¡°El C¨®dice Mendoza fue usado para legitimar la conquista espa?ola sobre los mexicas¡±
El historiador del arte Jorge G¨®mez Tejada analiza la nueva edici¨®n facsimilar del manuscrito del siglo XVI y afirma que fue creado para ser mandado a Espa?a en medio de un debate sobre la legitimidad de la conquista
El C¨®dice Mendoza encarna una tragedia abrumadora: la ca¨ªda de una civilizaci¨®n. El manuscrito, creado en alg¨²n momento entre 1542 y 1552, es uno de los proyectos colaborativos entre artistas mexicas e int¨¦rpretes hispanos m¨¢s c¨¦lebres de la historia. La narrativa de los 71 folios del Mendoza es una mezcla de la pintura y escritura nahua con pasajes en lengua espa?ola; y abarca la historia del mundo mexica desde la fundaci¨®n de Tenochtitlan, en 1325, hasta la muerte de Moctezuma II, dos siglos despu¨¦s. La idea del virrey Antonio de Mendoza, que mand¨® hacer el manuscrito, era tener a mano un panorama econ¨®mico, pol¨ªtico y social de la tierra reci¨¦n conquistada. Y de paso usarlo tambi¨¦n como propaganda, seg¨²n una nueva investigaci¨®n. ¡°Este c¨®dice fue utilizado para legitimar la conquista espa?ola sobre los mexicas¡±, afirma Jorge G¨®mez Tejada, profesor de historia del arte de la Universidad San Francisco de Quito y editor de una nueva una nueva edici¨®n facsimilar del C¨®dice Mendoza, en coedici¨®n de la Universidad San Francisco de Quito y la Biblioteca Bodleiana de Oxford.
Este volumen es el primer proyecto editorial sobre el C¨®dice Mendoza desde la perspectiva art¨ªstica y el primero en publicarse simult¨¢neamente en espa?ol e ingl¨¦s. Adem¨¢s del facs¨ªmil, cuenta con un libro de ensayos dividido en 14 cap¨ªtulos, escrito por 13 investigadores, donde se divaga sobre su historia, interpretaci¨®n y recepci¨®n. Los hallazgos de esta investigaci¨®n fueron presentados en el Colegio Nacional, donde el director del Proyecto Templo Mayor, el arque¨®logo Leonardo L¨®pez Luj¨¢n, recibi¨® a G¨®mez Tejada para hablar sobre el documento, esencial para conocer la historia prehisp¨¢nica de M¨¦xico.
¡°El C¨®dice mendocino es uno de los ejemplos m¨¢s hermosos del tlacuilolli: el arte de pintar y escribir del mundo nahua¡±, afirma Jorge G¨®mez Tejada. Sobre la nueva tesis de su investigaci¨®n, el acad¨¦mico subraya una paradoja. ¡°Este documento fue creado para ser mandado a Europa en medio de un debate en Espa?a sobre la legitimidad de la conquista, tema que plantea, por ejemplo, fray Bartolom¨¦ de las Casas . Lo que culmina en la pregunta: ?tiene derecho una naci¨®n de dominar a otra naci¨®n solamente porque la considera inferior? La narrativa original del c¨®dice es demostrar que los mexicas eran una naci¨®n soberana con leyes, sistema pol¨ªtico y que pose¨ªan humanidad, tema que los conquistadores no recibieron con agrado, al justificar la toma de Tenochtitlan con el argumento que los pobladores eran ingobernables¡±, explica el historiador.
La yuxtaposici¨®n entre iconograf¨ªa y glosa en espa?ol no es la ¨²nica oposici¨®n entre dos sistemas de pensamiento: el c¨®dice fue pintado por escribas mexicanos sobre papel espa?ol, en vez de papel amate o alguna piel de venado. Adem¨¢s, fue encuadernado como los libros espa?oles. El C¨®dice Mendoza est¨¢ alojado en Reino Unido, en la Biblioteca Bodleiana de Oxford. Ha permanecido resguardado 363 a?os. Antes de ser obsequiado a la biblioteca por los albaceas de John Selden, alrededor de 1659, el contenido intelectual del manuscrito estaba disponible para ser estudiado a trav¨¦s de una serie de xilograf¨ªas, impresas en el tercer volumen de Purchas his Pilgrimes (1625).
?Tiene derecho una naci¨®n de dominar a otra naci¨®n solamente porque la considera inferior? La narrativa del c¨®dice es demostrar que los mexicas eran una naci¨®n soberana con leyes, sistema pol¨ªtico y que pose¨ªan humanidad
El C¨®dice mendocino fue, en 1831, el primer manuscrito reproducido totalmente en color, en el primer volumen de Antiquities of Mexico, un facs¨ªmil litogr¨¢fico producido por Lord Kingsborough. Esta publicaci¨®n, al igual que la de sucesivos facs¨ªmiles fotogr¨¢ficos del siglo XX, result¨® ser muy costosa como para gozar de una circulaci¨®n m¨¢s amplia. Por otro lado, en el transcurso de los ¨²ltimos a?os, la tecnolog¨ªa digital ha permitido reproducir sus p¨¢ginas en l¨ªnea, adem¨¢s de posibilitar estudios m¨¢s precisos de los colores empleados a trav¨¦s de an¨¢lisis instrumental no destructivo y fotograf¨ªa multiespectral. El nuevo facs¨ªmil cuenta con una mejor calidad en las fotograf¨ªas y una mayor semejanza al color del primer c¨®dice, adem¨¢s de aproximarse al tama?o real de las p¨¢ginas, las cuales miden 31 por 21 cent¨ªmetros.
¡°Hay una parte del C¨®dice que muestra la forma de educaci¨®n de los ni?os mexicas, muestra que esta sociedad tienen capacidad de crear pol¨ªtica. El debate en ese momento era si la gente de Tenochtitlan ten¨ªa la cualidad de tener humanidad, de poder amar, de vivir en una sociedad; este libro nos muestra la defensa de la soberan¨ªa mexica, es evidente que demostr¨® que los mexicas eran una sociedad civilizada¡±, explica Jorge G¨®mez Tejada. La edici¨®n y estudio m¨¢s completo sobre ¨¦l fue publicado por la Universidad de California, en 1992. Las autoras, Frances Berdan y Patricia Rieff Anawalt, lograron una ampl¨ªsima edici¨®n facsimilar con traducciones y estudios. En 1997, publicaron una edici¨®n sint¨¦tica titulada Essential Codex Mendoza. Desde 1997, hasta ahora, no se hab¨ªa vuelto a la versi¨®n original en Oxford para hacer un facsimilar f¨ªsico con la nueva tecnolog¨ªa de las c¨¢maras, imprentas y medios digitales actuales. ¡°El enfoque que le damos al manuscrito es el que le dar¨ªamos a una obra de arte en el entendimiento de su materialidad, sus din¨¢micas internas; el an¨¢lisis de sus prioridades narrativas y la manera en la que las im¨¢genes funcionan como herramienta ret¨®rica para transmitir una idea y persuadir por medio de im¨¢genes¡±, explica el historiador de arte a este diario.
Este volumen es el primer proyecto editorial sobre el c¨®dice Mendoza desde la perspectiva art¨ªstica y el primero en publicarse simult¨¢neamente en espa?ol e ingl¨¦s
La narrativa, pese a todo, contiene los prejuicios y malentendidos de la visi¨®n colonial. ¡°Se hace alusi¨®n a los tributos de objetos de oro y en nuestras ofrendas hallamos muy poco oro. Hasta la fecha, en 44 a?os de excavaciones, hemos encontrado menos de un kilogramo de objetos de oro en M¨¦xico¡±, afirma L¨®pez Luj¨¢n, desde el Colegio Nacional. En M¨¦xico, no hay oro como en Colombia, Ecuador, Bolivia o Costa Rica. ¡°En esos pa¨ªses hay grandes museos del oro, asociados al Banco Central, Aqu¨ª no. Lo que s¨ª hallamos en nuestras excavaciones, y que aparecen en el c¨®dice, son las ¨¢guilas vivas. Se tributaban ¨¢guilas vivas que, seg¨²n nos dicen las fuentes, iban a parar al vivario de Moctezuma, que estaba donde hoy d¨ªa se encuentra el Palacio Nacional. Se les met¨ªa en jaulas y serv¨ªan para la diversi¨®n del rey y de su corte, pero tambi¨¦n para obtener materias primas¡±, dice el arque¨®logo mexicano. La gran mayor¨ªa de los animales se utilizaba para rituales y en sacrificios en el Templo Mayor.
La historia del C¨®dice Mendoza, como se le conoce desde finales del siglo XVIII, es copiosa y controversial. Durante el siglo XVI, este c¨®dice se cita entre los documentos de Andr¨¦ Thevet, ge¨®grafo de la corte francesa, as¨ª como en los escritos de Richard Hakluyt y Samuel Purchas, ge¨®grafos ingleses y autores de obras que son fuentes esenciales de exploraci¨®n, y que fueron reproducidos durante el siglo XVII y XVIII en textos de historia de Am¨¦rica y tratados sobre escritura antigua. En el siglo XIX, este c¨®dice sirvi¨® como fuente para forjar la historia y geograf¨ªa mexicanas y como base de Las Antig¨¹edades de M¨¦xico, extravagante obra de Lord Kingsborough en la que recupera la hip¨®tesis de una conexi¨®n entre los pueblos de la Am¨¦rica antigua y las tribus perdidas de Israel. Durante el siglo XX, el C¨®dice Mendoza sobresali¨® como recurso fundamental para el estudio de la sociedad mexica m¨¢s all¨¢ de sus grandes se?ores. Finalmente, la posibilidad de enfocarse en el manuscrito como una obra de arte cuya materialidad, iconograf¨ªa y narrativas, expl¨ªcitas e impl¨ªcitas, nos ha permitido apreciar al objeto y crear nuevos contextos y nuevas l¨ªneas de estudio.
Desde el momento de su creaci¨®n, el C¨®dice mendocino ha sido un documento de gran importancia internacional, as¨ª lo demuestran sus primeras traves¨ªas. El papel europeo con el cual fue creado debi¨® haber cruzado el Atl¨¢ntico de ida y de vuelta en r¨¢pida sucesi¨®n durante los primeros a?os de la d¨¦cada de 1540. En el ¨²ltimo folio, el texto del comentador espa?ol dice que, una vez terminado, el manuscrito permaneci¨® en M¨¦xico durante menos de diez d¨ªas antes de que la flota que lo transportar¨ªa a Europa zarpara. Despu¨¦s de un periodo en la Francia renacentista, lleg¨® a Oxford. A lo largo de casi quinientos a?os de historia, este C¨®dice ha mostrado muchos rostros, todos complementarios y desde distintas expresiones de un mismo objeto apreciadas bajo distinta luz. El c¨®dice, que cristaliza y celebra la cultura en derrumbe a trav¨¦s del registro y la interpretaci¨®n no solo de su historia, geograf¨ªa y vida cotidiana, sino tambi¨¦n de su arte, lenguaje y escritura pict¨®rica. Jorge G¨®mez Tejada, profesor de historia del arte de la Universidad San Francisco de Quito, afirma: ¡°El Mendoza es un texto cuyas propiedades se encuentran en constante cambio; pensarlo desde una perspectiva art¨ªstica y narrativa nos ayuda a entenderlo mejor¡±.
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