Chiapas, un para¨ªso para el turismo y un pozo de violencia para sus habitantes
Al d¨ªa siguiente de ser nombrado Pueblo M¨¢gico por la secretar¨ªa de Turismo, un grupo criminal secuestr¨® en Ocozocoautla a 16 funcionarios. El peque?o pueblo ilustra los contrastes de la regi¨®n, que sufre una ola de violencia
Ocozocoautla es un peque?o rinc¨®n de Chiapas distinguido por sus impresionantes cascadas y sus r¨ªos de agua clara y sus paseos por la monta?a. Un lugar espl¨¦ndido para pasar las vacaciones a base de buena comida y una naturaleza tan exuberante que Coita, como le dicen all¨ª, recibi¨® el pasado lunes el estatus de Pueblo M¨¢gico de la Secretar¨ªa de Turismo. El ¨²nico problema es que al d¨ªa siguiente, el martes, un grupo criminal secuestr¨® a 16 funcionarios en la carretera que lleva hasta esa localidad y en la que son habituales los retenes del crimen organizado. Mientras el galard¨®n pone al pueblo en la mira del turismo nacional e internacional, los habitantes de la zona llevan meses sin invitar a sus familiares y amigos a visitarles porque la regi¨®n vive asediada por la violencia.
Alejandra es el nombre ficticio de una joven de Ocozocoautla que ahora vive a cuarenta minutos de all¨ª, en Tuxtla. ¡°Para donde quiera que vayas, siempre hay que tener cuidado, salir temprano y regresar siempre antes de que anochezca¡±, cuenta. Antes de hacer un viaje, comprueba en Facebook que la carretera por la que tiene que pasar no est¨¢ cortada por ning¨²n ret¨¦n del crimen organizado. En Coita, los narcos operan a sus anchas. ¡°Casi siempre hay enfrentamientos. En las entradas est¨¢n las grandes casas de los narcos y toda la zona est¨¢ militarizada, pero la Guardia Nacional no hace nada¡±. Su hermana, que tambi¨¦n est¨¢ al otro lado del tel¨¦fono, cuenta que las cosas solo han empeorado en el ¨²ltimo a?o. La semana pasada, personal del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n fueron a su empresa a pedir ¡°la cuota¡±.
¡ªQuieren 7.000 pesos mensuales y si no, te amenazan con que te van a desaparecer a ti o a tu familia.
¡ª?Y vais a pagar?
¡ªClaro, no queda otra.
La situaci¨®n que viven en casa de Alejandra se repite en el resto de pueblos m¨¢gicos de Chiapas y en otros muchos enclaves tur¨ªsticos de M¨¦xico. Hace dos meses, San Crist¨®bal de las Casas, una ciudad chiapaneca caracterizada por su arquitectura colonial y su historia milenaria, fue sujeto de una balacera callejera despu¨¦s del asesinato del artesano Jer¨®nimo Ruiz, l¨ªder de la Asociaci¨®n de Locatarios de Mercados Tradicionales de Chiapas. La escalada de muertos y desaparecidos que sufre la regi¨®n y la escasa respuesta de las autoridades ha provocado la queja hasta del poder religioso. El obispo Luis Manuel L¨®pez ofici¨® una misa este mi¨¦rcoles, cuando organizaciones sociales, familias de desaparecidos y presos pol¨ªticos, y personas desplazas por el crimen organizado, se manifestaron contra la violencia.
¡ªEl pueblo no encuentra una respuesta, hay un vac¨ªo de autoridad muy terrible, hay un vac¨ªo muy grande, mucho dolor, la gente no halla para d¨®nde hacerse¡ª dijo el obispo sobre el p¨²lpito de la iglesia.
Un grupo criminal atac¨® en abril a los polic¨ªas del municipio Chiapa de Corzo, otro pueblo m¨¢gico de Chiapas. Los polic¨ªas consiguieron esconderse y repeler el ataque, reporta El Heraldo de Chiapas. Un nuevo grupo armado ha surgido esta semana en Pantelh¨®, un pueblito de Chiapas. Con las caras cubiertas y armas largas colgadas del hombro, dijeron que hab¨ªan llegado para recobrar la paz y la justicia en el territorio. Y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom¨¦ de las Casas (Frayba) public¨® un informe titulado Chiapas, un desastre. ¡°La diversificaci¨®n y opacidad de grupos armados que utilizan la violencia para el control social, pol¨ªtico, econ¨®mico y territorial marcado por una impunidad fomentada por actores estatales abona al despojo, la explotaci¨®n y la marginaci¨®n social¡± de Chiapas, dice el informe.
El contraste entre las distintas realidades es brutal. La arbitrariedad de las balas y los secuestros se entremezclan en las televisiones y en internet con los anuncios que promocionan Chiapas como el para¨ªso terrenal. Ernesto L¨®pez Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, tiene una teor¨ªa un tanto desesperanzadora: el problema reside en que la violencia no frena realmente el turismo. ¡°No tienen nada que ver, el turismo funciona incluso donde hay violencia. Tenemos que dejar de pensar que el turismo solo se da en zonas seguras¡±. Pese a los reportes de muertos que surgen con cada periodo vacacional en las principales ciudades tur¨ªsticas del pa¨ªs ¡ªAcapulco, Canc¨²n, Playa del Carmen¡ª la gente sigue llenando hoteles de forma masiva. ¡°El turismo sigue generando dinero y el Estado pierde el incentivo econ¨®mico para actuar y frenar la violencia¡±, dice el experto por tel¨¦fono. ¡°Estamos aprendiendo que no hace falta ser seguros. La criminolog¨ªa hab¨ªa predicho que la violencia frenar¨ªa la actividad econ¨®mica, pero estamos viendo que no es as¨ª. Es grav¨ªsimo¡±.
Aunque esa sea la realidad en los grandes polos tur¨ªsticos de M¨¦xico, en las regiones menos tur¨ªsticas, donde la violencia s¨ª impacta el turismo, Alejandra lleva tiempo sin poder ense?ar Chiapas a su familia y amigos. ¡°Aqu¨ª el narco hace lo que quiere. Los pueblos se quedan sin turismo y las personas que viv¨ªan de ello se tienen que desplazar. Aun as¨ª siguen promoviendo Chiapas, pero no se tocan los temas de violencia¡±, cuenta la joven desde su casa en Tuxtla. Antes hab¨ªa una especie de norma no escrita, de que los criminales no tocaban a los turistas, pero ya ni eso. La Secretar¨ªa de Turismo de Chiapas no ha querido contestar a las preguntas de este peri¨®dico sobre la dicotom¨ªa tan extra?a entre intentar hacer a un estado capital de turismo mientras uno de sus grupos armados, el EZLN, amenaza con una guerra civil si no paran las agresiones.
¡°Yo desde que era ni?a me sent¨ªa orgullosa de mi Estado¡±, dice Alejandra. ¡°Era bonito presumir de la vegetaci¨®n, el caf¨¦, lo que m¨¢s quer¨ªas era mostrar a la gente de fuera lo que ten¨ªamos aqu¨ª. Ahora es decepcionante saber que no les puedo invitar porque no les puedo garantizar que vayan a estar seguros. Es muy triste, porque Chiapas tiene un potencial enorme, unas playas preciosas. Pero le tengo que decir a mis familiares que no vengan¡±.
¡ª?Han pensado en salir de all¨ª?
¡ª?De Chiapas? No, todav¨ªa no hemos llegado a eso.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.