexicano, la lucha de cientos de madres despu¨¦s, sin mencionar el v¨ªa crucis de esta madre. Lo que no se menciona a menudo es que, m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, no hay paz en la casa de los Buend¨ªa. Y sin ella, tampoco en la del resto de familias a las que les arrebataron a sus hijas.
La en¨¦sima audiencia a la que Buend¨ªa acude desde que en 2016 se reabriera el caso de su hija se pospuso este jueves. En ese a?o, su lucha por presentar pruebas y recurrir cualquier fallo judicial que apuntara al suicidio, escal¨® hasta la Suprema Corte de Justicia donde, en una decisi¨®n hist¨®rica, adem¨¢s de fallar a favor de reabrir la investigaci¨®n, y a fondo, del caso de Lima, se elabor¨® un dec¨¢logo sobre c¨®mo se debe abrir una carpeta cuando se trate de la muerte violenta de una mujer. En 2016, la sentencia de Mariana Lima supuso un referente nacional que cay¨® como un meteorito en los miles de casos sin resolver o mal resueltos en el resto del pa¨ªs. Gracias a ese fallo, cientos de madres apelaron despu¨¦s al m¨¢ximo ¨®rgano judicial. Y algunas, demasiado pocas, han obtenido justicia.
Al otro lado del tel¨¦fono, Buend¨ªa enumera cada una de las atrocidades a las que el sistema de justicia mexicano la ha sometido, a ella y a su familia. Habla desde un hospital, y mientras espera una cita cuenta como en piloto autom¨¢tico c¨®mo es que siendo un referente de la lucha contra los feminicidios, el crimen de su hija sigue estancado m¨¢s de una d¨¦cada. Que su yerno, el excomandante Julio C¨¦sar Hern¨¢ndez Ballinas, en prisi¨®n desde hace casi seis a?os, cada d¨ªa les gana una batalla. Cuenta tambi¨¦n c¨®mo siente que nadie quiere ¡°realmente resolver el problema¡±. C¨®mo despu¨¦s de cinco a?os muerta, desenterraron en 2015 el cad¨¢ver de su hija con el ¨²nico objetivo de destapar la verdad. Y que a sus 70 a?os est¨¢ cansada, pero no piensa parar.
¡ª?De d¨®nde saca usted las fuerzas, Buend¨ªa?
¡ªDel d¨ªa que vi a mi hija sin vida, golpeada, ba?ada, con claras evidencias de que hab¨ªa sido estrangulada y todav¨ªa el vil y cobarde asesino se atrevi¨® a decir que se hab¨ªa suicidado. De ese momento que la veo y no me queda duda de que sus ¨²ltimas horas fueron de extrema violencia, de ah¨ª saco la fuerza.
El testimonio de Buend¨ªa se ha repetido a lo largo de estos a?os dram¨¢ticamente. El rosario de mujeres asesinadas a las que en primera instancia se trata de cerrar el caso con un presunto suicidio no han sido pocas: por ejemplo, Lesvy Berl¨ªn Osorio, de 22 a?os, colgada de una cabina telef¨®nica en el campus de la UNAM en mayo de 2017; o el de F¨¢tima Varinia Quintana, de 12, secuestrada, torturada y asesinada a golpes a unos metros de su casa cuando volv¨ªa de la escuela. ¡°La sentencia de Mariana ayud¨® para que se resolvieran esas sentencias. Ella ten¨ªa 29 a?os cuando la asesinaron, no la dejaron litigar, pero sigue litigando por medio de quien quiera echar mano de ese fallo de la Suprema Corte¡±, apunta Buend¨ªa, que recuerda adem¨¢s el proyecto de vida de su hija: ser abogada.
Que el feminicidio de Lima siga impune lanza un mensaje desesperanzador para el resto de madres que cada d¨ªa luchan por llevar justicia al crimen de sus hijas. En M¨¦xico son asesinadas al d¨ªa alrededor de 10 mujeres. Una cifra que no ha dejado de aumentar desde que existen registros y que, pese a que el Gobierno presume un estancamiento ¡ªno aumento¡ª en las cifras generales de homicidios, los asesinatos de mujeres siguen siendo la gran cuenta pendiente del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Y de todos los anteriores.
¡°La justicia en M¨¦xico o no llega o es muy tardada¡±, resume la directora del Observatorio del Feminicidio, Mar¨ªa de la Luz Estrada. ¡°Cuando se gan¨® la sentencia, se dijo: ¡°Ganamos perdiendo¡±. Porque hab¨ªa que volver a hacer una investigaci¨®n de cero y hab¨ªan pasado cinco a?os. Y a¨²n as¨ª les demostramos a la Fiscal¨ªa del Estado de M¨¦xico y a todo el pa¨ªs, que si se investiga una muerte violenta de una mujer con la debida diligencia, se consigue dar con los feminicidas¡±, a?ade Estrada. En M¨¦xico la impunidad para cualquier crimen supera el 94%, seg¨²n un ¨²ltimo informe de M¨¦xico Eval¨²a, que revisa la informaci¨®n oficial sobre el trabajo de las fiscal¨ªas y jueces en 2020.
Buend¨ªa convive, adem¨¢s de con la impunidad, con el miedo de que le maten a otro hijo. Ella consigui¨® acceder al Mecanismo de Protecci¨®n a Defensores de Derechos Humanos, similar al de los periodistas y que de poco les ha servido a unos y a otros cuando los agresores han querido acabar con sus vidas. Hace dos a?os intentaron asesinar a balazos a otra hija, Guadalupe Michel Lima mientras viajaba en su coche hacia una audiencia por el caso de su hermana en la capital. Y ahora, hace solo un mes, a uno de sus hijos que hab¨ªan agredido con un cuchillo en la cabeza, le han quitado la escolta que lo proteg¨ªa en ese programa para Defensores. ¡°Es muy lamentable el riesgo en el que nos encontramos simplemente por exigir justicia¡±, agrega Buend¨ªa.
¡°Mire, m¨¢s que nada me siento defraudada, enga?ada, enojada, dolida¡±, insiste. El caso de Mariana Lima, que despu¨¦s de que se retomara se ha ido extendiendo en el tiempo hasta desproteger, revictimizar y herir m¨¢s a su familia, sigue en una fase de audiencias periciales. La vista que esperaba Buend¨ªa este jueves ni siquiera era para conocer la sentencia definitiva del caso, sino para continuar avanzando en la acusaci¨®n ya formal de Ballinas por el feminicidio de su hija. ¡°En noviembre fui a entrevistarme con el presidente del Tribunal de Justicia del Estado de M¨¦xico por este asunto. Y me dijo que ya sab¨ªa por d¨®nde iban, que era una simulaci¨®n para cansarnos, pero que iba a tomar cartas en el asunto. Finalmente, no hizo nada o, si lo hizo, no vali¨® de mucho. El sistema de impartici¨®n de justicia nos sigue restregando en la cara que pueden hacer lo que les d¨¦ la gana y no les importan los feminicidios¡±, a?ade.
Buend¨ªa se aferra a la lucha como el d¨ªa en que decidi¨® que su vida iba a cambiar para siempre. Que la muerte de su hija no iba a ser un n¨²mero m¨¢s. A¨²n recuerda el tatuaje con el nombre de su yerno y presunto asesino en la espalda del cad¨¢ver de su hija: Ballinas. ¡°No pienso callarme, ni aunque est¨¦ cansada¡±, dice. ¡°No voy a dejar de gritar. Las madres sabemos que no podemos hacer eso, porque es cerrar los ojos en la oscuridad y no van a contar con la comodidad de nuestro silencio¡±.
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