Claves | Las implicaciones del veto de EE UU y el Reino Unido al petr¨®leo ruso
La prohibici¨®n encarecer¨¢ el crudo, sobre todo si los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea toman el mismo camino. Buscar alternativas de suministro es la prioridad
Era un secreto a voces desde hace d¨ªas, pero la Casa Blanca termin¨® de dar el paso el martes. Semana y media despu¨¦s de dejar la energ¨ªa fuera de su paquete inicial de sanciones a Mosc¨², Estados Unidos dejar¨¢ de importar petr¨®leo y gas ruso como represalia por la invasi¨®n de Ucrania. Y no ser¨¢ el ¨²nico: horas despu¨¦s, el Reino Unido se sum¨® a la moci¨®n ¡ªaunque de manera m¨¢s gradual¡ª, a?adiendo un grado adicional de presi¨®n sobre la econom¨ªa rusa, muy dependiente de las exportaciones de combustibles f¨®siles. Estas son las principales claves y repercusiones de la medida:
?Cu¨¢nto petr¨®leo importan EE UU y el Reino Unido de Rusia?
Su peso en la matriz energ¨¦tica estadounidense es m¨ªnima: menos del 8% del crudo que la primera potencia mundial compra en el exterior llega desde el pa¨ªs euroasi¨¢tico, una cifra muy similar ¡ªaunque ligeramente superior¡ª en el caso brit¨¢nico. Aunque a corto plazo puede haber tensiones puntuales, en un mercado tan activo y global como el petrolero, no ser¨¢ dif¨ªcil reemplazar esa producci¨®n con oferta de terceros pa¨ªses. Eso s¨ª, a precios muy altos.
?C¨®mo se puede reemplazar la oferta rusa?
Dado el escas¨ªsimo peso del crudo ruso sobre el total consumido en EE UU y el Reino Unido, no le ser¨¢ dif¨ªcil encontrarle reemplazo. Si otros pa¨ªses toman la misma determinaci¨®n, en cambio, s¨ª ser¨ªa mucho m¨¢s complicado encontrar alternativas de suministro.
Hay, sin embargo, varios factores que aliviar¨¢n la situaci¨®n. El primero y m¨¢s importante, la potencia de bombeo de la poderosa industria fracking estadounidense, que le ha aupado a la cima petrolera mundial y que el a?o que viene disparar¨¢ su producci¨®n hasta un nuevo m¨¢ximo hist¨®rico de 13 millones de barriles diarios, seg¨²n la Administraci¨®n de Informaci¨®n Energ¨¦tica de Estados Unidos (EIA). El segundo es el regreso de Ir¨¢n al mercado, que culminar¨¢ cuando selle su nuevo acuerdo nuclear y que ayudar¨¢ a paliar las consecuencias con una inyecci¨®n de un mill¨®n de barriles diarios. Es casi la s¨¦ptima parte de lo que produce Rusia.
El tercero y m¨¢s imprevisto es Venezuela: consciente de que ¡ªaunque venido a menos como productor y con unas infraestructuras obsoletas¡ª el pa¨ªs latinoamericano cuenta con los mayores yacimientos probados de crudo bajo el subsuelo, el Gobierno estadounidense envi¨® el fin de semana pasado a una delegaci¨®n de alto nivel a Caracas para tratar asuntos de ¡°seguridad energ¨¦tica¡±. En plata: levantar sanciones para asegurarse una dosis adicional de oferta con la que nadie contaba.
En esa estrategia de sustituci¨®n del petr¨®leo ruso se enmarca tambi¨¦n el anuncio de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE, dependiente de la OCDE) de que sus Estados miembros ¡ªentre ellos, los propios EE UU¡ª seguir¨¢n liberando reservas estrat¨¦gicas en los pr¨®ximos d¨ªas. El objetivo: relajar la presi¨®n sobre los precios y disminuir la volatilidad del mercado.
?Seguir¨¢ la UE sus pasos?
Es una pregunta imposible de responder en este momento, dada la variedad de sensibilidades entre los principales Estados miembros. Por un lado, Alemania ¡ªuno de los pa¨ªses m¨¢s dependientes de Rusia¡ª se niega en redondo a renunciar a los combustibles rusos aludiendo a la importancia capital para el suministro de su industria y sus hogares. Por otro, Francia y Pa¨ªses Bajos ¡ªque no importan tanto del gigante euroasi¨¢tico¡ª se abren a cualquier posibilidad y no descartan ning¨²n escenario. Italia y Espa?a, por su parte, siguen sin expresar un punto de vista n¨ªtido.
Que el Reino Unido haya seguido, en tiempo r¨¦cord, la estela estadounidense, mete m¨¢s presi¨®n al bloque. Lo ¨²nico claro, eso s¨ª, es que la decisi¨®n ser¨¢ com¨²n y no individual. En cualquier caso, lo l¨®gico ser¨ªa pensar que, de dar el paso, la medida se limite al crudo y no alcance al gas, mucho m¨¢s dif¨ªcil ¡ªy costoso¡ª de sustituir a muy corto plazo.
?Por qu¨¦ Europa no lo tiene tan f¨¢cil?
De nuevo, por una cuesti¨®n de dependencia: Rusia es un proveedor menor para EE UU y el Reino Unido, pero para la UE es mucho m¨¢s significativo. M¨¢s de la cuarta parte de las importaciones petroleras del bloque comunitario procede de ese pa¨ªs. Adem¨¢s, prohibirlas sin tomar una determinaci¨®n similar con el gas tendr¨ªa una lectura extra?a. Y dar el paso con el gas no es ni mucho menos tan sencillo: las implicaciones econ¨®micas de esa medida ser¨ªan enormes. Con todo, son cada vez m¨¢s las petroleras europeas que han optado por no comprar ni un barril m¨¢s de crudo hasta nueva orden. La ¨²ltima en hacerlo ha sido la mayor de la eurozona por activos, la francesa Total.
?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ para Rusia?
Si el veto se queda en EE UU y el Reino Unido, ser¨¢n modestas. Sin embargo, si la UE, que le compra el 60% de su producci¨®n de crudo y una cantidad a¨²n mayor de gas, opta por cortar amarras con su vecino del Este, el impacto s¨ª ser¨ªa enorme. A los precios actuales, la venta de combustibles f¨®siles a los socios europeos reporta m¨¢s de 1.000 millones de euros diarios a Rusia, seg¨²n los datos de Simone Tagliapietra, investigador del centro de estudios Bruegel. Ese dinero es esencial para el mantenimiento de su campa?a militar en Ucrania, en un momento en el que alrededor de la mitad de las reservas de su banco central est¨¢n bloqueadas por Occidente, y su evaporaci¨®n exacerbar¨ªa su d¨¦bil posici¨®n financiera.
Incluso si la UE acabase dando el paso, Mosc¨² cuenta con una baza adicional: China, un coloso econ¨®mico que necesita ingentes cantidades de crudo en su d¨ªa a d¨ªa, no ha dado ninguna indicaci¨®n de que vaya a renunciar a su crudo. Hoy le compra aproximadamente la quinta parte de lo que vende al extranjero, pero caben pocas dudas de que Pek¨ªn vaya a aprovechar la oportunidad para hacerse con una mayor cantidad de energ¨ªa a precio de ganga. Esa ocasi¨®n se extiende, seg¨²n ha adelantado Bloomberg, a una posible toma de posiciones en el accionariado de grandes energ¨¦ticas o firmas rusas del sector de materias primas. Una inversi¨®n de saldo, pero cargada de riesgo: nadie sabe c¨®mo saldr¨¢ Rusia de la saga ucrania.
?Por qu¨¦ sube el petr¨®leo?
Fundamentalmente, porque implica un estrechamiento del mercado: menos oferta siempre es sin¨®nimo de precios m¨¢s altos. Rusia es una de las mayores potencias petroleras del mundo: es el segundo exportador de crudo del planeta, tras Arabia Saud¨ª. Y el mayor si se suman tambi¨¦n sus derivados, cubriendo por s¨ª sola cerca del 7% de la demanda global. Este martes, tras el anuncio de la medida, el barril de crudo brent, el de referencia en Europa, sub¨ªa con fuerza hasta superar los 125 d¨®lares por barril, su nivel m¨¢s alto en 14 a?os.
Esa subida no solo tendr¨¢ consecuencias sobre el EE UU y el Reino Unido, sino sobre todo el mundo: petr¨®leo m¨¢s caro significa tambi¨¦n gasolina y di¨¦sel m¨¢s caros en las estaciones de servicio espa?olas y del resto del mundo, y menor renta disponible de los hogares para consumir otros productos y servicios.
?Hasta d¨®nde pueden llegar los precios?
Depende, en gran medida, de cu¨¢nto se prolongue la situaci¨®n y de cu¨¢ntos pa¨ªses acaben secundando la medida estadounidense. Si el veto de Washington se extiende hasta finales de a?o, el banco de inversi¨®n JP Morgan cree que el brent puede dispararse hasta los 185 d¨®lares, lo que supondr¨ªa subir un 40% respecto a los niveles actuales y pulverizar cualquier registro previo. En ese escenario, la entidad suiza UBS pone el list¨®n un poco m¨¢s abajo: en 150 d¨®lares.
De sumarse la Uni¨®n Europea a la medida, la escalada ser¨ªa exponencial: algo m¨¢s de la mitad de la producci¨®n rusa desaparecer¨ªa del mercado mundial, y la consultora noruega Rystad Energy anticipa que el crudo podr¨ªa alcanzar los 200 d¨®lares. Las consecuencias sobre la inflaci¨®n, ya disparada, ser¨ªan desastrosas.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.