Y sin embargo, funciona
Afirmar que la pol¨ªtica de seguridad de la 4T es un fracaso o que la llamada ¡°militarizaci¨®n¡± no ha hecho m¨¢s que empeorar la situaci¨®n, no es correcto
La violencia con la que actu¨® el crimen organizado la semana pasada, que incluy¨® el hecho in¨¦dito de ejecuciones al azar entre poblaci¨®n inocente, ha provocado r¨ªos de tinta, de decibeles y de gigabytes sobre los m¨¦ritos y dem¨¦ritos de la estrategia de seguridad p¨²blica del gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
Para los cr¨ªticos, el salvajismo de la masacre en Ciudad Ju¨¢rez y la simultaneidad de los ataques en varias regiones del pa¨ªs, constituyen la m¨¢s palpable muestra del fracaso de las pol¨ªticas de la 4T en la materia. Para el gobierno, en cambio, expresan la desesperaci¨®n de los l¨ªderes de las bandas por los golpes recibidos, tanto en decomisos como en aprehensiones, por parte de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional.
La oposici¨®n asegura que el Gobierno intenta minimizar la gravedad de los hechos; las autoridades insisten en que sus cr¨ªticos buscan magnificarlos para convertirlos en factura pol¨ªtica a toda costa. Ambas partes no han ahorrado los ep¨ªtetos acostumbrados para descalificar a su adversario.
A partir de este intercambio tan hu¨¦rfano de argumentos y tan poblado de adjetivos, en el que predomina la propaganda sobre la informaci¨®n, resulta dif¨ªcil para la opini¨®n p¨²blica construir un criterio sobre lo que realmente est¨¢ pasando. Con los mismos hechos los dos bandos llegan a conclusiones diametralmente opuestas. Y si usted lector prefiere mantener sus convicciones inalteradas, sean obradoristas o anti obradoristas, lo de los argumentos es lo de menos. Ninguna pasi¨®n pol¨ªtica que se aprecie se deja vencer por la tozudez de una realidad que se empe?e en contradecirla.
Pero si usted tiene la curiosidad buena o malsana de saber realmente qu¨¦ efectos est¨¢ produciendo una pol¨ªtica de seguridad p¨²blica tan pol¨¦mica como la de la 4T, le pedir¨ªa recorrer conmigo lo siguientes hechos.
Disminuci¨®n de Delitos
Pr¨¢cticamente todos los cr¨ªmenes est¨¢n disminuyendo de manera sostenida tras varios sexenios de incrementos continuos. Los secuestros cayeron 81% de enero de 2019 a julio de este a?o; el robo de autos 43%, el robo en sus distintas modalidades 29%, los delitos del fuero federal 25%.
En el caso de los homicidios y los feminicidios los resultados son menos significativos, pero tampoco son deleznables. En ambos el mayor m¨¦rito consiste en haber detenido una inercia de crecimiento que parec¨ªa imparable a lo largo de la d¨¦cada anterior. En el sexenio de Felipe Calder¨®n los asesinatos pasaron de 8.900 a 26.000 anuales, un crecimiento de 193%; con Enrique Pe?a Nieto aument¨® otro 59% al registrar 23 mil en su primer a?o y 36.000 en el ¨²ltimo.
En los primeros tres a?os del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador la cifra pr¨¢cticamente se congel¨® en 36.000 anuales, lo cual puede ser le¨ªdo a conveniencia de cada cual. Para sus detractores eso acumula m¨¢s de 100.000 homicidios en medio sexenio, un r¨¦cord que, a sus ojos, demostrar¨ªa que este gobierno lo ha hecho peor. Los simpatizantes de Morena dir¨¢n que AMLO recibi¨® al pa¨ªs con niveles de inseguridad que arrojaban 36.000 muertos anuales, no 8.000 como es el caso de Calder¨®n o de 23.000 en el de Pe?a Nieto.
Lo cierto es que es la primera vez que durante tres a?os continuos la cifra de asesinatos no crece; m¨¢s a¨²n, los datos de enero a julio del cuarto a?o, comparados con periodos equivalentes arrojan por fin un descenso importante: 10.4% y el Gobierno asegura que 2022 terminar¨¢ con 15% de menos homicidios que en a?os anteriores. Incluso si as¨ª fuese estar¨ªamos hablando de 30.000 muertos al a?o; una cifra escandalosa en cualquier naci¨®n del mundo pero, en el contexto de lo que hemos vivido, un signo de esperanza de que se trate de una tendencia que permita asumir que existe una luz al final del t¨²nel.
Progresi¨®n Positiva
En los sexenios de Felipe Calder¨®n y de Enrique Pe?a Nieto la criminalidad fue mayor en la segunda mitad que en la primera. Se dice r¨¢pido, pero es el mejor indicador para saber si su estrategia de seguridad p¨²blica fue exitosa o todo lo contrario. No lo parece: en ambos sexenios el segundo trienio fue peor que el primero. Y como todo aficionado de f¨²tbol sabe, el entrenador es el primer sospechoso cuando un equipo juega peor en el segundo tiempo. En el caso de L¨®pez Obrador la progresi¨®n es positiva. Todo indica que de 2022 a 2024 habr¨¢ considerablemente menos cr¨ªmenes que los registrados de 2018 a 2021, particularmente en secuestros y robos de todo tipo, pues han venido descendiendo a?o con a?o.
Y tampoco es que carezcan de l¨®gica estos datos prometedores. Era razonable esperar que la cuantiosa inversi¨®n realizada en materia de seguridad y la intensidad de las acciones arrojaran resultados.
Simplemente el hecho de que en cada entidad se realice una reuni¨®n dedicada a seguridad p¨²blica cada ma?ana, permite niveles de coordinaci¨®n que antes no hab¨ªa. Se han construido 230 cuarteles con una presencia federal que tampoco exist¨ªa. En 19 entidades los elementos de la Guardia Nacional superan a los polic¨ªas estatales y municipales, es decir se dobl¨® al menos la cantidad de elementos de la fuerza p¨²blica en esas entidades. Al final del sexenio habr¨¢ 500 cuarteles y 170.000 integrantes de la Guardia Nacional. Esto significa una densidad de 16 cuarteles por entidad federativa en promedio, con m¨¢s de 300 guardias por establecimiento. Una densa red f¨ªsica con la que se aspira a recuperar de nuevo el territorio de manos de la delincuencia.
En principio, los n¨²meros que dan cuenta del descenso de la criminalidad carecen de ideolog¨ªa y parecer¨ªan indicar que algo est¨¢ funcionando con la estrategia seguida. Esto no significa que sea id¨®nea o que sea suficiente, ni tampoco que no se est¨¦n cometiendo errores. Utilizar al ej¨¦rcito en tareas de seguridad p¨²blica, como lo han hecho todos los gobiernos y el actual ha intensificado, entra?a riesgos que habr¨ªa que discutir y definir entre todos. Ese ser¨ªa un debate honesto. Pero afirmar que la pol¨ªtica de seguridad del gobierno de la 4T es un fracaso o que la llamada ¡°militarizaci¨®n¡± no ha hecho m¨¢s que empeorar la situaci¨®n, no lo es. Si se desea sostener tales acusaciones por razones pol¨ªticas, se vale pero eso es otra cosa.
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