Un nuevo ataque a balazos en Nuevo Laredo apunta a la Guardia Nacional: ¡°Dijeron que nos iban a matar. Luego checaron la troca y dicen ¡®g¨¹ey, la cagamos¡±
Un hombre de 54 a?os, una adolescente de 15 embarazada de ocho meses, y el ni?o que esperaba, mueren en un ataque perpetrado supuestamente por agentes de la corporaci¨®n. Los sobrevivientes dan su versi¨®n
Un nuevo ataque a balazos, esta vez perpetrado supuestamente por agentes de la Guardia Nacional, ha vuelto a hacer sonar las alarmas en Nuevo Laredo. Cuando a¨²n no se cumplen dos meses de la muerte de cinco muchachos desarmados a manos de militares en la ciudad fronteriza, una nueva agresi¨®n el domingo pasado, que dej¨® dos muertos, adem¨¢s de un beb¨¦ no nato de ocho meses, y tres heridos, pone de nuevo a las corporaciones de seguridad en el punto de mira. De momento, ni la Guardia Nacional, ni la Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena), ni la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana han informado de lo ocurrido. Tampoco la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR).
Como en el caso de los militares en febrero, el Comit¨¦ de Derechos Humanos de Nuevo Laredo ha denunciado lo ocurrido, exigiendo una respuesta del Gobierno. El presidente de la organizaci¨®n, Raymundo Ramos, objetivo del espionaje de las Fuerzas Armadas durante la actual administraci¨®n, ha presentado una queja ante la Comisi¨®n Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exigiendo que investigue el asunto. Ramos y su equipo han entrevistado estos d¨ªas a los supervivientes en el hospital. Los tres dibujan una agresi¨®n sin motivo. Una camioneta de la Guardia empez¨® a seguir su veh¨ªculo. Acto seguido empezaron a disparar, agresi¨®n que continu¨® tras la persecuci¨®n y la primera r¨¢faga. Mientras los civiles hu¨ªan, al menos tres agentes siguieron tirando.
Una de las supervivientes, Ver¨®nica Trevi?o, de 25 a?os, herida de las dos piernas y el pie izquierdo, dibuja una posible confusi¨®n de los agentes. En entrevista con el Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ciudad, a la que ha tenido acceso EL PA?S, explica: ¡°Nos bajamos[del veh¨ªculo], corriendo a diferentes lugares. Se escuchaba as¨ª el zumbido de las balas. Me estaban tirando a las piernas. Cuando me las mir¨¦ ya las ten¨ªa balaceadas. Mi pie tambi¨¦n. Nos dec¨ªan, ¡®?no se mueven pinches culeros, a la verga, porque los vamos a rematar, los vamos a matar aqu¨ª!¡¯. Yo me fui a rastras, como pude. Quer¨ªa cruzar la cerca, porque dijeron que nos iban a matar. Pero luego checaron la troca y dicen ¡®guey, la cagamos, la cagamos, no ten¨ªan nada¡¯. Y se fueron¡±.
A diferencia del caso de febrero, cuando familiares y vecinos de los cinco muchachos asesinados increparon a militares en el lugar de los hechos, horas despu¨¦s de lo ocurrido, en este caso no ocurri¨® tal cosa. Entonces, Sedena divulg¨® incluso un comunicado, dando fe del ataque. Ahora, silencio. ¡°Tenemos pruebas que evidencian la presencia de la Guardia Nacional en el lugar de los hechos¡±, indica Ramos. ¡°Hay evidencias muy importantes que todav¨ªa no podemos dar a conocer, incluyendo testimonios de personas que no son v¨ªctimas directas del caso¡±, a?ade.
El domingo en la ma?ana, agentes de la Guardia Nacional, en boca de todos estos d¨ªas en M¨¦xico por la discusi¨®n sobre su adscripci¨®n, si civil o militar, empezaron a seguir un veh¨ªculo color guinda en las afueras de la ciudad. Los agentes iban a bordo de una camioneta pick-up, equipada con una torreta artillada. A bordo del veh¨ªculo color guinda iban cinco personas. El conductor era Luis Ad¨¢n Rodr¨ªguez, de 25 a?os. Su pareja, Miriam Trevi?o, de 15, embarazada de ocho meses, iba detr¨¢s. De copiloto iba Edwin Tizano, un primo de M¨ªriam, de 14 a?os. Detr¨¢s, con la joven embarazada, iban dos amigos de ella, Ver¨®nica Trevi?o y Felipe Garc¨ªa, este ¨²ltimo de 54 a?os. Todos iban a casa de la menor a pasar el d¨ªa.
El seguimiento inici¨® pasadas las 8.30 de la ma?ana. Rodr¨ªguez, el conductor, uno de los que sobrevivieron, ha relatado desde el hospital que los agentes se colocaron a 50 metros, detr¨¢s de ellos. Acto seguido, dice, empezaron a disparar desde la torreta. Rodr¨ªguez trat¨® de huir. Se incorpor¨® al otro lado de la carretera, en sentido contrario. Como un tr¨¢iler ven¨ªa de cara, vir¨® y el veh¨ªculo se golpe¨® contra la barrera de protecci¨®n. Es posible que alguno de sus neum¨¢ticos se pinchara y el veh¨ªculo acabara golpe¨¢ndose con el muro de contenci¨®n, del lado contrario de la calzada.
Con el coche ya detenido, cuatro de los cinco salieron. Trataron de huir. Solo uno se qued¨® quieto, en el carro. Era Felipe Garc¨ªa, que sus amigos llamaban Pollito. Malherido, el hombre falleci¨® poco despu¨¦s por los balazos recibidos durante la persecuci¨®n. Rodr¨ªguez sali¨® corriendo, tratando de alcanzar una cerca, una especie de valla que separaba la carretera de un campo. En su declaraci¨®n al Comit¨¦, el joven dice: ¡°Cuando volte¨¦ a ver a mis amigos, estaba todos tirados. Luego busqu¨¦ a mi se?ora y solo escuch¨¦ que me gritaba, ¡®Wicho, me dieron, Wicho. Le dije, ?est¨¢s bien? Cuando me dirig¨ª hacia ella estaban los de la Guardia, como a metro y medio suyo. Yo me iba acercando, iba sangrando y ellos me gritaban, ¡®no te acerques, culero, te vamos a matar¡±.
Miriam Trevi?o estaba junto a su primo. En sus declaraciones al Comit¨¦, Edwin Tizano cuenta: ¡°[Los agentes] gritaban, ¡®c¨®rranle, les damos tiempos de correr¡¯. Y yo les dec¨ªa, ¡®pero, ?por qu¨¦?¡±. Tizano dice que decidi¨® echarse a correr hacia la cerca. ¡°Estaba corriendo, cuando empezaron, ta ta ta ta. Se escuch¨® una r¨¢faga. Y me ca¨ª para atr¨¢s. Y luego, Ver¨®nica vi que qued¨® en el poste blanco. Yo me qued¨¦ con mi prima. El otro muchacho, Luis, alcanz¨® a correr hasta m¨¢s all¨¢. Luego Luis dijo, ¡®no tiren, no tiren que mi mujer est¨¢ embarazada¡¯. Luego, los guardias se fueron. Mi prima estaba consciente, dec¨ªa que le dol¨ªa, que le dol¨ªa¡±.
La supuesta fuga de los guardias nacionales dej¨® a los heridos a merced de quien pasara. Al cabo del rato, sin embargo, agentes de carreteras de la corporaci¨®n pasaron por all¨ª y les auxiliaron. Militares llegaron igualmente e hicieron lo mismo. Tres ambulancias se llevaron a los heridos y al muerto al hospital. En la tarde, M¨ªriam Trevi?o y su beb¨¦ hab¨ªan muerto. Ramos ha explicado este martes que la Fiscal¨ªa General de Justicia de Tamaulipas abri¨® en un primer momento una investigaci¨®n sobre el caso. Cuando empez¨® a trascender que personal de la Guardia Nacional podr¨ªa estar involucrado, la FGR abri¨® otra. Seg¨²n ha contado el activista, entre ambas dependencias recogieron del lugar 86 casquillos de bala.
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