La indignaci¨®n por el respaldo a Putin de un grupo de diputados mexicanos llega al despacho de Blinken
El representante dem¨®crata Vicente Gonz¨¢lez impulsa una petici¨®n para retirar las visas a 25 legisladores de Morena, el Partido del Trabajo y del PRI
Los ecos de las simpat¨ªas prorrusas manifestadas en el Congreso mexicano han llegado a Estados Unidos, donde un representante del Partido Dem¨®crata envi¨® el lunes una carta al secretario de Estado, Antony Blinken, y al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, solicitando que la Administraci¨®n de Joe Biden retire la visa a 25 legisladores del pa¨ªs vecino. El congresista texano Vicente Gonz¨¢lez plantea que los servidores p¨²blicos extranjeros que muestren su apoyo a Vlad¨ªmir Putin en medio de la invasi¨®n de Ucrania pierdan el derecho a ingresar en territorio estadounidense. La medida -propuesta como una advertencia, ¡°un mensaje al mundo¡±- ha llegado al despacho de los dos secretarios dos semanas despu¨¦s de que diputados oficialistas de Morena y del Partido del Trabajo (PT), pero tambi¨¦n del Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy en la oposici¨®n, crearan un grupo de Amistad con Rusia.
¡°En los ¨²ltimos d¨ªas, y en medio de una crisis internacional perpetrada por Rusia en Europa del Este, varios legisladores del Congreso Federal de M¨¦xico aprovecharon esta oportunidad para alejarse del mundo libre y apoyar al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin¡±, se lee en el escrito de Gonz¨¢lez. El representante recuerda que ¡°mientras el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, sigue manteniendo p¨²blicamente una postura neutral en el conflicto entre Rusia y Ucrania¡±, miembros de su movimiento, Morena, y otras fuerzas s¨ª han tomado partido en el conflicto.
Est¨¢ por ver que Blinken y Mayorkas, que en marzo viaj¨® a M¨¦xico y se reuni¨® con el propio L¨®pez Obrador y altos funcionarios del Ejecutivo federal, tomen en consideraci¨®n la petici¨®n del congresista. Pero s¨ª refleja un clima de indignaci¨®n que ha manifestado en M¨¦xico la inmensa mayor¨ªa de la oposici¨®n y ha generado tambi¨¦n cierta incomodidad en algunos sectores oficialistas. ¡°Ya es lo suficientemente vergonzoso que M¨¦xico -nuestro vecino m¨¢s cercano del sur- haya optado por no unirse a la comunidad internacional de democracias [ante la agresi¨®n del Kremlin]. En cambio, se han negado a enviar ayuda a Ucrania o imponer sanciones a Rusia¡±, prosigue Gonz¨¢lez en su carta en referencia al respaldo militar.
Esa posici¨®n es la habitual del Gobierno mexicano ante cualquier crisis internacional. Sin embargo, lo que se vio en la C¨¢mara de Diputados fue especialmente pol¨¦mico porque en el mismo acto los legisladores permitieron tambi¨¦n que el embajador de Rusia, V¨ªktor Koronelli, difundiera propaganda rusa sobre la agresi¨®n a Ucrania en la sede de la soberan¨ªa popular. El congresista estadunidense considera que algunos de los promotores de esa sesi¨®n no pueden compatibilizar su cercan¨ªa a Rusia con ¡°el privilegio de ingresar, viajar o invertir en Estados Unidos¡±.
Los diputados mencionados por la carta para que la Administraci¨®n de Biden revise sus visas son, en su mayor¨ªa, del Partido del Trabajo, la bancada que impuls¨® la creaci¨®n del grupo de amistad. El PT, uno de los sat¨¦lites de la llamada Cuarta Transformaci¨®n, el proyecto de L¨®pez Obrador, se autodefine en sus estatutos como formaci¨®n ¡°antiimperialista¡± que ¡°lucha por una sociedad autogestionaria, justa y socialista¡±. Entre ellos figura Alberto Anaya, dirigente nacional del partido, y tambi¨¦n Gerardo Fern¨¢ndez Noro?a, veterano pol¨ªtico que perteneci¨® al grupo fundador del PRD. Tambi¨¦n hay legisladores de Morena como Armando Contreras Castillo y Miriam Citlally P¨¦rez Mackintosh.
Pero al acto se sumaron incluso dirigentes del PRI, el partido que gobern¨® M¨¦xico de forma ininterrumpida durante siete d¨¦cadas. Augusto G¨®mez Villanueva, de 92 a?os, rememor¨® su infancia y dijo que de peque?o aprendi¨® La Internacional, un himno franc¨¦s del siglo XIX que en su origen nada tuvo que ver con la Uni¨®n Sovi¨¦tica y del que Stalin se apropi¨® hasta los a?os cuarenta.
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