Una hembra de jaguar vestida de guerrera, m¨¢s de cien estrellas de mar y miles de conchas: la ¨²ltima ofrenda hallada en el Templo Mayor
Arque¨®logos encuentran el m¨¢s grande dep¨®sito de estrellas de mar descubierto hasta ahora, en el coraz¨®n de la Ciudad de M¨¦xico. M¨¢s de 150 estrellas del oc¨¦ano Pac¨ªfico en una sola ofrenda
Una hembra jaguar vestida de guerrera con un atlatl (el arma antigua que precedi¨® al arco y la flecha) de madera en una de sus garras; unas 3.000 conchas marinas, 200 frondas de coral, peces globo, caracoles y m¨¢s de 100 estrellas de mar. Es la ¨²ltima ofrenda encontrada en el Templo Mayor de la vieja Tenochtitlan. Un espect¨¢culo alucinante para los ojos entrenados de los arque¨®logos. Lo que m¨¢s ha llamado su atenci¨®n son las estrellas. Es el m¨¢s grande dep¨®sito de estrellas de mar descubierto hasta ahora. Los arque¨®logos Miguel B¨¢ez y Tom¨¢s Cruz las descubrieron en la ofrenda n¨²mero 178: una ¡®caja t¨ªpica¡¯ fabricada con sillares de tezontle de 140 cent¨ªmetros de largo por 90 de ancho. No es la primera vez que ven esta especie marina en el sitio, pero s¨ª es la m¨¢s completa y mejor articulada que jam¨¢s hayan encontrado en sus excavaciones.
¡°Nos dimos cuenta de que aparec¨ªan unas piedritas de color blanco. Eran muy peque?itas. Con la ayuda de investigadores del Instituto de las Ciencias del Mar de la UNAM nos dimos cuenta de que eran parte de la estructura ¨®sea de estrellas de mar. La sorpresa fue mayor cuando encontramos que el 80% del dep¨®sito se encontraba cubierto por estrellas. El peso y los materiales que se dejaron arriba de la ofrenda produjo que una de ellas se hundiera un poco m¨¢s en la tierra y conservara su estructura y su forma general. Esto no es normal. Hemos encontrado m¨¢s de 160. Es ¨²nico. Tenemos que imaginarnos miles de cosas: c¨®mo las traes, c¨®mo las recoges, c¨®mo las cuidas para que lleguen hasta el centro de Ciudad de M¨¦xico. Hace 500 a?os no hab¨ªa mensajer¨ªa. Ten¨ªan que llegar r¨¢pido o se descompondr¨ªan en el camino¡±, explica el arque¨®logo Miguel B¨¢ez en entrevista con EL PA?S.
La estrella de mar que encontraron casi intacta es una nidorellia armata, tambi¨¦n conocida como la estrella de chispas de chocolate, una especie que vive en las aguas m¨¢s c¨¢lidas del Pac¨ªfico oriental, desde el golfo de California hasta el noroeste de Per¨². Sus colores son id¨¦nticos al del jaguar, el gran felino de Am¨¦rica, y los investigadores no creen que sea una coincidencia. Los antiguos viajaron a pie cientos de kil¨®metros ¡ª entre 300 y 400 ¡ª desde las costas en las que se encontraban estos animales marinos hasta el altiplano para poder ser utilizados en los rituales de los sacerdotes, en una ¨¦poca donde el imperio mexica estaba casi en su m¨¢ximo apogeo.
Esta ofrenda ¡ª y algunas otras de gran importancia como la de un lobo de ocho meses enterrado con piezas de oro o la de dos aves de presa con una lanza ¡ª han aparecido en una l¨ªnea recta imaginaria que corta en dos un edificio aleda?o al Templo Mayor, la gigante plataforma circular de 16 metros de di¨¢metro y m¨¢s de dos metros de altura conocida como Cuauhxicalco. Este edificio circular, decorado con cabezas de serpientes, pertenece a la ¨¦poca del gobierno de Moctezuma I. Los arque¨®logos creen que esta ofrenda ha sido consagrada al dios azteca de la guerra, Huitzilopochtli; tambi¨¦n aventuran otra hip¨®tesis: que pudo haber sido dedicada a Tezcatlipoca, el se?or de la noche y todas las cosas materiales. Los jaguares cazan en la oscuridad y en las culturas mesoamericanas hab¨ªa una fijaci¨®n a las fuerzas nocturnas. Las estrellas de mar se parecen mucho a las estrellas que brillan en la noche.
¡°Esta ofrenda, que podr¨ªa estar sobre otra ofrenda, es aproximadamente del a?o 1500, momento de transici¨®n entre los reinados de Ahuizotl y Moctezuma Xocoyotzin¡±, dice Miguel B¨¢ez a EL PA?S. Ahuizotl es el emperador que conquista las costas del oc¨¦ano Pac¨ªfico. Es el tlatoani que viaja hacia Oaxaca. Durante su gobierno, los mexicas establecieron rutas de comercio, a la par de su expansi¨®n militar en diversas partes de Mesoam¨¦rica. ¡°En el momento que nos han dejado esta ofrenda, los mexicas ya ten¨ªan control en las dos costas: en la del Golfo, de donde nos est¨¢n trayendo los corales y en el Pac¨ªfico, de donde vienen las estrellas de mar. La jaguar hembra pudo haber sido tra¨ªda desde regiones lejanas como el Soconusco, territorio localizado entre lo que hoy es Chiapas y Guatemala. El dep¨®sito nos indica un momento en el que el imperio estaba en su m¨¢xima expansi¨®n. Manejaban los recursos y los tra¨ªan hacia la capital. La ¨¦lite dispon¨ªa de todo lo que requer¨ªa para eventos como una gran ofrenda que se ubicaba en un punto muy estrat¨¦gico, el centro de Cuauhxicalco, un lugar ritual importante, que nos dice que, probablemente, es el edificio donde podr¨ªan estar sepultados los emperadores¡±, afirma Miguel B¨¢ez.
Los arque¨®logos llevan a?os sugiriendo que los restos de Ahuitzotl, Axayacatl o Tizoc, predecesores de Moctezuma Xocoyotzin, podr¨ªan estar enterrados ah¨ª, en el centro de Cuauhxicalco, el c¨ªrculo de 16 metros de di¨¢metro donde la ¨¦lite de Tenochtitlan realizaba ceremonias de enorme importancia. Los cronistas del siglo XVI cuentan que los restos de varios gobernantes, incinerados al morir, fueron depositados a los pies del Templo Mayor, junto a ofrendas de enorme valor, como esta ¨²ltima.
¡°Tenemos aqu¨ª [en el Templo Mayor] como una mu?eca rusa, de estas matrioskas. Hay un edificio dentro de otro y otro adentro de otro¡±, cuenta B¨¢ez resignado. Las ofrendas, una vez halladas, toman meses, incluso a?os en ser desenterradas, y luego analizadas. Pincelada a pincelada, van descubriendo lentamente entre la tierra, piedrita blanca, concha marina, pez globo, huesos¡ fragmentos de historia a la espera de los l¨ªderes mexicas.
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