Las familias de los mineros atrapados en Coahuila piden ayuda ¡°ya sea de M¨¦xico o del extranjero¡±
Los parientes de los obreros solicitan una reuni¨®n con L¨®pez Obrador: ¡°Estamos con la esperanza de que ¨¦l va a venir y nos va a dar los resultados que queremos¡±
La desesperaci¨®n de los familiares de los 10 mineros atrapados en Coahuila ha cruzado una nueva frontera este s¨¢bado, 10 d¨ªas despu¨¦s de que los obreros quedaran aprisionados tras el derrumbe de un pozo de carb¨®n en el municipio de Sabinas. Ante la falta de avances en el rescate y la completa opacidad de las autoridades a la hora de proporcionar informaci¨®n, los parientes han lanzado un ultim¨¢tum al Gobierno mexicano. ¡°La autoridad nos dice que nos esperemos, que falta mucho, que falta poco, no saben ni qu¨¦ cuenta pueden dar. Lo que queremos es ayuda para sacar a nuestros familiares. Sigue igual la cosa, nos traen con puras mentiras. Queremos ayuda, ya sea de aqu¨ª o extranjera¡±, ha expresado Javier Rodr¨ªguez Palomares, hermano de Margarito Rodr¨ªguez.
Bajo el sol de las cuatro de la tarde, protegidos por carpas y rodeados por decenas de periodistas, los familiares de los mineros han comparecido en conjunto por primera vez para exigir unas soluciones que tardan demasiado en llegar. Varios de ellos han tomado los micr¨®fonos para explicar su impotencia ante el fracaso en el rescate; lo que consideran una falta de colaboraci¨®n del Gobierno y el miedo a que se repita la tragedia de Pasta de Conchos de 2006: los cuerpos de 63 mineros muertos en una explosi¨®n de gas ¡ªen total hubo 65 fallecidos¡ª contin¨²an sepultados bajo los t¨²neles de la mina. ¡°Imag¨ªnese, [las familias] ya est¨¢n bien desgastadas, ya diez d¨ªas y nada¡±, a?ade Rodr¨ªguez Palomares.
Los intervinientes tambi¨¦n han solicitado un encuentro cara a cara con el presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que ya visit¨® el lugar el pasado domingo, pero se march¨® r¨¢pidamente sin reunirse con las familias. Su paso por la mina gener¨® un momento de tensi¨®n entre los familiares y la Guardia Nacional. Pero todav¨ªa conf¨ªan en que el mandatario pueda arreglar su situaci¨®n: ¡°Es lo que m¨¢s quisi¨¦ramos todos en este momento, porque ¨¦l vendr¨ªa a poner orden en el trabajo. Estamos con la esperanza de que ¨¦l va a venir y nos va a dar los resultados que queremos¡±.
En la reuni¨®n antes los medios de comunicaci¨®n han lanzado toda una retah¨ªla de reproches contra las autoridades, especialmente, contra la responsable de Protecci¨®n Civil, Laura Vel¨¢zquez, a la que han acusado de enga?os, ¡°groser¨ªas¡± y de detener indiscriminadamente los trabajos. Han solicitado su relevo al frente de la operaci¨®n de salvamento. ¡°Necesitamos a alguien que nos ayude, no que nos traiga largas y mentira tras mentira. Lo ¨²nico que queremos es ayuda, de pa¨ªses de fuera o no s¨¦, queremos ya a nuestros familiares¡±, ha se?alado Marta Mar¨ªa Huerta, la esposa de Sergio Gabriel Cruz Gait¨¢n.
Vel¨¢zquez ha reconocido en una entrevista con El Universal que el rescate se ha topado con obst¨¢culos que lo han retrasado, pero ha asegurado que no han parado de trabajar en ning¨²n momento, y se ha justificado en el enorme volumen de agua que inunda los pozos colapsados, debido a su cercan¨ªa con el r¨ªo Sabinas: ¡°Esperemos poder tener acceso muy pronto. La verdad es que es mucha el agua, tambi¨¦n nos encontramos que las galer¨ªas son muy peque?as. Ellos trabajan agachados adentro de la galer¨ªa, hay que tomarlo muy en cuenta¡±.
El hijo del minero Jos¨¦ Luis Mireles Arg¨¹ijo, Claudio Mireles, ha asegurado visiblemente agitado que los trabajos no avanzan por falta de inter¨¦s del Gobierno y que las autoridades no les suministran datos sobre el rescate. ¡°Tenemos informaci¨®n porque nosotros mismos estamos trabajando ah¨ª dentro. Dicen que est¨¢n trabajando, pero si a ustedes [la prensa] los dejaran entrar [al per¨ªmetro de seguridad custodiado por militares, al que los medios de comunicaci¨®n tiene vetado el acceso] ver¨ªan que no se est¨¢ trabajando, nom¨¢s toman una foto, se van y publican que est¨¢n trabajando. Los que est¨¢n trabajando son los familiares y los amigos [...] y nom¨¢s nos hacen de lado¡±.
El miedo constante, la idea que m¨¢s han repetido, es que el tiempo contin¨²a pasando y cada minuto es oro, una oportunidad m¨¢s perdida para rescatar a los mineros, que ya llevan incomunicados sin agua potable ni comida m¨¢s de 240 horas. No se sabe si est¨¢n vivos o muertos, aunque las probabilidades no son halag¨¹e?as. Los mineros de la comunidad, expertos en el terreno, han solicitado que los dejen descender a ellos a las minas, ya que consideran que los buzos del Ej¨¦rcito no est¨¢n haciendo su trabajo. ¡°Los expertos no nos dejan porque dicen que hay mucho riesgo. Nosotros sabemos que hay riesgos, pero le dijimos a la Secretar¨ªa de Trabajo que firmamos un papel, nos hacemos responsables de lo que nos pase y que nos dejen a nosotros bajar para sacarlos¡±, ha defendido Rodr¨ªguez Palomares.
Los familiares tambi¨¦n temen que les proh¨ªban permanecer en el interior del per¨ªmetro de seguridad o participar en las labores de rescate. Llevan d¨ªas asegurando que la polic¨ªa y los militares les est¨¢n amenazando con expulsarles e incluso denunciarles ante la Fiscal¨ªa si filtran informaci¨®n. Esa es una de las razones por las que han decidido dar una rueda de prensa en conjunto y no de forma individual. ¡°Tenemos miedo a represalias, a que no nos dejen entrar¡±, ha explicado Claudio Mireles. Los parientes han argumentado que la falta de acceso de los medios de comunicaci¨®n a la mina es una forma de ocultar informaci¨®n. ¡°Por algo los tienen separados, por algo tienen separadas a las familias, porque tienen miedo a esto¡±, ha sostenido Mireles.
El pasado mi¨¦rcoles 3 de agosto, una inundaci¨®n provoc¨® un derrumbe en tres pozos de carb¨®n que atrap¨® a 10 mineros. Desde entonces, las autoridades desplegaron un enorme operativo de rescate que 10 d¨ªas despu¨¦s no ha dado sus frutos por el nivel de agua y las obstrucciones que hay en las galer¨ªas, de acuerdo con la versi¨®n oficial. Pero los familiares han perdido la poca paciencia que les quedaba despu¨¦s de ver c¨®mo las horas avanzan y los resultados nunca llegan. ¡°Est¨¢n jugando con nosotros, quieren que el tiempo vaya pasando y se acabe la esperanza¡±, se?ala Mireles. ¡°No nos vamos a ir hasta que nos los entreguen¡±, ha rematado otra de las mujeres.
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