El Tren Maya se construye sobre el mayor sistema de cuevas sumergidas del mundo
Cient¨ªficos y ambientalistas rechazan el ¨²ltimo cambio en la ruta entre Canc¨²n y Tulum, que pasar¨¢ por una zona de selva repleta de cavernas y cenotes
Rodrigo Medell¨ªn define la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n como un queso gruyere. Bajo el suelo de roca caliza se esconde un mundo de r¨ªos subterr¨¢neos interconectados, cavernas del tama?o de catedrales y cenotes de aguas turquesas. Entre esos paisajes k¨¢rsticos destaca Sac Act¨²n, el mayor sistema de cuevas inundadas del que se tiene registro, no muy lejos de Tulum. Turistas y cient¨ªficos van a bucear all¨ª, maravillados por ese laberinto subacu¨¢tico que alberga vestigios arqueol¨®gicos y restos de animales extintos. Pero encima de esas grutas se est¨¢ planeando ahora que pasen las v¨ªas del Tren Maya, el megaproyecto insignia del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Y Medell¨ªn quiere evitarlo.
El bi¨®logo, conocido como el ¡®batman¡¯ mexicano por su labor de investigaci¨®n y conservaci¨®n de los murci¨¦lagos, ha reunido a un grupo de cient¨ªficos, arque¨®logos y ambientalistas para oponerse al nuevo trazo del ferrocarril. Las alarmas se encendieron en enero, cuando Fonatur, la autoridad encargada del Tren Maya, anunci¨® el cambio del tramo que conecta Canc¨²n y Tulum. Despu¨¦s de casi un a?o de obras y de haber cortado 22.000 ¨¢rboles, el tren ya no ir¨ªa junto a la carretera que conecta las dos ciudades, sino que se meter¨ªa en la selva, donde se encuentran cenotes y cuevas como las de Sac Act¨²n, Dos Ojos y Garra de Jaguar. ¡°Esta zona es una inmensa reserva de agua dulce de la que dependen la flora y la fauna de la regi¨®n, pero tambi¨¦n la poblaci¨®n¡±, advierte Medell¨ªn.
El cambio en el trazo del tren se produjo despu¨¦s de que la asociaci¨®n de hoteles de la Riviera Maya se negara a que las v¨ªas se comieran parte de las entradas a sus resorts de lujo. ¡°Al hacer la obra por la carretera no les daba el ancho de v¨ªa. Entonces recibimos unas cartas en t¨¦rminos un poco agresivos diciendo que las entradas de los hoteles ten¨ªan que hacerse hacia atr¨¢s entre 17 y 20 metros, y que si no acept¨¢bamos iban a expropiar¡±, cuenta Toni Chaves, presidente de esa asociaci¨®n. Seg¨²n Chaves, el problema no era ¨²nicamente mover las entradas, sino que en esos terrenos se encuentran plantas de tratamiento, transformadores y edificios de colaboradores. ¡°Entonces les dijimos: ¡®Tenemos una soluci¨®n: ll¨¦vense el tren por una v¨ªa alterna, por la parte de la selva¡¯¡±.
¡°Claro, como las especies de flora y fauna no tienen c¨®mo ampararse ni ir a la Corte para que el Estado no atropelle sus derechos pues lo m¨¢s f¨¢cil fue cambiar el trazo¡±, dice Valeria Towns, bi¨®loga de la UNAM y exdirectora de especies prioritarias de la Comisi¨®n Nacional de ?reas Naturales Protegidas (CONANP). ¡°El 70% de las selvas de M¨¦xico han desaparecido en los ¨²ltimos 80 a?os y nuestro pa¨ªs tiene una de las tasas de deforestaci¨®n m¨¢s altas del mundo. Precisamente por eso hay que conservar lo que nos queda¡±, recalca Towns, una de las expertas que se ha unido al pronunciamiento en contra del nuevo trazo del tren.
Pero a las autoridades la oferta de los hoteleros les pareci¨® atractiva. Por una parte, se evitar¨ªan un posible conflicto legal con la industria m¨¢s poderosa del Estado. Por otra, acelerar¨ªan unas obras que se estaban viendo retrasadas por la dificultad del proyecto original, que implicaba levantar las v¨ªas por encima de la ciudad de Playa del Carmen. ¡°El Tren Maya va a ras de tierra, no se va a elevar y no se va a usar la zona urbana. Esta decisi¨®n nos permite decir que la obra se va a concluir en tiempo¡±, declar¨® al anunciar los cambios Javier May Rodr¨ªguez, director de Fonatur. El organismo todav¨ªa no ha dado a conocer de forma oficial el nuevo tramo, pero ya ha iniciado el proceso de expropiaci¨®n de los terrenos ¡°de manera concertada¡±. Este diario solicit¨® una entrevista con Fonatur, pero fue rechazada alegando la veda electoral por el refer¨¦ndum de revocaci¨®n de mandato del presidente. Ante la opacidad gubernamental, los cient¨ªficos se basan en las versiones filtradas.
De construirse en esa zona, los expertos alertan que los impactos ser¨ªan alt¨ªsimos: deforestaci¨®n de cientos de hect¨¢reas de selva en el segundo pulm¨®n forestal de Am¨¦rica Latina despu¨¦s de la Amazon¨ªa, riesgo de colapso de las v¨ªas por tratarse de un suelo k¨¢rstico, degradaci¨®n del manto acu¨ªfero y fragmentaci¨®n del ecosistema, en el que habitan especies como el jaguar, el tapir o el murci¨¦lago. ¡°No es que me preocupe que se mueran los murcielaguitos que est¨¢n en esas cuevas porque pobrecitos¡±, dice Medell¨ªn. ¡°Lo que me preocupa es que el desarrollo de la pen¨ªnsula est¨¢ en juego si no tenemos los servicios ecosist¨¦micos que prestan, como el control de plagas, la dispersi¨®n de semillas y la polinizaci¨®n de las plantas de la selva. Estos tres beneficios est¨¢n atesorados en el subsuelo de la pen¨ªnsula y hoy est¨¢n en riesgo por el paso del tren¡±.
En condiciones normales, un cambio tan radical en el trayecto del ferrocarril hubiera requerido que Fonatur realizase un estudio del impacto ambiental que podr¨ªa ocasionar el nuevo trazo y lo presentase ante la Secretar¨ªa de Medio Ambiente (Semarnat) para su autorizaci¨®n. Solo entonces podr¨ªan empezar las obras. Pero en noviembre de 2021, L¨®pez Obrador anunci¨® un pol¨¦mico acuerdo que declar¨® los proyectos estrella de su Gobierno como asuntos de ¡°seguridad nacional¡± para ¡°agilizar tr¨¢mites burocr¨¢ticos para que no se detengan las obras¡±. Entre esos tr¨¢mites, claro, se encuentra la evaluaci¨®n ambiental.
¡°Los megaproyectos no son amigos de las prisas. Lo que parece es que el Tren Maya va a resultar un desastre porque justo no se est¨¢ haciendo con la calma, los estudios y la discusi¨®n que se requiere¡±, critica Xavier Mart¨ªnez, director operativo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). Esa organizaci¨®n ha presentado tres amparos contra el proyecto por la falta de consultas p¨²blicas adecuadas para la poblaci¨®n y las irregularidades en el aspecto ambiental. Un ejemplo es que el banderazo de salida de las obras se produjo en junio de 2020, seis meses antes de que la Semarnat diese la autorizaci¨®n de la primera fase del tren.
La Suprema Corte determin¨® este mes que los estudios de impacto ambiental deben presentarse para el conjunto de un proyecto y no de forma fragmentada. No parece que el fallo haya tenido mucho eco en Fonatur. El organismo dividi¨® en varias partes la obra para su evaluaci¨®n ambiental y hasta ahora solamente es p¨²blica la documentaci¨®n referente a los cuatro primeros tramos, de un total de siete. Ese es uno de los argumentos detr¨¢s de los litigios que enfrenta el Tren Maya, pero Xavier Mart¨ªnez dice que, m¨¢s de un a?o despu¨¦s de presentados, los procesos no avanzan. ¡°Hemos visto una absoluta denegaci¨®n del acceso a la justicia¡±, lamenta. ¡°El Estado de derecho no se ha hecho valer y el Gobierno ha construido a pesar de suspensiones judiciales y de no tener permisos¡±.
En la Riviera Maya, la preocupaci¨®n es evidente entre quienes trabajan todos los d¨ªas en la zona de cavernas y cenotes donde se proyecta que pase el tren. Ra¨²l Padilla, fundador de la asociaci¨®n civil Jaguar Wildlife Center en Playa del Carmen, teme que se afecte un ecosistema crucial para los jaguares -que han llegado a captar bebiendo agua en estas grutas-, pero tambi¨¦n un destino tur¨ªstico muy importante para la regi¨®n. ¡°Lo que no est¨¢n entendiendo es que los turistas vienen a ver la belleza natural, las cuevas, a hacer esn¨®rquel en los cenotes. Nadie quiere venir a ver un tren en medio de la selva¡±.
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