Marzo, el mes m¨¢s sangriento del a?o y el baile de las cifras de muerte
El ¨²ltimo informe de seguridad del Gobierno mexicano destaca el tercer mes de 2022 como el m¨¢s homicida con m¨¢s de 3.600 asesinatos, pero m¨¢s all¨¢ de los datos, la espiral violenta en la que est¨¢ sumida el pa¨ªs contin¨²a
El Gobierno mexicano ha presentado este mi¨¦rcoles las ¨²ltimas cifras de homicidios y ha destacado marzo como el mes m¨¢s sangriento del a?o. Unas 3.632 personas han sido asesinadas, es decir, que casi 120 han sido masacradas al d¨ªa mientras suced¨ªan otros eventos: se protestaba por el D¨ªa Internacional de la Mujer, el presidente se enfrentaba a los parlamentarios europeos por los cr¨ªmenes a periodistas, se observaba con horror la invasi¨®n rusa a Ucrania y se inauguraba un nuevo aeropuerto en la Ciudad de M¨¦xico construido por militares. A esas cifras se suman tambi¨¦n los m¨¢s de 4.000 desaparecidos que hay registrados de enero hasta la fecha. Con esos datos en la mano, el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha celebrado que pese al pico de este a?o, se trate del marzo menos sangriento del ¨²ltimo lustro. Un pu?ado de cad¨¢veres menos para el baile de las cifras de muerte. Pero la espiral violenta en la que est¨¢ sumida M¨¦xico desde hace seis a?os contin¨²a.
Concretamente, este mes de marzo ha contabilizado 220 muertos menos que marzo del a?o pasado. Tambi¨¦n, 240 cad¨¢veres m¨¢s que el marzo de 2017, cuando L¨®pez Obrador a¨²n no hab¨ªa tomado posesi¨®n en el cargo ¡ªgan¨® las elecciones en 2018 e inici¨® su mandato en diciembre de ese a?o¡ª. Cuando una pandemia amenazaba al mundo, en marzo de 2020, y la gente comenzaba a encerrarse en sus casas y a preocuparse por la falta de capacidad de los hospitales, en M¨¦xico en esos 31 d¨ªas se asesin¨® a 4.003 personas. Lo que destacan las estad¨ªsticas es que en este pa¨ªs no se ha dejado de matar de una forma feroz, independientemente de los meses. Que en M¨¦xico mueren asesinadas ¡ªseg¨²n la media de este a?o¡ª 112 personas al d¨ªa.
El informe que ha presentado la secretaria de Seguridad P¨²blica, Rosa Icela Rodr¨ªguez, este mi¨¦rcoles durante la conferencia ma?anera del presidente, ha se?alado que no en todos los rincones del pa¨ªs se mata por igual. Que solo seis Estados concentran el 50% de los homicidios: Guanajuato, Michoac¨¢n, Estado de M¨¦xico, Baja California, Jalisco y Sonora. Los habitantes de estas entidades suman m¨¢s de 42 millones de personas. Es decir, que pese a que el Gobierno se?ala solo a unos cuantos Estados que viven bajo el yugo de la violencia, la realidad es que un tercio de la poblaci¨®n mexicana vive en estas condiciones de terror.
No quiere decir el informe que el resto viva en paz. En M¨¦xico han sido asesinadas, desde 2019, 132.088 personas. Y han desaparecido en ese mismo periodo de tiempo 67.122 y todav¨ªa no se sabe d¨®nde est¨¢n. Como si en poco m¨¢s de tres a?os se esfumara la mitad de la poblaci¨®n del municipio de Cuauht¨¦moc, en la Ciudad de M¨¦xico.
Las cifras de muerte no han dejado de crecer sin freno desde 2017, cuando la cantidad de homicidios super¨® a las peores ¨¦pocas de la guerra contra el narco ¡ªla batalla del Ej¨¦rcito contra los c¨¢rteles de la droga y sus capos que emprendi¨® Felipe Calder¨®n en 2006, donde las masacres, ejecuciones extrajudiciales de los militares y los pueblos abandonados se convirtieron en las estampas que M¨¦xico enviaba al mundo¡ª. Los gobernantes posteriores, tanto Enrique Pe?a Nieto (de 2012 a 2018) como L¨®pez Obrador, han comparado siempre sus estrategias de seguridad con las de entonces, pese a que nunca se ha matado tanto como despu¨¦s. Una sangr¨ªa que contin¨²a hasta la fecha.
L¨®pez Obrador hered¨® una crisis de seguridad marcada por la pulverizaci¨®n de c¨¢rteles de la droga que result¨® de la captura de los capos que inici¨® Calder¨®n y que continu¨® Pe?a Nieto. Las divisiones dentro de los grupos delictivos configuraron un nuevo mapa del crimen con cientos de c¨¦lulas con capacidad de asesinar, extorsionar y extender sus guerras por todo el territorio. Pese a que todav¨ªa conviven dos grandes organizaciones criminales, el cartel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generaci¨®n, sus socios y aliados ¡ªadem¨¢s de otras decenas de narcos locales, escisiones de los m¨¢s antiguos¡ª se pelean ciudades y pueblos en cada rinc¨®n del pa¨ªs. Frente a este ecosistema violento, la estrategia del presidente ha consistido principalmente en aumentar la presencia militar, tanto del Ej¨¦rcito, como de la Marina en los puertos y el cuerpo de seguridad h¨ªbrido civil-militar que ¨¦l dise?¨® a su llegada al poder, la Guardia Nacional. Y sobre todo, evitar enfrentamientos directos con el narco.
Las escenas de la nueva guerra del narco de estos d¨ªas consisten en pueblos tomados en Michoac¨¢n, fusilamientos contra rivales del narco, minas antipersona para evitar el recorrido de los militares, tanques de guerra paseando libremente por las calles, masacres de decenas de personas en una fiesta; en Zacatecas, un escenario similar, decenas de cad¨¢veres amontonados a las puertas de la sede del Gobierno estatal y otras en pena calle, colgados de puentes, municipios que se han quedado sin polic¨ªas por miedo a que los asesinen a ellos tambi¨¦n; en Colima y Sonora, ciudades completas asediadas por los narcos en un intento de cercar a sus rivales. Entre Tamaulipas y Nuevo Le¨®n, la carretera de la muerte, con decenas de viajeros desaparecidos; en el corredor de la Riviera Maya, de Canc¨²n a Tulum, balaceras en resorts de lujo, turistas asesinados por una bala perdida. Y la lista de Estados afectados por la narcoviolencia se renueva cada semana.
Pese a los bailes de cifras y a los titulares que busca el Gobierno federal, la violencia en M¨¦xico no ha dado tregua. Con una impunidad que ronda el 95% para todos los delitos, la falta de justicia lanza un peligroso mensaje: si en abril se mata m¨¢s o menos, depender¨¢ de la voluntad del crimen, no de una lucha conjunta de todos los poderes para detenerlo.
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