Confusi¨®n en el Museo Etnogr¨¢fico de Viena: as¨ª se infiltraron audiogu¨ªas con la otra historia del Penacho de Moctezuma
Un publicista, un cineasta y un activista grabaron un relato alternativo para profundizar en el debate sobre el traslado del objeto prehisp¨¢nico a M¨¦xico
Hasta que no se subi¨® en un avi¨®n de vuelta a M¨¦xico, Yosu Arang¨¹ena no estuvo tranquilo. Hab¨ªa googleado c¨®mo son las c¨¢rceles en Viena por si algo sal¨ªa mal. Pero el trabajo ya estaba hecho y nadie parec¨ªa haberse percatado. ?l, publicista, 49 a?os, y su socio Sebasti¨¢n Arrechedera, documentalista, 45 a?os, hab¨ªan dado el golpe para el que se llevaban preparando dos a?os. Los amigos hab¨ªan introducido una treintena de audiogu¨ªas en el Museo Etnogr¨¢fico de Viena con un relato alternativo sobre el Penacho de Moctezuma, un objeto prehisp¨¢nico reclamado por M¨¦xico a Austria. Ocho minutos en los que el activista Xokonoschtletl G¨®mora, descendiente de aztecas, cuenta su parte de la historia. ¡°Como un robo de museo, pero mal hecho¡±, bromea Arang¨¹ena ahora, ya sentado en la terraza de su casa, a m¨¢s de 10.000 kil¨®metros del tocado. ¡°Una mexicanada¡±.
Los dos amigos quer¨ªan hacer algo que ¡°ayudara a M¨¦xico¡±, cuenta Arang¨¹ena, y agrega: ¡°M¨¦xico est¨¢ lleno de causas, de problemas y de tragedias¡±. Ellos eligieron la del patrimonio hist¨®rico y cultural desparramado en el extranjero, un acervo expoliado hace siglos del territorio que actualmente ocupa M¨¦xico. Y, concretamente, la del Penacho de Moctezuma, un tocado hecho de plumas de quetzal y oro que lleg¨® a Austria de alguna forma que los expertos a¨²n no conocen con certeza. ¡°Para mucha gente en este pa¨ªs [la pieza] significa mucho¡±, indica Arang¨¹ena. As¨ª llegaron a G¨®mora, que en los ¨²ltimos 40 a?os ha llevado el reclamo a la ONU y ha organizado decenas de marchas por esta causa en diferentes pa¨ªses. ¡°Nuestra labor era llevar su voz. Los museos cuentan un lado de la historia, nosotros queremos contar el otro lado¡±, se?ala el publicista.
G¨®mora grab¨® ocho minutos de relato en espa?ol, que luego fue doblado al ingl¨¦s y al alem¨¢n. El problema era c¨®mo hacer llegar el audio al o¨ªdo de los visitantes sin cometer ning¨²n delito: si retiraban las audiogu¨ªas originales y las reemplazaban por nuevas, hubieran estado robando, y si las pirateaban, hubieran infringido derechos de copyright. Con el asesoramiento de abogados, eligieron la opci¨®n ¡°legalmente menos peligrosa¡±, es decir, comprar aparatos id¨¦nticos a los del museo e introducirlos poco a poco, en diferentes d¨ªas, para que no se notara que hab¨ªa m¨¢s. Y optaron por ¡°jugar con la confusi¨®n¡±: las introducir¨ªan por la ma?ana para que con el cambio de turno los trabajadores del museo creyeran que, quiz¨¢s, hab¨ªan llegado nuevas mientras ellos no estaban. A mediados de enero, pusieron el plan en marcha.
Arang¨¹ena y Arrechedera se tomaron una foto con la fachada del Museo Etnogr¨¢fico de Viena de fondo antes de dirigirse a la sala donde se encuentra el penacho. Dieron una vuelta por las instalaciones y, antes de abandonar el edificio, dejaron cada uno de los aparatos, el original y la r¨¦plica. Alguien, al tomar la segunda audiogu¨ªa, habr¨¢ escuchado la voz de G¨®mora: ¡°Para nosotros los aztecas esta corona es portadora de fuerza, poder y sabidur¨ªa del soberano Moctezuma. Por eso lo queremos de vuelta¡±.
Diferentes gobiernos de M¨¦xico han reclamado la pieza en diferentes ocasiones. La ¨²ltima fue en 2020, cuando la historiadora Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller, esposa del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, viaj¨® a Europa para pedir a pa¨ªses como Francia, Alemania o Italia el traslado temporal de algunos objetos. Guti¨¦rrez M¨¹ller llevaba una carta en la que el mandatario ped¨ªa a su hom¨®logo austriaco el objeto prehisp¨¢nico y dec¨ªa: ¡°No somos ingenuos. Es sabido que ni el propio Maximiliano de Habsburgo logr¨® que el Penacho de Moctezuma retornara a M¨¦xico¡±. La respuesta fue, como pod¨ªa esperar L¨®pez Obrador, no una vez m¨¢s. ¡°Fue muy desagradable este encuentro¡±, dijo el presidente sobre la reuni¨®n durante una ma?anera este febrero. Una periodista le hab¨ªa preguntado por la acci¨®n ideada por Arang¨¹ena y Arrechedera, pero sobre eso no dijo nada.
En total, el publicista y el documentalista llegaron a infiltrar durante tres semanas una treintena de aparatos con la ayuda de un equipo internacional que incluy¨® austriacos, sirios, ucranios o alemanes. Los visitantes del museo solo escuchaban la voz de G¨®mora al seleccionar los audios 68 y 69, los que corresponden al tocado; el resto no hab¨ªa sido modificado. Frente a una vitrina sellada que resiste temblores y est¨¢ incrustada en el piso, Arang¨¹ena cree haber visto algunas caras de sorpresa de visitantes que se llevaban el aparato a la oreja, pero no puede confirmar si solo se trat¨® de su imaginaci¨®n: ¡°No pod¨ªamos ir a preguntarles¡±.
El tocado puede ser visto en el museo de forma gratuita por los mexicanos ¨Cse calcula que entre 2011 y 2020 m¨¢s de 45.000 lo han visitado¨C. G¨®mora, sin embargo, trabaja cada d¨ªa para que sea expuesta en M¨¦xico, seg¨²n cuenta desde Tabasco, donde vive: ¡°Es una tarea de vida¡±. ¡°Tengo que demostrar que s¨ª se puede, y lograr que nuestra gente obtenga dignidad y orgullo, y principalmente justicia¡±, se?ala. Pero el tocado no viajar¨¢ a M¨¦xico, al menos en el corto plazo, porque podr¨ªa destruirse en el traslado, seg¨²n argumenta el museo vien¨¦s bas¨¢ndose en el informe que un grupo de expertos mexicanos y austriacos realizaron entre 2010 y 2012. G¨®mora replica en el audio: ¡°Nosotros no creemos en esa versi¨®n (...) Tenemos la tecnolog¨ªa para lograrlo, solo hace falta voluntad¡±.
Las autoridades del museo, que conocieron la acci¨®n por la prensa despu¨¦s de que varios aparatos ya hab¨ªan sido introducidos en sus salas, insisten en que trasladar el penacho podr¨ªa causarle ¡°da?os enormes¡±. ¡°Estamos al tanto de los ¨²ltimos avances tecnol¨®gicos¡±, ha se?alado el museo a EL PA?S, ¡°pero en este momento, la tecnolog¨ªa no ofrece una manera de transportar el tocado con seguridad¡±. La introducci¨®n de audiogu¨ªas alternativas, sin embargo, les parece ¡°una interesante contribuci¨®n al debate actual sobre el patrimonio poscolonial en los museos etnogr¨¢ficos¡±.
El debate sobre la restituci¨®n se viene dando. Alemania anunci¨® que este a?o empezar¨ªa a devolver ¡°cantidades sustanciales de los bronces de Ben¨ªn¡±, bustos y relieves de los siglos XVI y XVII que fueron saqueados por colonos brit¨¢nicos y vendidos a distintos pa¨ªses occidentales. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, regres¨® a Ben¨ªn un lote de 26 artefactos en noviembre. La diputada austriaca Petra Bayr, del Partido Socialdem¨®crata, ha llevado el debate hasta el Parlamento al introducir una moci¨®n para ¡°reexaminar¡±, diez a?os despu¨¦s, ¡°si las razones supuestamente t¨¦cnicas siguen obstaculizando la devoluci¨®n de la corona de plumas a M¨¦xico¡±. ¡°Corresponde a mi sentido de la justicia¡±, escribi¨® recientemente en su cuenta de Facebook. Seg¨²n G¨®mora, es la tercera vez que esto sucede.
¡°Eso fue ya la cereza del pastel. No lo esper¨¢bamos, y ahorita estamos emocionados y creemos que vamos a lograr m¨¢s. Pues¡ seguramente hasta aqu¨ª vamos a llegar, pero so?ar no cuesta¡±, dice Arang¨¹ena. ¡°La gente est¨¢ dispuesta a tener di¨¢logos y creo que el primer museo que le d¨¦ la vuelta a esto va a cambiar mucho el mundo¡±, a?ade.
Arang¨¹ena, al igual que Arrechedera, que prepara un documental sobre la experiencia, son solo un ¡°veh¨ªculo¡± en la acci¨®n que ambos patrocinaron y cuya inversi¨®n total, asegura, a¨²n no han calculado. ¡°Yo puedo estar en desacuerdo con cosas que dice Xokonoschtletl, pero s¨ª creo que es su verdad. La versi¨®n de nadie es totalmente cierta¡±, se?ala. ¡°Creo que el mundo ha cambiado y que los museos pueden ser un poco m¨¢s responsables¡±, a?ade Arang¨¹ena. Viena no ha mostrado, de momento, inter¨¦s en debatir sobre la propiedad del penacho y su resguardo. Pero no iniciar¨¢n acciones legales contra el publicista y el cineasta porque ¡°la intervenci¨®n no caus¨® ning¨²n da?o¡±. Los creadores de la confusi¨®n pueden seguir tranquilos, mientras preparan la secuela.
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