¡°No eres un dios. Me violaste una y otra vez¡±: el rastro criminal de Naas¨®n Joaqu¨ªn Garc¨ªa en La Luz del Mundo
Una confesi¨®n del l¨ªder religioso en el ¨²ltimo minuto evit¨® que pasara el resto de su vida en la c¨¢rcel, pero no lo salv¨® de escuchar el terrible testimonio de sus v¨ªctimas
¡°La gente cree que pudimos haber dicho no, pero ellos no entienden que decir no al ap¨®stol era imposible¡±. Jane Doe 4, una de las cinco mujeres que denunci¨® a Naas¨®n Joaqu¨ªn Garc¨ªa, l¨ªder de la iglesia La Luz del Mundo, tom¨® el estrado para contar por primera vez su verdad. No ha pasado ni una semana desde que el ap¨®stol de Jesucristo, como es conocido entre sus seguidores, lleg¨® a un acuerdo de ¨²ltimo momento con la Fiscal¨ªa de California para librarse de pasar el resto de su vida en la c¨¢rcel. Para este punto, despu¨¦s de tres a?os desde que se destap¨® el mayor caso de abusos sexuales contra un religioso mexicano, parec¨ªa que todo estaba escrito. No habr¨ªa juicio. No se mostrar¨ªan monta?as de evidencias contra el pastor, que asegura tener cinco millones de seguidores en 50 pa¨ªses. La confesi¨®n de culpabilidad le har¨ªa responder solo por tres de los 19 cargos que se le imputaban (36 delitos originalmente) y le dar¨ªa acceso a una pena reducida: poco m¨¢s de 16 a?os de prisi¨®n. Solo quedaba la sentencia del juez para sellar el pol¨¦mico pacto con el ap¨®stol. Antes de eso, las v¨ªctimas, silenciadas durante a?os, tendr¨ªan una ¨²ltima oportunidad para confrontar a su agresor y exponer ante el p¨²blico los abusos que sufrieron.
¡°Naas¨®n, ?o deber¨ªa llamarte t¨ªo?¡±, dijo entre l¨¢grimas Jane Doe 4, al inicio de su testimonio, marcado por descripciones expl¨ªcitas de episodios de abuso sexual. ¡°?O se supone que solo deb¨ªa llamarte t¨ªo cuando me violabas? Dec¨ªas que te pon¨ªa cachondo, ?todav¨ªa te parece sexy?¡±, insisti¨® la sobrina del acusado. La joven era solo una quincea?era cuando ocurrieron los abusos denunciados, hace siete a?os. Delitos 22 a 26 en la acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa: dos cargos por violaci¨®n, dos cargos por obligar a una menor a practicar sexo oral y otro m¨¢s por extorsi¨®n. ¡°Me conoc¨ªas desde el d¨ªa que nac¨ª, desde que era una beb¨¦, me viste crecer y se supon¨ªa que deb¨ªas protegerme¡±, relat¨®, ¡°pero escogiste aprovecharte de mi inocencia y robarte mi virginidad¡±.
El nombre oficial de la organizaci¨®n es La Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad, y Naas¨®n Joaqu¨ªn Garc¨ªa es ese ¡°dios vivo¡±. No es ¡°solo¡± un pastor que gu¨ªa a su reba?o hacia la cristiandad. Es ¡°el var¨®n de Dios¡±, su ¡°siervo¡±, su ¡°representante en la Tierra¡±. Y en La Luz del Mundo, la obediencia o cualquier oportunidad de complacer los designios y deseos del ap¨®stol era ¡°una bendici¨®n¡±. El caso se construy¨® alrededor de cinco chicas, casi todas menores, que fueron elegidas para formar un grupo de servicio para atender personalmente a Joaqu¨ªn Garc¨ªa. Un c¨ªrculo de mujeres cercanas al l¨ªder las escog¨ªa a dedo. El ministro, seg¨²n se lee en el sumario judicial, las quer¨ªa ¡°j¨®venes¡± y ¡°guapas¡±. Esas asistentes o groomers, las tres coacusadas en el caso, ense?aban a las ni?as a complacerlo y las obligaban a hacer bailes sugerentes, tomarse fotograf¨ªas en lencer¨ªa, hacerle felaciones y acostarse con ¨¦l. Todo se cubr¨ªa bajo preceptos religiosos y de santidad: se les dec¨ªa que lo que pasaba en la casa del ap¨®stol se quedaba ah¨ª y que era su derecho tener varias amantes, ¡°como Jes¨²s¡± o como ¡°un rey¡±. Eran ¡°sus angelitas¡±, referir¨ªa otra denunciante durante la ¨²ltima audiencia.
Jane Doe 4, ahora una mujer adulta, regres¨® al momento en que fue reclutada por primera vez. ¡°Nunca voy a olvidar que mientras masajeaba tus ¡®pies santos¡¯, vi que otra chica te hac¨ªa sexo oral¡±, record¨®. ¡°Cuando sal¨ª de la habitaci¨®n, llor¨¦ y llor¨¦ porque no entend¨ªa lo que estaba pasando, t¨² eras mi salvador, el ap¨®stol¡±, agreg¨®. ¡°?C¨®mo es posible que este hombre, que es Jesucristo en la tierra, sea tan asqueroso?¡±, se pregunt¨® la denunciante, cuya identidad qued¨® reservada por motivos de seguridad.
El ap¨®stol Naas¨®n no actu¨® solo. La chica cont¨® con dolor c¨®mo tuvo que someterse, obligada por las asistentes del l¨ªder religioso. Las groomers, como se les llama a las reclutadoras en la causa, eran otras mujeres que tambi¨¦n sufrieron abusos dentro de la organizaci¨®n durante su infancia, seg¨²n denunciaron algunas de ellas tras ser detenidas. La maquinaria de explotaci¨®n infantil, de acuerdo con las denuncias, se alimentaba de v¨ªctimas que se convert¨ªan en victimarias y creaban cadenas de abusos que se extend¨ªan durante d¨¦cadas. ¡°Cuando intentaba resistirme y dec¨ªa que eso estaba mal, que t¨² eras mi t¨ªo, ellas citaban las escrituras y me dec¨ªan que nunca hab¨ªa inmoralidad en tus acciones, porque no eras capaz de pecar¡±, afirm¨®.
¡°No ten¨ªa forma de escapar, me violaste una y otra vez¡±, dijo desencajada. El acusado nunca volte¨® a verla durante el testimonio. No se atrevi¨® a mirar a ninguna de las mujeres que lo denunciaron ni a sus familiares. Parec¨ªa hacerse diminuto mientras estaba sentado en su silla, vestido con su uniforme naranja de la c¨¢rcel y clavaba su mirada hacia el vac¨ªo cuando escuchaba el relato traducido por una int¨¦rprete. ¡°Naas¨®n, aqu¨ª estamos, m¨ªranos¡±, le dir¨ªa en otra ocasi¨®n otra de las Jane Does, instantes m¨¢s tarde. ¡°Cobarde¡±, le llam¨® una m¨¢s.
¡°?Te acuerdas c¨®mo disfrutabas atragantarme hasta que vomitaba?¡±, le pregunt¨® Jane Doe 4. ¡°?Te acuerdas de la vez que me sodomizaste y llor¨¦ y te supliqu¨¦ que te detuvieras porque me hac¨ªas da?o?¡±, continu¨®. ¡°?Te acuerdas c¨®mo t¨² y tus c¨®mplices se re¨ªan de m¨ª mientras lloraba y gritaba? ?Te acuerdas c¨®mo les ordenaste que me sujetaran para que no me resistiera?¡±, reclam¨® con gritos ahogados. Una a una las preguntas resonaban en la corte de Los ?ngeles, en el mismo edificio donde se esperaba que hubiera de cinco a seis semanas de juicio para elucidar la verdad, tras tres a?os de espera. ¡°?Te acuerdas cu¨¢nta sangre hab¨ªa y c¨®mo segu¨ªas y segu¨ªas, cada vez m¨¢s salvajemente?¡±.
¡°?Te acuerdas cuando quer¨ªas que te trajera a mi hermanita para que pudieras violarla tambi¨¦n?¡±, cuestion¨® la denunciante. ¡°Te dije que solo ten¨ªa 14 a?os. ?Recuerdas que me dijiste que deb¨ª hab¨¦rtela tra¨ªdo antes?¡±. No era un desahogo, nada parec¨ªa darle paz. ¡°?Te acuerdas de la noche en que me robaste la virginidad? ?Te acuerdas c¨®mo mi groomer te trajo una s¨¢bana ensangrentada y dijo: ¡®Sangre, se?or, es el signo de la inocencia de tu sobrina¡¯ y c¨®mo sonre¨ªste y dijiste que era una bendici¨®n de Dios?¡±, le pregunt¨®, una vez m¨¢s. Cada frase relataba un episodio diferente de abuso: org¨ªas con otros menores de edad, sexo forzado con familiares pol¨ªticos, abusos sistem¨¢ticos de d¨ªa y de noche.
¡°En caso de que lo hayas olvidado, estoy aqu¨ª para record¨¢rtelo¡±, ret¨® Jane Doe 4. ¡°Podr¨ªa hablar por horas y horas para ayudarte a recordar todas las cosas enfermas que me obligaste a hacer, todo lo que hiciste y que jam¨¢s podr¨¦ olvidar por el resto de mi vida¡±, sostuvo. Y poco despu¨¦s describi¨® la confusi¨®n y el dolor de no saber a qui¨¦n acudir cuando tu abusador es un dios para toda la gente que conoces. ¡°Estaba aterrada¡±, cont¨®. ¡°Hubiera preferido sufrir las consecuencias de la condena eterna que vivir otro minuto bajo tu control¡±, asegur¨®. ¡°Eres un asco, Naas¨®n¡±, le dijo, ¡°no eres un dios, ni siquiera se te puede considerar un hombre¡±.
Alzar la voz contra Naas¨®n Joaqu¨ªn Garc¨ªa se tradujo en ¡°amenazas de muerte¡±, ¡°humillaciones p¨²blicas¡±, ¡°repudio de toda la comunidad¡±. Cada d¨ªa que ha pasado desde su detenci¨®n, en junio de 2019 en el aeropuerto de Los ?ngeles, ha quedado claro que dentro de la congregaci¨®n no hay tregua contra los ¡°ap¨®statas¡±. Lo han dejado claro fieles de la iglesia que amenazan a personas a sus anchas en redes sociales y en las calles. Lo ha dicho cada persona que abandon¨® el culto que ha sido entrevistada por la prensa. ¡°He sido llamada mentirosa, puta, traidora, una judas que merece morir de la forma m¨¢s vil¡±, record¨® Jane Doe 4. Y con todo, decidi¨® hablar contra su t¨ªo bajo la promesa de que la Fiscal¨ªa ¡°no pactar¨ªa¡± y que caer¨ªa sobre ¨¦l ¡°todo el peso de la ley¡±. Esta idea ser¨ªa retomada por los fiscales cuando anunciaron el acuerdo de culpabilidad el pasado viernes: ¡°Un mensaje claro de que los abusos sexuales no son aceptables en California¡±.
¡°No entiendo c¨®mo se le ofreci¨® un acuerdo de culpabilidad, hab¨ªa tanta evidencia, hay cinco de nosotras sentadas en esta corte, un n¨²mero incontable de v¨ªctimas afuera, todas con las mismas historias, los mismos traumas, el mismo villano¡±, reproch¨® la joven. Tras negociar con la defensa 72 horas antes del inicio del juicio, la Fiscal¨ªa dijo a las denunciantes que ten¨ªan 15 minutos para llegar a sus oficinas: la decisi¨®n era irrevocable, no hab¨ªa marcha atr¨¢s. No importaba que no se les hubiera consultado si estaban de acuerdo. Seg¨²n las declaraciones del FBI, hab¨ªa im¨¢genes en los dispositivos electr¨®nicos de Naas¨®n Joaquin de pornograf¨ªa infantil, videos de sus encuentros con ni?os y se reunieron testimonios de v¨ªctimas y personas que ocuparon altos cargos en la organizaci¨®n. ¡°?C¨®mo es que no fue suficiente? ?C¨®mo se puede llamar a esto justicia? ?No es lo que defiende este tribunal? ?Este pa¨ªs?¡±. Las preguntas de Jane Doe 4 volv¨ªan a sacudir la corte.
Naas¨®n Joaqu¨ªn Garc¨ªa acept¨® dos cargos por forzar a menores de edad a que le hicieran sexo oral y otro m¨¢s por actos lascivos contra un menor. No respondi¨® por ninguno de los delitos que denunci¨® Jane Doe 4. Ning¨²n cargo por violaci¨®n. Ning¨²n cargo por trata de personas. Ning¨²n cargo por pornograf¨ªa infantil. Y ese fue solo uno de alrededor de una decena de testimonios: madres que preguntaron qu¨¦ hab¨ªan hecho mal para que su l¨ªder religioso abusara de sus hijas, hermanos que ped¨ªan que se desechara el acuerdo para alcanzar la justicia, maridos que a¨²n temen por la vida de sus esposas y sus familias. Denunciantes que reclamaron que la Fiscal¨ªa les dio la espalda.
El acusado no tom¨® la palabra. Afuera, en el templo de la Hermosa Provincia en Guadalajara, la sede principal de la iglesia en M¨¦xico, miles de personas oraban para que lo exoneraran. No sab¨ªan que ya hab¨ªa confesado los abusos. La dirigencia de La Luz del Mundo les hab¨ªa ordenado que no vieran las noticias. ¡°Satan¨¢s quiere que murmuremos y escuchemos lo que dicen afuera¡±, se escucha en una grabaci¨®n de una liturgia obtenida por el peri¨®dico Milenio.
La mayor¨ªa de los fieles no sabe tampoco que dos de las otras tres acusadas ya pactaron tambi¨¦n con la Fiscal¨ªa para obtener una pena reducida. Ignoran tambi¨¦n que la tercera c¨®mplice sigue siendo considerada pr¨®fuga. Jane Doe 4, a mitad de su testimonio, mostr¨® una grabaci¨®n de la c¨²pula de la iglesia en la que dec¨ªan que Naas¨®n se vio ¡°forzado¡± a confesar para ver por el futuro de su feligres¨ªa. Los fiscales solo hac¨ªan muecas mientras escuchaban la traducci¨®n del mensaje. ¡°El ap¨®stol de Jesucristo no ha tenido m¨¢s remedio que aceptar con mucho dolor que el acuerdo presentado es el mejor camino para proteger a la iglesia¡±, se lee en el primer comunicado institucional de La Luz del Mundo desde que se supo de la confesi¨®n. Guardaron silencio durante m¨¢s de cinco d¨ªas.
El juez Ronald S. Coen fue breve antes de ratificar lo que parec¨ªa m¨¢s probable: que Naas¨®n Joaqu¨ªn Garc¨ªa iba a estar 16 a?os y ocho meses en la c¨¢rcel, quiz¨¢s todav¨ªa a tiempo para retomar de manera presencial la gesti¨®n de su iglesia. Aun tras las rejas, mantiene el control. Pero antes de hacerlo, el juez se disculp¨® con las denunciantes: ¡°Lo siento, mis manos est¨¢n atadas¡±. Coment¨® que despu¨¦s de 38 a?os de trayectoria no dejaba de sorprenderle que se cometieran tantos abusos en nombre de la religi¨®n. ¡°Los abogados hacen lo que hacen¡±, zanj¨® ante las pol¨¦micas justificaciones de la Fiscal¨ªa tras firmar el pacto. ¡°Usted es un depredador sexual¡±, espet¨® al acusado. Siete a?os de investigaci¨®n judicial, tres a?os de audiencias preliminares, pero solo 16 a?os de c¨¢rcel, una indemnizaci¨®n a las v¨ªctimas que se definir¨¢ en agosto pr¨®ximo y una vida en el registro de agresores sexuales de Estados Unidos como castigo.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.