¡°Tomado de un palacio en Ciudad de M¨¦xico¡±: recuperan libros sustra¨ªdos en la intervenci¨®n estadounidense
M¨¦xico repatria libros impresos de los siglos XVII y XVIII y piezas precolombinas de culturas mesoamericanas. La Secretar¨ªa de Cultura asegura que 5.865 bienes arqueol¨®gicos e hist¨®ricos han regresado en lo que va del sexenio al pa¨ªs
La situaci¨®n de M¨¦xico era desesperada. La asimetr¨ªa con Estados Unidos, bestial. M¨¦xico contaba con unos siete millones de habitantes; EE UU con 20 millones, soldados profesionales con armas modernas y una econom¨ªa en expansi¨®n. El ej¨¦rcito comandado por Winfield Scott seguir¨ªa la ¡®ruta de Cort¨¦s¡¯ de Veracruz a Ciudad de M¨¦xico. Casi sin recursos, el presidente Santa Anna ¡ª quien se erigi¨® como dictador vitalicio con el mote de Alteza Seren¨ªsima ¡ª hizo el milagro de formar ej¨¦rcitos y entrenar voluntarios. Llegaron tarde. Nuevo M¨¦xico y California, sin defensas, fueron anexados con facilidad. A principios de agosto de 1847, unos 14.000 hombres de Scott iniciaron la marcha hacia la capital. El 20 de agosto llegaron al convento de Churubusco, donde el batall¨®n de San Patricio, integrado por soldados irlandeses que se pasaron al bando mexicano comandados por el General Anaya, lucharon con determinaci¨®n, pero sin ¨¦xito. El 8 de septiembre cayeron Casa Mata y Molino del Rey; el 13 el castillo de Chapultepec. Santa Anna decidi¨® que era imposible la defensa y orden¨® al Ej¨¦rcito abandonar la capital, pero grupos populares trataron de defender su ciudad. La desigualdad en cuanto a las armas termin¨® en un ba?o de sangre y el 15 de septiembre la bandera estadounidense ondeaba en Palacio Nacional. Esa noche, mientras los invasores celebraban su llegada a los palacios de la capital, los mexicanos velaban a sus muertos. M¨¦xico no solo perdi¨® m¨¢s de la mitad de su territorio, sino mucho de su patrimonio cultural e hist¨®rico. Este a?o volvieron a territorio nacional tres libros que fueron sustra¨ªdos durante aquella intervenci¨®n estadounidense.
Los libros, impresos de los siglos XVII y XVIII, muestran la misma nota en ingl¨¦s escrita a mano en la primera hoja: ¡°La familia de James Wall Schureman Campbell, sobrino de James Wall Schureman, primer teniente del ej¨¦rcito de los EE.UU., sirviendo al general Winfield S. Scott en la guerra contra M¨¦xico¡±. Despu¨¦s, como colof¨®n, otra leyenda para la historia: ¡°Tomado de un palacio en la Ciudad de M¨¦xico [Taken from a palace in city of Mexico]¡±.
¡°El 13 de abril, la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores entreg¨® al Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) un lote de bienes culturales, entre ellos, dos libros que vienen del consulado de M¨¦xico en Nueva York. Estos objetos fueron entregados de manera voluntaria por particulares en distintas fechas. Uno de los libros es del a?o 1637 y habla sobre el sistema de control de las inundaciones y la red hidr¨¢ulica desde la conquista espa?ola que se consum¨® en 1521 hasta 1637; relata la forma en la que se resolv¨ªan las inundaciones en la Ciudad de M¨¦xico, rodeada de lagos; el libro incluye un mapa antiguo que se despliega. El otro libro, de 1714, ofrece el ¨¢rbol geneal¨®gico de Felipe Rodriguez de Ledefma, personaje importante en la sociedad novohispana. Son dos documentos impresos muy interesantes en un estado aceptable de conservaci¨®n¡±, cuenta en entrevista con EL PA?S el arque¨®logo Alejandro Bautista Valdespino, subdirector de Registro de Monumentos Arqueol¨®gicos Muebles del INAH.
En el libro de 1714 se hacen del conocimiento del rey de Espa?a los m¨¦ritos del ¡°licenciado Don Felipe Rodriguez de Ledefma, Cornejo, N¨²?ez de Prado, y Z¨²?iga: Can¨®nigo de los m¨¢s antiguos de la Santa Iglesia de la Ciudad de los ?ngeles en la Nueva Espa?a¡± y se adjunta un extenso ¨¢rbol geneal¨®gico. El impreso termina con la siguiente frase: ¡°con licencia en la Puebla: por la viuda de Miguel de Ortega¡±. El segundo volumen se refiere al sistema hidr¨¢ulico de la cuenca de M¨¦xico. Contiene un Reglamento General de las Medidas de las Aguas y mapas desplegables de la regi¨®n. Tres impresos de diferentes ¨¦pocas, todos encuadernados. El primero es de 1637 y los otros datan del siglo XVIII, en ellos se asientan los problemas de inundaci¨®n de la capital novohispana.
Hay un tercer libro, fechado en 1715, el cual fue repatriado hace apenas dos meses. En sus primeras p¨¢ginas reza: ¡°Fundaci¨®n de Obra P¨ªa para mantenimiento de Estudiantes¡± y, de acuerdo con la Asociaci¨®n Hist¨®rica del Condado de Monmouth ¡ª organizaci¨®n sin fines de lucro que posee una colecci¨®n donada en 1933 por un descendiente del militar James Wall Schureman (1822-1852), que combati¨® en la invasi¨®n estadounidense a M¨¦xico y de donde proceden los dos vol¨²menes repatriados ¡ª contiene pautas para la dedicaci¨®n de un colegio de parte de Jos¨¦ de la Puente y Pe?a, quien cruz¨® el Atl¨¢ntico hacia M¨¦xico a los 15 a?os y llegar¨ªa a ser conocido como el marqu¨¦s de la Villapuente, personaje que se granje¨® la simpat¨ªa del entonces rey Carlos II.
¡°Estos libros abordan parte importante de la historia de nuestro pa¨ªs y, en un gesto de conciencia y congruencia, la Asociaci¨®n Hist¨®rica del Condado de Monmouth decidi¨® de manera libre y voluntaria, reintegrar los libros a la naci¨®n mexicana a trav¨¦s del consulado mexicano en Nueva York¡±, explica el arque¨®logo Alejandro Bautista. El escritor e historiador Rick Geffken, quien visti¨® hace dos a?os la biblioteca del condado Monmouth, repar¨® en el origen de estos libros y, desde entonces, junto con miembros de dicha asociaci¨®n hist¨®rica, se puso en contacto con el c¨®nsul general de M¨¦xico en Nueva York, Jorge Islas L¨®pez, para gestionar su retorno a M¨¦xico.
Tambi¨¦n regresaron a M¨¦xico dos milenios de historia de Mesoam¨¦rica. ¡°Son 39 objetos elaborados en piedra, barro y metal, que fueron entregados por particulares al consulado de M¨¦xico en Nueva York. El lote m¨¢s grande es uno de 36 piezas, entregadas por una ciudadana estadounidense que las hab¨ªa resguardado en su domicilio durante un tiempo, pero que ve¨ªa importante que regresaran a su lugar de origen. Las piezas las hab¨ªa recibido de sus padres como una herencia, pero decidi¨® regresarlas a M¨¦xico. De esos 36 bienes hay algunas piezas que no son mexicanas, sino de las culturas asentadas en la regi¨®n andina. Espec¨ªficamente en Per¨²¡±, explica a EL PA?S Alejandro Bautista. Estas piezas ser¨¢n devueltas a Per¨² a trav¨¦s de un acto diplom¨¢tico.
Las piezas prehisp¨¢nicas provienen principalmente de la costa del Golfo y del Altiplano Central, y cubren un arco temporal de dos milenios, que va del periodo Precl¨¢sico al Poscl¨¢sico Tard¨ªo, es decir, del a?o 600 a.C. Hay dos peque?os morteros tallados en roca volc¨¢nica, procedentes del altiplano queretano, fragmentos de sellos y figurillas antropomorfas de la tradici¨®n, tumbas de tiro del occidente mexicano; as¨ª como de los estilos totonaca y teotihuacano, que datan del periodo Cl¨¢sico mesoamericano (400-900 d.C.). Del conjunto resalta una escultura realizada en roca, posiblemente diorita, cuyas dimensiones son 23.5 cm de alto, 14.5 cm de ancho y 7.5 cm de espesor. Representa a un personaje masculino desnudo, de pie, que porta tocado y comparte rasgos del estilo teotihuacano, desarrollado en el periodo Cl¨¢sico mesoamericano.
Las piezas arqueol¨®gicas y libros hist¨®ricos repatriados v¨ªa diplom¨¢tica se resguardan en la Direcci¨®n de Registro P¨²blico de Monumentos y Zonas Arqueol¨®gicos e Hist¨®ricos del INAH, instancia que realizar¨¢ la inscripci¨®n p¨²blica de los monumentos. La Secretar¨ªa de Cultura asegura que 5.865 bienes arqueol¨®gicos e hist¨®ricos se han repatriado a M¨¦xico en lo que va de esta administraci¨®n.
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