La odisea de una madre mexicana para despedirse de su hija enferma de c¨¢ncer en EE UU
Los agentes fronterizos denegaron a Luc¨ªa M¨¦ndez la entrada en cuatro ocasiones. No logr¨® ver a su hija Alma con vida. Ahora pelea por poder llegar al funeral
A Alma Hern¨¢ndez le diagnosticaron c¨¢ncer de pecho en marzo: estadio cuatro, met¨¢stasis en pulmones, h¨ªgado y cerebro. Ten¨ªa 36 a?os, cuatro hijos y a su madre a 1.500 kil¨®metros. La joven hab¨ªa nacido en Aguascalientes, donde todav¨ªa reside parte de su familia, pero hac¨ªa casi dos d¨¦cadas que viv¨ªa en Dallas, Texas, junto a su marido. A final de marzo, el hospital de Parkland envi¨® una carta a Luc¨ªa M¨¦ndez en la que se detallaba el delicado estado de salud de su hija. La mujer se lanz¨® con el documento inmediatamente hacia Estados Unidos, pero fue rechazada en la frontera. Los agentes migratorios estadounidenses le dijeron que no todas y cada una de las veces que Alma empeoraba y ella regresaba a pedir lo mismo: que la dejaran verla antes de que fuera tarde. ¡°Lo llaman permiso humanitario, pero no tiene nada de humanitario. No se conmueven con tu dolor¡±, dice su hermana Adriana Hern¨¢ndez por tel¨¦fono a EL PA?S. Alma falleci¨® este domingo sin que su madre pudiera despedirse. Ahora la familia pelea por tratar de cruzar y, al menos, llegar al funeral.
Con el parte hospitalario en la mano, el 1 de abril, Luc¨ªa M¨¦ndez y Adriana Hern¨¢ndez se presentaron en el puente fronterizo de Nuevo Laredo, en Tamaulipas. Las autoridades de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza (CBP, por sus siglas en ingl¨¦s) les denegaron la entrada humanitaria porque entonces la paciente estaba solo en tratamiento y no se sab¨ªa cu¨¢nto podr¨ªa vivir. ¡°Nos dijeron que volvi¨¦ramos cuando le quedaran pocos d¨ªas de vida¡±, relata Adriana.
Con el paso de las semanas, la quimioterapia no funcionaba y el c¨¢ncer de Alma se agravaba. El 17 de abril lo volvieron a intentar: mostraron documentos del hospital, el acta de nacimiento para probar el parentesco y los datos de la persona que se har¨ªa responsable de ellas durante el permiso humanitario. Su otra hermana, Leticia Hern¨¢ndez, s¨ª tiene los papeles de residencia en Estados Unidos, por lo que eso lo ten¨ªan resuelto. Pero la respuesta fue la misma: que volvieran m¨¢s tarde.
El 15 de junio, el hospital de Parkland emiti¨® un diagn¨®stico demoledor. ¡°La paciente est¨¢ hospitalizada en cuidados intensivos por la r¨¢pida expansi¨®n del c¨¢ncer y no est¨¢ respondiendo al tratamiento. Desafortunadamente, no la podemos curar. Su c¨¢ncer de pecho es muy agresivo y afecta a m¨²ltiples ¨®rganos. Su expectativa de vida no llega a tres meses¡±, se lee en el documento que el centro m¨¦dico envi¨® al consulado mexicano en Dallas.
¡°La estaban ya desahuciando¡±, dice su hermana. As¨ª que de nuevo al cami¨®n, de nuevo las 12 horas que separan Aguascalientes, en el centro de M¨¦xico, con Nuevo Ladero, ya en la frontera con Texas, de nuevo el no. En esta ocasi¨®n, los agentes migratorios interpretaron su insistencia como una clara se?al de que quer¨ªan cruzar y quedarse en EE UU de forma ilegal. ¡°Quiero ver a mi hija viva, esa es mi insistencia¡±, dijo Luc¨ªa M¨¦ndez. Suplicaron sin ¨¦xito. La patrulla les advirti¨® que cualquier otro intento de entrada iba a repercutir en la petici¨®n de futuras visas.
Su hija se mor¨ªa y M¨¦ndez no pod¨ªa quedarse sin hacer nada. Decidieron intentarlo por la frontera de Piedras Negras, en Coahuila. ¡°All¨ª todav¨ªa era peor¡±, cuenta Adriana Hern¨¢ndez en referencia a la fuerte presi¨®n migratoria de las ¨²ltimas caravanas, ¡°ni siquiera te dejaban acercarte a la garita a hablar con los agentes¡±. Les propusieron que su hermana Leticia, residente legal, volviera a por ellas y las ayudara a cruzar. ¡°Ella se responsabiliza: si nosotras no salimos, va presa. Pero nosotras no tenemos ning¨²n inter¨¦s en quedarnos, yo tengo mi marido y mis hijos en M¨¦xico, mi mam¨¢ tiene su casa, solo quer¨ªamos ver a mi hermana¡±. Tampoco funcion¨® el procedimiento: ¡°Nos dijeron que nos lo negaban porque Alma era indocumentada¡±.
Rotas y desesperadas, Luc¨ªa y Adriana volvieron a Aguascalientes. Alma muri¨® dos d¨ªas m¨¢s tarde.
Con M¨¦xico convertido en el muro de contenci¨®n de la migraci¨®n a Estados Unidos, los procesos en la frontera se han vuelto todav¨ªa m¨¢s estrictos. ¡°Han sido momentos donde todo era muy confuso. Nos dec¨ªan que el consulado no interven¨ªa. Tambi¨¦n nosotras ten¨ªamos mucho desconocimiento¡±, dice Adriana, en referencia a que se les ha informado que deber¨ªan de haber acudido desde el primer momento a la delegaci¨®n que la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores tiene en Aguascalientes a solicitar apoyo.
La publicaci¨®n de su caso en las redes sociales, por la periodista Wendy Selene, ha logrado que las autoridades pongan atenci¨®n a la historia de Luc¨ªa M¨¦ndez. Este lunes por la ma?ana, el c¨®nsul de Eagle Pass, Ismael Naveja Mac¨ªas, ha comunicado que hab¨ªan obtenido los permisos humanitarios para que las dos mujeres puedan asistir al funeral de Alma, que est¨¢ previsto para el jueves o el viernes. ¡°Las estaremos esperando el d¨ªa de ma?ana para continuar con los tr¨¢mites. El consulado est¨¢ atento¡±, ha escrito Naveja.
Mientras aborda el cami¨®n que la va llevar otra vez a la frontera, Adriana Hern¨¢ndez recuerda a su hermana. Describe a una joven a la que le encantaba la m¨²sica y el maquillaje, quien trabajaba solo ocasionalmente porque cuidaba de sus cuatro hijos, y que se atrev¨ªa a escribir en Facebook mucho m¨¢s de lo que dec¨ªa. ¡°Era una mujer seria pero muy bromista en cuanto le ten¨ªas confianza¡±, dice Hern¨¢ndez, que solo espera ahora poder llegar a despedirla.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.