Aumenta la confusi¨®n por el estatus de los militares de la masacre de Nuevo Laredo
Sin informaci¨®n oficial, medios reportan que la Fiscal¨ªa militar ha procesado a los cuatro cabos se?alados de disparar por un delito de desobediencia. La FGR guarda silencio
La Fiscal¨ªa militar ha acusado de desobediencia a los cuatro militares se?alados por la muerte de cinco j¨®venes el domingo pasado en Nuevo Laredo, en el Estado de Tamaulipas. Eso es al menos lo que aseguran decenas de medios en el pa¨ªs desde hace d¨ªa y medio, ¨²nica fuente disponible ahora mismo para saber c¨®mo avanza el caso. La Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena) guarda silencio, igual que la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR).
En M¨¦xico, cuando marinos y militares aparecen implicados en delitos graves, como desaparici¨®n forzada, tortura o asesinato, las autoridades civiles intervienen. Ocurre muchas veces que los procesos se desdoblan. La Fiscal¨ªa militar procede contra los acusados por los delitos del fuero castrense y la civil, por los del fuero com¨²n. En el caso de los militares de Nuevo Laredo, la primera parece que va a acusar a los elementos de desobediencia. La FGR, que a¨²n no ha informado de sus investigaciones, podr¨ªa acusar a los militares de homicidio, doloso o culposo.
La confusi¨®n sobre el estatus de los militares aumenta y se alimenta del silencio y la opacidad de ambas dependencias. No se sabe si los militares est¨¢n libres, o han ingresado a la prisi¨®n militar de la capital. Desde la masacre, solo Sedena ha salido a los medios, con un comunicado divulgado el martes, en que reconoc¨ªa los disparos de sus elementos contra una camioneta de civiles, sin que mediara una provocaci¨®n. Preguntada al respecto varias veces esta semana, la FGR solo ha dicho que investiga los hechos.
En el informe sobre lo sucedido que el Ej¨¦rcito present¨® ante la FGR, al que EL PA?S tuvo acceso, el mando a cargo de los militares se?ala ¨²nicamente a cuatro de disparar, de un total de 20. Se trata de los cabos de caballer¨ªa Agust¨ªn N, Jorge N, Bernardo N y Juan Carlos N. Seg¨²n el mando, el capit¨¢n de caballer¨ªa Elio N, los 20 militares iban repartidos en cuatro camionetas, tres ¡°tipo Cheyenne¡± y una ¡°tipo sandcat¡±. De los cuatro que dispararon, tres iban en el mismo veh¨ªculo, junto al capit¨¢n.
Lo anterior es importante por el relato del mando. Elio N asegura que en la madrugada del domingo, a eso de las 5.00, el convoy circulaba por la ciudad cuando escucharon disparos. Los militares fueron al lugar de donde supuestamente proven¨ªan. En el camino se cruzaron con la camioneta en la que iban los muchachos, siete en total, que ven¨ªan de haber pasado la noche en una discoteca. Los empezaron a seguir, la camioneta de los muchachos choc¨® y, sorprendidos por el estruendo, algunos de sus hombres dispararon.
El capit¨¢n dice que ¡°escuch¨® que varios elementos accionaron sus armas, sin que yo diera tal orden¡±. Luego dice que ¡°de manera inmediata via radio de frecuencia¡±, orden¨® el alto el fuego. Dice que despu¨¦s baj¨® de la Cheyenne preguntando qui¨¦n hab¨ªa disparado. Los cuatro se?alados levantaron la mano. Llama la atenci¨®n el relato porque tres de los cuatro que dispararon iban en su veh¨ªculo: el tirador, apostado en la torreta, sobre el techo del veh¨ªculo, adem¨¢s de otros dos, en la cabina. ?El capit¨¢n no vio c¨®mo disparaban sus propios compa?eros de veh¨ªculo?
El cuarto cabo que dispar¨® es supuestamente el tirador de la torreta de otra de las Cheyenne. Las acusaciones vertidas estos d¨ªas por el Comit¨¦ de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, organizaci¨®n que ha estado pendiente del caso desde el principio, y por uno de los muchachos, el ¨²nico que sali¨® ileso de la agresi¨®n, apuntan sin embargo la posible participaci¨®n de m¨¢s militares, que adem¨¢s habr¨ªan cometido otros delitos.
El superviviente, Alejandro P¨¦rez, de 21 a?os, ha explicado estos d¨ªas que tras la primera r¨¢faga de disparos, cuando ¨¦l ya hab¨ªa salido de la camioneta y se hab¨ªa puesto de rodillas en el piso, vio c¨®mo un militar disparaba en dos ocasiones a uno de sus compa?eros, el que qued¨® malherido y trata de recuperarse en el hospital. P¨¦rez dice tambi¨¦n que los militares le pusieron pecho tierra y as¨ª le tuvieron durante horas, pero que en ese tiempo, escuch¨® que los militares disparaban dos veces m¨¢s.
De momento no se sabe qui¨¦n realiz¨® todos estos ¨²ltimos disparos. El capit¨¢n Elio N no menciona nada de esto en su informe. ?l solo dice explica que, ayudado de uno de los cabos que hab¨ªa disparado, Agust¨ªn N, revis¨® la camioneta, donde vio a tres de los muchachos muertos. Dice que en el veh¨ªculo hab¨ªa otro herido y un tercero sin heridas. Ese ser¨ªa P¨¦rez. El mando se?ala que en la banqueta quedaron adem¨¢s dos muertos m¨¢s.
Seg¨²n el propio mando, la FGR tard¨® m¨¢s de dos horas en llegar al lugar de los hechos, lo que alimentado las sospechas sobre lo que hicieron o dejaron de hacer los militares en ese tiempo. El capit¨¢n dice que ellos resguardaron el lugar, pero otros casos sucedidos estos a?os en el contexto de la guerra contra el crimen, liderada por las Fuerzas Armadas, muestran que militares han alterado la escena del crimen.
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