Juan Pablo Villalobos: ¡°La pelea por mantener la estabilidad es el origen del pensamiento conservador¡±
El autor jalisciense publica ¡®Peluquer¨ªa y letras¡¯, una parodia autoficcional que utiliza para criticar y exponer el trasfondo pol¨ªtico de la estabilidad y la felicidad individual
¡°Nada en este libro es cierto, salvo lo que s¨ª¡±. As¨ª abre Peluquer¨ªa y letras (Anagrama, 2022), la m¨¢s reciente novela del escritor mexicano Juan Pablo Villalobos (1973). A manera de advertencia, acaso de preparaci¨®n, para lo que se tiene entre manos: un enga?o. Una ficci¨®n construida dentro de un universo de verdad ¡ªo de aparente verdad. Formalmente, autoficci¨®n. ?Y cu¨¢l es la diferencia con la autobiograf¨ªa? Mientras que en la autobiograf¨ªa hay un pacto impl¨ªcito entre el escritor y el lector con respecto a una verdad que se narra en el texto, en la autoficci¨®n ¡ªneologismo acu?ado por el cr¨ªtico y narrador franc¨¦s Serge Doubrovsky en 1977¡ª esa promesa no existe. Por lo que el nombre de los personajes ¡ªexcepto el del autor¡ª y el de los lugares en que ocurre la trama pueden disfrazarse.
¡°S¨ª, pero es una parodia de c¨®mo funciona la autoficci¨®n, en la que tambi¨¦n se hacen expl¨ªcitos los mecanismos de c¨®mo se construye el discurso autobiogr¨¢fico¡±, se?ala Villalobos. A ojo, este recurso escritural es f¨¢cil: los personajes est¨¢n dados, los escenarios, los di¨¢logos. Y Villalobos es listo, sabe burlarse de s¨ª mismo. Sabe que ser¨¢ cuestionado y prefiere adelantarse dentro de la misma novela. ¡°?Ya se te acabaron las ideas?¡±, pregunta uno de los personajes al protagonista ¡ªquien, como el autor y narrador de la novela, tambi¨¦n se llama Juan Pablo.
Ante la insistencia de por qu¨¦ escribir sobre ¨¦l y su familia, Juan Pablo, el personaje, llega a la idea pigliana de que ¡°en la literatura siempre es as¨ª, escribes de una cosa aunque en realidad est¨¢s hablando de otra¡±. Juan Pablo, el escritor, autor de novelas celebradas como Fiesta en la madriguera (2010), Te vendo un perro (2015) o No voy a pedirle a nadie que me crea (2016), por la cual obtuvo el Premio Herralde de Novela, menciona que su intenci¨®n en Peluquer¨ªa¡ fue escribir una obra acerca de la felicidad o, mejor dicho, de la fachada que trae consigo la estabilidad, as¨ª como el reverso pol¨ªtico que resguarda. De ah¨ª la necesidad de escribir desde la propia¡ ?la propia? Por lo menos la que se ha desplegado frente a ¨¦l; criticarla desde el fondo y la forma.
Peluquer¨ªa y letras tambi¨¦n es un d¨ªa en la vida de un padre de familia que se dedica a escribir. De uno que relaciona las cosas que le pasan, por m¨¢s absurdas e inveros¨ªmiles, a su propia escritura. Las registra en su libreta con el eterno bol¨ªgrafo que lleva consigo en el pu?o, como si fuera un dedo m¨¢s de su mano. Y permite un hueco al lector por el cual asomarse. Villalobos ¡ªel autor¡ª platica con EL PA?S sobre algunos aspectos que se ocultan en este peque?o gran libro de apenas 101 p¨¢ginas.
Pregunta. Comodidad, estabilidad, felicidad¡ ?de qu¨¦ manera la entiende como un peligro?
Respuesta. Hay en ellas una cuesti¨®n que tiene que ver con lo p¨²blico, con lo pol¨ªtico, y es que el relato de la felicidad lo entendemos desde la construcci¨®n que ha hecho la burgues¨ªa y que tiene que ver con un estado al que se llega. La felicidad hay que gan¨¢rsela, hay que conquistarla, nos dicen. La felicidad hay que irla alcanzando a trav¨¦s de la superaci¨®n de una serie de obst¨¢culos, de desaf¨ªos, de retos, etc¨¦tera. Y una vez que se llega a ella, una vez que uno alcanza el estado ideal de la felicidad, lo ¨²nico que queda es el relato de la estabilidad. Y all¨ª lo que nos queda hacer es tomar una actitud defensiva, es decir, tenemos que pelear por mantener ese estado, por mantener esa estabilidad y ese es el origen del pensamiento conservador; aquel que no quiere que las cosas cambien.
P. Ha planteado que la felicidad tendr¨ªa que ser colectiva.
R. Ahora parece que hay un discurso que insiste mucho en que las nuevas utop¨ªas son individuales. Y yo creo que no, que realmente todav¨ªa tendr¨ªamos que explorar las posibilidades que tienen las utop¨ªas colectivas.
P. ?La ausencia del conflicto en Peluquer¨ªa y letras es el fondo y la forma con que se expone la idea de felicidad o de estabilidad que usted refiere?
R. En esta novela parece que no sucede nada. En realidad est¨¢n sucediendo siempre much¨ªsimas cosas. Hay que estar atento y observar la realidad como si fuera la primera vez. Volver a mirar, volver a mirar las cosas como las mira un ni?o, como le esperar¨ªan eternamente.
P. En la autoficci¨®n parece que al escritor, como actor social, es al que le pasan cosas geniales. Y hay escritores que juegan y se burlan de esta idea. ¡°Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas¡±, inicia un cuento del argentino, Jorge Luis Borges, llamado, precisamente, El otro Borges.
R. S¨ª, sin embargo algo sucede en la estructura profunda del texto que inevitablemente tiene que ver con el autor, es decir, con aquello que est¨¢ surgiendo de lo m¨¢s inconsciente, de lo m¨¢s inadvertido, y que cuando uno se toma la escritura como un ejercicio de exploraci¨®n, en este caso yo, incluso utilizando mi nombre y algunos rasgos de mi biograf¨ªa para tallar las relaciones del personaje con los seres m¨¢s cercanos o con las personas que le rodean, hay un proceso de personalizaci¨®n que a veces escapa a la comprensi¨®n.
P. ?Qu¨¦ opina de la inmediatez y de la reducci¨®n del espacio para contar historias? Algunos concursos literarios solicitan en sus convocatorias entregar cada vez menos p¨¢ginas a los escritores, sobre todo cuando se trata de novela.
R. Tiene que ver con esta aparente cultura de la urgencia; con la dispersi¨®n y la ausencia de atenci¨®n. Y tiene que ver tambi¨¦n con que definitivamente nuestra ¨¦poca tiene otros formatos, otras maneras de actuar, otras maneras de prestar la experiencia. Ya hay otros formatos para narrar que no son las del costumbrismo decimon¨®nico o la novela hist¨®rica.
P. Hoy por hoy hay un boom de talleres literarios y aspirantes a escritores. Se est¨¢n publicando muchos libros, pero no significa que haya lectores. ?En d¨®nde queda el papel del cr¨ªtico en este fen¨®meno?
R. Es verdad que se ha perdido el lugar de la cr¨ªtica, que se ha ido limitando. La cr¨ªtica ha encontrado refugio en la academia, en las universidades, en muy pocos suplementos literarios y muy pocas revistas que contin¨²an con muchas dificultades. Entiendo su trabajo y la importancia de reflexionar sobre la literatura. Y ah¨ª s¨ª veo que hay una urgencia del debate profundo que vaya m¨¢s all¨¢ del pesimismo. Hoy en d¨ªa ¡°la cr¨ªtica¡± est¨¢ m¨¢s cerca del marketing que realmente de la cr¨ªtica literaria.
P. ?Cree que un escritor debe estar obligado a posicionarse pol¨ªticamente con respecto a lo que pasa en la polis?
R. No, no es obligado. Pero creo que s¨ª tiene una responsabilidad. Que tampoco es una responsabilidad social, es una responsabilidad pol¨ªtica con su propia escritura. Y esta responsabilidad supone hacerse cargo de lo que est¨¢ viviendo, de lo que escribe y de lo que no escribe.
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