El ¡°negocio familiar¡± de los Mel¨¦ndez: abuso sexual, falsas promesas y explotaci¨®n de mujeres
Un juicio pone al descubierto c¨®mo las redes internacionales de trata de personas enga?an a j¨®venes mexicanas y las obligan a trabajar como prostitutas en EE UU
Diana, de 16 a?os, conoci¨® a Jos¨¦ Miguel Mel¨¦ndez Rojas, de 30 a?os, cuando trabajaba en una tienda de ropa en enero de 2006. ?l la visitaba con frecuencia y al cabo de unos meses la chica le present¨® a sus padres, que no estaban c¨®modos con la relaci¨®n por la diferencia de edad entre ambos. Mel¨¦ndez Rojas les asegur¨® que se encargar¨ªa de cuidar a Diana y poco despu¨¦s la llev¨® a Tenancingo, un pueblo de unos 13.000 habitantes que es notorio por la prostituci¨®n en el Estado mexicano de Tlaxcala, para que conociera a su familia. Esa misma noche se acostaron, a pesar de que ella era menor de edad.
El hombre le empez¨® a hablar de una vida mejor en Estados Unidos. Le prometi¨® que le iba a conseguir un trabajo en un restaurante y que despu¨¦s de dos a?os, cuando fuera mayor de edad, regresar¨ªan a M¨¦xico para casarse. Para julio, despu¨¦s de conseguirle documentos falsos para aparentar que ten¨ªa 19 a?os, Diana, Mel¨¦ndez Rojas y su primo Abel Romero Mel¨¦ndez intentaron cruzar la frontera en varias ocasiones hasta que lo lograron. Llegaron eventualmente a Las Vegas, tomaron un avi¨®n a Nueva York y se instalaron en un departamento en Queens, donde viv¨ªa Rosal¨ªo Mel¨¦ndez Rojas, el hermano de Jos¨¦ Miguel, y Karina, otra mujer. ¡°Es hora de que pagues lo que he invertido en ti¡±, le dijo Jos¨¦ Miguel, al contarle finalmente la verdad: que la hab¨ªa tra¨ªdo para trabajar como prostituta.
Cuando ella se neg¨®, ¨¦l amenaz¨® con matar a sus hermanos. Cuando se volvi¨® a negar, le dio un pu?etazo en la boca. Karina le explic¨® a Diana cu¨¢nto tiempo ten¨ªa que pasar con los clientes y cu¨¢nto les deb¨ªa cobrar. Cada d¨ªa, Jos¨¦ Miguel Mel¨¦ndez Rojas le daba condones y los volv¨ªa a contar cuando ella regresaba a casa para ver cu¨¢ntos hombres le hab¨ªan pagado. Trabajaba todos los d¨ªas desde las siete de la noche hasta las dos de la ma?ana y ve¨ªa a alrededor de 20 clientes en cada turno.
Abel Romero Mel¨¦ndez trajo a otra chica desde M¨¦xico despu¨¦s de un tiempo. En una ocasi¨®n, Diana escuch¨® c¨®mo los tres primos alardeaban y compet¨ªan para saber qui¨¦n manejaba a la chica m¨¢s joven. Diana intent¨® escapar tres veces. Para castigarla, Jos¨¦ Miguel Mel¨¦ndez Rojas la quem¨® con velas, la cort¨® con vidrios rotos y la viol¨® frente a todas las personas que viv¨ªan en la casa. Eventualmente, una mujer le ofreci¨® un trabajo como ni?era, le consigui¨® un departamento y pudo huir en diciembre de ese mismo a?o, pero el acoso no par¨® y la mantuvo bajo amenaza apenas seis meses despu¨¦s de dejar M¨¦xico, a m¨¢s de 3.300 kil¨®metros de su casa.
El de Diana es uno de los seis testimonios que present¨® la Fiscal¨ªa del Distrito Este de Nueva York contra cinco miembros del clan de la familia Mel¨¦ndez, acusados de construir una red internacional de explotaci¨®n que traficaba ni?as y mujeres desde M¨¦xico y operaba en cinco Estados de EE UU. ¡°Los traficantes enga?aban y coaccionaban para vender sue?os de una vida mejor a mujeres j¨®venes e impresionables, quienes eran forzadas a pasar una vida de tormento, miseria, abusos sexuales y prostituci¨®n en las manos de sus captores¡±, se lee en un comunicado del Departamento de Justicia.
Los testimonios dan cuenta una y otra vez de los patrones con los que operaba la red. Delia, reclutada a los 14 a?os, conoci¨® a su tratante en la helader¨ªa donde trabajaba. Fue enga?ada bajo la fachada de una relaci¨®n rom¨¢ntica. Aislada de su familia en Tenancingo. Llevada a Estados Unidos con la ayuda de coyotes y documentaci¨®n falsa. Obligada a prostituirse por la familia Mel¨¦ndez. Golpeada cuando se neg¨®. Eran los mismos 20 clientes por turno, las mismas amenazas de matar a su familia, los mismos abusos f¨ªsicos y sexuales.
Al cumplir 17 a?os, Delia acudi¨® a la Polic¨ªa. Hab¨ªa trabajado m¨¢s de tres a?os como prostituta. ¡°Me ofreci¨® comida y pensaba que era amor¡±, declar¨® la joven, ahora de 25 a?os, en una de las audiencias. ¡°?l sab¨ªa lo f¨¢cil que era aprovecharse de mi hambre¡±, dijo sobre su tratante. La mayor de las v¨ªctimas ten¨ªa 20 a?os al momento de ser captada. Las mujeres hablan de abortos forzados, vejaciones durante su ciclo menstrual y turnos de explotaci¨®n que llegaban a durar 16 horas al d¨ªa.
El clan Mel¨¦ndez fue hallado culpable de una decena de cargos tras un juicio que dur¨® dos semanas en marzo de 2020, pero la audiencia de la sentencia se retras¨® hasta esta semana. Jos¨¦ Miguel Mel¨¦ndez Rojas recibi¨® 39 a?os y medio de c¨¢rcel, mientras que sus hermanos Jos¨¦ Osvaldo y Rosal¨ªo Mel¨¦ndez Rojas fueron condenados a 39 a?os y cuatro meses. Abel Romero Mel¨¦ndez pasar¨¢ 20 a?os tras las rejas y Francisco Mel¨¦ndez, identificado como sobrino de Jos¨¦ Osvaldo, 25 a?os. Un sexto acusado que ya se declar¨® culpable, Fabi¨¢n Reyes Rojas, a¨²n espera su sentencia.
El arresto de Jos¨¦ Miguel Mel¨¦ndez Rojas implic¨® un operativo internacional que involucr¨® a la Interpol, la Polic¨ªa de Nueva York, el Departamento de Estado estadounidense, agentes especializados en trata de personas, la extinta Polic¨ªa Federal de M¨¦xico y la entonces Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica. El acusado fue extraditado en agosto de 2019 por los delitos de tr¨¢fico sexual, tr¨¢fico de menores, proxenetismo, trata de inmigrantes y lavado de dinero. Mel¨¦ndez Rojas ha estado encerrado en el Centro de Detenci¨®n Metropolitano de Brooklyn, donde tambi¨¦n han pasado Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n y Keith Raniere, fundador de la secta NXIVM, entre otros.
Sus abogados presentaron un escrito en el que adelantan que van a apelar el veredicto y sostienen que el l¨ªder de la red de trata de personas creci¨® en condiciones de ¡°pobreza extrema¡±, que lo orillaron a delinquir. ¡°El se?or Mel¨¦ndez Rojas, al igual que los otros acusados, creci¨® en la comunidad rural de Tenancingo, M¨¦xico donde la ¨²nica ¡®industria¡¯ es el proxenetismo y la prostituci¨®n¡±, se lee en el memor¨¢ndum.
El documento cita que en el peque?o pueblo mexicano la prostituci¨®n es un ¡°negocio¡± hereditario que ha seguido de generaci¨®n en generaci¨®n y afirma de manera falsa que es ¡°legal¡± en M¨¦xico. El escrito detalla que, antes de abusar f¨ªsica y sexualmente de sus v¨ªctimas, Mel¨¦ndez Rojas y sus hermanos sufrieron abusos a manos de sus padres. El ¡°padrote¡± es una figura de admiraci¨®n en Tenancingo, donde el 55% de la poblaci¨®n es pobre o extremadamente pobre. Un reportaje de este diario en 2013 daba cuenta de que cuatro de cada cinco estudiantes del pueblo dec¨ªan que quer¨ªan ser proxenetas.
Adem¨¢s de los a?os de c¨¢rcel, el clan Mel¨¦ndez deber¨¢ indemnizar a sus v¨ªctimas. La Fiscal¨ªa calcul¨® a partir de la evidencia que cada mujer ganaba 1.190 d¨®lares cada semana, en un estimado conservador que consideraba hasta 70 clientes semanales que pagaban un promedio de 17 d¨®lares. Es poco m¨¢s del salario m¨ªnimo de 15 d¨®lares por hora que se paga en Nueva York y otras ciudades del Estado.
La Fiscal¨ªa pidi¨® que los tratantes pagaran a Diana 28.560 d¨®lares, que corresponden a un aproximado de lo que gan¨® en seis meses. En el caso de Delia se exigi¨® un pago de casi 200.000 d¨®lares por 42 meses de explotaci¨®n. Fabiola, otra mujer mexicana que estuvo atrapada por m¨¢s de seis a?os, reclamaba 357.000 d¨®lares, la cifra m¨¢s alta. El Departamento de Justicia dio a conocer que se impuso el pago de reparaci¨®n, pero no dio a conocer los montos.
La red de la familia Mel¨¦ndez oper¨® entre 2006 y 2017. Entre 2011 y 2017 hubo 210 denuncias por trata de personas ante la Fiscal¨ªa de Tlaxcala, pero solo nueve resultaron en condenas, de acuerdo con el Centro Fray Juli¨¢n Garc¨¦s. El Estado m¨¢s peque?o de M¨¦xico, se?alado como uno de los mayores epicentros de la esclavitud sexual en el mundo, abri¨® el a?o pasado solo 76 carpetas de investigaci¨®n por delitos sexuales y no persigui¨® ning¨²n caso por tr¨¢fico de menores, seg¨²n datos oficiales.
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