Sueldos escasos y grupos armados alejan a los m¨¦dicos de numerosas zonas de M¨¦xico
La miseria y la violencia apartan a los facultativos de amplios territorios donde se les necesita
Para determinar lo que le falta a M¨¦xico es mejor fijarse en lo que le sobra: violencia y miseria salarial. De eliminarse estas dos cosas, no podr¨ªa hablarse de falta de m¨¦dicos, ni de maestros. El presidente ha anunciado en su gira por Centroam¨¦rica que 500 facultativos cubanos ingresar¨¢n al pa¨ªs para limar la actual carencia de m¨¦dicos. En M¨¦xico imparten estudios de Medicina alrededor de 154 escuelas por todo el pa¨ªs. A las 305.500 personas que ya se desempe?an como m¨¦dicos se les podr¨ªan a?adir, cada a?o, unos 8.000 egresados de las facultades. Son muchos m¨¢s que los 500 que ha mencionado el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Y el a?o pasado casi 50.000 aspirantes se postularon para aprender una especialidad en los hospitales escuela, aunque solo hab¨ªa 18.000 plazas, en n¨²meros redondos. A¨²n as¨ª siguen siendo muchos. ?Por qu¨¦ faltan m¨¦dicos en M¨¦xico? Porque el mapa del pa¨ªs tiene zonas muy oscuras, donde un m¨¦dico cobra poco y est¨¢ expuesto a la violencia y la inseguridad como el resto de los vecinos. No les compensa, prefieren montar su peque?a consulta, trabajar en el ¨¢mbito privado o, definitivamente, dedicarse a otra cosa. Eso dicen los especialistas.
¡°Hace dos a?os fue asesinado un pasante en Guanajuato, los bajaron a ¨¦l y al enfermero del veh¨ªculo cuando trasladaban a un paciente¡ Y tambi¨¦n sabemos que nadie quiere ir a Tamaulipas¡±, dice el director de Medicina de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana (UAM) en Xochimilco, Jos¨¦ Luis P¨¦rez ?valos. He aqu¨ª la primera casusa: la vida. Cuando L¨®pez Obrador ha se?alado el d¨¦ficit de especialistas, por ejemplo, de pediatras, mencion¨® que estas carencias se dan, sobre todo, en las zonas m¨¢s pobres. Ya en 2019, el presidente plante¨® pagarles m¨¢s a los m¨¦dicos rurales y permitirles hacer la especialidad en aquellos hospitales alejados si se quedaban all¨ª. Despu¨¦s lleg¨® la pandemia. Pero muchas de esas zonas no solo son pobres, tambi¨¦n son violentas. ¡°En algunos sitios el narco te saca de tu casa para que vayas a operar a alguien de los suyos, aunque no sepas¡±, asegura L¨®pez ?valos.
Desde este punto de vista es posible que en M¨¦xico falten m¨¦dicos, lo que no se ha aclarado todav¨ªa es la capacitaci¨®n de los que piensan contratar en el extranjero, si los van a llevar a esas zonas ni cu¨¢nto les van a pagar. ¡°?Que faltan 500, 800? ?De d¨®nde saca esas cifras el presidente? Yo creo que le falta informaci¨®n¡±, dice el director de Medicina de la UAM Xochimilco. ¡°Lo que hay que hacer es definir las necesidades, est¨¢n mal distribuidos. Una vez analizado esto s¨ª que podr¨ªamos buscar cierta capacitaci¨®n en Cuba en alguna especialidad, por ejemplo, o en Taiwan, por qu¨¦ no, pero no traerlos de all¨¢, no es necesario¡±, sigue P¨¦rez ?valos.
En M¨¦xico, cada 1.000 habitantes toca a 2,4 m¨¦dicos. Son cifras muy bajas respecto a los est¨¢ndares con que se mide el pa¨ªs, el club de la OCDE. Trabajan una media de 41 horas semanales y cobran una media de 3.660 pesos al mes (167 d¨®lares), seg¨²n las cifras que maneja el Colegio M¨¦dico de M¨¦xico. ¡°En el ¨¢mbito rural se les subi¨® un poco el sueldo y el Gobierno ha hecho un esfuerzo este sexenio para incrementar el n¨²mero de plazas en los hospitales para hacer la residencia y cursar la especialidad¡±, dice Jaime Guti¨¦rrez, el presidente de este Colegio. ¡°Est¨¢n totalmente mal pagados as¨ª que no todos los que se titulan se dedican finalmente a la medicina, miran las condiciones de seguridad en algunos territorios, la falta de infraestructuras adecuadas para dar un servicio de calidad y desisten. Es entendible, pero tambi¨¦n hay que decir que no toda la culpa la tiene el Gobierno¡±, afirma.
En algunas aldeas lejanas, las batas blancas se encuentran con la incomprensi¨®n de algunos habitantes, con la violencia de grupos organizados y con una escasez de recursos cercana a la miseria. M¨¦dicos y maestros se encuentran desamparados. ¡°Hay que tener en cuenta que muchos de esos habitantes no pueden pagar siquiera 30 pesos (1,5 d¨®lares) por una consulta y muchos no tienen sanidad gratis¡±, dice L¨®pez ?valos. Calcula que un m¨¦dico rural del sistema p¨²blico cobrar¨ªa en la monta?a de Guerrero, por poner un ejemplo, unos 8.000 pesos al mes, lo que un estadounidense se gasta en un par de cenas y un par de botas.
As¨ª que el presidente habla de traer m¨¦dicos al pa¨ªs. Pero ?qu¨¦ hay de los que se van? Luc¨ªa es colombiana, pero ha hecho su especialidad en M¨¦xico, porque en su pa¨ªs hay pocos cupos para eso y est¨¢n sujetos al ¡°nepotismo en buena medida¡±, dice. Pero volver¨¢ a Colombia cuando acabe su subespecialidad ¡°porque all¨ª pagan m¨¢s¡±, y con ella se ir¨¢ su novio, un mexicano que tambi¨¦n est¨¢ concluyendo la suya. Dos menos. Para entonces habr¨¢ dejado aqu¨ª muchas horas de trabajo form¨¢ndose como pediatra. Por ser extranjera tiene que pagar ¡°a la UNAM 1.800 d¨®lares al a?o y 900 al ISSSTE¡±. Y no tiene derecho a una plaza en una residencia estudiantil, ¡°que no est¨¢n ocupadas del todo, ni mucho menos, hay puestos vac¨ªos¡±, asegura.
La vida de un residente es ardua. Antes de entrar al hospital han de pasar el examen nacional para aspirantes a residencias m¨¦dicas (ENARM) y una vez ah¨ª comienza su jornada como si fueran m¨¦dicos ya: ¡°Yo hago de siete de la ma?ana a cuatro de la tarde de lunes a viernes, pero tambi¨¦n tengo guardias de 24 horas que sumadas a la jornada del d¨ªa siguiente suman hasta 36¡å, dice Luc¨ªa, un nombre ficticio, porque no quiere arriesgarse a alguna represalia en su trabajo de interina. ¡°Pero tengo compa?eros que hacen otras especialidades y pr¨¢cticamente viven en el hospital, salen a las nueve de la noche y a las cuatro o cinco de la ma?ana ya est¨¢n all¨ª otra vez. Y en las guardias est¨¢n solos, el m¨¦dico a veces interviene, pero por tel¨¦fono¡±.
Luc¨ªa no cobra, porque es extranjera, pero los nacionales reciben entre 7.000 y 8.000 pesos a la quincena. Los residentes trabajan como m¨¦dicos, pero sufren como estudiantes. ¡°Todos saben que hay castigos y humillaciones que imponen los residentes veteranos, y muchos tutores lo conocen, pero hace la vista gorda. Por ejemplo, se les obliga a quedarse cuando ya han cumplido su jornada, o tienen que pagar los desayunos a los dem¨¢s, las celebraciones, comidas. Es la tradici¨®n¡±, se?ala esta colombiana de 32 a?os. Son las novatadas de un colegio mayor. En su hospital, del ISSSTE en Ciudad de M¨¦xico, asegura que no est¨¢n permitidas esas bromas, ¡°pero son famosas en casi todos¡±. Ah¨ª se les va parte del sueldo. El diagn¨®stico de Luc¨ªa es el siguiente: ¡°Muchos m¨¦dicos que hacen su residencia acaban prolongando sus estudios porque no tienen donde colocarse con un buen sueldo, y hacen la subespecialidad; y cuando ya la tienen los contratan a veces pero como especialistas, para pagarles menos, porque ya tienen la subespecialidad. As¨ª que acaban buscando una consulta privada o doblando la jornada en lo p¨²blico y en lo privado para ganar un sueldo acorde a lo que estudiaron¡±.
La otra v¨ªa de escape que todos conocen en M¨¦xico son las consultas anejas a las farmacias de barrio, donde un m¨¦dico diagnostica y receta al paciente para que compre en la farmacia. Es la causa de la sobremedicaci¨®n en tiempos normales, o de la medicaci¨®n inservible en tiempos de pandemia, como han denunciado muchos expertos en estos ¨²ltimos meses. Pero tambi¨¦n es el modo de vida, precario, de muchos egresados de la facultad. Para ser m¨¦dico de familia se necesita al concluir los estudios un a?o de internado en un hospital y una pasant¨ªa. Miles podr¨ªan incorporarse a centros rurales con estos requisitos. Pero se necesitan otras condiciones y esas caen del lado del Gobierno.
¡°Creo que se deben fortalecer las ¨¢reas de oportunidad en sitios estrat¨¦gicos¡±, dice Jaime Guti¨¦rrez, del Colegio M¨¦dico de M¨¦xico, con representaci¨®n en 22 Estados. Opina tambi¨¦n que las brigadas que, desde los a?os ochenta, suelen visitar estos territorios ignotos con sus campa?as de vacunaci¨®n, de oftalmolog¨ªa, de odontolog¨ªa, etc¨¦tera, ¡°deben reforzarse. Son modelos que dependen mucho de los Estados¡±.
La pandemia puso de manifiesto la precariedad del sistema sanitario mexicano, se contrataron 40.000 m¨¦dicos, que algunos han salido del sistema por la misma puerta que entraron cuando el virus ha remitido. Y se evidenci¨® que faltan especialistas, pero no solo en tiempos de pandemia. En un pa¨ªs con 17 millones de ancianos hay 770 geriatras. El secretario de Salud, Jorge Alcocer, mencion¨® en octubre pasado que M¨¦xico requiere 14.000 m¨¦dicos generales para cumplir los par¨¢metros de la OMS. Se?al¨® que 30.000 aspirantes se quedan cada a?o sin la oportunidad de cursar una especialidad en un hospital. Y no son pocas las que se requieren. Alcocer cit¨® la oncolog¨ªa. Guti¨¦rrez a?ade la medicina familiar, interna, pediatr¨ªa, ginecolog¨ªa, urgencias¡ ¡°Hay que analizar la situaci¨®n y establecer criterios de apoyo, planear estrategias, seguir fortaleciendo a las brigadas rurales y prest¨¢ndoles los equipamientos necesarios en esas aldeas¡±, dice Guti¨¦rrez. Y concluye: ¡°Antes de traer a m¨¦dicos cubanos nos gustar¨ªa saber si se sac¨® una convocatoria en M¨¦xico para cubrir esas 500 plazas que dice el presidente que faltan. Eso nos habr¨ªa ahorrado esta semana de confusi¨®n y molestias entre los profesionales¡±.
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