El acoso en Arco¨ªris, el silencio de la Iglesia de Culiac¨¢n
La Di¨®cesis anunci¨® la separaci¨®n del cargo de cinco sacerdotes tras denuncias de abuso, pero el caso sigue envuelto en un manto de incertidumbre e impunidad
Han pasado 100 d¨ªas desde que la Di¨®cesis de Culiac¨¢n separ¨® del cargo a cinco sacerdotes despu¨¦s de haber sido denunciados por abuso sexual. Aunque no tuvo impacto nacional esta historia, s¨ª muestra de manera n¨ªtida el modus operandi de la Iglesia en este tipo de casos y c¨®mo siguen ocurriendo hasta que las denuncias se desbordan, sus ¡°procesos internos¡± son insuficientes para las v¨ªctimas y le siguen apostando al olvido.
Todo comenz¨® en julio de 2022 cuando una joven sinaloense de 23 a?os hizo un llamado en Twitter a revelar los abusos presuntamente cometidos por un sacerdote contra varias adolescentes que eran parte de un grupo religioso llamado Arco¨ªris, perteneciente a la Di¨®cesis de Culiac¨¢n. Todo este contexto se sabr¨ªa despu¨¦s, ya que en ese tuit ella no mencion¨® ning¨²n dato y, sin embargo, las respuestas no se hicieron esperar: tanto j¨®venes refiri¨¦ndose a ese mismo sacerdote, como otros contando casos similares. No obstante, despu¨¦s de esa revelaci¨®n se apag¨® la denuncia digital.
Fue hasta marzo de 2023 que varios usuarios revivieron el hilo de la joven publicado meses antes para levantar la voz y se?alar con nombre y apellidos al acosador, el sacerdote Cristian Emmanuel Romero F¨¦lix, un miembro muy activo del grupo Arco¨ªris que entablaba amistad cercana con las asistentes: les mandaba constantes mensajes privados que ellas primero interpretaron como amabilidad y afecto, aunque algunos de ellos eran elogios a su apariencia f¨ªsica y otros se convirtieron en franco acoso.
Varias de las denunciantes relatan m¨¢s o menos el mismo comportamiento de Cristian Emmanuel: empezaba con mensajes amistosos o fraternos y al encontrarse en persona, las tocaba con el pretexto de tomarse una fotograf¨ªa. ¡°Yo lo conoc¨ª cuando ten¨ªa yo como 16, m¨¢s o menos, que ¨¦l a¨²n no era sacerdote, era seminarista y yo lo ubicaba porque era muy conocido como que era muy bueno, muy buena onda, muy entregado a la Iglesia. Estuve un equipo del campamento con ¨¦l y ¨¦l continu¨® la comunicaci¨®n, pero siempre era de mensajes ¡®?c¨®mo est¨¢s?¡¯, ¡®Que Dios te bendiga¡¯, ¡®muy bonita sonrisa¡¯ y todo como muy lindo. Nunca lo llegu¨¦ a ver mal y pues igual estaba chiquita, la verdad es que no ten¨ªa ning¨²n tipo de malicia y a la vez como no lo ve¨ªa en persona¡ Ya para 2019, fui a una graduaci¨®n a una fiesta (...) y me lo encontr¨¦ (...) me dijo que nos tom¨¢ramos una foto y le dije que estaba bien. Est¨¢bamos los dos como abrazados de lado, como cualquier foto normal (...) pero despu¨¦s sent¨ª que empez¨® a bajar m¨¢s la mano, hasta que ya sent¨ª que baj¨®, que claramente ¨¦l y yo sab¨ªamos que no estaba en la espalda ya nada m¨¢s la mano. Y pues no era normal, pero en su momento no reaccion¨¦, nada m¨¢s me qued¨¦ como confundida¡±, nos relat¨® Alondra Castro, la joven que lanz¨® el primer tuit en julio y quien eligi¨® darnos su testimonio con su nombre, que ahora ya no es an¨®nimo.
Despu¨¦s lo convers¨® con otros miembros del grupo, quienes le contaron que esto mismo le hab¨ªa ocurrido a otras chicas, confirmando as¨ª que su incomodidad ten¨ªa fundamento. Lleg¨® la pandemia de covid-19 y tras mucha reflexi¨®n, Alondra entendi¨® que lo que ocurr¨ªa era grave y ten¨ªa que denunciarlo. ¡°No hay duda: no soy la ¨²nica y est¨¢ muy mal, y no es justo que esto siga pasando incluso hasta el d¨ªa de hoy. Fue cuando empec¨¦ a tener esa espinita de ¡®no es justo, quiero que se sepa, quiero prevenir¡¯ y al tiempo que puse ese tuit fue cuando otras muchachas empezaron a contestarme, a hablar y pas¨® toda la parte de la denuncia¡±, nos dijo en entrevista telef¨®nica.
Se refiere a la denuncia ante la propia Di¨®cesis, todav¨ªa en el ¨¢mbito privado; porque las j¨®venes ten¨ªan miedo de hacerlo p¨²blico: si bien ya estaban comunicadas entre todas y organizadas despu¨¦s del tuit de Alondra, a¨²n ten¨ªan dudas y temor de las consecuencias.
¡°Yo decido hacer mi denuncia poco despu¨¦s de ese primer tuit, cuando nos pusimos de acuerdo pero que no lo denunciamos en redes, s¨ª lo hicimos algunas ante la Iglesia, lo que no nos animamos fue a hacerlo p¨²blico, pero ante la Iglesia s¨ª decidimos movernos en aquel entonces. Yo fui una de ellas: me citaron, di todo mi testimonio, lo escribieron palabra por palabra, tomaron mi INE, me hicieron firmar¡ Todo un proceso como muy formal. Y ya nunca volv¨ª a saber nada, ya nunca se comunicaron conmigo. De hecho, lo que me dijeron fue que ya hab¨ªa habido otras denuncias antes y que se supone que ¨¦l ahorita estaba yendo a terapia, y si lo m¨ªo no era un testimonio actual, que ellos ya no pod¨ªan hacer nada porque ¨¦l ya estaba siendo tratado; que ten¨ªamos que llevar a alguien que en ese momento estuviera viviendo algo con ¨¦l para que ellos pudieran hacer algo. Conseguimos a una muchacha que nos cont¨® que recientemente recibi¨® ciertos mensajes, y ya hubo un momento en que ni siquiera empezaron a darnos cita (...), nos desmotivamos a querer seguir con este tema porque ya tampoco hab¨ªa respuesta de parte de ellos, no hab¨ªa un seguimiento y pues lo dejamos por la paz¡±, recuerda Alondra.
La historia no es ajena: instituciones que protegen agresores, que inician ¡°procesos internos¡± sin informar a las v¨ªctimas, que le apuestan al olvido y al paso del tiempo. Sin embargo, en esta historia Alondra insisti¨®, las denuncias empezaron a crecer y la Di¨®cesis de Culiac¨¢n se vio forzada a separar del cargo a los sacerdotes.
El ¡®hilo¡¯ convocado por Alondra en Julio de 2022 se form¨® hasta marzo, cuando el 8M las motiv¨® a hacerlo p¨²blico, formando una cascada de denuncias que a su vez llev¨® a otros, mujeres y hombres, a denunciar a otros sacerdotes del mismo grupo religioso e incluso de otros municipios sinaloenses, como Guasave. Dos casos en ese lugar refieren abuso f¨ªsico, incluso en uno de ellos se acus¨® violaci¨®n, por el cual se interpuso una denuncia formal ante la Fiscal¨ªa del estado. Tras esto, la Di¨®cesis de Culiac¨¢n tom¨® la decisi¨®n de suspender a los cinco sacerdotes se?alados: Cristian Emmanuel Romero, ?scar Daniel Ram¨ªrez, Antonio Flores, Petronilo Tolentino N¨²?ez y Jos¨¦ Luis Naranjo.
El 15 de marzo 2023, la Di¨®cesis emiti¨® un comunicado y ofreci¨® una conferencia encabezada por su vocero, Esteban Robles, quien asegur¨® que la iglesia ya estaba investigando el caso y que mientras tanto separar¨ªan del cargo a los sacerdotes; que podr¨ªan ser expulsados en caso de ser hallados culpables. Se abri¨® una carpeta de investigaci¨®n en la Fiscal¨ªa estatal, solo por el caso formalmente denunciado, de violaci¨®n: la Fiscal¨ªa nos confirm¨® que solo est¨¢ abierta una carpeta (sin mencionar el delito) y que las investigaciones estaban en marcha.
100 d¨ªas despu¨¦s, las denunciantes no se conformaron con el anuncio de la Di¨®cesis. Le pidieron pruebas de que los sacerdotes ser¨ªan removidos. ¡°Nos hab¨ªan dicho que Cristian ya no iba a ser sacerdote, que lo hab¨ªan removido de su ministerio. Pero yo al pedir una carta oficial, algo que fuera una evidencia oficial, me dijeron que no hab¨ªa; que se supone que iba a llegar despu¨¦s, la cual hasta el momento no ha llegado¡ Y pues as¨ª, estamos b¨¢sicamente en ceros, seg¨²n confiando en que ¨¦l ya no est¨¢ de sacerdote ni en Culiac¨¢n ni en ning¨²n lado del pa¨ªs, pero, pues no nos consta tampoco y pues hasta el momento eso es lo que ha pasado despu¨¦s de las denuncias¡±, nos dijo Alondra Castro.
Otra de las chicas que pidi¨® una constancia oficial de la remoci¨®n, recibi¨® una respuesta m¨¢s puntual: le dijeron que el documento llegar¨ªa, precisamente, 100 d¨ªas despu¨¦s: que aproximadamente en tres meses la Di¨®cesis podr¨ªa entregarles la carta. El plazo ya se cumpli¨® y el documento a¨²n no llega. ¡°Hasta el momento no, a mi otra compa?era le dijeron que en unos meses, se supone que ahorita es justo el tiempo donde se tiene que haber estado llegando esta carta, no han dado respuesta de nada, ni se han comunicado con ninguna hasta el momento. Entonces no s¨¦ si va a llegar pronto o tal vez ya nunca va a llegar¡±, puntualiz¨® Alondra.
Para la realizaci¨®n de esta columna buscamos ¡ªincesantemente¡ª a la Di¨®cesis para conocer su versi¨®n sobre esto, pero no fue posible: en el Tribunal Eclesi¨¢stico nos mandaron con la recepcionista ya que, dijeron en esa oficina, solo ella pod¨ªa contactarnos con el vocero o la persona indicada para responder. Pero en la recepci¨®n nunca hubo respuesta.
Tambi¨¦n buscamos a la Fiscal¨ªa, pero su respuesta fue ¡°la carpeta est¨¢ en etapa de investigaci¨®n absolutamente reservada, por lo que no puedo pronunciarme al respecto¡±, nos mand¨® decir la Fiscal de Sinaloa, Sara Bruna Qui?onez.
Alondra exige la no repetici¨®n, las denuncias se acumulan en la Iglesia y el proceso se mantiene puertas adentro. Los 100 d¨ªas quedan cortos para una instituci¨®n que sigue el manual de protecci¨®n al agresor como la primera carta para recibir la denuncia de una v¨ªctima. ?Cu¨¢ntos casos se quedan en la denuncia privada?, ?cu¨¢ntos sin respuesta? La Di¨®cesis de Culiac¨¢n le apuesta al silencio y a la impunidad.
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