?Por qu¨¦ no es suficiente que Ralph Lauren haya retirado los sacos que copiaban el tradicional sarape mexicano?
Las leyes siguen siendo insuficientes para proteger los patrimonios culturales mexicanos, mientras que las comunidades exigen a las marcas compensaci¨®n y cr¨¦dito por su trabajo de a?os
La marca Ralph Lauren anunci¨® que hab¨ªa retirado ¡°inmediatamente¡± de sus tiendas la referencia de un saco hecho con el tejido tradicional mexicano conocido como sarape, original de los pueblos de Contla, Tlaxcala y de Saltillo, Coahuila, despu¨¦s de la denuncia de plagio ¡°ilegal e inmoral¡± al que los expuso en sus redes sociales la primera dama mexicana, Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller. Pero, a pesar de la pronta respuesta de la compa?¨ªa estadounidense, ?es suficiente con que la marca retire la referencia del mercado? Si del sarape ya se han apropiado marcas como Carolina Herrera y Comme des Gar?ons ?basta con un nuevo escarnio medi¨¢tico que se acalla con la retirada de la mercanc¨ªa del mercado?
Para algunos expertos y organizaciones que trabajan con los pueblos originarios, este parece m¨¢s que un acto de contrici¨®n, una muestra de poder¨ªo. ¡°Retirar el producto del mercado es una forma de mostrar el poder que tienen. Es como decir: puedo retirar estas referencias de mis tiendas y me da igual, y no hay una repercusi¨®n para mi empresa¡±, asegura Andrea Bonifaz, quien trabaja con la organizaci¨®n Impacto que, por m¨¢s de 9 a?os, se ha enfocado en defender a las comunidades ancestrales y artesanales y denunciar casos de apropiaci¨®n cultural. ¡°Una violaci¨®n de los derechos humanos como esta se tiene que resarcir de otras maneras. Nosotros hablamos de las tres ¡®c¡¯: con una colaboraci¨®n comercial, por ejemplo, que es algo a lo que las comunidades est¨¢n muy abiertas, con una compensaci¨®n econ¨®mica y, por supuesto, con el cr¨¦dito debido a las comunidades de cuyo acervo se ha robado esta referencia¡±.
Carolina Agudelo, m¨¢ster en dise?o textil y consultora en creaci¨®n y materiales para dise?adores y empresas en Latinoam¨¦rica, coincide con Bonifaz. ¡°No supone ning¨²n tipo de castigo retirar una prenda como estas del mercado. Las marcas retiran del mercado esos dise?os que han producido y ?qu¨¦ pasa? ?Los queman! O, peor a¨²n, terminan tir¨¢ndolos en un desierto en Sudam¨¦rica generando un doble agravio. Esta actitud solo devela que estamos hablando de una industria inmediata que produce ropa que le da igual si se vende o no¡±.
Los textiles son los libros de los pueblos tradicionales -Agudelo habla del ¡°textil texto¡±-, son los lugares en donde se narran sus tradiciones y sus cotidianidades y se perpet¨²an las formas con las que sus ancestros se comunicaron a trav¨¦s de nudos, trenzados e hilos. ¡°Ah¨ª hay una forma de comunicaci¨®n con la vida, con el tiempo, con el pasado, que los departamentos de dise?o de estas grandes marcas est¨¢n pasando por alto. En un mundo en donde las im¨¢genes est¨¢n en Internet y parecen ser de todos, sin importar sus ra¨ªces, estas marcas deber¨ªan tener historiadores, antrop¨®logos, soci¨®logos que les ayudaran a los dise?adores a no traspasar esas fronteras. Porque hoy eso es importante, porque si esto se hizo por siglos exotizando a los pueblos, hoy las comunidades ind¨ªgenas tienen voz y el consumidor m¨¢s joven no perdona esas faltas de cuidado. Es hora de pasar de la indignaci¨®n a la acci¨®n y hacer presi¨®n para que haya alg¨²n otro tipo de compensaciones y cambios al interior de las marcas de moda¡±.
Desde la voz de los artesanos, m¨¢s que el agravio econ¨®mico que traen estas pr¨¢cticas que, por ejemplo, ponen a la venta en una boutique piezas por 4.000 pesos cuando en los mercados tradicionales se consiguen por 200 pesos, hay algo m¨¢s sentido, m¨¢s grave, que no titubean en reconocer como ¡°despojo¡±. ¡°No es un tema solo de infringir acuerdos, es un tema de respeto, de empat¨ªa. Pero por lo menos ya podemos expresarnos, alzar la voz para decirles ?est¨¢s tomando lo que no es tuyo! Estamos en una etapa de transici¨®n, de reconocimiento internacional, de lo que tiene un valor hist¨®rico y cultural para los pueblos¡±, asegura por su parte Ignacio Nezahualc¨®yotl, artesano textil de Contla, Tlaxcala, lugar en donde se produce el tradicional sarape.
Sin embargo, esta transici¨®n de la que habla Ignacio, no puede ampararse a¨²n del todo en las leyes nacionales y en los acuerdos internacionales que siguen pareciendo insuficientes al momento de buscar esa reparaci¨®n y compensaci¨®n cuando se incurre en apropiaci¨®n cultural por parte de grandes marcas como Ralph Lauren.
¡°Estas expresiones ancestrales como el sarape son colectivas y ah¨ª radica su problema al momento de protegerla, porque cuando se insertan en la ley de derecho patrimonial, esta est¨¢ pensada para proteger a los individuos, no a los colectivos. La ley de protecci¨®n de patrimonio de las comunidades ind¨ªgenas y afrodescendientes en M¨¦xico asegura que quien puede decidir el uso y reproducci¨®n de alguna expresi¨®n es la comunidad, pero nunca define qu¨¦ o qui¨¦nes son la comunidad, entonces no hay un sujeto de derecho. Hay etnias que est¨¢n en cinco estados diferentes, y que tienen estructuras de organizaci¨®n muy diferentes, entonces es tan compleja la estructura que no la puedes englobar en una definici¨®n de la comunidad¡±, explica Andrea Bonifaz.
¡°Efectivamente, la norma mexicana no permite que una comunidad ind¨ªgena sea titular de una marca colectiva, sino que tiene que organizarse como una asociaci¨®n. En Colombia, por poner un ejemplo, un resguardo ind¨ªgena s¨ª lo puede hacer y eso hace m¨¢s f¨¢cil la gesti¨®n y la legislaci¨®n¡±, explica por su parte Alexander Parra, abogado que coordina el programa de propiedad intelectual de Artesan¨ªas de Colombia y quien viaja por el mundo como abanderado de la posibilidad de blindar estas expresiones artesanales y ancestrales con la denominaci¨®n de origen.
¡°Las marcas van a desestimar incurrir en estas faltas mientras m¨¢s blindados estemos como pa¨ªses. Sin embargo, para conseguir la denominaci¨®n de origen artesanal, como lo han hecho en Europa con el vino o con los quesos, hay que cumplir con cuatro requisitos: primero, debe haber una zona geogr¨¢fica espec¨ªfica en la que se produzca esa artesan¨ªa. Segundo, debe haber una organizaci¨®n administrativa y econ¨®mica sostenible y suficiente para aunar a la mayor cantidad de los artesanos en ese colectivo. Luego, tiene que haber un factor natural y humano ¨²nicos que permitan demostrar que solo en ese lugar, por los recursos y el talento de su gente, se puede producir ese objeto¡±, asegura Parra. Pero estos requisitos, sobre todo el de organizar a las comunidades, no son tan f¨¢ciles de cumplir. Actualmente, Colombia cuenta con 12 denominaciones de origen artesanal, Per¨² con una, Chile con cuatro y M¨¦xico con tres: ¨¢mbar, de Chiapas; la talavera, de Puebla, y las cajitas pintadas a mano, de Olinal¨¢.
Ante estas complejidades y falencias de la ley, las comunidades han empezado a trabajar bajo una convicci¨®n diferente: mediar, en lugar de legislar, y un proceso que se lleva actualmente en curso con la marca japonesa Comme des Gar?ons parece ser la mejor prueba de su efectividad.
A unos d¨ªas del lanzamiento de la colecci¨®n primavera-veranos 2022-2023, la marca japonesa creada por la dise?adora Rei Kawakubo, se acerc¨® a negociar con los artesanos creadores del sarape en M¨¦xico. Despu¨¦s de ver un video del cantante Jamiroquai, de hace algunas d¨¦cadas atr¨¢s, en las que usaba un poncho colorido y vistoso, la marca descubri¨® que era mexicano, pero pas¨® por alto que era un producto hecho artesanalmente y altamente identitario en M¨¦xico. ¡°El sarape se construye a base de l¨ªneas de arco¨ªris, de colores que combinan los rojos, azules, verdes, caf¨¦s, morados, un despliegue muy alegre de color. Se hace en lana te?ida con tintes naturales y su degradado, gracias a que se hace con peque?os saltos (saltillos) de colores, es lo que le da el nombre de sarape de saltillo¡±, explica Ignacio Nezahualc¨®yotl.
La marca, sin embargo, mand¨® a hacer sus textiles inspirados en esta referencias, con los mismos visos y colores, en una f¨¢brica industrial mexicana. ¡°En alg¨²n punto se dieron cuenta de que estaban usando un textil que es tradicional en M¨¦xico, que existe desde la Colonia y entonces para poder salir con la colecci¨®n sin problemas quisieron hacer una compensaci¨®n irrisoria. Luego, con las mediaciones del gobierno, se logr¨® que la compensaci¨®n por el uso de nuestros tejidos fuera m¨¢s digna y adem¨¢s se consigui¨® que en las marquillas de las prendas se reconociera el origen del sarape¡±, cuenta Nezahualc¨®yotl quien estuvo liderando las negociaciones con la marca. ¡°Esto es un hecho sin precedentes, nunca en todo el historial de denuncias sobre apropiaci¨®n cultural que ha hecho M¨¦xico y otros pa¨ªses durante a?os, se hab¨ªa logrado una compensaci¨®n¡±. El dinero lo recibir¨¢ el secretario de cultura de la regi¨®n y se determinar¨¢n unos montos para repartirlos entre los artesanos.
Por eso, a pesar de las disculpas p¨²blicas, y del gui?o de buena fe que le devolvi¨® a Ralph Lauren, la primera dama ante la r¨¢pida respuesta de la marca, los pueblos originarios de M¨¦xico parecen estar preparados no solo a recibir disculpas, sino a que antes de que se incurra en una falta, las marcas reconozcan que hay tradicionales, acervos, pasados culturales que son intocables.
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