M¨¦xico se abraza a los subsidios para evitar un ¡®gasolinazo¡¯ en plena crisis energ¨¦tica
El Gobierno conf¨ªa en que la renta petrolera ayude a costear los est¨ªmulos fiscales para impedir un encarecimiento de los combustibles
¡°Gasolinazo¡± es una palabra tab¨² para el Gobierno mexicano. Con el barril de petr¨®leo por las nubes debido a la invasi¨®n rusa de Ucrania, el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador insiste en que la gasolina no subir¨¢ por encima de la inflaci¨®n, uno de sus mantras favoritos. Para aferrarse a la promesa, el Gobierno ha echado mano de est¨ªmulos fiscales que han sido eficaces, hasta ahora, para contener los precios y espera que el aumento de los ingresos petroleros de Pemex cubra su costo. Sin embargo, los analistas cuestionan la sostenibilidad de esta estrategia y alertan sobre el impacto en las finanzas p¨²blicas.
El barril de petr¨®leo ha alcanzado niveles no vistos desde 2008. El Brent y el West Texas Intermediate, las dos principales referencias internacionales, se han disparado por encima de los 130 d¨®lares. El veto anunciado el martes por parte de Estados Unidos a las importaciones de petr¨®leo de Rusia, segundo productor mundial, amenaza con agravar un panorama ya de por s¨ª complicado. Antes de la guerra, la reapertura econ¨®mica tras la pandemia ya hab¨ªa provocado un alza en los precios de los energ¨¦ticos y alimentado la inflaci¨®n -en M¨¦xico alcanz¨® el 7,28% en febrero, un repunte despu¨¦s de varios descensos-.
Desde la liberalizaci¨®n del precio de la gasolina en 2017, como consecuencia de la reforma energ¨¦tica de Enrique Pe?a Nieto, el costo de llenar el tanque en una estaci¨®n de servicio se mueve seg¨²n el mercado, aunque el Gobierno tiene instrumentos fiscales para influir en ¨¦l. En lo que va de a?o, los precios internacionales para la gasolina regular y la Premium mexicanas han subido un 40% y para el di¨¦sel, un 56%. Este repunte es el mayor en los ¨²ltimos tres a?os, afirma la Secretar¨ªa de Hacienda.
La presi¨®n es fuerte y resuena lo ocurrido a principios de 2017, cuando, tras la liberalizaci¨®n, la subida de la gasolina provoc¨® bloqueos de carreteras, cierres de estaciones de servicio y m¨¢s de 1.500 arrestos. El episodio golpe¨® la popularidad de Pe?a Nieto y fue utilizado por el entonces candidato L¨®pez Obrador durante su campa?a. El mandatario no quiere que le pase lo que a su predecesor. ¡°La buena noticia es que no van a aumentar los precios de los combustibles ni las gasolinas, ni el di¨¦sel¡±, ha declarado este jueves, la tercera vez en una semana que se ha pronunciado sobre el tema.
Para cumplir la promesa, el Gobierno ha recurrido a est¨ªmulos fiscales. Desde mediados de febrero, los vendedores e importadores de gasolina se han beneficiado de fuertes descuentos en el Impuesto Especial sobre Producci¨®n y Servicios (IEPS). El pago de este tributo est¨¢ subsidiado esta semana en un 100% en el caso de la gasolina regular y el di¨¦sel, y en un 97% para la Premium. Como para los dos primeros ya se ha llegado al tope, Hacienda anunci¨® la semana pasada subsidios adicionales que los distribuidores podr¨¢n descontar de su Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Las estaciones de servicio no tienen la obligaci¨®n legal de trasladar el est¨ªmulo al bolsillo del conductor. Sin embargo, la necesidad de mantenerse competitivos y la presi¨®n del Gobierno les puede llevar a hacerlo. Cada lunes, el procurador federal del Consumidor, Ricardo Sheffield, se planta en la ma?anera del presidente para el ¡°qui¨¦n es qui¨¦n en los combustibles¡±, donde se alaba a las gasolineras m¨¢s baratas y se da un tir¨®n de oreja a las m¨¢s caras. ¡°Se est¨¢ supervisando que no incrementen el precio, porque hay quienes abusan con ganancias hasta de 4 o 5 pesos por litro¡±, ha reiterado este jueves L¨®pez Obrador.
El investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ?scar Ocampo afirma que ese se?alamiento p¨²blico ¡°es una l¨®gica m¨¢s pol¨ªtica que t¨¦cnica¡±. ¡°El name and shame [nombrar y humillar] es efectivo pero no es de un pa¨ªs moderno. Si est¨¢ cara, el consumidor se puede ir a otra¡±. El experto Paul Alejandro S¨¢nchez opina que en ciertos casos las presiones pueden no surtir efecto. ¡°Quiz¨¢s le importa m¨¢s a BP o a Chevron por la reputaci¨®n de la marca, pero a Gas del Noroeste que tiene la ¨²nica gasolinera en 100 kil¨®metros ?qu¨¦ le puedes interesar? Tiene el control del mercado¡±, apunta.
Sea como sea, la pol¨ªtica de est¨ªmulos ha sido eficaz para contener la subida de precios. Desde el anuncio de la invasi¨®n de Ucrania el 24 de febrero, la gasolina se ha encarecido apenas unos centavos en M¨¦xico. ¡°Ante un choque externo de esta magnitud, cualquier econom¨ªa tiene que hacer algo para controlar el impacto¡±, opina S¨¢nchez, quien lanza una advertencia. ¡°En el corto plazo, es un est¨ªmulo responsable y eficiente. El problema es que estos est¨ªmulos se suelen volver permanentes e ineficientes¡±.
Pese a su efectividad, los est¨ªmulos amenazan con abrir un boquete en las cuentas p¨²blicas de un pa¨ªs que recauda en impuestos apenas un 16% del PIB, frente a la media de 34% de la OCDE. Ya en 2021, cuando los precios del petr¨®leo subieron por la reactivaci¨®n econ¨®mica, los subsidios a la gasolina le costaron 104.000 millones de pesos al Gobierno, frente a los 3.466 del a?o anterior. Es una cantidad enorme que equivale a lo presupuestado para ¡°seguridad nacional¡± en 2022.
Con los recientes ajustes al IEPS, subsidiado al 100% para la gasolina regular y el di¨¦sel, el Ejecutivo se queda sin una fuente de recaudaci¨®n importante justo cuando el estancamiento econ¨®mico amenaza con deprimir los ingresos tributarios. En 2016, antes de la liberalizaci¨®n, este impuesto lleg¨® a representar el 8% de los ingresos fiscales totales, seg¨²n un informe de la Comisi¨®n Federal de Competencia Econ¨®mica (Cofece) publicado en 2019. Aunque el secretario de Hacienda, Rogelio Ram¨ªrez de la O, afirm¨® la semana pasada desconocer el costo del est¨ªmulo al IEPS, el funcionario dijo que se ten¨ªa un ¡°colch¨®n¡±. ¡°No esperamos mucha presi¨®n sobre la recaudaci¨®n¡±, declar¨®.
El Gobierno espera compensar la p¨¦rdida de ingresos por los est¨ªmulos al IEPS con los excedentes que el aumento del precio del barril le dejar¨¢ a Pemex gracias a la exportaci¨®n. En sus estimaciones para dise?ar el presupuesto de 2022, Hacienda calcul¨® un promedio de 55 d¨®lares por barril. Del total de ingresos p¨²blicos previstos, un 17% proced¨ªa del sector petrolero. La crisis ha trastocado las proyecciones. En l¨ªnea con las referencias internacionales, la mezcla mexicana roz¨® esta semana los 120 d¨®lares, su mayor nivel desde 2008.
Por otro lado, el potencial incremento de ingresos se ve atenuado por la pol¨ªtica del Gobierno de aliviar la carga fiscal sobre la petrolera estatal y su decisi¨®n de reducir el Derecho de utilidad compartida, el impuesto sobre el valor de los recursos extra¨ªdos, de una tasa de 54% a una de 40% para 2022.
En cualquier caso, Fluvio Ruiz, exconsejero independiente de Pemex, considera que es un error utilizar la renta petrolera para tapar la p¨¦rdida de ingresos fiscales por los subsidios a la gasolina. ¡°Es regresivo, la renta petrolera es de todos, no solo de los automovilistas¡±, se?ala. Adem¨¢s, el economista considera que los est¨ªmulos al IEPS pueden ir en contra del inter¨¦s del Gobierno por sanear las finanzas de la petrolera, una de las m¨¢s endeudadas del mundo. ¡°Si se prolonga y los precios siguen subiendo, el Gobierno no solamente sacrificar¨ªa ingresos fiscales, sino que estar¨ªa da?ando su pol¨ªtica en materia de refinaci¨®n. Est¨¢ haciendo un esfuerzo presupuestal para construir la refiner¨ªa de Dos Bocas, comprar Deer Park, dar mantenimiento a seis refiner¨ªas, y por otro lado, subsidia el precio de las gasolinas. No cuadra¡±, apunta.
La duraci¨®n del incremento en los precios del barril es incierto. Estados Unidos ha prometido liberar 30 millones de barriles, que se suman a otros 30 por parte de una treintena de pa¨ªses, para intentar contener el aumento. Sin embargo, la OPEP, el club de los mayores pa¨ªses exportadores de petr¨®leo, se ha resistido por ahora a incrementar la producci¨®n m¨¢s all¨¢ de lo planeado.
Aun as¨ª, la posibilidad de que el Gobierno entierre la promesa de mantener estable el precio de la gasolina es remota. Fluvio Ruiz, uno de los que lo reclama, considera que no se deber¨ªan aumentar m¨¢s los subsidios. ¡°Nadie sab¨ªa que iba a haber una guerra. Ya es momento de que tengamos un debate serio sobre cu¨¢l es el nivel ¨®ptimo, en t¨¦rminos de eficiencia energ¨¦tica, econ¨®mica y ambiental, de la fiscalidad de los combustibles¡±, se?ala. ¡°El sacrificio fiscal es enorme¡±.
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