En defensa de un museo lleno de br¨ªo y su admirable director
Bajo la direcci¨®n de Manuel Borja-Villel, el Reina Sof¨ªa se convirti¨® en un lugar para ser visitado, para sentirse vivo y actuante en el hoy
Veo con espanto las cr¨ªticas y el intento de perjudicar la imagen del Museo Reina Sof¨ªa de Madrid durante la gesti¨®n de Manuel Borja. Me asombra y me decepciona la mala leche contra un director que ha luchado por integrar el arte y el pensamiento latinoamericanos a la escena espa?ola y con esto, sin duda, ampliar esta ¨²ltima para transformarla en el inmenso universo de lo hispanoamericano en la historia contempor¨¢nea. Todos hemos ganado con este esfuerzo, tanto Espa?a como las sociedades del otro lado del mar, habitadas por tantos espa?oles despu¨¦s de la fuga del autoritarismo en lo que llamamos ¡°el exilio espa?ol¡± y por tantos migrantes que buscaron durante d¨¦cadas una vida mejor en aquellas costas.
Manuel Borja vio, percibi¨® esa unidad art¨ªstica, filos¨®fica y pol¨ªtica y transform¨® el Reina en el espacio en que esa unidad pudo hacerse presente para ser inscripta, representada y adquirir una visibilidad en su contemporaneidad, con gran vitalidad en tiempo presente. El Reina Sof¨ªa se convirti¨® en un lugar para ser visitado, para sentirse vivo y actuante en el hoy. Un lugar de participaci¨®n e identificaci¨®n colectiva de generaciones diversas del vasto continente de la lengua espa?ola.
Esa l¨ªnea de trabajo es de una importancia enorme, como constat¨¦ cuando fui convidada en 2019 al Museo Pompidou de Par¨ªs para exponer, frente a los directores de los m¨¢s prestigiosos museos de Europa, sobre el asombroso tema de c¨®mo afecta y perjudica el eurocentrismo a los museos europeos. Fui invitada ciertamente por mi colaboraci¨®n con el Reina Sof¨ªa, ya que este museo espa?ol era y es visto como un faro, una luz en el camino, una estrella gu¨ªa para salir de la mismidad y el tedio museogr¨¢fico que asola las salas de exhibici¨®n de los museos de Europa, en los que se encuentra poco nuevo a decir, casi nada nuevo a ense?ar. Manuel Borja consigui¨® imaginar otra cosa para el precioso Reina y se percibe y entiende que Espa?a tuvo la grandeza de permit¨ªrselo. Que no se pierda esa grandeza por intereses min¨²sculos de tipo partidario. Ser¨ªa una pena que se apagara este raro inspirador faro espa?ol.
Germ¨¢n Labrador, profesor del departamento de Espa?ol y Portugu¨¦s de la Universidad de Princeton y director de Actividades P¨²blicas del Museo Reina Sof¨ªa sintetiza as¨ª algunos de los m¨¦ritos m¨¢s notables de la gesti¨®n Borja: ¡°Bajo su direcci¨®n se han realizado m¨¢s de 250 exposiciones y dos presentaciones de la colecci¨®n permanente, caracterizadas entre otras muchas cosas por una mirada curiosa y compleja al arte y las demandas de las sociedades latinonamericanas. Borja y su equipo han entendido y operacionalizado el museo como una c¨¢mara de ecos, m¨¢quina de relatos que interpela las violencias y da voz a las demandas de la gente. Ha impulsado una entera l¨ªnea de trabajo sobre los exilios espa?oles de 1939. Y es muy de notar la articulaci¨®n de redes internacionales, notablemente el tejido de ¡°Conceptualismos del Sur¡±, con el que recientemente se ha propuesto la muestra Giro gr¨¢fico, dedicada al activismo ciudadano y art¨ªstico contra el avance de la ultraderecha global en Am¨¦rica Latina. Esa dimensi¨®n sensible, cr¨ªtica, decolonial, ha marcado la actividad del museo en estos a?os, como prueba la memorable exposici¨®n Principio Potos¨ª ¡ªuna profunda revisi¨®n de la memoria colonial espa?ola¡ª o la propia creaci¨®n de la c¨¢tedra An¨ªbal Quijano. La permanente experimentaci¨®n con otras formas de institucionalidad, otras pr¨¢cticas art¨ªsticas y curatoriales, as¨ª como el car¨¢cter poroso, participativo, cr¨ªtico y situado de la instituci¨®n, ha configurado propuestas tan desbordantes como el ¡°Museo Situado¡±, la red vecinal del museo, un verdadero altavoz de conflictos y un tejido de ayuda y escucha comunal. La creaci¨®n de un Centro de Estudios, que alberga programas de formaci¨®n y l¨ªneas de investigaci¨®n propias, la ampliaci¨®n de la colecci¨®n con la adquisici¨®n del Archivo Lafuente, la reciente presentaci¨®n de la ¡°Digital del Reina¡±, el trabajo realizado de estudio, activaci¨®n y circulaci¨®n del Guernica y sus im¨¢genes, son solo algunas de las m¨²ltiples iniciativas que el equipo humano del museo, bajo esta direcci¨®n, ha llevado a cabo de forma incansable.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.