Bloqueos y balaceras ponen de nuevo a Tamaulipas en el mapa
Los empresarios del Estado norte?o reclaman m¨¢s colaboraci¨®n con EE UU mientras se impone el silencio institucional tras los enfrentamientos constantes en la regi¨®n al sur de Matamoros y Reynosa
Pasan los a?os y Tamaulipas sigue enganchado a un ciclo de batalla y calma, sostenido en fuerzas en apariencia inefables, al menos de manera oficial. El Gobierno de Am¨¦rico Villarreal, de Morena, cumple nueve meses al ritmo que marcan los bloqueos y enfrentamientos que se registran desde hace semanas al sur de Reynosa y Matamoros, dos de las ciudades m¨¢s importantes del Estado. Este lunes, hombres armados atacaron a su n¨²mero dos, el secretario de Gobierno, H¨¦ctor Villegas, precisamente en esta zona. El silencio ha marcado los d¨ªas posteriores.
El silencio institucional, al menos. Porque en las calles, las balaceras han seguido. Este viernes, por ejemplo, la vocer¨ªa de seguridad de Tamaulipas informaba de que militares hab¨ªan sido atacados en la misma zona, m¨¢s del lado de Matamoros, a la altura del ejido Alfredo Bonfil. Varios medios han informado de la muerte de nueve civiles, situaci¨®n que las autoridades no han confirmado. El mi¨¦rcoles, grupos armados se agarraron a balazos en la misma zona, del lado de Reynosa, bloqueando incluso vialidades, con veh¨ªculos y los famosos ponchallantas, gruesos alambres soldados que el crimen avienta en las calles para facilitar su huida.
La estad¨ªstica es ambigua. Por un lado, ignora la ¨²ltima andanada del crimen, al menos de momento. Los asesinatos van a la baja en el Estado, como inform¨® el pasado 1 de junio el secretario de Marina, Rafael Ojeda, en Tampico. Bajan los asesinatos y los secuestros, repuntan ligeramente las extorsiones, bajan los robos a casas y de veh¨ªculos. Por otro lado, Tamaulipas es el Estado que m¨¢s personas desaparecidas registra respecto a su poblaci¨®n. En todo caso, ?c¨®mo medir balaceras entre grupos o ataques de grupos a autoridades? ?C¨®mo constatar la profundidad de la ruptura en la gobernabilidad en el Estado? ?C¨®mo consignar el miedo de la poblaci¨®n?
El presidente de la Federaci¨®n de C¨¢maras de Comercio de Tamaulipas, Julio Almanza, se?ala que ¡°la guerra afecta de gran manera al Estado¡±. A cargo de los intereses de 20.000 empresas, entre los sectores de servicios, turismo y comercio, Almanza se?ala que la situaci¨®n les tiene en una situaci¨®n de alerta permanente. ¡°Nos est¨¢ tocando el pleito entre los carteles, que agarran el estado como cancha de batalla. Es un pleito real, que empez¨® despu¨¦s del cambio de Gobierno. No es que sea culpa del Gobierno, pas¨® tambi¨¦n en 2008, es c¨ªclico¡±, se?ala.
Se sabe poco o nada del ataque contra Villegas. El alto funcionario, que hasta mediados del a?o pasado era el alcalde de R¨ªo Bravo, entre Reynosa y Matamoros, viajaba del municipio a la capital, Ciudad Victoria, tres horas y media al sur. Era de madrugada. Villegas y su escolta se acercaban a la famosa Y griega, el punto en que se juntan las carreteras que salen de Reynosa y Matamoros rumbo al sur, a Victoria y San Fernando. En ese momento, hombres armados les atacaron a balazos, versi¨®n que confirm¨® horas m¨¢s tarde el mismo Villegas.
Ni el secretario de Gobierno, ni la vocer¨ªa de seguridad, ni el gobernador, nadie, ha dado detalle alguno de lo acontecido. Nadie explic¨® en qu¨¦ circunstancias ocurri¨® el ataque, si fueron balazos aislados disparados al paso de los veh¨ªculos, como parte de la realidad criminal de la zona esta ¨¦poca, o si los atacantes interceptaron en realidad la caravana. Las fotos del evento, en que se ve la camioneta del funcionario en la mediana de la carretera, medio accidentada, sugieren que los balazos les forzaron a parar. Pero nada m¨¢s.
Todas las dudas sobre el ataque vienen a cuento por la cantidad de versiones divulgadas en redes sociales estos d¨ªas, sobre el posible intercambio verbal de los atacantes con Villegas, se?alado de tener v¨ªnculos con delincuentes desde sus a?os en la presidencia municipal de R¨ªo Bravo. Ante reiteradas peticiones de entrevista realizadas por EL PA?S desde el mi¨¦rcoles, su asistente parec¨ªa aceptar, pero nunca concret¨® un momento para que el funcionario atendiera preguntas. Este diario se comunic¨® directamente a uno de sus n¨²meros de celular, pero tampoco contest¨®.
De dentro a fuera
Como ocurre en buena parte de M¨¦xico, la violencia de estos d¨ªas en Tamaulipas se explica como parte de la econom¨ªa criminal imperante, estructura real de poder, m¨¢s all¨¢ de la alternancia en la casa de Gobierno de Ciudad Victoria. Como explica el historiador Pedro Alonso P¨¦rez, ¡°Tamaulipas ha vivido este tipo de situaciones hist¨®ricamente. Es una entidad ubicada en la frontera, un lugar de trasiego de droga y otro tipo de cuestiones, al menos desde los a?os 40. El crimen ha estado muy presente¡±, argumenta.
Con este tipo de situaciones, P¨¦rez se refiere a las balaceras y enfrentamientos en el ¨¢rea de la Y griega, y en las mismas ciudades mencionadas arriba, que aparentemente responden a una pugna entre grupos criminales, diferentes facciones del Cartel del Golfo, por un lado, y posibles escisiones de estos grupos, por otro. P¨¦rez a?ade: ¡°Esta historia de bloqueos y confrontaciones viene ocurriendo de manera creciente desde 2008, con momentos muy ¨¢lgidos, crestas de violencia, como en 2010 y 2012, en Reynosa, Matamoros, y en el sur tambi¨¦n, en Tampico¡±.
La problem¨¢tica afecta a todo el Estado en realidad. Cada regi¨®n hospeda a su grupo criminal, aunque los alcances de uno y otro trascienden a sus fronteras te¨®ricas. Acuerdos y traiciones aparecen veladamente en explicaciones sobre los picos de violencia en redes sociales. En medio queda la sociedad, que se comunica con los grupos, cuando necesita, usando las redes, caso de un colectivo de familiares de personas desaparecidas que, en junio, pidi¨® una tregua para poder buscar a los suyos en paz. El Cartel del Noreste, grupo de Nuevo Laredo con ramificaciones tambi¨¦n en el sur del Estado, tom¨® la palabra al colectivo y acept¨® la tregua. ¡°Hemos hablado con el C¨¢rtel del Golfo Divisi¨®n Matamoros y estamos en pl¨¢ticas de paz y en el mismo canal¡±, dijeron varios de sus integrantes, en un v¨ªdeo, todos con la cara tapada.
Aunque esta batalla, apoyada en acuerdos vol¨¢tiles con el poder, es un rasgo ubicable en casi cualquier punto del pa¨ªs, el historiador se?ala una particularidad en Tamaulipas. ¡°Aqu¨ª, la econom¨ªa criminal va de dentro hacia fuera¡±. Es decir, que el crimen, hist¨®ricamente, se ha organizado desde el poder hacia fuera y no al contrario. El experto da el ejemplo del general Eulogio Ortiz, que entre las d¨¦cadas de 1920 y 1940, estuvo a cargo de la estrategia de seguridad del Estado en diferentes momentos. ¡°Y en realidad, parece que era ¨¦l quien la organizaba¡±, dice el historiador.
¡°La presencia del crimen en la estructura del Estado ha sido un rasgo hist¨®rico¡±, sigue P¨¦rez. ¡°Claro, que el gobernador sea una cosa, no quiere decir que todo su gobierno sea igual. Los se?alamientos al secretario Villegas y otros funcionarios no han sido aclarados. El atentado contra el secretario de Gobierno debe aclararse. Nos deben informar, no se ha hecho¡±, a?ade. ¡°Llama la atenci¨®n que muy poca gente sali¨® a condenar este atentado. No s¨¦ por qu¨¦ no fue as¨ª¡±, lanza.
Almanza, el presidente de la federaci¨®n de c¨¢maras de comercio, se?ala que Tamaulipas necesita retomar su colaboraci¨®n con las agencias de seguridad de Texas y Estados Unidos, en general. ¡°Se han cometido errores con el doctor Villarreal. Se cambi¨® de estrategia y se perdi¨® lo que hab¨ªamos avanzado. Vemos un gabinete de seguridad y un gobernador preocupados, queriendo solucionar las cosas, pero que quieren depender mucho del Gobierno federal. Y el Gobierno federal tiene 20 estados incendiados¡±, opina.
Almanza a?ade que ¡°es importante que se apoyen en las agencias americanas, estamos al lado de Texas. Siempre respetando la autonom¨ªa de pa¨ªses y estados. Pero creemos que se debe de trabajar m¨¢s en ese sentido. Porque los carteles est¨¢n haciendo terrorismo. La delincuencia organizada se comporta como terrorismo¡±, dice. ¡°No es que se hayan cortado relaciones con Estados Unidos, o no nos consta, pero el anterior Gobierno llevaba buena relaci¨®n, trabajaba mucho con ellos. El gobierno de Am¨¦rico, ciertas cosas que se hac¨ªan, ya no las hace, por temas pol¨ªticos¡±, zanja
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