La Fiscal¨ªa se juega su credibilidad y la de la investigaci¨®n del ¡®caso Ayotzinapa¡¯ en el proceso contra Murillo Karam
Los movimientos de la dependencia y del mismo Gobierno, antes de detener al fiscal de los a?os de Pe?a Nieto, ensombrecen el futuro de las pesquisas
La Fiscal¨ªa mexicana enfrenta un nuevo reto este mi¨¦rcoles, despu¨¦s del fiasco moment¨¢neo del caso Odebrecht y las dudas que ha dejado su actuaci¨®n en la investigaci¨®n por la Estafa Maestra. Casos de corrupci¨®n emblem¨¢ticos del Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), la dependencia pisa ahora terreno resbaladizo, la audiencia de imputaci¨®n del exfiscal Jes¨²s Murillo Karam, acusado de graves delitos cometidos supuestamente en el marco de las pesquisas del caso Ayotzinapa. La agencia investigadora lo acusa de desaparici¨®n forzada, tortura y obstrucci¨®n a la justicia.
La audiencia de Murillo es una piedra de toque para la Fiscal¨ªa. Su credibilidad est¨¢ en juego, igual que la investigaci¨®n del caso entero, una en las que m¨¢s empe?o ha puesto la dependencia, consciente de la importancia que le da el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. No en vano, el mandatario cre¨® una comisi¨®n especial para el caso, apoyo de la Fiscal¨ªa, en una de las primeras decisiones de su mandato. Justo o injusto, el procesamiento de Murillo ser¨ªa el ¨¦xito de la Fiscal¨ªa, tambi¨¦n del Gobierno.
Ocurre, sin embargo, que la Fiscal¨ªa ha entrado con mal pie en el caso Murillo. Consigui¨® que el juez otorgara la orden de detenci¨®n, pero recibi¨® varios llamados de atenci¨®n en la primera audiencia, el s¨¢bado, por no plantear adecuadamente sus argumentos. Para mayor dificultad, el fiscal del caso, Omar G¨®mez, que no particip¨® en la sesi¨®n del s¨¢bado, tampoco lo har¨¢ este mi¨¦rcoles, lo que tiene desconcertadas a las familias de los 43 estudiantes desaparecidos, que ven en el proceso a Murillo una oportunidad de empezar a hacer justicia.
Los traspi¨¦s de la Fiscal¨ªa enlazan adem¨¢s con los desencuentros entre la comisi¨®n presidencial, que present¨® el informe de sus pesquisas el jueves pasado, por un lado, y las familias y el grupo de expertos que comision¨® la CIDH a M¨¦xico para analizar el caso, por otro. El lunes, los expertos se?alaron que parte de las conclusiones del informe se basan en informaci¨®n que ellos desconoc¨ªan, cuyas fuentes originales no han podido analizar. En el grupo no entienden, adem¨¢s, el cambio de actitud de la comisi¨®n, con la que hab¨ªan compartido informaci¨®n desde su creaci¨®n.
Murillo Karam fue el procurador general en los primeros a?os de Pe?a Nieto. En 2014, asumi¨® y lider¨® las pesquisas por el ataque contra el grupo de estudiantes de la normal de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero. Producto del ataque, lanzado por criminales y polic¨ªas ante los ojos de militares, que nada hicieron para evitarlo, 43 normalistas desaparecieron. Seg¨²n la actual administraci¨®n de la Fiscal¨ªa, Murillo y su hombre en el terreno, Tom¨¢s Zer¨®n, director de la Agencia de Investigaci¨®n Criminal, construyeron una historia falsa de lo que hab¨ªa ocurrido a los estudiantes. Zer¨®n, acusado de lo mismo que su jefe, se encuentra pr¨®fugo.
El caso Ayotzinapa golpe¨® al Gobierno de Pe?a Nieto como pocas situaciones lo hicieron, antes o despu¨¦s. Si acaso el asunto de la Casa Blanca, el esc¨¢ndalo que destap¨® la cercan¨ªa de un grupo constructor con el presidente, agraciado con obras y contratos, hasta el punto de que la compa?¨ªa le cedi¨® una casa en la exclusiva barriada de Las Lomas, en la capital. Pero nada como Ayotzinapa, ejemplo casi desde el principio del desaseo de la investigaci¨®n criminal en el pa¨ªs.
Con el paso de los a?os, y visto el estado actual de las pesquisas, desaseo parece un t¨¦rmino menor, un eufemismo. La Fiscal¨ªa acusa a Murillo de orquestar un plan para construir un relato del ataque contra los estudiantes, narraci¨®n falsa cuyo ¨²nico objetivo era cerrar el caso y atajar as¨ª la ola de protestas que golpeaba al Gobierno, como nunca antes desde su estreno, en diciembre de 2012. Le acusa, tambi¨¦n, de ocultar l¨ªneas de investigaci¨®n que podr¨ªan haber resultado en conocer el paradero de los muchachos, vivos o muertos.
Luego est¨¢ el asunto de la tortura. En estos a?os, diferentes investigaciones, caso del informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el pa¨ªs, han se?alado que los investigadores, la mayor¨ªa bajo el mando de Murillo, torturaron a detenidos por el caso Ayotzinapa. A estas alturas, la Fiscal¨ªa cuenta tambi¨¦n con v¨ªdeos de los malos tratos infligidos a detenidos, que se cuentan por decenas. Murillo no aparece torturando en las im¨¢genes, tampoco hay se?alamientos directos de que ¨¦l ordenara la tortura. Pero su posici¨®n -responsable directo de las investigaciones- es suficiente, a juicio de la Fiscal¨ªa, para procesarle.
Otro de los temas que mantiene pendiente a la opini¨®n p¨²blica son las medidas cautelares que el juez impondr¨ªa a Murillo, en caso de que decidiera procesarle. Desde el s¨¢bado, Murillo est¨¢ en la c¨¢rcel de manera preventiva. El juez estim¨® que hab¨ªa riesgo de fuga si le dejaba salir. Este mi¨¦rcoles, en caso de que Murillo sea procesado, sus abogados podr¨ªan pedir al juez que reconsidere la prisi¨®n preventiva, dado el mal estado de salud del exfiscal. Podr¨ªa ocurrir que Murillo, procesado, aguarde el juicio en su casa. En un pa¨ªs como M¨¦xico, acostumbrado al ruido medi¨¢tico de los procesos, una decisi¨®n as¨ª ser¨ªa dif¨ªcil de manejar. Para la Fiscal¨ªa y para el Gobierno.
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