El vuelco en la investigaci¨®n del ¡®caso Ayotzinapa¡¯ asesta el primer gran golpe al Ej¨¦rcito del Gobierno de L¨®pez Obrador
Las revelaciones que responsabilizan a un coronel del asesinato de 6 de los 43 estudiantes suponen el primer gran se?alamiento a los militares de la actual Administraci¨®n
Las nuevas revelaciones del Gobierno de M¨¦xico sobre el caso Ayotzinapa han dado un vuelco, otro m¨¢s, al entendimiento que se ten¨ªa hasta ahora de lo ocurrido. Un coronel del Ej¨¦rcito orden¨® asesinar a 6 de los 43 estudiantes normalistas, cautivos hasta cuatro d¨ªas despu¨¦s del ataque, el 26 y 27 de septiembre de 2014, en Iguala, en el Estado de Guerrero, seg¨²n el Ejecutivo. La acusaci¨®n contra un mando militar, un general en la actualidad, supone un vuelco sin precedentes, tanto o m¨¢s importante que la detenci¨®n, la semana pasada, del primer investigador del caso, el exfiscal general Jes¨²s Murillo Karam.
Nunca hasta ahora, el Gobierno hab¨ªa acusado a un militar de participar en el ataque contra los estudiantes. Se hab¨ªa se?alado su papel omiso en la protecci¨®n de los muchachos, la intervenci¨®n de las comunicaciones de presuntos integrantes de la red criminal de Iguala por parte de la Secretar¨ªa de la Defensa. Incluso, la Fiscal¨ªa hab¨ªa conseguido la detenci¨®n de un capit¨¢n del batall¨®n de Iguala por colaborar con Guerreros Unidos, grupo delincuencial que oper¨® el ataque. Pero el nuevo se?alamiento, el hecho de que el m¨¢ximo responsable del cuartel de Iguala, a cargo de cientos de soldados, hubiera ordenado el asesinato de estudiantes cautivos, cambia radicalmente el relato.
El giro es a¨²n m¨¢s relevante porque Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha hecho de las fuerzas armadas uno de los grandes aliados de su proyecto pol¨ªtico, la Cuarta Transformaci¨®n. Hace tan solo unas semanas, el presidente emiti¨® un decreto para que la Guardia Nacional, el cuerpo heredero de la Polic¨ªa Federal, pase a depender del Ej¨¦rcito. Es la en¨¦sima concesi¨®n a los militares, que ya tienen asignada la gesti¨®n de los grandes proyectos de infraestructura como el Tren Maya. El mandatario no ha asestado personalmente el golpe ni ha sido el responsable de divulgar las conclusiones del informe de la comisi¨®n que investiga el caso, pero el escenario desde el que se han hecho estas revelaciones fue, el viernes, su conferencia de prensa matutina. Esto es, su propia tribuna y el espacio con mayor rango de oficialidad en la difusi¨®n de anuncios gubernamentales en M¨¦xico.
La informaci¨®n fue divulgada, de hecho, como un dato aparentemente menor. Lo hizo el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, que acud¨ªa a la ma?anera a hacer un balance de las indagaciones. Encargado de la comisi¨®n presidencial del caso, Encinas ya hab¨ªa presentado el informe el jueves anterior, pero la detenci¨®n de Murillo al d¨ªa siguiente y el anuncio de la Fiscal¨ªa de la obtenci¨®n de decenas de ¨®rdenes de detenci¨®n contra militares, polic¨ªas y autoridades de Guerrero, generaban cantidad de dudas.
Este ¨²ltimo paso tiene unas consecuencias a¨²n dif¨ªciles de calcular, tanto en la investigaci¨®n como en los equilibrios entre el Gobierno y el Ej¨¦rcito, que casi siempre hab¨ªa gozado de un trato preferencial. Uno de los casos m¨¢s sonados fue el de la exoneraci¨®n del exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos tras su detenci¨®n en California en 2020 por presuntos v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico, seg¨²n la DEA, y posterior extradici¨®n.
Este viernes, Encinas insisti¨® en que el ataque contra los normalistas fue un ¡°crimen de Estado¡±, cuya primera investigaci¨®n, a cargo de Murillo y sus subalternos, durante el Gobierno de Enrique Pe?a NIeto (2012-2018), se arm¨® a base de torturar detenidos. Esta versi¨®n planteaba que polic¨ªas de Iguala y otros pueblos cercanos atacaron en diferentes puntos del municipio a los estudiantes, que hab¨ªan viajado all¨ª para reventar un acto pol¨ªtico de la esposa del alcalde, Jos¨¦ Luis Abarca. Los polic¨ªas entregaron a los muchachos a Guerreros Unidos, que los mataron, quemaron sus cuerpos en un basurero y arrojaron sus restos a un r¨ªo.
Encinas dijo que esto no ocurri¨® as¨ª. Los estudiantes, explic¨®, viajaron a Iguala a tomar autobuses para trasladarse, d¨ªas m¨¢s tarde, a conmemorar la matanza del 2 de octubre de 1968, en Ciudad de M¨¦xico. El funcionario se?al¨® que grupos de polic¨ªas y criminales atacaron a los muchachos, pensando que integrantes de un grupo rival viajaban infiltrados con ellos. Encinas dijo que otra posibilidad, compatible con la anterior, es que uno de los autobuses que los estudiantes pretend¨ªan tomar iba cargado de droga o dinero, propiedad de Guerreros Unidos.
El alcance de la noci¨®n ¡°crimen de Estado¡± parece ampliarse por lo que dijo despu¨¦s, a tres minutos del final de su intervenci¨®n. Como si tal cosa, Encinas apunt¨®: ¡°Se presume que seis de los estudiantes estuvieron con vida hasta cuatro d¨ªas despu¨¦s de los hechos, y que fueron ultimados y desaparecidos por ¨®rdenes de el coronel, presuntamente, el coronel Jos¨¦ Rodr¨ªguez P¨¦rez¡±. En el informe aparece el alias Coronel, pero ni Encinas ni nadie lo hab¨ªa vinculado con el coronel Jos¨¦ Rodr¨ªguez. El documento plantea que ¡°el coronel hab¨ªa comentado que ellos ya se hab¨ªan encargado de seis estudiantes que hab¨ªan quedado vivos¡±.
Mientras Encinas hablaba, im¨¢genes de varios diagramas aparec¨ªan en la pantalla que hab¨ªa tras ¨¦l, esquemas que aparecen en el informe, pero sin testar, sin tachar. Los nombres que en el informe no se pueden leer, aparec¨ªan en la pantalla como si nada. Ah¨ª pod¨ªa leerse que el coronel Rodr¨ªguez daba ¡°¨®rdenes¡± y se ¡°coordinaba¡± con El Chino, jefe de comunicaciones del grupo criminal. El Chino a su vez se ¡°coordinaba¡± con otro militar, actualmente preso por colaborar con Guerreros Unidos, el capit¨¢n Jos¨¦ Mart¨ªnez Crespo, a cargo de un grupo de militares que patrullaron Iguala la noche del ataque. El Chino se coordinada tambi¨¦n con el alcalde Abarca, cuyo papel, por lo que ha dicho Encinas, fue m¨¢s importante de lo que se pensaba en el ataque.
Las revelaciones sobre el papel del Ej¨¦rcito exige revisar todo el relato, presente y pasado. La duda principal apunta a la responsabilidad del resto de militares en la cadena de mando, empezando por el general Alejandro Saavedra, responsable del Ej¨¦cito en la zona en la ¨¦poca. Otras dudas apuntan a las circunstancias en que habr¨ªan asesinado a los seis estudiantes cautivos. ?Qui¨¦nes son, por qu¨¦ los mantuvieron cautivos? ?D¨®nde y qui¨¦nes los mantuvieron encerrados? ?Por qu¨¦ se decidi¨® matarlos? Y desde luego, una pregunta que sobrevuela a las dem¨¢s, ?por qu¨¦ los militares se involucraron en el ataque?
La actuaci¨®n militar apunta al papel que pudieron jugar otras corporaciones durante y despu¨¦s del ataque, principalmente la Secretar¨ªa de Marina, se?alada de torturar detenidos por el caso, en el proceso de construir el relato del basurero y el r¨ªo en tiempos de Murillo Karam. En marzo, el grupo de expertos independientes de la CIDH (GIEI) que investiga el caso en apoyo a la Fiscal¨ªa y la comisi¨®n presidencial, inform¨® de que un grupo de marinos manipularon el basurero de Cocula, el escenario principal del relato que cont¨® entonces Murillo Karam. Los marinos movieron bultos blancos en el lugar e hicieron fuego. Esta diligencia nunca se integr¨® en el expediente.
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